Baekhyun era un profesor de astronomía. A sus 22 años los alumnos escuchaban atentos la historia sobre una de sus estrellas favoritas, la cual era narrada una y otra vez con la misma mezcla de melancolía y alegría. Los recuerdos eran claros, nítidos casi como si hubiera ocurrido el día anterior cuando la verdad era que sucedió hace cuatro años.
Cuando el profesor Baekhyun relataba al pie de la letra los nombres de las estrellas y constelaciones en su primer día de clases una temblorosa mano fue alzada, era el niño nuevo cuyo nombre era Minseok quien con ingenua curiosidad preguntaba el nombre de la estrella más brillante. El mayor de todos no necesitaba alzar su mirada a los apuntes de la pizarra, luego de años de estudio el sistema solar parecía estar tallado en su propio corazón, detalle por detalle del cual solo se destacaba una cosa.
Cerro sus ojos al igual que los puños, un escalofrió recorrió su cuerpo haciendo que soltara un suspiro ahogado, intentaba con todas sus fuerzas no mostrarse vulnerable, lo había prometido pero en ese momento con cientos de miradas sobre él sus piernas se hacían débiles. La habitación quedo en silencio, solo los leves murmuros del muchacho Minseok eran audibles y Baekhyun comprendía que debía estar confundido y apenado aun si no era su culpa lo vacío que se sentía el mayor ahora.
Todos sabían que el nombre de esa estrella era Chanyeol
Pero ninguno se atrevía a decirlo en voz alta, aun si todos supieran la historia..
Para cuando el profesor abrió sus ojos el salón ya estaba vacío y a oscuras, Baekhyun hubiera temblado en miedo pero en vez de eso sus ojos parpadearon una o tres veces hasta lograr entender lo que ocurría, claramente era un truco de su mente que en cada pupitre hubiera una luz con el reflejo de cada estudiante, volteo su rostro al pizarrón justo donde las estrellas yacían dibujadas y en cuestión de segundos entendió de que se trataba. En su propio pecho una brillante luz crecía, sonrió ligeramente recordando las palabras que uno de sus alumnos favoritos solía decir.
“Las personas son como las estrellas, cada una forma de cierta forma tu planetario, Baekhyunnie”
El estremecimiento volvió cuando su mirada se movió a duras penas hacia la esquina derecha, justo en la primera fila una luz se destacaba de las demás. Su corazón se detuvo cuando la figura de un muchacho más alto que el apareció justo frente a él, quería llorar pero deseaba ver su rostro con claridad, lucia exactamente como la primera vez que se conocieron; Cabello anaranjado disperso en diferentes direcciones, ojos enormes que no hacían más que mirarle con sorpresa y por supuesto recordaba la forma en que uno de ellos se cerraba ciertas veces, labios gruesos siempre elevados en una sonrisa y rojizos, piel suave y pálida, piernas alargadas aun si era menor pero que no podían dar un solo paso sin tropezarse, esas horribles camisetas que de cierta forma le encantaban a Baekhyun.
Porque todo él era una estrella…
El más bajo sonreía, quería abrazarlo, sentir su cuerpo envuelto en esos cálidos brazos que tanto extrañaba. Pero por cada paso que daba Chanyeol parecía dar dos o tres y por más que estirara sus pequeños brazos el menor solo sonreía como solía hacerlo en esos días.
Baekhyun recordaba demasiado bien a su alumno favorito quien le había enseñado durante su infancia las grandiosidades del espacio, el amigo con el cual bebía jugos de naranja mientras leían cuentos sobre las estrellas o historietas, el que usaba gafas que caían de forma graciosa hasta la punta de su nariz y recorría los pasillos con los brazos llenos de libros en su adolescencia. El mayor siempre se preguntaba desde cuándo comenzó a amarlo. Chanyeol brillaba a su propia manera, diferente a los demás, cada vez que escupía el jugo cuando reía o ajustaba sus gafas la luz crecía a su alrededor. Chanyeol siempre estaba allí brillando.
La única estrella que se destacaba de las otras…
Era quien le enseño a amar, quien daba dulces besos cada vez que hacia a su profesor reír como nunca antes, quien tomaba su mano bajo los pupitres con esas miradas secretas que solo ellos entendían como un lenguaje secreto entre dos amantes. Era su estrella, su Chanyeollie..
La estrella en el planetario de Baekhyun…
Era doloroso como extrañaba todo eso, los días en que su felicidad era verdadera y los días en que disfrutaba llegar al salón por las mañanas.
Las estrellas eran algo hermoso, en realidad lo eran pero no importaba cuanto avanzara, cuanto estirara sus brazos. Baekhyun jamás alcanzaría a Chanyeol y la peor parte de esto es que Chanyeol siempre estaba observándolo, esperando desde su lugar en el cielo.