Era un bonito día de invierno, Kim Jae Joong intentaba creer eso. Un vaso semi lleno con whiskey era su única compañía en ese bar de mala muerte, además de su infaltable chaqueta de cuero la cual reposaba en el respaldo de la silla. Era un bonito día de Diciembre, un día igual que hace cinco años, cuando le pidió a Jessica que fueran novios y ella aceptó con una gran sonrisa antes de tirarse a su pecho y abrazarlo con fuerza.
Habían sido los cinco años más perfectos de toda su vida. Jessica había sido su tercera novia, una chica de sonrisa cálida y siempre presente, divertida y amigable. Educada en todo momento, buena cocinera y una excelente consejera. La mujer perfecta, y JaeJoong había querido compartir toda su vida con ella.
Así que se lo había pedido, con champagne y rosas y luces de cada color posible rodeándolos mientras él se arrodillaba y le mostraba aquel hermoso anillo de diamantes en forma de flor de cerezo que simbolizaría todo el amor que supuestamente se tenían.
Nunca se esperó la respuesta de la chica.
- Jae-Oppa, yo… No puedo. Realmente no puedo. No eres tú, soy yo – había dicho con lágrimas en sus ojos, girando la cabeza al ser incapaz de verlo a la cara y decirle la verdad -. Es que… Tú… Fuiste mi primer novio, mi primera pareja formal y… creo que antes de atarme de por vida necesito conocer más, experimentar más. Conocer nuevas personas, que me rompan el corazón, que jueguen conmigo para poder apreciarme más. Para poder estar completa antes de entregarme a una persona también completa. Tú… Tú eres demasiado perfecto para mí, demasiado preocupado, cariñoso, detallista. Nunca tuve que hacer esfuerzos a tu lado, no sé lo que es emocionarme porque te hice una sorpresa o tener que esperar porque algo ocurrió e ibas a llegar tarde a una de nuestras citas. No conozco eso y creo que debo conocerlo antes de plantearme la idea de casarme. Lo siento JaeJoong-Oppa, pero creo que se terminó.
31 de Diciembre, el fin de un año y el comienzo de algo nuevo y más agradable.
También fue el final de su relación con Jessica.
Tomó lo que le quedaba de alcohol de un trago, indicándole al barman que le sirviera otra ronda con la mano. Sabía muy bien que el hombre lo miraba desaprobatoriamente pero en ese momento todo le daba igual, sus planes para año nuevo se habían arruinado y ni siquiera tenía ganas de llamar al hotel para cancelar la reservación de la suite. Quizá podría aprovecharla con alguna otra perso… ¿A quién quería engañar? Posiblemente llegaría a tirarse sobre la cama, muerto de borracho llorando porque Jessica lo dejó.
El anillo todavía estaba en su caja, aquel rojo pasión que se supondría se convertiría en uno de los mejores recuerdos de toda su vida. Apretaba el terciopelo con rabia, marcando sus uñas cortas en la tela.
- Si te tomas sólo eso no podrás emborracharte antes de media noche. – habló una voz a sus espaldas, llamando su atención.
- ¿Quién dijo que quería emborracharme? – contestó sin darse vuelta, volviendo a tomar de su trago de whiskey de un solo trago.
Sintió como alguien se sentaba a su lado en la barra, dejando su chaqueta caer sobre el respaldo de la silla mientras le pedía al barman una copa de algo que no alcanzó a escuchar.
- La caja de terciopelo que aprietas con tanta fuerza entre tus manos - fue la respuesta del hombre antes de dedicarle una sonrisa burlona.
Una sonrisa que JaeJoong vio y le dieron ganas de sacar de su rostro a golpes.
Se giró para encarar a aquel hombre vestido de traje, fijándose por primera vez en su acompañante.
La sorpresa fue evidente en su rostro al encontrarse cara a cara con un completo desconocido. Pero un desconocido demasiado guapo como para pasar desapercibido en las calles.
Alto, con la piel de un color caramelo deliciosa a la vista y facciones tan masculinas que contrastaban con la sinceridad de su sonrisa perfecta. Llevaba un traje negro impecable el cual desentonaba completamente con el ambiente barato de aquel bar y sin embargo aquella prenda le calzaba perfectamente.
- Mi nombre es Jung YunHo – dijo el hombre con su voz profunda y sensual sin quitar la sonrisa de su rostro moreno – en este momento estoy soltero y no busco compromiso así que creo que podría ser tu compañía esta noche. ¿O preferirías algo diferente? Nunca he tenido una pareja de mi mismo sexo pero supongo que por ti podría hacer una excepción.
- No quiero tu compañía, lárgate idiota. – gruñó JaeJoong volviendo a su trago,
- Uyy… la gatita sacó las garras. No te preocupes, yo sólo quiero tener sexo en la noche de año nuevo. Dicen que es especialmente bueno.
- ¿Y me escogiste a mí para tenerlo? ¿De verdad? ¿No tienes alguna amiguita o amigo por ahí para que te haga el favor? Que deprimente
- ¿Estás insinuando de que estoy bueno y que cualquiera se pondría a mis pies? Porque sonó a eso, de todas formas tienes razón.
- Te estoy diciendo que te vayas, pero si quieres creer que eres sexy para salir de tu depresión no diré nada
- Yo creo que tú eres sexy
JaeJoong rió por esa afirmación, llevando una mano a su boca para tratar de contenerse. ¿Él sexy? ¿En qué mundo vivía YunHo?
- Yo creo que a ti te sobra alcohol. – pudo decir tras recuperarse -. Nunca antes me habían dicho sexy ni nada parecido, todos creen que soy un maldito nerd que tiene la suerte de salir con la tipa cool de la universidad.
- Yo creo que a ti te falta alcohol, eres la cosa más sensual que he visto en toda mi vida. ¿Un maldito nerd? ¿Dónde? No tienes ni anteojos
- Los necesito sólo para leer, no todo el tiempo. Y de todas formas ¿qué te importa? Nunca antes te había visto y tras esta noche no te volveré a ver
- Quién sabe, quizás el destino nos quiera juntos
- Dios no lo quiera
- Mejor toma un poco de esto, luego dirás lo que quieras – rió YunHo tendiéndole un vaso
- ¿Qué es? No será que me vayas a drogar o algo así, tienes cara de violador
- No pienso violarte, que tú seas una nena que se emborracha con cualquier cosa es otra cosa. Vamos, inténtalo, te prometo que si lo soportas te pagaré la cuenta.
- Hecho
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La resaca que tenía era monumental, lo suficientemente grande y dolorosa como para causar que deseara sacarse la cabeza para dejar de sufrir. Se rascó el párpado con la mano mientras se desperezaba y bostezaba a la vez, dándose cuenta de que su aliento era terrible, como si hubiese comido basura y quizá quién sabe qué otras cosas.
Sí, el aroma fue malo. Pero fue peor cuando abrió los ojos y se dio cuenta de que no estaba en su habitación
De hecho, estaba completamente seguro de que no estaba en su departamento.
Las fotografías y cuadros familiares fueron sustituidos por ventanales amplios, espejos y un jacuzzi. Sus paredes fueron cambiadas por muros en colores pastel, rojos y madera que si bien combinaban agradablemente en ese momento no era lo que le apetecía ver
Menos la botella de champagne abierta y botada al lado de la cama, junto a aquel papel que rezaba “felicitaciones”. A su lado había un sobre blanco, el cual se suponía contenía lo necesario para llevar a cabo un casamiento rápido en caso de que Jessica se entusiasmara y deseara realizarlo en ese momento.
El sobre estaba abierto
Abrió los ojos y se levantó a trompicones para llegar allí. Lo abrió con sus manos temblando mientras deseaba internamente que todo fuera una maldita jugada de su mente.
Gimió al darse cuenta de lo que había hecho.
Mediante este documento hago formal el matrimonio entre Kim JaeJoong y Jung YunHo, bajo el previo consentimiento de ambos.
Firma de los titulares.
Jung YunHo
Kim JaeJoong.
Algo resplandeció en su mano izquierda, algo brillante y sin embargo discreto. Delicado, casi femenino.
El anillo de compromiso que tenía planeado darle a Jessica estaba colocado en su dedo anular, burlándose de él