D.L.N
I
7:00 pm
Yuu suspiraba mientras sostenía el calzoncillito en medio del pasillo, cerraba los ojos y dejaba su cabeza caer hacia atrás. Ese pequeño demonio no cambiaría. Su pequeño Taka era así…y justo así estaba bien.
- ¡Wiiiiiii! – el castañito paso corriendo desnudo frente a él, tras él cachorro que le había comprado un par de semanas antes – ¡Koron-chan! ¡Koron-chan! - gritaba entusiasmado
Yuu abrió un ojo ¿Sería que su bebé sería un exhibicionista de grande? Bueno, pues pobre de él que se atreviera a siquiera mirarle
- ¡Taka….! – El chico se giro a verlo – Tienes que vestirte. Puedes hasta pescar un resfriado
Lo vio sonreír y a continuación salió corriendo otra vez gritando un “A qué no me alcanzas Otochan” con su vocecita infantil
Yuu esbozo una sonrisa y no le quedo de otra que seguir jugando con su bebé. Takanori a sus 5 años era todo un hiperactivo. Vivian ambos en esa gran casa que Yuu había heredado de sus padres. Solo ellos dos. La madre del niño había muerto 3 años atrás a causa de una enfermedad y a pesar de haberlos abandonado a solo a un año de haber nacido Takanori, Yuu no le guardaba rencor. Después de todo, la mujer le había dado lo más importante de su vida
Cuando al fin el alto pelinegro atrapo a su hijo entre risas, logro vestirlo apropiadamente –luego de que Taka se quitara varias veces lo que le ponía- lo llevo a la mesa donde paso a servir la cena. Dio gracias de que al parecer el chico tenía bastante hambre porque no armo ningún otro jaleo y comía tranquilamente
El teléfono de la casa comenzó a sonar. Yuu fue hasta él sin perder de vista al niño en la mesa. A Taka se le ocurrían tantas cosas…
--- ¿Alo?
--- ¿Aoi?
--- ¿Mh? ¿Reita?
--- ¡Hehehe cuanto tiempo!
--- Si… ¿Cómo has estado?
--- ¡Bien, bien! ¿Sabes? ¡Estoy en la ciudad! Me preguntaba si podría quedarme unos días en tu casa mientras consigo un departamento. Está vez me instalare permanentemente
--- Claro, claro. Sabes donde es, hehe
--- Si. ¿Y Taka?
Aoi se dio cuenta en ese momento que había dejado de ver por un momento al niño. En cuanto volteo a la mesa, en efecto Takanori comía, solo que sobre la mesa y dándole pequeños trozos a Koron que se había subido a una silla
--- Está bien. Comiendo.
--- Ah Ok. Voy para allá entonces. No le digas nada, que le llevo un regalo.
--- Ok. Te esperamos.
*
Las pequeñas vacaciones que se había ganado ya terminaban, terminaban ese día, y Yuu debía decidir qué hacer con Takanori mientras él iba al trabajo. La vecina ya no era una opción como lo había sido antes, la mujer se había mudado con el resto de su familia así que ahora tendría que probar nuevas opciones, las cuales se limitaban a casi nada. Takanori no daba su brazo a torcer tan fácilmente, si, era solo un niño pero uno bien cabezota y delicado. No le gustaba quedarse con muchas personas más que Yuu y a regañadientes con esa señora. Reita tampoco era una opción, el hombre también trabajaba
Takanori había desarrollado un fuerte apego a él, un psicólogo le dijo una vez que eso se podía deber al abandono de su madre, que aunque eso hubiese sido cuando era aún un bebé igual lo había sentido
Yuu se masajeo las sienes. Lo único que le quedaba era una guardería y estaba seguro eso no haría nada feliz al pequeño
Reita se instalo esa noche en su casa, al siguiente día se despidieron yendo cada uno por su lado. Takanori iba contento con el peluche de osito panda que el rubio le había obsequiado -con ese ya eran 5 en total, a su hijo le encantaba ese animalito- estaba en el asiento trasero del auto. Yuu al volante suspiraba viéndolo por el retrovisor a cada tanto ¿Cómo reaccionaría?...
Se fijo en el frente del edificio en el que se habían bajado. Tenía muchos colores y dibujitos infantiles de bebés y juguetes. Luego vio como una mujer llegaba y dejaba a su bebé a otra para luego marcharse.
O no…
El castañito intento correr hacia el auto, más Yuu habiendo previsto aquello lo atajo en su intento de huida
- ¡No! ¡No! ¡No!
Yuu le fingió una sonrisa a la mujer que los veía desde la puerta.
- ¡Takanori! –su voz sonó firme -Tengo que ir al trabajo y no hay nadie que pueda cuidarte en casa, lo siento pero no me queda más que dejarte aquí. Solo serán unas horas ¿Si? ¡Por favor!
- No… - hizo un pucherito que se le antojo a la mar de lindo al mayor – ¡Yo quiero ir contigo!
- Ya te lo he dicho. no puedo llevarte al trabajo
Yuu lo sabia, ese puchero y su respiración comenzando a agitarse solo significarían que estaba a punto de llorar
- ¿Su primera vez en la guardería?
Yuu volteo hacia quien le había hablado. Era una rubia mujer con un pequeño pelinegro entre brazos
Una linda mujer con la voz un poco ronca
Yuu sonrió asintiendo y Takanori aprovecho el momento para afirmarse a su pierna
- ¡No te soltare me tendrás que llevar contigo! –dictamino
- ¡Hehe! – la mujer rio y se acerco bajando al otro niño
Fue ahí que Yuu cayó en cuenta que no era una bonita mujer rubia con voz ronca. Era un hombre. Un rubio hombre, con voz de hombre, pecho de hombre.
El niñito se acerco a Takanori
- ¡Hola!
El castaño le miro como si lo analizara
- ¡Me llamo Yutaka!
- ¡Mmm…Hola!
- Es la primera vez que vienes, te enseñare todo, hay muchos juguetes – siguió hablando con un gran sonrisa que hacia marcar en su mejilla un pequeño hoyuelo
Takanori poco a poco fue soltándose del pantalón de Yuu
- ¿Tu cómo te llamas?
- … ¡Takanori-sama! Pero te dejare llamarme Ruki
Los mayores contuvieron una risa al escuchar al pequeñito
- Es un “alias” que se invento hace unos meses – murmuro Yuu al rubio
Y Yuu con algo de asombro vio como su hijo marchaba a un lado del otro pelinegro que le hablaba de un montón de cosas sin parar
Luego de hablar con la gerente del lugar y llenar un par de formularios dio por finalizada la inscripción de Taka a ese lugar
Se fijo a través de los cristales de una de las salas como su pequeño reía junto al pelinegro y otro niño más. Si que hacia amigos rápido a pesar de no salir mucho al parque
Cuando iba a salir vio al rubio con el que se había topado en la entrada ir en esa misma dirección
- ¡Takashima Kouyou! –el rubio le extendió la mano presentándose
- ¡Ah! Shiroyama, Shiroyama Yuu
- Te me haces conocido… - murmuro
- Tengo una cara común… - le resto importancia
- Bueno, ya me voy se me hace tarde. Bye
- Bye
Salieron
Yuu lo observo caminar y pudo ver que una cuadra adelante estaba la entrada a la estación del metro. Lo pensó. Si no fuese por él y el niño aún estaría batallando con Taka
- ¡Oye! Yo aún tengo tiempo –Había salido una hora antes de lo usual, creyó que necesitaría tiempo extra con el menor – Puedo llevarte a donde vayas
- No quiero importunar
- Tranquilo
Caminaron ambos al auto. Una vez abrochados los cinturones, el rubio le indico la dirección
- ¿Y Takanori-sama es tu hermanito? – pregunto con curiosidad. El hombre a su lado se veía bastante joven
Ambos rieron recordando al enanito presentándose simulando una voz gruesa
- ¡Hehehe! Muchas personas piensan eso a la primera. No. El es mi hijo
- ¿En serio? Vaya… ¿su madre se ve así de joven también?
- Era linda sí, pero murió
- Oh, lo siento no debí-
- Está bien, fue hace mucho tiempo
- Yutaka si es mi hermanito –aclaro
Yuu pensó en preguntarle el porqué del poco parecido físico, pero decidió mejor callar
- No nos parecemos mucho, pero si lo somos. Tenemos distintos padres
El auto se detuvo en el semáforo y Yuu pasó a mirarlo
- No es algo de lo que me moleste hablar
Siguieron el camino hasta llegar. Yuu bajo la ventanilla, era una universidad
- ¡Estoy en mi último año! Pronto seré un buen abogado – exclamo con orgullo
- ¡Mucha suerte entonces!
- Gracias por traerme
- De nada
Y lo siguiente que ocurrió tomo desprevenido al pelinegro
El chico se acerco y le dio un pequeño besito en la mejilla antes de bajarse
Sacudió la cabeza luego de quedarse como idiota viendo por donde se había marchado
- La juventud de hoy… - murmuro
Y no es que Yuu fuese un viejo, solo tenía 27 años pero debido al nacimiento de Takanori tuvo que tomar prioridades en su vida, responsabilidades, y por tanto una mayor madurez acorde a su situación
Condujo entonces a su trabajo
*
- ¡Heeeeey! ¡Kai! –rio Takanori luego de haberse despertado luego de aquel almuerzo y la deliciosa siesta que se había tomado
Yutaka o Kai como le había estado llamando Ruki en el trascurso del día, comenzaba a hacerle pequeñas cosquillitas
A su travesura pronto se unió Kazamasa. O Shou. Como también lo había llamado Takanori. Al parecer el niño tenía la maña de andarle poniendo sobrenombres a todos
Entre risas fue como Yuu encontró a su hijo
Se sorprendió. No pensó que se adaptara tan rápido
Se le acerco y en cuanto el chico lo vio salió disparado a sus brazos. Ese sí era el comportamiento que se esperaba.
- ¿Cómo te fue en tu primer día?
- ¿Primer día? ¿Me dejaras aquí otra vez?
- ¿Paso al….?
- ¡Hola! – los otros dos niños se acercaron
Taka se alejo un poco de él
- Bueno, está bien. Vendré otra vez solo por Kai y Shou. Pero me tienes que comprar muchos dulces
- ¿Kai y Shou? Taka…al menos pediste sus permisos para empezar con los sobrenombres
- ¡Shou daisuki! – exclamo un castañito claro junto a Kai
- ¡Hahaha! – corearon en risas Ruki y Kai
Una mujer se acerco saludando y fue así como Shou se despidió
Taka le pidió a su padre que esperaran a que a Kai lo viniesen a buscar
Y cuando el rubio hizo su aparición salieron del establecimiento que estaba a punto de cerrar
Yuu se volvió a ofrecer como transporte
Llegaron a un edificio de pequeños apartamentos
Takanori y Yutaka venían jugando atrás sin darse por enterados que ya habían llegado
- ¿Aquí?
- Si
- Estos son apartamentos de solteros ¿No? – no pudo evitar su comentario
- Bueno, Yuta y yo no es que necesitemos mucho espacio
- Yuta y… ¿Viven solos?
- Sí… Mamá murió el año pasado – hablo bajo – Pero todo está bien, con mi trabajo de medio tiempo y la pensión podemos mantenernos – sonrió
Yuu trago en seco. Y ahora que la observaba bien, esa sonrisa le parecía tan ensayada
- Ah… bueno… - apenas y pudo intentar responder
Kouyou se apresuro en llamar a Yuta seguro y había incomodado a aquel hombre
- ¡Ahhh no quiero que te vayas! – pidió el castaño
- Nos vemos mañana Ruki – le sonrió el pelinegro que ahora era cargado por su hermano, bostezando
- ¡Está bien! – se resigno
- ¡Buenas noches! – intervino Yuu
- ¡Buenas noches! - contestaron los hermanos al mismo tiempo
Takanori bostezo también y se recostó en el asiento
Yuu espero a que los otros estuviesen dentro del edificio antes de retomar el camino
*
Para Kouyou ese día había sido como los otros, exhaustivo pero reconfortante al ver la sonrisa en su pequeño hermanito.
Todos sus esfuerzos se verían recompensados pronto, cuando pudiese ejercer su carrera, eso deseaba. Quería darle la mejor vida que pudiese a Yutaka
Y con pensamientos optimistas luego de una rápida cena, se fueron a dormir
Ya mañana será otro día…
*
Reita llego pasada la medianoche. Yuu se dio cuenta al haberse parado a ir al baño
Su amigo traía una amplia sonrisa
Yuu recordó cuando Reita era el rompecorazones y playboy del instituto y resumió que tal vez eso no había cambiado mucho
Bueno eso ya era cosa de él
Paso por la habitación de Taka. Reprimió una risita al verlo dormir hecho bolita acurrucado junto a su peluche más grande
>>>
“¡¡¡¡Quiero un panda pirata onegai, Siiiiiii!!!!”
Takanori le pedía las cosas más bizarras a veces. Bueno era su cumpleaños así que lo complacería
Busco en muchas tiendas y al final tuvo que mandarlo a hacer específicamente
“AAWW GRACIAS PAPI ¡ERES EL MEJOR!”
Esa sonrisa y ese abrazo le sirvieron como recompensa
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Se fue hasta su habitación tirándose en la cama
El sueño no tardo en volver a invadirlo
CONTINUARA
-Grezz-