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Soul por JaeIn

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Notas del fanfic:

Gracias por leer ^-^ 

 

Notas del capitulo:

Esta historia transcurre a dos ritmos diferentes, es decir que por cada dia en el mundo real, en Erebus pasan aproximadamente 2 meses.
Espero les guste y no se pierdan mucho.

Buena lectura! 

p/d: Este fic tiene un hermanito, un KaiSoo que subiré mas tarde.


[Kris]

Arrojé todas mis pertenencias dentro del auto en menos de 5 minutos, estaba hecho una furia, mi compañero (ahora ex-compañero) de habitación me gritaba, insultaba, pedía perdón, todo a la vez, para que me quedara.

- Kris ya deja eso! Quédate por favor! Como mierda voy a pagar el alquiler si te vas a esta altura?! Eres un maldito egoísta, solo piensas en ti! Teníamos un trato! Por favor!

- Lo mismo digo, y ese trato dejaba muy en claro que respetaríamos los espacios compartidos, pero no! Excediste el limite, tú y tus mujeres! Estoy harto Kai! Harto! – hice una pausa y suspiré antes de terminar de entrar al auto e irme para siempre – Madura! Ya es hora.. No seas como tu padre, si tanto lo odias no seas como el.

Mis palabras le pegaron donde mas le dolía, lo sabia, por eso se lo dije, antes de que pudiera contestarme arranqué el auto sin siquiera saludar, por el espejo retrovisor lo vi enfurecerse y gritar.

 Adiós Kai, espero algún día te des cuenta de lo que estas haciéndote a ti mismo, espero puedas encontrar tu propio camino, puedes cambiar, creo en ello.

~(media hora después)~

La ruta estaba bastante ajetreada, el fin de semana se acercaba y todo el mundo ya tenía planes que llevar a cabo, fiestas, amigos, diversión... y luego estaba yo, en mi auto, con toda mi ropa, objetos, fotos y demás cosas desparramados en el interior, mi bicicleta atada precariamente al baúl, todavía llevaba puesto mi pijama bajo el saco, estaba enojado, muy enojado, sin casa y sin la menor idea de adonde ir.

Cogi mi teléfono y marque.

- Hola?


- Chanyeol.. estas en tu casa?


- Eh.. si, pasó algo?


- Estoy yendo para allá, discutí con Kai y.. bueno, ya no viviré mas con el, no tengo a donde ir.. Podrias..?
No me dejó terminar de hablar


-Si! No hay problema! Mi casa está muy vacía últimamente, además hace tiempo que no nos vemos, quédate, será divertido.

Lo ultimo que quería en este momento era divertirme, la sangre todavía me hervía por la pelea y el trafico no ayudaba a mejorar mi humor, como si fuera poco mientras terminaba de hablar con mi amigo escuché un ruido viniendo del baúl  “Oh no” pensé, y entonces todo ocurrió muy rápido, me giré para ver como mi bicicleta caía en la ruta, maldije al cielo, mi auto se desvió, frente a mi un camión, quise frenar, enderezar mi auto, mas no pude, los ojos sorprendidos del conductor se encontraron con los míos por una fracción de segundo, tenia una remera con el dibujo de un bello dragón dorado..
Eso fue lo último que vi.
Oscuridad.

 

 


[Hospital, Luhan]

El medico nos explicaba en un tono ridículamente neutro y profesional el delicado estado en que estaba nuestro amigo, Lay ni siquiera lo escuchaba, miraba la cama donde Kris dormía profundamente, sin dejar de sollozar pidió disculpas al medico y se acercó hasta allí, tomó su mano y cayó de rodillas junto a la cama, vencido, fui hasta el y le apreté suavemente el hombro.


Nos dejaron a solas con el cuerpo inerte de Kris, no estaba gravemente herido, los médicos decían que había tenido suerte pero el golpe en la cabeza lo había dejado inconsciente.. eso es poco decir, se encontraba en coma, y nadie sabia cuanto podría durar en ese estado.


Se veía tan tranquilo y fresco como siempre, simplemente dormía como siempre lo hacia en sus siestas improvisadas a cualquier hora del día, la maquina daba un pitido por cada vez que su corazón latía, me estremecí, como pudo pasarle esto?


Lay seguía en silencio sujetando la mano de su mejor amigo sollozando bajito, acaricié su espalda dándole fuerza, se giró y me miró con una mirada desgarradora que gritaba “esto es injusto” sin decir nada me abrazo fuertemente, sonreí con amargura y acaricié su pelo.


- Puedes llorar, no diré nada – lo apreté con más fuerza y sentí como todo su cuerpo temblaba por el llanto, seguí acariciando su espalda como si fuera un niño pequeño.


- Todo estará bien, Kris es fuerte, cuando menos te des cuenta estaremos comiendo y riendo juntos de nuevo, hay que tener fe – comencé a llorar sin darme cuenta – Todo estará bien.




[Érebus, Kris]

Desperté en un callejón, completamente solo, verifiqué que todo mi cuerpo estuviera bien, por suerte no tenia ni un rasguño, la ropa que llevaba era negra y desconocida para mi.
No tenía la menor idea de donde estaba, me senté y miré a los lados, una densa neblina pululaba por doquier, gracias a eso no pude ver mucho, sin embargo me sentía observado.


-H-hola?  - pregunté a la nada, noté como alguien o algo se sobresaltaba ante mi voz, lo sentí en el aire, el pesado aire de aquel lugar tan extraño donde pese a que al principio creí que era de noche, me di cuenta luego de que algo no cuadraba: había una claridad que no provenía de ninguna fuente, no había luna ni estrellas, ni lámparas ni velas, simplemente esa claridad que lo iluminaba todo, pero no proyectaba sombras hacia ningún lado.

Mientras miraba al cielo noté una pequeña silueta arriba del paredón al costado de la calle, un gato negro bastante grande y delgado tenia su vista clavada en mi, me reí de mi mismo, por un momento me había asustado.

-Hey! Gatito.. ven aquí! – lo llame, pero el gato no movió un pelo, siguió imperturbable mirándome fijamente, intenté de nuevo, era el primer ser vivo que veía en aquella ciudad aparentemente deshabitada, seguí llamándolo, no iba a rendirme.

Debería haberlo hecho, ya que mi voz al parecer atrajo la atención de otro ser, esta vez, puedo jurarlo, no era uno inofensivo.


Una gran sombra se abalanzó sobre mi y tomó mi cuello intentando asfixiarme, no pude ver su rostro ni pude definir muy bien su cuerpo, es difícil de explicar, jamás sentí sus manos, solo la presión cortándome el aire como si algo me apretara, comencé a ver borroso y antes de desvanecerme escuché ruidos de algo peleando con mi atacante.

****

Calidez, sobre mis labios, abrí los ojos lentamente y me encontré con los de él, estaba demasiado débil para apartarlo, con su mano cubrió mis ojos sin interrumpir el beso, me volví a dormir.

****
- Hey! Despierta! – alguien me sacudió lentamente “Ah.. todo fue un sueño”.pensé para mi mismo, me revolví entre mis sabanas, abrí los ojos y vi a aquel chico de antes encendiendo un fuego a unos pasos de mi “O quizás no”.

Me senté rápidamente en la “cama” (un colchón viejo en el piso de una habitación sin muebles) y observé al chico, vestía ropa negra de algún material parecido al cuero,  sus piernas estaban estiradas, eran largas por lo que supuse seria alto, parecía joven, unos 17/19 años.

Lo contemplé de perfil, tenía la mirada perdida en las llamas de la fogata, el cabello negro le caía sobre la frente, lo encontré atractivo y varonil… Hasta que recordé el beso.

No sabia que decir al respecto, así que lo escupí tal y como llegó a mi cabeza.

- Tu.. Porqué me besaste?! -  no quise que sonara tan brusco, pero así salió.

Se giró hacia mí y me horroricé al notar el brillo amarillento de sus ojos en la oscuridad, me sonrió de costado y se acerco lentamente sin hacer ruido hasta mi cama, se agachó a mi altura y me di cuenta de algo aun más perturbador: tenía orejas, de gato.

- Estas seguro que esa es la pregunta mas importante que quieres hacerme en este momento? – me dijo como burlándose de mi.

- Y-yo.. - balbuceé y señale las orejas mientras retrocedía sobre el colchón alejándome lo mas posible de su rostro – S-son reales? Que eres? Donde estoy? Porqué.. no recuerdo nada? – mas y mas preguntas surgían en mi mente, tenia miedo, mucho miedo, como nunca en mi vida... o al menos eso creía, ya que de verdad no recordaba absolutamente nada de mi vida hasta entonces.


- jajaja Ya me parecía – rió… como si fuera poco esa cosa se estaba burlando de mi, y mientras lo hacia lucia inocente como un niño que acababa de hacer una travesura, el sonido de su risa era cristalino, me relaje un poco al oírlo, el también lo hizo, se sentó cruzando las piernas y volvió a mirarme, esta vez su mirada no daba ni un poco de miedo

 

– Si, son reales.. Que soy? Mm.. Solo un simple humano.. o por lo menos lo fui hasta que llegué aquí, lamento informarte que nadie aquí es humano del todo, ni siquiera tu, o acaso no te has visto al espejo? Tus ojos rojos pueden ser muy intimidadores..  – hizo una pausa y me miró esperando que dijera algo, estaba en shock, siguió hablando – Da igual, ya averiguaremos para que sirven..  Ah, esto es Erebus, bienvenido.

-E-rebus?? Que es eso? – necesitaba un espejo ahora, como que yo tampoco era humano?! Busqué con la vista a mí alrededor algún objeto donde pudiera reflejarme, volví a mirarlo esperando su respuesta, demoró un poco en contestar.

- Erebus es... esto – se encogió de hombros y me miro con tristeza – Nadie sabe como llegamos aquí ni cuando será el momento de irnos, por lo poco que se, este lugar no es real... es decir, no forma parte del mundo humano, nosotros.. estamos a medio camino, se que es difícil escuchar esto pero – hizo una pausa y me miró, creí que me estaba tomando el pelo pero su expresión era tan amarga que no pude hacer otra cosa que escucharlo y creer cada palabra que me dijo, hasta que tras una pausa, luego de estudiarme con la mirada finalizó: - No eres un humano porque no tienes un cuerpo, esto... no es real, solo eres tu alma, al igual que yo, al igual que todos en Erebus.

- Eso quiere decir que – “estoy muerto?” pensé pero no lo dije, el ya había entendido, quise llorar, volví a mirarlo esperando con desesperación que lo negara, pero el continuó hablando.

- Quiere decir que algo te pasó en el mundo humano, algo que hizo que tu alma quedara atrapada aquí.. Pero – hizo énfasis en ese “pero” y me sonrió – eso no significa que no puedas volver.
Si hubieses muerto tu alma hubiese ido directamente hacia otro lugar, el estar en Erebus significa una oportunidad, he visto a muchos llegar e irse, algunos por la Puerta de Cristal, otros por el Río del Final, eso solamente depende de ti, ahora debemos encontrar las piezas de tu vida para poder volver, yo tengo dos de la mía:  Pasado y Presente.. – su hasta entonces optimista rostro se ensombreció por un momento y suspiró – solo me falta encontrar la del Futuro..

“He visto a muchos llegar e irse” Eso significaba que el había pasado mucho tiempo en este lugar, y aun así no había logrado reunir las tres piezas, se veía triste sumido en sus pensamientos.

- Bueno, ahora estoy yo, puedo ayudarte mientras busco las mías, en eso me llevas la delantera.

- Si – me miró y sonrió – a propósito, mi nombre es Tao – me tendió la mano.

- Yo soy Kris, mucho gusto – le sonreí brevemente – aun no entiendo porque eres un gato pero eres mi única compañía… conocí a otro antes pero al parecer no quería ayudarme – recordé a la sombra.

-jaja Te refieres a la sombra de la que te salvé?

- Fuiste tu? – recordé el beso otra vez – y luego para festejar me besaste?! – me burlé, ya no escaparía de decirme porque lo había hecho.

- Un “Gracias” tal vez? Si, fui yo, te estaba mirando desde el paredón, recuerdas? Seguías llamándome “gatito, gatito” tss tonto, no puedes andar gritando por ahí.

- Eras aquel gato?! Puedes cambiar tu aspecto? Oye, no puedes llamarte a ti mismo humano!

- Tu tampoco! Creo que estas “características” que nos otorgan al llegar tienen algo que ver con nuestra muerte.. Gracias a las dos piezas de vida que he recuperado tengo memorias de mi ultimo momento en el presente, antes de que todo terminara un gato negro pasó por delante mío y me miró, sus ojos fueron mi ultima visión del mundo, por eso debo ser así, y tu.. Que eres? Solo tus ojos son anormales, parecen de serpiente o algo parecido - se acercó a observarme, me crispé al tenerlo tan cerca, desvié la mirada.

- No lo sé! Te dije que no recuerdo nada aun.

Seguimos hablando por horas, me contó casos de otras personas que habían pasado por Erebus, todas tenían rasgos especiales, no necesariamente de animales, en una oportunidad conoció a un chico que podía convertirse en agua y esconderse así de los enemigos, seres como la sombra que me había ataco andan rondando por las calles, son entes que ayudan a los Ángeles de la Muerte, si uno de ellos te encuentra y aun no has encontrado las tres piezas de tu vida, te arrastran hasta el Río del Final, que conduce indefectiblemente a la muerte.


En mi estadía en Erebus todo se tratará de sobrevivir a las sombras, encontrar las piezas y al final un Guardia de la Puerta de Cristal se hará presente y me conducirá hasta ella, luego de atravesarla volveré a la vida.

Si, decirlo era fácil, por suerte tenia a Tao, el estaba hace mucho tiempo aquí, conocía muy bien el lugar y como ya estaba demostrado podía defenderse muy bien.

-El beso, no fue un beso en si.. como verás soy un gato, poseo 7 vidas, de las cuales ya he gastado 6, 4 veces me han atacado sombras, la quinta vez un habitante me apuñalo en medio de una pelea, y la ultima vez te cedí una a ti, con mi aliento, perdón por eso.

Se sonrojó y miró al piso, sentí un peso en el corazón al saber que me había regalado su anteúltima vida a mi, aun sin conocerme, me sentí honrado pero culpable a la vez.

- No sabia eso.. Gracias, de veras lo siento por… malentender todo, pero porqué lo hiciste?

- No lo sé, me llamabas tan entusiasmado – me avergoncé al pensar en mi suplicándole al “gatito” que bajara - no sabia si acercarme o no.. mi ultima muerte fue en una situación similar, el chico estaba tan asustado que ni bien me vio me atacó con un arma blanca que traía atada a la cintura, como había tenido esa mala experiencia tenia miedo de ti, pero después de ver como esa sombra te atacaba me di cuenta de que eras inofensivo y que me agradabas, no lo se, quise ayudarte, cuando llegué la sombra ya te había dejado inconsciente así que…  bueno – volvió a ruborizarse – procedí a revivirte con mi aliento.

- Gracias, no se como agradecerte, te prometo que encontraremos tu ultima pieza, y ambos saldremos de aquí… - lo tomé por los hombros y lo miré fijamente – No me iré de aquí sin ti, ok?


Inesperadamente me abrazó por la cintura.

- Sabia que hice bien en revivirte! Gracias Kris, yo tampoco me iré sin ti.

- Bueno, bueno… -lo aparté- no te pongas sensible, es hora de empezar.

Notas finales:

Hasta la proxima


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