-Aló…
-Naruto
-Sa.. Sasori
-oí que te mudaste, ¿acaso fue para alejarte más de mí?-dijo burlándose.
-Eso no te incumbe-respondió con voz gélida.
-jeje no has cambiado nada.
-¿Por qué has llamado?-le dijo molesto
-Quería confirmar algo…
-¿Qué? Espera… ¿cómo conseguiste este número?
-nos vemos ..
-oye.. espera
-…
Demasiado tarde, la llamada ya se había cortado. Naruto se sentó en su cama llevándose ambas manos a la cabeza, se veía preocupado e incluso me atrevería decir que estaba asustado. ¿Por qué le llamaría? ¿qué querría de él? El hecho de que su ex novio le buscara definitivamente no era algo bueno.
Conoció a Sasori en la secundaria, ambos supieron enseguida que había química, pero no fue hasta el ultimo año cuando se hicieron oficialmente novios durando juntos un poco más de un año. No había tenido contacto con Sasori desde aquella fatídica noche en que lo dejo; desde ese día había cortado todo tipo de contacto con aquel hombre. Desde cambiar de aparato telefónico hasta el extremo de volver a vivir con sus abuelos, quienes le recibieron con los brazos abiertos. Desde la muerte de sus padres ellos se hicieron responsables del niño, ya que este solo tenía 6 años, se encargaron de cuidarlo y educarlo como si se tratase de su propio hijo. Naruto a pesar de tener ese carácter infantil, siempre fue consiente de lo que ocurría a su alrededor por lo que a temprana edad comprendió que la mejor forma de ayudar a sus abuelos era sacar buenas calificaciones, por lo que siempre se tomo lo del estudio muy enserio, destacándose siempre por su gran rendimiento y su excelencia.
Sus abuelos, Tsunade y Jiraya, apenas se enteraron de lo ocurrido no dudaron ni un segundo en apoyar la decisión de su nieto, sin cuestionarle nada e incluso sintiéndose orgullosos del valor del joven doncel.
El haber quedado embarazado poco después de salir de la escuela a sus cortos dieciocho años, no le facilitaba la vida en lo absoluto y sobre todo sin el apoyo de su pareja. Poco antes del “incidente”, Naruto había conseguido una beca en la prestigiosa universidad de Suna. Claro que por su estado prefirió no acudir ese año y temió perder esa oportunidad. Sin embargo los de la universidad se mostraron muy comprensivos por su situación, además el hecho de que un estudiante de esa altura optara por otra universidad no les hacia ni una gracia por lo que decidieron mantener el acuerdo y esperarlo el año siguiente.
Durante los primeros meses de gestación, Naruto, quien se negaba rotundamente a quedarse en casa sin hacer nada, consiguió un trabajo de medio tiempo en un cafetería que era administrada por Temari, la hermana mayor de Gaara quien era uno de sus mejores amigos de la escuela. Todos sus amigos más cercanos conocían su situación, más no les importaba en lo más mínimo y aunque algunos les preocupaba su decisión, todos le apoyaban incondicionalmente.
Al llegar el quinto mes de gestación, el rubio se vio obligado a dejar temporalmente su trabajo por petición de tanto de sus amigos como de su familia. Naruto no tuvo de otra más que ceder y permanecer en casa, con tanto tiempo libre se dedicó sus últimos meses para focalizarse en los preparativos para iniciar su carrera el siguiente semestre. Naruto desde pequeño quiso estudiar derechos por el simple motivo que su padre se tituló en esa área, convirtiéndose en un reconocido abogado.
Cuando su bebé nació a finales de diciembre de aquel año y completamente saludable, Naruto no podía estar más que feliz al igual que sus amigos y familiares. Cuando el pequeño Ryû cumplió sus tres meses de vida Naruto decidió que ya era tiempo de retomar su vida. Luego de dos meses de trabajo y estudio, el chico logro estabilizarse lo suficiente como para rentar un apartamento cerca de su universidad y su trabajo.
Si todo marchaba tan bien ¿por qué Sasori tenía que aparecer nuevamente en su vida?. Naruto desganadamente dejo su móvil sobre su mesita de noche, se levanto lentamente de su cama soltando un leve suspiro ¿Qué podría hacer? Nada.. solo estar atento. Al fin y al cabo no estaba solo.
Sin darle más vuelta al asunto, volvió a la sala donde estaba Sasuke con su bebé.
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El fuerte llanto matutino de un infante lo despertó abruptamente. Se incorporó con desgano y miró la hora en su reloj de su mesita de noche, el cual marcaba las ocho de la mañana. Miro con horror otra vez para confirmar lo que sus ojos veían, al parecer se había dormido… fue ahí cuando cayó en cuenta de algo ¡¿cómo demonios había llegado a su cama?! Su desconcierto acabo cuando a su lado divisó un trozo de papel.
No quise despertarte, espero no haberte incomodado.
- Sasuke
Uchiha Sasuke, ahora lo recordaba, su vecino no era nada menos que aquel famoso y dotado estudiante de su universidad. Inevitablemente se sonrojo, y rápidamente fugaces escenas del día anterior invadieron su mente. Sasuke le había consolado, abrazado y… ahora que lo analizaba… ¡le había cargado a su cuarto!
Un fuerte grito de su hijo lo hizo salir de su trance. Se levanto de un brinco y fue a atender al pequeño Ryû., quien de seguro tendría hambre y necesitaría un pañal nuevo.
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Quizá Sasuke había logrado estudiar pacíficamente aquella noche después de la visita que le hizo a Naruto, sin embargo no pudo pegar un ojo en toda la maldita noche y no precisamente por el llanto de Ryû, ya que este al parecer durmió plácidamente toda la noche después de aquel alboroto. Quien se había mantenido en sus pensamientos aquella noche no era otro menos que Naruto, aquel chico sin duda había tocado su corazón, lo que era una gran hazaña considerando su carácter, el verlo tan dolido y la vez tan frágil inminentemente lo había preocupado, haciendo que este deseara con todas sus fuerzas poder ayudarle de alguna forma.
Sasuke recordaba a ver visto al chico por los pasillos de la universidad, muy poco conocía de él ya que este recién cursaba su primer semestre por lo que no estaba en su clase, sabía que al igual que él este había sido becado por sus méritos escolares y que sus notas eran sobresalientes, sin embargo tenía fama de ser un amargado y antisocial ya nunca se le veía en las fiestas de sus compañeros de universidad y se negaba a salir con ellos de noches, sumado con la envidia que le tenían algunos por su desempeño y belleza, inevitablemente le había generado una mala reputación por lo que la gente no le trataba muy bien, llegando incluso a ser crueles. Ahora Sasuke lo sabía, ahora comprendía que simplemente el chico no tenía tiempo para mantener amistades y mucho menos para fiestas. Naruto sacrificaba su vida social, para poder cuidar bien de su hijo. Entonces si esa era su razón ¿por qué nadie le comprendía? o acaso… ¿no lo sabían?
Sasuke no era un tonto, por lo que pudo deducir de aquellas palabras llenas de dolor y odio, que Ryû era el resultado de alguna violación o algo por el estilo. Le dolía, le dolía profundamente saber aquello, pero al ver aquel bebé de angelicales ojos Sasuke no pudo verlo más que como una bendición, Era obvio que Naruto no le guardaba ningún rencor ni veía como un estorbo o algo indeseado, a pesar de todo Naruto lo amaba, al fin y al cabo era su hijo.
Hablando del rey de Roma, en ese momento escucho el saludable llanto de Ryû solicitando atención, lo que le hizo sonreír ampliamente. Quizá le haría una visita a su nuevo vecino.
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-Listo –dijo Naruto sonriendo ampliamente y observando con orgullo su ordenada y limpia sala., al parecer al fin había terminado de arreglar todo. Le dirigió una mirada a un pequeño corral donde se encontraba Ryû quien aplaudía con sus pequeñas manitas mientras reía. Naruto se acercó y acarició cariñosamente sus cabellos mi la hora en su reloj descubriendo con sorpresa que este marcaba las tres de la tarde.-No puedo creer que haya pasado tanto- suspiro con resignación, cogió al bebé en sus brazos-Creo que necesitamos un baño- le dijo a su bebé al tiempo que se dirigía al cuarto de baño.
Luego de un rato, Naruto se encontraba en el sofá con el pequeño Ryû en sus brazos mirando televisión, obviamente ambos ya limpios y vestidos, disfrutaban de un programa infantil. Bueno el pequeño Ryû lo hacía, ya que las canciones sobre colores y números no entretenían tanto a Naruto.
En eso el timbre sonó, Naruto se levantó, obteniendo un balbuceo de protesta por parte del pequeño ya que lo había interrumpido, dejo al pequeño en su corral para que este pudiera seguir viendo su programa y se dirigió a la puerta.
-Sasuke..-dijo algo sorprendido pero a la vez feliz. El aludido le sonrió y alzó una caja de pizza a vista del rubio.
-Supuse que no habrías almorzado – dijo tranquilamente. El ruido del estomago de Naruto confirmo su teoría, este aparto la mirada avergonzado- Te diré que.. yo pongo la pizza y tú pones la mesa.
-Trato hecho – rió Naruto al tiempo que le indicaba que entrara.
Sasuke cerró la puerta y miro asombrado a su alrededor, realmente estaba muy diferente al día anterior. Dejó la caja sobre la mesa mientras que Naruto se dirigía a la cocina por platos y algo para beber. Miro en dirección a la sala, donde en el centro vio un pequeño corral en el cual se encontraba Ryû. Sonrió al notar que este estaba concentrado observando el televisor.
-¿cuál es el espectáculo de esta noche?-preguntó Sasuke divertido.
-Plaza sésamo – respondió Naruto saliendo de la cocina. Sasuke soltó una carcajada.
-Me parece bien, tal vez aprendamos algunas cosas- dijo mientras cortaba los trozos de pizza y los servía en los platos.
- Tal vez – dijo riendo Naruto.
Luego de comer y limpiar todo decidieron hacerle compañía al menor, ambos se fueron a sentar al sofá para ver el programa. Ryû al notar la presencia de Sasuke alzó sus manitas para que este le cogiera, aquel acto sorprendió al rubio.
-Que extraño… generalmente no le gusta que otras personas le carguen
-¿de verdad?- pregunto Sasuke incrédulo al tiempo que cogía al bebé con delicadeza.
-Sí, hubieras visto la rabieta que le hizo a la maestra cuando lo lleve a la guardería por primera vez- dijo divertido.
-¿La pobre salió con vida?-preguntó el pelinegro sin apartar la vista de la criatura en sus brazos.
-jaja claro, pero no volvió a ser la misma.
Ambos chicos rieron
-Se parece mucho a ti Naruto- dijo Sasuke contemplando al bebé que lentamente comenzaba a dormirse.- es muy bello..
Naruto se sonrojó notablemente, se puso de pie indicándole que lo siguiera. Sasuke lo hizo procurando no despertar al pequeño. Naruto entro a la habitación de Ryû, la cual estaba muy ordenada y limpia. Sasuke con cuidado dejó lentamente al durmiente bebé en su cuna para luego ambos quedarse contemplándolo.
-¿Te puedo hacer una pregunta?- le dijo Sasuke cuando ya ambos estaban de vuelta en la sala.
-Dime
-¿Tienes examen mañana, no es así? –preguntó con tranquilidad. Naruto lo miró muy sorprendido al tiempo que miraba el reloj de la pared. Ya casi eran las seis.
-Demonios – dijo algo abochornado
-pff tranquilo- Dijo Sasuke procurando no reír- si quieres te ayudo.
-¿De verdad?- pregunto mientras sus ojos se iluminaban.
-Claro- dijo Sasuke sonriendo- al fin y al cabo no creo poder dormir hoy.
-¿por qué?- pregunto curioso
“por ti” fue lo que pensó Sasuke en ese momento pero fue incapaz de decirlo.
-Ve por tus libros…