Hoy es el día, hoy es mi décimo séptimo año de vida, ya han pasado cuatro años desde que un pequeño y mojado Nezumi entrara a mi habitación, la mañana transcurrió como de costumbre a excepción de que la dulce voz de mi madre me despertó cantando una canción de feliz cumpleaños. Era un día como cualquiera así que esa mañana fui a la escuela donde mis compañeros también entonaron una canción de felicitación para mí, pues había retomado los cursos estos no eran los mejores pero aprendía mucho.
-Aquí me separo yo-
-Bien, nos vemos mañana Akise kun-
Akise kun era uno de mis compañeros de clase, era un chico delgado como yo y también era muy alto su cabello era largo de un lado hasta el hombro y rapado del otro llevaba siempre jeans y camisa.
-Feliz cumpleaños Shion- decía el chico de cabello marrón mientras se alejaba
-Gracias- contesto amablemente Shion
-Aun es algo temprano tal vez podría desviarme un poco camino a casa-se dijo a sí mismo el peliblanco y comenzó a caminar por un sendero casi desolado hasta llegar a una casucha mitad enterrada bajo tierra abrió lentamente la puerta cerro lo ojos esperando que cuando los abriera estuviera Nezumi parado frente a él cocinando algo o recostado leyendo algún libro pero cuando los abrió lo único que había ante él era obscuridad y un leve olor a humedad, bajo con cuidado los escalones, no podía ver nada así que se acercó con cuidado donde sabía que estaba una linterna mientras intentaba encenderla torpemente escucho una vos en tono burlón que provenía de la sala contigua.
-¿Ni siquiera puedes encender una lámpara? Eres un cabeza hueca Shion-
-¿¡NEZUMI!? ¡NEZUMI! ¡¿DONDE ESTAS?!- gritaba desesperado el chico mientras se echaba a correr en dirección de dónde provenía la voz, abrió la puerta de un golpe y entrecerró los ojos para poder distinguir algo, una pequeña rendija dejaba entrar algo de la luz del atardecer a aquel lugar.
-No... No hay... nada- decía mientras se tiraba al piso tratando inútilmente que las gotas de agua salada que llenaban sus ojos se disiparan pero estas solo rodaban por sus mejillas sin parar.
-¿Shion dónde estabas? Tu madre estaba empezando a preocuparse- dijo Inukashi al ver entrar a Shion al pequeño jardín de la casa
-Ah, lo siento Inukashi-san no fue mi intención solo me desvié un poco de camino a casa-
-Vale- contesto no tan convencida -Entra todos te estábamos esperando-
Dentro la casa estaba adornada con serpenitas y globos en la sala estaba Inukashi-san, el pequeño Shion, Rikiga san, Karan y algunos vecinos que entonaron una canción de cumpleaños, hasta hace unos días no la sabia y ahora creo que me la he aprendido, mama preparo la tarta de cereza como todos los años.
-Shion necesitamos más sillas, ¿puedes ayudarme?- pregunto Rikiga algo exhausto
-Claro- contesto el chico mientras tomaba unas cuantas sillas, pero al dar un paso sintió que se le doblaban las rodillas y cayó al suelo
-¡SHION!¿Estás bien? Lo siento no debí pedirte que me ayudaras- decía Rikiga mientras levantaba el pantalón hasta la rodilla para ver el daño que el joven se había hecho -Shion...¿cómo...como te hiciste eso?-
La pierna del chico estaba llena de moretones y raspadas que le cubrían parte la pálida piel con manchas de color escarlata
-Esto he no es nada- rio torpemente el chico – seguro fue cuando me caí camino a casa pero no es nada, estoy bien Rikiga san-
Debió haber sido cuando corrí en busca de Nezumi, todo estaba muy obscuro y me golpee con muchas cosas en mi efusiva carrera tal vez por el gran golpe emocional que me ataco no sentí todos esos golpes pero mi cuerpo los está resintiendo ahora, duele pero no quiero preocuparos.
-¡Hey Shion! Tenemos un pequeño regalo para ti-
-No era necesario Inukashi san-
-Como sea, está en el patio trasero-
-¿En el patio trasero?-
-Sí, si no vas ahora morirá de frio-
El chico corrió hacia el jardín trasero -¡Nezumi! Sabía que vendri..- el peliblanco vi una pequeña caja adornada con un papel azul con lunares blancos y un moño encima color rojo se acercó lentamente y la abrió
-¡Whoaaa! Un cachorro, es tan lindo- decía el chico mientras levantaba al pequeñín de color blanco con una tierna mancha café en la oreja derecha
-Lo siento... Shion no pudimos contactar con Nezumi por más que lo intentamos- decía tristemente Rikiga
-Está bien, gracias por el cachorro – decía con una sonrisa y una mirada algo decepcionadas
Entre risas y baile la fiesta del joven de ojos rojos se llegó a su fin ya entrada la noche, terminaron de recoger los platos, serpentinas, vasos y globos desinflados, Inukashi y Karan lavaban las cacerolas mientras Rikiga jugaba con el pequeño Shion y Tom, que así se llamaba el cachorro, jugueteaba con la manga de Shion que yacía recostado en el piso mirando al techo
-Shion ve a darte un baño- le dijo Karan al chico en el piso
El chico se levantó y se dirigió a la bañera, se desnudó e introdujo su cuerpo en la ducha, el agua caía sobre su blanca cabellera y recorría su cuerpo
-Nezumi..- murmuro mientras las lágrimas se volvían a mostrar en su rostro
En verdad pensé que lo volvería a ver, fui tonto al creer que volvería en este día, seguramente estará actuando en algún gran teatro tal vez no estuvo libre o tal vez ...tal vez se ha olvidado de mi
Estas últimas palabras incrementaron las lágrimas del muchacho, paso bastante tiempo para que el chico saliera de la ducha, al salir solo se enrollo una toalla a la cintura y entro a su habitación que estaba a obscuras y se sentó en la orilla de la cama
-Oye tonto si no te secas el cabello te enfermaras, no creas que por ser verano no te puede dar un catarro-
-Esa voz...- el chico de ojos rojos volvió la mirada hacia la ventana y pudo divisar, gracias a la luz de la luna, una figura, cabello largo recogido en una cola, una camisa sin mangas color amarillo y jeans negros, botas y sostenía lo que parecían ser flores
-Feliz cumpleaños Shion, perdón por llegar algo tarde- decía la figura
-¡NEZUMI!- Shion corrió hacia aquella figura sin pensarlo dos veces, ambos cuerpos cayeron al suelo
El chico que entro por la ventana tomo la cara del peliblanco y le beso suavemente en los labios
-¡¿Por qué..Por qué lloras?! ¡ Deberías estar agradecido de que te dé una lección para besar! Ahora quítate de encima que arruinaras las flores que me costó tanto traerte- decía el chico de ojos plateados mientras se sentaba
-¡Idiota!-
-Tu..¿Acabas de insultarme?- mientras dirigía una mirada fría a su amado
-¿Por qué llegaste tan tarde? ¡No tienes idea de cómo me sentía pensé que te habías olvidado de mí y que nunca más te volvería a ver!-
-Ya me disculpe por eso, además ¿por qué creías que si no venía hoy no me volverías a ver? ¿Eres idiota? ¿Qué es lo que quie..-
-¡Quédate! Aquí conmigo-
-Estas de broma, apenas y tienes dos habitaciones y no creo que tu madre este de acuerdo con eso...-
-Cuando vivimos juntos dormíamos en la misma cama ¿por qué ahora habría problema con ello? Puedo convencer a mi madre, podrías conseguir trabajo aquí- la mirada de decisión que ponía el chico inundaba los pensamientos de Nezumi -No me dejes solo de nuevo Nezumi...te necesito a mi lado- decía el chico de cabello blanco mientras abrazaba con fuerza al ojos grises
-Está bien, si eso es lo que su majestad desea- contesto mientras tiernamente devolvía el abrazo al chico sujetado con fuerza de su cuerpo -Te extrañe-
-También te extrañe, Nezumi te amo-
El intruso rio por debajo y luego beso de nuevo a Shion -te amo cabeza hueca-
La obscuridad envolvió a la joven pareja convirtiendo la pequeña habitación en el lugar del esperado reencuentro de ambos amantes, aquella noche entre besos, abrasos y caricias se volvieron uno.