Prefiero a los dragones
Porque, literalmente, Harry lo prefería.
Por:
PukitChan
Aún recordaba perfectamente aquel cuarto año en Hogwarts, cuando le fue asignada la prueba más difícil de todas las que el Cáliz de Fuego había propuesto: conseguir una pareja para el baile de Navidad.
Mierda.
¿Una pareja? Por favor, ¿por qué era tan necesario ir acompañado a un estúpido baile? Para empezar, Harry ni siquiera bailaba: su sentido de la coordinación se limitaba a atrapar snitch y esquivar bludger en el campo, que a dar un paso de baile. Además, a su corta edad, ya creía que salir con mujeres era demasiado peligroso… ¡Y más aún en fechas como las Navideñas!
Por eso, cuando Ron le preguntó por qué no se armaba de valor para invitar a unas de esas criaturas tan raras y curiosas conocidas como chicas, le contestó con sinceridad de esa manera.
“Creo que prefiero los dragones.”
Porque, literalmente, era lo que prefería Harry. Que Ron lo haya entendido de otra manera a esa oración, no era su culpa.
Y aquella noche, cuando ingresó a la sala común de Gryffindor con una enorme sonrisa boba, aún sin creer el “Sí, quiero ir contigo al baile, Potter” que había escuchado, Harry entendió que ni siquiera el rechazo de Fleur había dejado tan traumado a Ron como sus palabras.
—¿Qué?—Fue la escueta pregunta de Ron.
—Que Draco Malfoy aceptó ser mi pareja para el baile de Navidad.
La palidez de Ron se volvió un preocupante tono gris verdoso.
—¡Pero Harry, tú mismo dijiste hoy en la mañana que…!
Guardó silencio al entender finalmente que Harry desde el inicio fue sincero con él. Era sólo que Hermione hubiera sido más lista cuando escuchó aquel curioso comentario. La palidez se volvió repentinamente unas inmensas ganas de vomitar.
—…que prefería a los dragones —completó Harry con una sonrisa, aunque encogiéndose de hombros al ver la expresión de su mejor amigo—. En realidad siempre lo he preferido.
Ron salió corriendo, seguramente a vaciar el contenido de su estómago en algún otro lugar; Harry arqueó su ceja y desvió su mirada hacia Hermione, cuyo rostro estaba escondido detrás de un grueso libro.
—Hermione…
—Lo sé, Harry. Creo que lo sabía antes de que tú.
Potter extendió su sonrisa, recordando entonces la cara impactada de Draco Malfoy cuando, luego de una clase, se acercó a él y le pidió ser su pareja de baile. Pero luego, la sorpresa del rubio se extendió a su propio rostro cuando el otro aceptó y, dignamente, se dio la vuelta, diciéndole la hora en la que debía esperarlo afuera de la sala común de Slytherin y que, por Merlín, se vistiera decentemente para la ocasión.
—Aunque lo niegues, Harry, siempre te han gustado los desafíos.
…ahora que lo recordaba, aquel cuarto año no fue tan malo.
—Potter…
—Malfoy…
—¿Qué estás haciendo? —cuestionó Draco a su pareja de hacía años, al observarle colocar en el árbol de navidad un dragón.
—Adornando —respondió con simpleza.
Draco sonrió, se inclinó y tomó entre sus manos la figura de un león, que ubicó a un lado de la figura que momentos antes, Harry había colocado.
—Se ve muy bien con leones.
—Creo que prefiero a los dragones.
Porque, literalmente, Harry Potter prefería a Draco Malfoy para Navidad.