Estoy preso por un asesinato que no cometí, ya no recuerdo cuanto tiempo estuve aquí pero en unos días voy recuperar mi libertad, y su familia me va a pagar todas las que me hizo
-Hades tienes visitas- un guardia abrió mi celda mirándome con odio ya que no aceptaban que nuestros familiares nos visitaran, para ellos éramos los parásitos del mundo y deberíamos morir solos
Salí feliz de saber que mis hijos se acordaban de mi, que siempre creyeron en mi inocencia que nunca dejaron de dar pelea, entro a la sala de visitas allí estaban los dos soles que Margaret me dio, y que ahora descansa a lado del señor
-hola padre, veníamos a avisarte que ya averiguamos una casa para comprar a unos kilómetros de la hacienda de los Aizawa
-Radamanthys, Minos estoy tan orgullosos de ustedes, lo único que puedo decirles es que voy limpiar nuestro apellido y ellos van a pagar todo nuestro sufrimiento, estos doce años que pase aquí no serán en vano
Los dos jóvenes se levantaron para darle un abrazo a ese hombre que a pesar de haber estado preso siempre los cuido, nunca les hizo faltar nada, por eso no iban abandonarlo en esta venganza, salieron de la penitenciaria, donde los esperaba una mujer quien sería su tía
-y niños, como esta mi hermano- la mujer tenía ojos color vino y una piel blanca como la nieve
-pandora, ya no somos niños, somos hombres, y papa está muy bien- Radamanthys quien era el más odioso de los dos subió al auto para salir pronto de ese lugar
-discúlpalo tía, siempre que viene acá se pone así tiene mucho rencor adentro-Minos le beso la frente a la mujer y le abrió la puerta para que suba al coche
Se dirigieron a un barrio bastante pobre, allí frenaron frente a una casa muy humilde a lado había una mecánica de autos, salió a darles la bienvenidas un joven de su misma edad, que tenía todas las manos llena de grasas- que hacen primos, como está el tío-
-Aiacos, gracias a dios muy bien, estamos todos ansiosos por que pase esta semana y ya esté con nosotros acá- su madre le abrazo besándole todo la cara, era su único hijo, lo único que le había dejado su gran amor antes de abandonarla
-hay mama ya basta, no me avergüenzas frente a mis primos-le corrió el rostro a su madre medio molesto
-no te ofendas a mi me encanta que me bese así, deberías valorar más a tu mama- Minos le dio un cocacho para luego entrar a la casa
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En la hacienda Aizawa, había una doma de caballo, estaba lleno de gente, todos viendo el gran espectáculo, un hombre de cabellos azul claro se encontraba en un palco, junto a sus cuatro hijos, Julián era el jefe de la familia, un hombre serio y muy correcto, sus hijos Saga el mayor quien manejaba los negocios de la hacienda, Kanon su gemelo que al contrario era irresponsable, afrodita el del medio era el más reservado, siempre acompañando a su padre y el más pequeño Orfeo era el soñador, se la pasaba escribiendo historias de amor, todos se encontraban aplaudiendo cuando un mujer le toco la espalda al jefe de la casa
-disculpe señor Julián lo busca el comisario, está en el despacho –
El hombre se levanto disculpándose con sus hijos y se dirigió a la casa, necesitaba saber que quería la justicia con él, entro al despacho algo preocupado
-a que debo el honor de su visita-
-buenas tarde perdón que lo moleste, pero tengo que informarle algo que no le va a gustar-
-dime, que noticia es-
-el asesino de su esposa va quedar libre en unos días-
-tranquilo, ya sabía, por eso mi abogado ya hablo con el juez que lleva mi caso-
-pensé que no sabía, pero igual quiero que sepa que la ley está con usted-
-si lo sé, cualquier cosa yo lo llamo, ahora debe retirase, hoy es el compromiso de mi hijo-
En eso saga entra al despacho, con una cara de felicidad
-papa perdón que te moleste ya llego Alberich-
- bien, despido a mi amigo y voy-
Dita estaba muy serio no soportaba al prometido de su hermano, era una persona superficial, soberbia, falsa en si un desastre, para él su hermano se merecía algo mejor, pero no podía hacer nada ya que el peli azul estaba re enamorado
Alberich era una persona muy atrayente, siempre captando la atención de todas las personas, su cabello rosa, su piel blanca, y esos ojos que eran dos esmeraldas, sonreía de una manera fina, mientras se colgaba del cuello del gemelo dándole suaves besos
-que pasa dita, estas tan serio, me parece que te falta tener un novio- Alberich le tiro una indirecta a su cuñado sabía perfectamente que este no lo bancaba, y le encantaba molestarlo
-no lo necesito, en cambio vos ni con novio cambias esa cara- el ojos turquesa le devolvió con una sonrisa provocativa mientras le tomaba una foto con el celular -voy a poner estado sin gestos-
-basta dejen de discutir, les guste o no se van a ver las caras todos los días cundo me case- Saga tomo a su novio, y lo beso, Dita solo pudo tocarse la frente e irse
-buenas, perdón por la demora- Julián le beso la mano a su futuro nuero, estaba feliz por esta unión ya que el joven era de mucha plata y eso a él le convenía para sus negocios
-hay suegro no sabe lo feliz que están mis padres por este compromiso, apenas lleguen de Dubái van a venir a comer aquí-
-que bueno, solo avísame y preparamos la mejor parrillada-
-bueno vamos adentro así brindamos- Alberich tomo del brazo al peli azul mientras entraban a la casa
Las grandes hectáreas de esa hacienda eran muy hermosa gran parte de ellas estaban vírgenes, todo su pasto verde, lleno de flores en si un sueño, a los lejos se podía ver a un muchacho corriendo a toda prisa, detrás de el un perro lo seguía saltándole en las piernas
-tranquilo, me vas a tirar Lina – el muchacho de pelo celestes, se tiro al pasto observando las nubes que tomaban formas en el cielo- debe ser muy romántico estar con tu novio aquí besándote- decía mientras acariciaba a su perra
-porque te saliste de la fiesta, papa quiere que estemos todos allí, no ves que se compromete Saga- el joven se encontraba arriba de un semental, llevaba lentes negro, se veía muy sexys
- Kanon queda chocante usar lentes mientras estas cabalgando, además esta aburrida la fiesta, prefiero estar acostado acá escribiendo alguna historia de amor- decía el pequeño, mientras tocaba la tapa de su cuaderno
-hay Orfeo, tenías que haber sido niña, hablas igual que ellas-
-que decís, estas errado, un hombre también puede ser romántico, no te confundas, no te hace muy macho el ser canchero- el mayor quedo sorprendido por la respuesta de su hermanito
-la verdad esta creciendo muy rápido, creo que ya no podre malcriarte más-
-no, no igual no dejo de ser tu bebe, ahora llévame a la casa dale- Orfeo se subió al caballo agarrándose fuerte de su hermano ya que él no sabía montar
El choque de las copas fue el comienzo de una nueva vida para Saga ya que ahora tenía un dueño y era un joven con mucho carácter, alguien que no va permitir que nadie los separe