Nostalgia
Carl Hanratty (Tom Hanks) x Frank Abagnale (Leonardo DiCaprio)
- Ahh - gimió de cara al escritorio, raspando el viejo mueble hasta casi lastimarse por la fuerza ejercida. Otro gemido más que inundaba tanto la solitaria oficina como los oídos del detective Hanratty que se empujaba mas fuerte dentro del ex-estafador con cada gemido que oía.
Lo tomaba fuertemente de las caderas, seguro de que las marca de sus dedos seguirían allí por la mañana. Acelerando el movimiento de sus caderas, apenas escuchando el sonido de sus cuerpos golpearse entre si por los fuerte jadeos del rubio.
¿Como es que habían legado a esa situación?
Había pasado años tratando de atrapar al joven Abagnale y ahora lo tenia a su merced, empujándose dentro de el, y con un traje de Santa Claus rasgado tato en el frente como en la espalda. Seguramente no le devolverían el depósito por el alquiler del traje.
El joven ya hacia un año que habían empezado a trabajar juntos y se habían vuelto extremadamente cercanos. Como siempre, el detective se quedaría trabajando en le oficina en Noche Buena para que los demás pudieran pasar la noche con sus familiares.
Por eso, se sorprendió bastante cuando el joven rubio hizo aparición estampando la puerta contra la pared con un flamante traje de Santa Claus y una botella de Champagne en cada mano.
- ¡Feliz Navidad! - grito aun sabiendo que el único en la oficina era el serio Hanratty.
Se quito los lentes y se sobo el puente de la nariz con la otra mano. Giro un poco su silla y lo miro con el seño fruncido.
- Frank, tenemos trabajo - le hablo serio volviendo a los cheques en su escritorio.
- Vamos Carl, ¡Es noche buena! - exclama acercándose al serio detective - ¿No te recuerda viejos tiempos? - hablo tomando uno de los cheques esparcidos en el mueble.
El hombre de anteojos lo miro y sonrió de lado - ¿No estarás pensando en volver a las andadas? - pregunto y le quito el cheque.
- Por supuesto que no, mi conciencia esta limpia - se alejo y trajo una de las sillas de otro escritorio - Solo me siento un poco nostálgico -
- ¿Sobre que? - hablo con un tono mas juguetón esta vez y luego se giro y lo miro sentarse junto a el - ¿Sobre volar sin realmente ser un piloto, o sobre ser un abogado, o tal vez los cheques falsos? -
- Ninguno - respondió riéndose y abriendo una de las botellas con un sacacorchos que tenia en el bolsillo del disfraz - Solo... que siempre te llamaba para estas fechas, ¿Lo recuerdas? -
- Es imposible olvidarlo - respondió tomando la botella que le ofrecía - ¿Sin vasos? - pregunto y vio como abría la otra.
- Por supuesto que no - le dio un trajo a la botella y se alejo en seguida tosiendo - Maldita espuma - se quejo.
- Tal vez deberías haber traído cerveza - De dio un trago pero no tan bruto como el rubio - Si querías que nos embriagáramos tendrías que haberlo pensado mejor -
- ¡No! - casi grito -Es noche buena, no tendría sentido si no buera champagne - Le dio un gran sorbo, tomando un poco mas de cuarto de botella.
- Así te embriagaran tu solo - se rió y volvió a beber - Además - lo miro mientras se apoyaba mas contra el respaldo de la silla - ¿Que Haces aquí? Pensé que intentarías ver a tu madre -
- No quiero verla - murmuro mirando al detective - Mejor dicho, no puedo verla ¿Te imaginas a un ex-convicto cenando con la familia perfecta? Además - agrego - Ella no me quiere -
- Vamos Frank - hablo tratando de consolarlo - Ella te quiere, no puedo decir nada de tu padre ya que ella se había divorciado de el - palmeo su hombro - Ella te quiere - finalizo acercando al rubio, aun sentado, para abrazarlo.
Permanecieron así un rato hasta que el joven Abagnale se alejo con los colores un poco subidos.
- ¡Claro! Estamos en noche buena, ¡Deberíamos estar animados! - exclamo y volvió a beber de la botella otro largo trago, ahora hasta la mitad - ¡Tengo una idea! - e levanto de golde, apenas perdiendo el equilibrio y corrió hasta otro escritorio.
- ¿Frank? -
El rubio llego hasta un mueble, a unos cuantos pasos del serio detective. Se sentó en la silla y apoyo la cara contra el escritorio, escondiéndose de Hanratty mientras levantaba la bocina del teléfono, marcando números a ciegas. Segundos después, el teléfono del escritorio de Hanratty empezó a sonar.
- ¡Atiende! - le ordeno desde su posición.
Suspirando, levanto la bocina y hablo - Hola -
- Hola Carl - hablo riéndose.
- ¿Que tal Frank? - le pregunto, pudiendo oír tanto al joven con y sin el teléfono.
- Sabes, hace mucho que no hablamos por teléfono -
- ¿Y? -
- Tengo algo que confesarte - le hablo mas serio.
- ¿Que será? - pregunto burlón sin tomarlo en serio.
- Aquella vez, cuando te di la dirección del hotel y todo eso... si estaba allí, estaba dispuesto a entregarme -
No recibió respuesta por parte de Hanratty y siguió hablando.
- Tenia pensado entregarme de verdad aquella vez, ¿Sabias? -
Tardo unos segundos, pero esta vez si obtuvo respuesta - Ven aquí Frank - corto.
Lentamente, el joven Abagnale despego la cara del escritorio, que por cierto estaba bastante roja, los efectos de tomar tan brutamente empezaban a aparecer. Se levanto del asiento y volvió al lado del detective y se sentó en la misma silla de hacia unos minutos.
- Frank - lo llamo y, al igual que el joven Abagnale, le dio un largo trago a la botella y luego la dejo en el escritorio - ¿en realidad querías entregarte? - Hanratty pregunto mirándolo a los ojos.
- Te lo acabo de decir ¿O no? - respondió, sintiéndose un poco intimidado por la mirada del detective- ¿Carl? -
- Que bueno que no fui aquella vez - confeso - Sino, hoy no estaría trabajando con uno de los mejores identificadores de cheques falsificados que hay -
Frank sonrió de medio lado y se sentó sobre el detective.
- ¿Frank? -
- ¿Te alegras de que este aquí? - parecía ser una pregunta, pero sonaba más a una afirmación.
- Frank, salte de encima, apestas -
En cambio, el joven Abagnale se acomodo más sobre el regazo del detective y lo abrazo por el cuello.
- Vamos, admítelo - le sonrío y apoyo su cabeza a un lado de la cabeza del hombre con gafas, que estaba un poco avergonzado por la actitud del rubio.
- Frank, quítate - ordeno, aunque su voz flaqueo al decirlo.
Sonrío juguetonamente y se junto aun más con el cuerpo de Hanratty, quedando en una posición muy comprometida.
- Vamos, Frank - murmuro, tratando de no ceder ante las ganas que tenia por tomarlo de las caderas.
- Dilo - canturreo en su oído riéndose.
Esta vez el detective ni siquiera respondió y el joven solo rompió el abrazo y se alejo lo suficiente como para verlo a la cara.
- ¿Tu tampoco me quieres, Carl? - susurro un poco decaído ante la falta de respuesta.
Sorpresivamente, el mayor lo beso. Un beso hambriento y para nada dulce. Separándose casi en seguida y empujando al rubio contra el escritorio.
-Te dije que te salieras - hablo parándose de su asiento y acorralándolo contra el mueble volvió a besarlo, justo como antes.
Se tomo el tiempo de recorrer toda la boca del joven mientras este lo abrazaba. Las caricias no se hicieron esperar y la ropa voló por la gran oficina. Los gemidos subían cada vez más de tono tanto como la excitación de ambos.
Así, volvemos como al principio, el detective entrando brusca y repetidamente dentro del cuerpo del ex estafador y este gimiendo y exigiendo más.
- Carl - susurraba algo ofuscado por el placer - ahh -
Dejo de tomarlo fuertemente de las caderas para apoyar su pecho contra la espalda del rubio, respirando en su cuello y jadeando.
- Frank... ahh - gimió, sintiendo que estaba cerca de terminar y tomo el miembro del joven, ganándose un gemido más fuerte que los anteriores.
- Carl... ahh... ya... - gimió, manchando la mano del detective y parte del mueble.
Hanratty sintió como lo envolvían más fuerte y termino llenando al rubio. Jadeando contra su cuello, tratando de controlar su agitada respiración sin salir del menor ni de dejar de abrazarlo.
- Carl - lo llamo, aspirando grandes bocanadas de aire - No... me respondiste -
El detective siguió tratando de controlar su respiración, luego de acerco, salio lentamente del interior del joven y mordió su cuello antes de alejarse.
- Si te quedan dudas, mírate al espejo - respondió más calmado, tomando el pañuelo de su traje y limpiándose tanto a el como al ex-estafado que seguía contra el escritorio - Frank - lo llamo pero el rubio no le respondió - ¿Frank? - se acerco un poco y descubrió que el rubio había dormido.
Volvió a sobarse el puente de la nariz y se sentó en la silla detrás de el.
- ¿Se supone que debo ordenar esto solo? -