—Oye Kyuhyun —Me llamo Hyuk. — ¿Recuerdas que me debías un favor?
—Si. —Murmure inseguro de a donde se dirigía la conversación.
—Necesito que me devuelvas el favor.
—Está bien… No voy a matar a nadie ¿estamos claros en eso verdad?— Pregunte, con esa mirada con la que estaba preguntando era mejor que me asegurara que no me involucrara en nada ilegal.
—No es nada de eso. aseguró. —Tendré que salir unos días y necesito que cuides uno de los pececitos.
—¿Por qué no le pides a Hae que lo haga?— Pregunte, la última vez que había tenido que cuidar una mascota de alguien del grupo fue una de las tortugas de Yesung y la encontraron vagando en el estacionamiento, nunca supe como llego hasta el piso inferior.
—Hae… Porque te lo pido a ti.
—Está bien… Supongo ¿Qué tengo que hacer?
—Mantenerlo con vida.
—¿Solo lo alimento y ya?— Pregunte, no quería ser responsable de una muerte acuática.
—Si, tu sabrás que hacer. —Sonrió si fuera el no estaría tan confiado— con que no muera estará bien. Lo traeré mas tarde.
Nunca había cuidado los peces de Hae y Hyuk pero no podía ser difícil, los mantendría en el agua y les daría de comer cada tanto. Mire la habitación y tire al piso algunas de las cosas de Sungmin, debía poner los pececitos en algún lugar y su escritorio era perfecto.
—¡Kyunie!— Me llamo Donghae y se colgó de mi espalda.
—Bájate —Pedí más sin embargo no obedeció— No cuidare tus peces.
—Eres un babo —Rio y me soltó— No lo creía cuando HyukJae me dijo que habías accedido a que me quedara aquí mientras él iba a visitar a su hermana.
—¿Dijo que?
—¡Será tan divertido!
—¿Qué te quedaras donde?— Pregunte intentando captar su atención.
—Podremos ver películas y comer dulces y luego iremos a comprar más dulces y volveremos a ver más películas.— Los pensamientos de Donghae iban a mil por hora y ninguno d ellos estaba relacionado a responderme o dejarme tener el fin de semana tranquilo que había planeado: Yo, mi computadora y una botella de vino.
—¿No hay pececitos?
—Si… ¡Yo!— Respondió y me paso un brazo por los hombros.
—Una pregunta.
—¿Cuál?
—¿Por qué estás aquí?
—Ah Kyunie eres muy gracioso, vamos nuestro fin de semana va a comenzar, ya lo tengo todo planeado.
Donghae me obligo a jugar esos juegos de mesa para niños, uno donde teníamos que ponernos en posiciones raras pisando círculos de colores, uno donde comprabas propiedades con billetes de papel y otro donde tenias que adivinar cosas. Habia visto antes ese tipo de juegos en comerciales de televisión pero no creía que nadie se diviertiera en realidad con esos juegos tontos.
—Kyu pon atención, ni siquiera lo estas intentando.— Reclamó Donghae cuando falle al intentar adivinar su personaje. Suspire y me sujete el puente de la nariz, ahora no estaba tan mal la idea de que Hyuk me pidiera matar a alguien con mis propias manos.
—Donghae tengo una idea. —Dije guardando todos los juegos y lanzándolos en el armario— ¿Qué te parece si te sientas quieto y en silencio aquí mientras yo rompo mi propio record?
—¿Sera aburrido?
—Claro que no, podrás mirar a un genio en su momento de gloria.
Donghae se sentó en el piso a mi lado y comenzó a parlotear sin parar durante todo el nivel, no podía soportarlo ni un segundo más tenía que encontrar un lugar a donde no me pudiera seguir.
—Hyung —Dije interrumpiendo su letanía— debo tomar una ducha, tu sabes mucho esfuerzo y debo relajarme. Podemos continuar esta conversación cuando salga ¿si?
Antes de que pudiera discutir o negarse me metí al baño y cerré la puerta con seguro, no interrumpiría mi momento a solas. El agua caliente me sentaba bien y tan pronto como comencé a enjabonarme escuche que Hae golpeaba la puerta.
—Kyu acabo de ver un comercial que me recordó… —Y así comenzó a hablar de nuevo sin parar, ¿es que Hae no necesitaba detenerse para tomar aire?
—Que interesante Hae —Respondí y Salí con una toalla anudada en la cintura.
—Pero no escuchaste la mejor parte —Caminaba detrás de mí sin dejar de parlotear.
—¿Cuál es la mejor parte? —Pregunte sin interés real. Intente ignorar a Donghae con su explicación de por qué la segunda parte era mucho más divertida que la primera pero no tan interesante.
Suspire molesto, no entendía como alguien podía hablar tanto tiempo sin cansarse, yo ya estaba cansado, muy cansado de escucharlo divagar sobre mil y un cosas que ni siquiera recordaba
—Sería más fácil si fuera un pececito al que pudiera poner a nadar en el excusado.— Murmure para mí mismo.
—Extraño a mis peces. —Suspiró— Aun recuerdo cuando adopte a Nemo, es una historia muy graciosa ¿quisieras escucharla? —Y sin esperar una respuesta comenzó a parlotear.
—Hae ya cállate —Pedí y sujete su nuca con una mano para presionar mis labios contra los suyos. Por un momento pensé que estaba en shock y que tendría que reemplazarlo con un pececito de la tienda de mascotas pero justo cuando iba a alejarme los labios delgados de Donghae comenzaron a moverse sobre los míos, con un ritmo lento y dulce. Torpemente sus brazos rodearon mi cintura chocando contra la toalla húmeda, haciendo que resbala hasta el piso.
—¡Donghae!— Lo llame intentando cubrirme— ¿Qué crees que estás haciendo?
Donghae salió sonrojado tapándose la cara sin poder hilar sus pensamientos en una oración con sentido, ni siquiera palabras de disculpa pudieron salir de su boca. Si hubiera sabido antes que para callarlo tenía que verme desnudo, lo habría hecho desde hacía horas, mire la toalla en el piso.
—Donghae, ¿quieres oír algo gracioso? — Era tiempo para la venganza.