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Matt, ¡Arrojé a Near por las escaleras! por Camila mku

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-¿Qué hiciste que…? –me dijo boquiabierto, en sus ojos pude percibir que ni en sus mas remotos sueños hubiera imaginado ello… Bueno, o tal vez si-. ¿Está bien? –Matt es tan despistado, ¿si Near estuviera bien acaso yo hubiera venido corriendo hacia él para contarle lo sucedido? No lo creo. Pero me ahorre los insultos para otra ocasión.

-No, está inconsciente y se está desangrando.

Se levantó de la cama con exasperación, ambos corrimos velozmente a través del pasillo. Yo estaba al borde de un ataque de ansiedad.

-¡Oh, por Dios. Mello! ¿Qué le hiciste? –me gritó al oído al ver a Near desparramado en el suelo, desangrándose. Bajamos la escalera lo mas rápido que pudimos.

-¿Qué hacemos, que hacemos? –grité tomándome de los cabellos con agitación.

-Ve al baño de esta planta, allí hay alcohol y vendas, ¡apresúrate! Yo intentaré quitarle el vidrio.

Corrí hacia el baño y en pocos segundos ya estaba de vuelta con ellos en mano mientras vi como Matt ya había extirpado el vidrio de la carne de Near y tapaba la herida con sus dos manos para que dejara de sangrar.

-Rápido, pásame el alcohol –me dijo-. Ahora ve al cuarto de limpieza y trae un balde lleno de agua con un secador de piso y un trapo para quitar la sangre del piso. Si Roger ve este enchastre estás muerto.

Hice lo que Matt me pidió, y cada vez me convenzo más de que en situaciones alarmantes no sé como actuar. Me encantaría haber tenido la calma de mi mejor amigo y haber hecho frente a la situación como él lo hace ahora. Cada vez estoy mas de acuerdo en proceder con cirugía.

Una vez hecho todo, Matt cargó a Near hasta su cuarto y esperaría a que abriera la enfermería para poder dejarlo allí, donde tendría mas atención a su herida que había manchado las vendas ya. Me pidió que yo me recostara para que pudiera dormir aunque sea dos horas, pero no creo que funcione.

Soy mitad hombre mitad mujer, el mas lento de la clase en cuanto a reaccionar en situaciones alarmantes, el que se sacará un cero por no entregar un maldito trabajo y el que por poco y mata al anormal de Near… todo esta yendo bien, bien cuestas abajo.

Mirando a la nada misma recostado en mi cama, ya se hicieron las ocho de la mañana. Y yo estaba listo para que Near me delatara frente a Roger una vez que recobrara la consciencia. Tal vez Matt hubiera dicho a la enfermera que Near se resbaló en uno de los escalones y cayó cuesta abajo mientras volvía de la cocina de buscar un vaso de leche, y que Matt también fue a la cocina en la madrugada y al encontrarlo en ese estado le puso una venda para cubrir la herida. Bien, una mentira que me salvaría el pellejo mientras Near no recobrara la memoria y le contara todo a Roger.

Falté a clases, después de todo no tenía trabajo que entregar, me vale madres lo que tenga que decir la profesora, si me saco un cero pues bien, a la borda todo mi desempeño estos últimos años. Que todo se vaya a la mierda, no me importa.

A la hora del almuerzo estaba tuve el coraje de aparecer en el gran salón, nadie pareció recordar lo ocurrido en la prueba ya que no me miró nadie en ningún momento, gracias a Dios así fue. Matt apareció de la nada y se sentó a mi lado sirviéndose un gran tazón de sopa.

-¿Y…? ¿Cómo está? –pregunté tímida.

-Oh, él recobró la consciencia esta mañana bien temprano, poco después de que te fueras a dormir.

-¿Y… te dijo algo?

-No. Pero ni bien entramos a la enfermería, Roger llegó y me pidió que me fuera para poder hablar con él a solas, creo que fue como a las siete a.m.

-Carajo –dejé salir de mis labios, pero fue solo una palabra inaudible que jamás logró llegar a oídos de mi compañero-. Supongo que con la cita pendiente y ahora esto… Roger me expulsará.

-No, no lo creo. Solo sé que se te viene un buen castigo. Uno grande –ocupó su boca con una cucharada de munición y a partir de aquel momento solo se concentró en comer.

Ahora si que estoy muerto, pero de todas maneras lo único que podía hacer era ir a Roger y decirle todo, contarle con mínima de detalles como sucedió desde la conversación hasta el… el… ¿terrible empujón que le di a la rata blanca? Dios santo, de esta no me libro.

Me paré, decidido a ir a la oficina de Roger, Matt me preguntó si no terminaría de comer pero, no estaba con ánimos siquiera para eso.

-Mello hoy había que entregar un trabajo, ¿se lo entregarás luego a la profesora? Mira, ahí viene, puedes dárselo ahora.

-¡Oh, Mello!

Mierda, la profesora de humanidades ¿Qué hace aquí?, seguro me dará un largo sermón por haber faltado a clases y mucho mas: por no haber entregado el trabajo que teníamos previsto. Lo único que falta, que pretenda regañarme frente a todos los críos comiendo. Cuan bajo ha caído todo.

-Mello… ya he corregido todos los trabajos y…

-Ya lo sé, no pude ¿esta bien? ¿Es que acaso uno no puede simplemente no hacerlo?

-Mello, ¿de que hablas?

-¿Y de que va a ser? ¡Del trabajo! Es que yo no…

-Si, yo vengo a platicarte justamente de eso. Tu trabajo fue el mejor de la clase. Te puse un 10 con tres mas y un sobresaliente, prácticamente perfectos los cuadros donde haces las comparaciones filosóficas de Aristóteles acerca de la causa por la que estamos en este mundo y luego abarcas el tema de la mente humana, un comienzo brillante. Pero lo que mas me agradó fue lo que hiciste con la imagen del cerebro, localizaste cada una de las emociones en los sectores del cerebro y explicaste cual de ellas participaban en qué reacciones de las personas. Era justamente lo que yo buscaba en el trabajo, felicitaciones Mello, te lo has ganado.

¿Qué? ¿Mi trabajo? ¿De que diablos está hablando esta loca? No tuve tiempo de preguntarle y tampoco de decirle que estaba completamente errada… ¿se habrá confundido? Es que era imposible.

-Vaya, ¿fue mejor que el trabajo de Near? Increíble Mello, felicitaciones –me dijo Matt sonriente mientras intentaba hablar lo más correcto que podía con toda la comida que se había llevado a la boca.

-A decir verdad, Near me sorprendió –dijo la mujer frunciendo el ceño-. Debido al tropezón que tuvo en las escaleras debí ir yo misma a la enfermería a decirle si tenía su trabajo listo y donde podía ir yo misma a recogerlo, pero me comentó que no lo había realizado. No me esperé tener que ponerle un cero justo al alumno más brillante de mi clase, pero yo se los advertí. Me pareció extrañísimo pero fue una decisión suya no hacerlo.

La mujer se retiraba a paso acelerado.

-¿Near no hizo la tarea? ¿Acaso es el apocalipsis o que? –preguntó Matt mordiendo un trozo de pan tostado.

-Mello… -conocí la voz, provenía del pasillo-. ¿Has terminado de almorzar? –Yo asentí con la cabeza, ya sé que me esperaba-. Pues ven por favor.

-Suerte –me dijo Matt apoyando con fuerza su mano sobre mi hombro. Yo caminé siguiendo a Roger hasta su oficina.

-Cierra la puerta, por favor Mello y siéntate –me senté frente a él con su escritorio de madera marmolado de por medio-. ¿Recuerdas que ayer en la tarde te dije que debíamos hablar?

-Si –soné cortante pero ya me venía el peor castigo de por vida. El haber arrojado a Near por las escaleras y por poco haber hecho que se desangrara me costaría mi lugar en Wammy´s House, o aun peor: me costaría mi posición como sucesor de L. No quiero ni imaginármelo, de hacerlo lloraré, estoy seguro.

-Bien, quiero que dejes de decir groserías a tus compañeros, ellos están a la misma altura que tu y ellos no son mejor que tú ni tú mejor que ellos. Es la última vez que te oigo decir insultos al mayordomo para que te permita ir fuera del instituto. ¿Quedó claro?

-Si Roger –Ahora se venía lo peor, estoy seguro.

-Bien, puedes irte, Mello.

-¿Qué? ¿Eso es todo? –no pude ver mi propio rostro pero pude imaginar como debí haber lucido. Los ojos enormes y con cara perpleja de la sorpresa.

-Si, es eso todo. No te castigo solo porque eres una persona inteligente que sabrá apreciar el tiempo que me estoy tomando en platicarte sobre esto y espero que lo consideres y que ya no vuelvas a hacerlo. Creo en ti, Mello.

Mi cara jamás pudo haberse deformado a tal magnitud. Me levanté de la silla algo somnoliento ¿Acababa de oir bien? ¿Eso era todo? ¿Y que hay de Near? ¿Qué hay del trozo de vidrio embarrado en su estómago? ¿Enserio, eso era todo?

Cerré la puerta de la oficina de Roger, aun sorprendido

¿Por qué no me delató? ¡Mierda, le clavé un jodido vidrio en el estómago! ¿Qué carajos estaba…?

Me quedé parado en ese mismo lugar durante aproximadamente tres minutos hasta que decidí moverme. Prácticamente a donde él estaba.


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