¿Estás diciendo que estoy loco, no lo sabes? Soy terco. Es triste que mi único pecado sea amarte
La neblina comenzaba a bajar, el frio inundaba las calles por las que circulaba la gente con pasos apresurados, el enorme reloj de la catedral tocaba las 12, Minho miro su reloj rápidamente, viendo de un lado a otro de la calle, esperando alguien, esperándolo a él. Metió las manos en su abrigo, buscando calentarlas, y sintió en el bolsillo el metal frio, su corazón se aceleró, saco la mano evitando aquel roce y calmo su corazón y su mente. La calle ya casi estaba vacía, atravesó rápidamente la calle y entro al café de enfrente, se sentó en la mesa más alejada y pidió un café, mirando nerviosamente la puerta, esperando el momento en que se abriera.
Cerca de las 12:30 la puerta se abrió dejando ver a un muchacho de cabellos rubios, Minho se levantó para que pudiera verlo, alzo la mano levemente y el muchacho comenzó a caminar en su dirección, sonrió pero la otra persona no le devolvió la sonrisa, se limitó a sentarse y pedir un café
—De haber sabido que vendrías de ese humor, mejor no hubiera pedido nada— le reprocho al chico rubio, este suspiro
—Lo siento, pero, por favor ¿Qué persona pide encontrarse en un café a la medianoche? —reclamo el rubio
Ve a buscar una persona que sea perfecta para ti ¿Fui solo un lugar de descanso? Donde permaneciste muy poco.
—Una que quiere disculparse Kibum— Minho jugueteo con su taza
—Lo sé, lo se lo siento— Kibum suspiro desesperado— es solo que después de la otra noche creí que me odiabas
—No te odio, jamás podría hacerlo— Minho sonrió, pero en sus adentros su sangre hervía, el solo pensar en lo de la otra noche, en recordar como lo encontró en su propia cama con otro…Debía parar de pensar en otro, porque sabía que no podía controlarse una vez enojado
—Yo… lo lamento— soltó Kibum de repente— yo sé que debí decirte, sé que estuvo mal, pero…en verdad lo siento Minho y te deseo lo mejor
—¿Lo amas? — pregunto Minho
—¿Qué? —soltó un suspiro—sí, lo amo- respondió Kibum
—Entonces por mi está bien, sabes que siempre he deseado tu felicidad— Minho volvió a sonreír hipócritamente, si Kibum hubiera leído sus pensamientos saldría corriendo de aquel café, Minho le intento tomar la mano levemente, pero Kibum retrocedió
Si te gusta, el me gustara ve con él, pero, vamos a vernos una última vez.
—Yo…—intento explicarse Kibum
—Tranquilo, comprendo, será mejor que te acompañe a casa, Jonghyun debe estarte esperando— Minho tomo su abrigo y se lo coloco
—No es necesario, puedo ir yo solo— Kibum tomo de un sorbo todo lo que quedaba de su café y se levanto
—No, por favor insisto— Kibum volvió a suspirar
—De acuerdo, anda— pagaron y salieron al frio de la calle, cuando solían ser pareja siempre iban a aquel café, y Minho conocía más que de memoria el camino al apartamento de Kibum, sabía que tendrían que pasar el callejón. Kibum caminaba rápido, queriendo acortar el tiempo junto a Minho, pronto se vieron envueltos en la poca luz del callejón, Minho se detuvo y lo llamo con vo ronca
Mis recuerdos son confusos, ya no recuerdo como eras. No puedo continuar haciéndote daño, vamos a algún lugar donde no haya gente, solo quiero estar a solas contigo. Ahora ya no puedes ir a ninguna parte
—Kibum— el mencionado se giró— te amo— Minho camino hasta quedar enfrente de él, sentir su aliento, observar con todo detalle sus ojos— en verdad te amo— repitió en un susurro mientras encajaba en la blanca piel de Kibum, el cuchillo que estaba en su bolsillo, Kibum solo atino a sostenerse de Minho, mientras la vida se le escurría entre los dedos.
El cuerpo cayó y Minho observo llorando el cuerpo sin vida, y la sangre de la persona que tanto había amado resbalando entre sus manos. Los orbes cafés mirando sin mirar, el pecho detenido, se inclinó para cubrir mejor el cadáver sobre el pavimento ligeramente húmedo, dio un último beso en los labios ahora pálidos y se marchó de manera silenciosa, sin mirar atrás.