Entrevista 1: Zhang Yixing.
—Ok, comencemos. Zhang Yixing, veintiún años, casado. Nacionalidad china. Proveniente de Changsha. Ocupación, amo de casa —Hablaba por la grabadora y después la dejé asentada en la mesilla de centro—. Ok, señor Zhang. Hábleme de su esposo.
— ¿Yifan? Oh, él, es un gran hombre —sonríe Yixing mientras bebe de su taza de té importado— es educado, amable, caballeroso. Actualmente trabaja en una empresa multinacional y vivimos económicamente bien.
Sonrío y asiento a lo que él dice, haciéndole notar que le estoy prestando atención.
— ¿Han tenido hijos?
— ¡Oh, por supuesto que sí! Actualmente tenemos cuatro hijos. El primero es nuestro pequeño Kris. Es un dragoncito rojo y es precioso, es el mayor y algo rudo con sus hermanitos, pero es un buen niño. Actualmente va al kínder. Después está Ace, el es un gran niño, muy astuto y observador, es una alpaca y es la alpaca de los ojos de Yifan; él también está en el kínder con Kris, ya que es muy inteligente. —Yixing se regodea de sus hijos y sonríe orgulloso—. Después está el pequeño unicornio Lay, es el más pequeñito y justo ahora debe estar durmiendo en su cunita —sonríe amorosamente y el hoyuelo que tiene constantemente por su expresión alegre, hace aparecer uno más en la otra mejilla cuando ensancha su sonrisa.
—Debe estar muy orgulloso de sus hijos.
—Sí —suelta un largo suspiro y creo que hasta yo comparto su felicidad— son la luz de mis ojos.
—Continuaré con la siguiente pregunta. ¿Ha tenido relaciones amorosas con otras personas antes de su actual pareja?
— ¿Qué? No, no, no, no. Ni pensarlo. Ay, madre santísima —Yixing rueda los ojos y niega con la cabeza— una vez, salí con un chico llamado Donghae, pero en nada se compara con… mi machote, mi hombre, ay Yifan. —Hiperventila y no sé si sonrojarme por sus palabras o respirar hondo. Intento ignorarlo hasta que al señor Zhang se le pasan esos cinco minutos de calentura.
—Bueno, entonces… —dudo en hacer la siguiente pregunta. La última que le hice fue sobre sus parejas anteriores y terminó hablándome de su esposo como si estuviese en el clímax del orgasmo—. ¿Qué tal su vida sexual? ¿Es frecuente?
—Bueno, usted puede tener la certeza de que hemos tenido sexo al menos tres veces —sus palabras me descolocan. ¿Eso quiere decir que esos tres hijos son producto de un embarazo? Pero lo que de verdad me deja con cara de póker, es que hayan sido un unicornio, un dragón y una alpaca. Al menos el unicornio puedo decir que fue producto de Yixing, el dragón del señor Wu pero… ¿y la alpaca? Una de tres, o es una especie de mutación de dragón y unicornio, o es que el señor Zhang le fue infiel al señor Wu con un borrego, una llama o una alpaca; o definitivamente alguien tendrá que decirle a ese niño Ace que es adoptado—. Disculpa, ¡hey! —El señor Yixing chasquea los dedos frente a mí y salgo de mi trance— ¿te encuentras bien? —No, no me encuentro del todo bien, y eso que me faltan cinco entrevistas. Pero trato de disimular mi incomodidad y carraspeo un poco.
—Bueno, le decía, señor Zhang… sobre su vida sexual con su esposo. ¿Aún son activos?
—Oh, pero por supuesto que sí. —Sonríe, se muerde el labio inferior y su mirada se desvía, deja de lado el té y puedo notar el rubor en sus mejillas— Como te dije anteriormente, mi Yifan es todo un machote. ¡Ay, papaya! Al principio era tierno, y así concebimos a Kris, pero cuando fue el turno de Ace… ¡Oh my…! Sacó su lado dragón y me dio tan duro que no sentí absolutamente nada de dolor cuando Ace nació y…
— ¡Señor Zhang! —Traté de controlarle, sólo quería que me contara si seguían sexualmente activos y la frecuencia con la que tenían sexo, pero comenzó con su oratoria de su marido salvaje y se desvió del tema. Creo que esa pregunta tendré que tacharla.
¿Bueno, que el tipo estará tan bueno?
Sí.
En efecto, está muy bueno.
Eso lo comprobé cuando le vi entrar por la puerta principal, quizá estaba saliendo del trabajo.
Sin ningún rastro de extrañeza ante mi presencia, se desajustó la corbata y tiró su maletín a un lado, su saco fue a dar al sillón cerca del señor Zhang y le dio un beso fugaz. Ese hombre parecía salido de un manga, sus rasgos eran perfectos y el cabello era rubio; era alto, muy alto y delgado, perfecto. En ese momento, mi mente estaba en un sitio en donde los unicornios salvajes se vuelven mansos y los dragones caminan a dos patas, acompañados de alpacas voladoras.
—Mira, Fannie. Esta persona vino a hacerme una encuesta sobre nuestra vida de casados. —El hombre me miró y volví a entrar al trance del que me sacó el señor Yixing con sus palabras.
—Uhm, hola. Soy Wu Yifan. —Dios, su voz era tan… asdfghjkl es decir poco—. Supongo que ya le has hablado de nuestra vida sexual, mi pequeño poni —el señor Wu desvió el rostro del señor Zhang y comenzaron a besarse apasionadamente. El té del señor Zhang había dado en el piso y ahora sus manos se aferraban al cuello del señor Wu. Intenté usar mi técnica de carraspear para que se detuvieran y espabilaran un poco, pero eso pareció no funcionar para nada, así que me di cuenta que sobraba en ese momento y me dispuse a salir con el bochorno aún sobre mí. Tendré que borrar eso último de la grabadora y hacer muchas ediciones en esta entrevista, además, no estaba en disposición de ver porno chino, al menos no en el día.
De verdad que… como ese Wu Yifan no habría dos. Ese hombre era tan perfecto. Lástima que sea casado.
Suspiré con algo de cansancio y me dirigí a la segunda casa, esta vez de unos tales… Oh Sehun y Luhan. Creo que este hombre Luhan no tiene apellido. Observo sus fotos y me sorprendo, ¿¡pero es que acaso estos dos son hermanos!? Sólo espero no llevarme una sorpresita como en casa de los Wu.