-Mmmmm…-gimoteó el rubio el rubio estirándose sobre su cama, para después voltearse a un lado, tratando de encontrar la estilizada y sexy figura de su esposo, sonriendo cuando lo rodeo con su brazo, para después atraerlo a él y enterrar su naricita en el cuello de su esposo, oliendo el dulce aroma a cítricos que la piel de este despendio
…
Espera un rato su Sasuke no olía a cítricos, se dijo abriendo los ojos viendo con supresa al pelirrojo que se encontraba a su lado.
-Buenos días Naru…-dijo el intruso abrazándose al cuello del rubio, al mismo tiempo que hacia boquita de pescado.
-¡AHHHHHH!-gritó el rubio con todas sus fuerzas, apartándose abruptamente del pelirrojo, y con eso terminó por caer de la cama.
-¿Naru estás bien?/ ¿Dobe estás bien?-oyó el rubio al mismo tiempo, haciendo que todo su cuerpo se tensara aun más, no por la preocupación del pelirrojo sino por la presencia del nuevo personaje, que había terminado de entrar en la habitación.
-…
-…
-…
La tensión se sentía en el air...Sasuke miraba al pelirrojo matándolo con la mirada, mientras que el pelirrojo miraba al azabache con una sonrisa ladeada y el rubio, quien muy valientemente se levantó y se colocó al lado de su Sasuke y dijo.
-¡No te preocupes mi amor él no es rival para ti ni para nuestro amor!-afirmó el rubio, aferrándose a las manitas de Sasuke, quien solo miraba a su dobe con lagrimas en los ojos.
-¿Enserio mi amor?-preguntó el azabache un poquito cohibido, con las mejillas ligeramente rosadas.
-Claro Sasu-chan…-respondió el rubio, haciendo boquita de pescado y aproximando su rostro al ojinoche, al mismo tiempo que largaba las manos del pelinegro, para aferrarse a la estrecha cinturita de este.
-Naru-chan…-ronroneo el azabache, enrolando sus brazos en el cuello de su rubio dobe.
…
Realmente crearon en esto…es obvio que era una cosa que nunca acontecería, primero si Sasuke encontrara a otro doncel en su cama con su Naruto, lo primero que haría, a pesar de esto ser un AU, seria sacar a su Kusanagi de quien sabe dónde y con ella cortar la cabeza del doncel intruso y después castigar su dobe; y segundo…Sasuke nunca sería tan cariñoso con Naruto.
Lo que realmente se pasó fue algo así
…
-…-Sasuke se encontraba impávido y sereno mirando a su dobe desde la puerta de la habitación, que compartía con este.
-¡SASUKE ESTO NO ES LO QUE PARECE-DETTEBAYO!-gritó levantándose de un salto, colocándose en frente al azabache.
-Y ¿Qué es lo que me parece dobe?-preguntó el ojinoche, sonriendo de medio lado, viendo el rostro afligido de su rubio.
-¿Qué?-se preguntó mirando confundido, por encima del hombro, a la cama viendo que esta se encontraba vacía.-… ¿Cómo fue que?-inquirió en un susurró, que fue perfectamente audible para el moreno.
-¿Cómo fue posible que te cayeras de la cama dobe?-preguntó con sorna atrayendo a la atención del blondo, quien lo miró haciendo un tierno mohín, aun sin creer en lo que había acontecido hace en un rato…pero rápidamente lo olvido, al sentir los blancos brazos de su azabache rodearen su cuello.
-No me llames así teme…-reclamó inflando las mejillas, como solo un niñito pequeño sería capaz, al mismo tiempo que rodeaba la estrecha cintura de su azabache con sus fuertes y desnudos brazos, ya que lo pijama era casi tan sexy como el dueño y el rubio solo duerme con un sexy y apretadito bóxers.
-Hmp-“expresó”, para después juntar sus labios con los del rubio, en un delicioso beso, que hiso que todos y cualquieras pensamientos que pudieran ocurrir en sus cabecitas fueran echados a un lado, y más aun cuando el rubio le lamio los labios como que pidiendo permiso para entrar en su cavidad, ahí sin solo hubo un pensamiento que asumo la cabeza del rubio.
-Mmm…Naru…-avisó el azabache, sintiendo como las grandes manos del rubio, deslizaban por sus caderas hasta llegar a sus carnosas nalgas.
-Si…Sasu…-dijo juguetón, apretando las nalguitas de su azabache, por encima de los pantalones, apretándolo contra su cuerpo, haciendo que el azabache se estremeciera por completo.
-Y-yo…tengo-o que irme…-dijo, tratando de contener los gemidos que atoraban su garganta, principalmente al sentir la boca del rubio en su cuello.
-No…-negó infantilmente, como solo un niñito de cinco anos consigue hacerlo, al mismo tiempo que retrocedía, levando consigo al azabache, quien se estaba derritiendo, como un bombón al sol, con las caricias del rubio.
-Quédate aquí conmigo.-afirmó, acostando al pelinegro en la cama, para acostar encima de este, apoyándose en sus codos para no aplastarlo y en esta posición empezar a devorar el cuello del moreno como si de un vampiro se tratara.
-No…No puedo-o…mi padre me es-espera en el bufete…-dijo, o por lo menos trató de hacerlo, al mismo tiempo que se “resistía” al rubio, y solo para que entendían bien lo esforzó que Sasu estaba haciendo, él se encontraba utilizando toda su fuerza para aplastar el rostro del rubio contra su cuello.
-Tienes razón…-dijo el blondo apartándose de su esposo, haciendo que este lo mirara confundido.
-…-ok no lo miraba confundido, lo miraba como un Uchiha confundido.
-…ni todos tienen la suerte de ser un escritor como yo…-si, en mi fic Naruto es un escritor y pasa los días agarrado a su computadora escribiendo historias fantásticas, como su abuelo y su padre.-…y poder pasar los días disfrutando de los placer más pequeños…-dijo pasando una mano por su desnudo torso de una forma muy, pero muy sensual, haciendo que agua creciera la boca del azabache.
-…-esto es Sasuke mirando a su dobe con agua en la boca.
-Así es mejor que te vayas…yo siempre puedo pedir a Mgt-iba a continuar pero sus labios fueron sellados por los del azabache, quien después del beso lo tiró en la cama.
-Ni lo pienses dobe…-siseó amenazante, sentándose en las caderas del ojiazul, para después sacar su camisa blanca, dejando todo su delicado y blanco torso, ante la golosa vista del rubio.-…tu eres mío solo mío.-afirmó firmemente, para después ponerse de cuatro sobre el rubio, pero en la dirección contraria del blondo, o sea su rostro estaba sobre la erección de este y su trasero estaba mis enfrente al rostro del rubio.
-Mmmm…como desees Sasu…-murmuró el ojiazul, sobando las nalgas del ojinoche, al mismo tiempo que relamía los labios con gula, para después bajar los pantalones, juntamente con los bóxers, dejando aquel delicioso trasero expuesto a su ardiente miraba azul.
-Hmp-“expreso” el Uchiha, sonriendo de lado, orgulloso de su poder sobre el rubio, al mismo tiempo que bajaba los bóxers del rubio, descubriendo la gran erección del rubio.
-¡MMMMM!-gimió el rubio gustoso, sintiendo como su azabache agarraba la base de su pene con sus dos manos, al mismo tiempo que daba una lámiela en la punta, haciendo que el cuerpo su estremeciera y que su dorada piel se erizara. Pero a Naruto no le gusta perder así que apretó las nalgas del moreno en sus manos, para después separarlas, dejando la húmeda entrada completamente indefensa ante su lengua.
-¡DOBE!-gritó el azabache embriagado en placer, restregando su trasero contra el rostro del rubio, haciendo que su traviesa lengua llegara más hundo en su interior, al mismo tiempo que estrujaba la grande erección del rubio en sus manos. Pero como ya saben todo lo que es bueno termina muy rápido…porque digo esto, por la muy bella y simple razón que el puto móvil de Sasu empezó a sonar, haciendo que nuestros protagonistas suspiraran insatisfechos.
-No teme…-reclamó infantilmente el rubio aferrándose a los mulsos de su esposo, haciendo que este no se consiguiera levantar.
-No puedo quedarme dobe.-dijo levantándose, para después empezar a arreglarse de espaldas al rubio, quien se encontraba sentado en la cama con los brazos cruzados en su pecho y con un tierno mohín de disgusto en su rostro.
-…-“dijo” el dobe, colocando una almohada sobre su dolorosa erección, al mismo tiempo que trataba de ignorar a su esposo.
-Vamos dobe…-dijo aproximándose del rubio, sentándose frente a este en la cama.
-…-pero este simplemente continuó a ignorarlo, aunque por dentro pedía que su teme tuviera corazón y se quedara, pero nunca lo diría en voz alta, ya que tenía que defender su orgullo.
-…nos vemos.-se despidió enfadado, si el dobe no daba el brazo a torcer él tampoco lo daría y con ese pensamiento en la cabeza se fue, dejando al rubio con un GRANDE problema entre las piernas.
-¡TEME DEL DEMONIO!-rugió el rubio enfadado tirando la almohada contra la puerta de la habitación, cuando oyó la puerta de la calle a cerrarse, señal que el teme ya había salido, dejándolo allí solo con su GRANDE problema.
-Y ahora…-murmuró, mirando a su erección.- ¿Qué voy hacer contigo?-preguntó bajito.
-Yo puedo ayudarte con eso…-oyó el rubio a su lado, viendo como una pequeña y blanca mano se posaba sobre su pene, al mismo tiempo que sentía el caliente aliento del otro chocando contra su cuello.-…Naruto.-oyó el otro susurrar sensualmente, para después sentir la húmeda lengua de este lamer su oreja.
-¡KYYAAA!-gritó nuestro rubio levantándose del lecho y estampándose rápidamente contra la pared, al mismo tiempo que tapaba su sensible orejita como que protegiéndola del malvado agresor pelirrojo, para después apuntar al bermejo intruso sin dejar de tremer nervioso.- ¿Qué haces aquí?-preguntó tiritando, sin saber muy bien el porqué.
-¿No es obvio Naru?-preguntó con un súper sensual, arrastrando el nombre del rubio, al mismo tiempo que se colocaba de rodillas en la orilla de la cama.-Quiero ayudarte.-dijo tiernamente ladeando su rostro, al mismo tiempo que unas orejitas de zorro aparecían en su cabecita, al mismo tiempo que una linda colita felpuda aparecía entre sus nalguitas.
-¿Qué?-pregunto el rubio sin creer en una palabra del zorrito.
-Si…-susurró levantándose sensualmente, aproximándose a paso lento y seguro al rubio, moviendo sus caderas de una forma hipnotizan te, haciendo que el problema de Naruto creciera contra su voluntad.-…yo soy tu aquello que deseas Naru…-dijo colocando sus pequeñas manos sobre los desnudos y definidos pectorales del blondo, para después deslizarlas lentamente por el torso del rubio.-…el fruto de tu deseo.-murmuró aproximando sus suaves labios a los del rubio, quien se encontraba más que petrificado en el suelo, sin creer en lo que le estaba pasando.
-¡Espera!-gritó el rubio reaccionando finalmente, aferrando entre sus manos las pequeñas y delicadas manos del pelirrojo, al mismo tiempo que echaba atrás su cabeza, apartando sorpresivamente sus labios de los otros.
-¿Qué se pasa?-inquirió con los ojos brillantes, haciendo que el problema de Naruto volviera a crecer, y con eso golpear el liso vientre del bermejito.
-¿Qué quieres decir con seres “el fruto de mi deseo”?-preguntó empurrando gentilmente al otro, haciendo que este retrocediera unos pasitos, para después cerrarse en el baño, desvistiendo sus bóxers para colocarse bajo un chorro de agua helada.
-Eso mismo…-oyó nuestro rubio a su espalda, haciendo que todo su cuerpo se tensara.-…que soy todo aquello que deseas, el doncel de sueño de cualquier hombre.-respondió pasando sus brazos por el torso del rubio.
-¿Cómo?-pregunto volteándose para ver la puerta del baño, que continuaba cerrada.
-Soy fruto de tu imaginación.-dijo, poniéndose de puntillas, para así alcanzar los labios del rubio, quien volvió a echar la cabeza atrás y a empurrar al doncel, para después, aprovechando el espacio que había entre su cuerpo y el del doncel, para salir de allí corriendo, cerrando la puerta del baño con llave y después apoyarse en ella.
-¿Pero qué mierda?-se pregunto deslizando por la puerta.
-No vale la pena huiros…-oyó frente a él, haciendo que su cabeza se alzara rápidamente, viendo como el pelirrojo aun desnudo y mojado, de la ducha, se encontraba de rodillas frente a él.-…yo siempre estaré contigo.-concluyó acariciando el rostro del rubio quien solo rogaba, a quien lo estuviera viendo en las alturas, por ayuda. Pero esa persona solo rio en su cara.
-Cabrón…-susurró Naruto, al puto tipo quien solo continuó carcajeando.
_-_-_-_
La encima…en lo paraíso se encontraba Jiraya rodeado de mujeres y donceles desnudos, los cuales les estaban haciendo de todo, mientras el solo carcajeaba de gozo viendo la desgracia de su nietecito.
-¡JAJAJAJAJA!... ¡ESTO ES PARA QUE APRENDAS A NO LLAMARME EROSENIN!-bramó lleno de alegría.
-¡JIRAYA!-oyó el peliblanco, haciendo que se atragantara.
-O.O-esta es la mueca que Jiraya tenía e n su rostro al mismo tiempo que, muy lentamente, se volteaba para ver que a su espalda se encontraba.
-Tsunade…Orochimaru…-saludó, viendo como sus acompañantes huían de los dos visitantes.
-Así que es para aquí que tu vienes…-empezó Tsunade, la esposa de Jiraya, al mismo tiempo que se le acercaba muy, pero muy amenazadoramente.-…cuando quieres estar con tus “amiguitos”-continuó Orochimaru, el otro.
-¡NO-O-O-O-O!-negó el abanando su cabeza y sus manos, dando más énfasis a sus palabras.-Y-yo solo-o es-estaba –o-observando a-a Mi-Minato, Kakashi-i y a Na-Naruto.-tartamudeó, sintiendo como se meaba en sus pantalones.
-¡A Minato!/ ¡A Kakashi!-dijeron los al mismo tiempo al oír los nombres de sus hijos, (si Minato es hijo de Jiraya y Tsunade, en cuanto que Kakashi es hijo de Jiraya y Orochimaru) para después saltaren sobre el peliblanco, haciendo que este cayera del sillón donde él estaba.
-…
-…
-…
La tensión esta en el air, y eso porque ni a Tsunade ni a Orochimaru les estaba gustando lo que estaban viendo, mientras que el pobre Jiraya lloraba a gota gorda, aun tirado en el suelo.
-¡JIRAYA!/ ¡JIRAYA!-gritaron los dos al mismo tiempo, haciendo que el peliblanco se levantara, muy lentamente, y se aproximara, aun más lentamente, a sus amores, rogando a dios por piedad, pero dios solo…
-¡MUAHAHAHAH!-solo se rió en su cara.
-Cabrón…-susurró bajito, mirando fieramente al dios, quien continuaba carcajeando malvadamente de su desgracia.
-¿Dijiste algo?-preguntó Tsunade con un aura demoniaca rodeándola, haciendo que sus longos cabellos rubios, flotaran en el air.
-¡N-NO-O!-respondió tartamudeando, y mirando a su pelinegro, esperando algún apoyo de su parte, pero este solo le mando una mirada más fría que el hielo.
-“¿Por qué?...Porque siempre me enamoro por los peores…uno me fulmina con la mirada y el otro me hiela por completo…”-pensó el pobre peliblanco aproximándose a sus amores…si aun se estaba acercando, yo ya les había dicho él se estaba meciendo MUY lentamente.
-Si…-dijo quietecito, llegando a su destino.
-¡EL PUTO TELEVISOR NO FUNCIONA!-se quejó Tsunade, apuntando a la pandilla. Por su parte Jiraya solo agradecía a los cielos por el puto televisor dejase de funcionar ahora, ya que no quería imaginar lo que sería si sus “amorosos” amorcitos lo descubrieran viendo lo que estaba viendo.
Pero ya deben saber que dios tiene un cierto placer con la desgracia de Jiraya y por eso, con la obra gracias de DIOS el televisor empezó a funcionar.
-¡JIRAYA!-rugieron Tsunade y Orochimaru con unas auras aun más demoniacas, al mismo tiempo que se levantaban del sillón para encara al pobre peliblanco que rogaba por clemencia.
-…-pero nadie le ayudó.
_-_-_-_
Volviendo con nuestro rubio…bien nuestro rubio estaba metido en un grande problema...