Prólogo
POV Atsuya
Estaba en casa junto a mi hermano. Llevaba rato observándolo. Me tenía preocupado, porque des de hacía un tiempo no parecía él mismo y no sabía el porqué. No había querido preguntar para no presionarlo, ya que conociendo a mi hermano eso podía ser contraproducente. A él nunca le había gustado ser el centro de atención por lo que estaba seguro que no le molestaría que le preguntara por sus cosas, pero se me estaba acabando la paciencia. Había esperado demasiado pero igualmente mi hermano no quería decirme que le pasaba. ¿Sería que no confiaba en mí? Este pensamiento me dolía pero tampoco podía hacer nada al respeto si era el caso… aunque esto me dolía más aun. No entendía porque me molestaba tanto que no confiara en mí pero era así. Imaginé que sería porque era mi hermano.
Me acerqué al sofá donde se encontraba él en este momento mirando la televisión. Aun que no parecía muy concentrada en ella. Me senté a su lado muy cerca e hice que se girara para mirarme a la cara. Lo miré a los ojos, me gustaban esos ojos de color azul-grisáceo, para poder saber que pensaba, a veces con su mirada podía entenderlo. Pero esta vez no fue así, porque en cuanto nuestros ojos se toparon él apartó su mirada rápidamente. Lo que en parte me entristeció. Me estaba rechazando la mirada, él nunca había hecho algo así. Hasta ahora siempre que nos mirábamos de esta forma me sonreía. Hoy por el contrario se levantó del sofá con intenciones de irse sin decirme nada. Lo que no me gustó así que lo cogí del brazo y lo tiré hacia mí, haciendo que se cayera encima de mi regazo. Lo abracé por la cintura para evitar que huyera.
—¡¡Suéltame!! —gritó nervioso y desviando la mirada hacia otro lado.
—¿Shiro? —Pregunté un poco preocupado y confundido por su grito— ¿Qué te pasa? ¿Hice algo que te molestara?
—No, pero suéltame, por favor —suplicó con una voz suave.
Ante esta suplica lo solté sin replicar y sin intentar saber que le pasaba. Me quedé pensativo durante un rato ya que no sabía muy bien porque mi hermano reaccionaba de esta manera. Esto hizo que me preocupara aun más. Él nunca había sido así y yo lo quería más que nada en el mundo. Me parecía normal ya que era mi única familia en ese momento, y aunque ya le quería mucho y me sentía más unido a él que a nadie más en el mundo, des de antes esto aumento en cuanto nuestros padres murieron. Solamente nos teníamos el uno al otro así que era normal que estuviéramos muy unidos, pero esto parecía que iba a cambiar y esto no me gustaba para nada.
Decidí irme a dormir ya que era tarde pero esto no significaba que no me molestara lo que acababa de pasar. Al contrario no podía evitar sentirme mal, y estaba seguro que no me sería fácil dormir esa noche. La imagen de mi hermano evitándome y gritándome se repetía en mi mente una vez tras otra… una vez y otra, y otra… aunque intentará y quisiera evitarlo no podía, así estuve por dos o tres horas hasta que al fin Morfeo decidió llevarme con él al mundo onírico, donde soñé con Shiro.