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Capítulo 1: Sellando el destino
Minato observo por última vez a su bebé, que estaba en el trono y a su esposa, esta le daba su mensaje para él. Sabía que no iba a ser fácil la vida para su niño, esperaba que todos lo conocieran como un héroe en su aldea, pero también tenía en cuenta que algunos se dejarían llevar y no verían más allá del legado del Kyuubi.
- Naruto... debes buscar siempre la felicidad... siempre recuerda... que estaremos contigo - miro dulcemente al bebé que estaba en el altar y luego miro a su esposa - Estilo de Sellado de los Ocho Trigramas - fue lo que dijo él con su último aliento de vida.
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Naruto Uzumaki, ahora a sus 4 años, era perseguido por varios aldeanos y ninjas de la hoja. Solo que esta vez era diferente, era 10 de octubre, por lo tanto su tortura aumentaba considerablemente, el no entendía porque siempre ese día lo golpeaban hasta dejarlo casi muerto.
- Por… Por favor – hablo con mucha dificultad – Pa… Paren – mientras le daba un golpe en el estómago.
- Miren el demonio ya va llorar – dijo con burla un aldeano.
Así siguieron por un rato, el niño huyendo para salvar su vida, pero se cansó y lo alcanzaron logrando darle más golpes de ya los que había recibido. Al cabo de un rato, los aldeanos se fueron satisfechos dejando el rubio en un charco de su propia sangre.
Un hombre se le acerco y se acurruco hasta quedar a su misma altura – Hola – dijo mirándole a los ojos.
- Por favor… Ya no más – en un tono apenas entendible – No me lastime.
- No lo haría – dijo el hombre - ¿Cómo te llamas? – pregunto en tono amigable.
- Naruto – levantando su cabeza – Naruto Uzumaki.
- Dime Naru ¿Quieres tener una familia?
El dudo en responder pero al final lo hizo – S-Sí, pero usted ¿Cómo se llama?
- Shikaku Nara – le respondió con una sonrisa.
Luego de eso, el rubio menor siguió al peli-negro. Sintiendo miradas llenas de odio y rencor por parte de los aldeanos, pero no les prestó atención ya que iba feliz al lado de un nuevo padre, y que pronto conocería a su nueva familia.
- Ya llegue – hablo abriendo la puerta de su casa.
- Hola amor – dijo su esposa saliendo de la cocina y caminando hasta quedar en frente de él – ¿Quién es él? – pregunto al notar una presencia detrás de Shikaku.
- Él es Naruto y lo acabó de adoptar – se apartó un poco dejando ver al peque – Vamos saluda.
- Ho-Hola Nara-san.
- Hola – saludo con una sonrisa – No me llames por mi apellido, solo dime Yoshino – le dijo con una sonrisa – Al final son tu madre ¿Verdad?
En ese momento entro un chico, de la misma edad que el rubio, con un peinado estilo piña.
- Mamá, papá – saludo a sus progenitores - ¿Qué hace Naruto aquí?
- Naru – Shikamaru se sorprendió ante el seudónimo brindado por su padre al rubio – Es ahora tu hermano.
Incontables minutos de silencio pasó.
- ¡¿Qué?! – Grito notablemente sorprendido – Pe…
- Algún problema – interrumpió Yoshino con una sonrisa que solo su esposo e hijo conocían.
- No, ninguno – dijo rápidamente.
- Eso creí – dijo con la misma sonrisa – Lleva a Naru a conocer la casa – dijo en tono que no admitía replicas.
Shikamaru decidió obedecer, llevándose consigo al pequeño kitsune. Cuando los niños se fueron los mayores hicieron su rutina de siempre; Shikaku se fue a vagar por ahí y Yoshino a la cocina.
El menor de los Nara guiaba a su ahora hermano menor, le mostro toda la casa: los cuartos, la cocina, la sala, el baño, el patio, etc. Ya era hora de la cena, todos estaban sentados en la mesa en este orden Yoshino, Shikaku, Shikamaru y Naruto.
En la cena ellos se conocieron mejor, Shikamaru se dio cuenta que, aunque eran opuestos podían llevarse y entenderse bien, por otro lado los padres hablaban entre sí. Llegando la hora de dormir, el rubio durmió en la habitación contigua a la del peli-negro.
En la habitación de los padres, ellos estaban hablando antes de dormir, bueno Yoshino hablando y Shikaku apenas contestando, lo último que se escuchó de ella fue
- Bienvenido a casa, hijo.
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Ya habían pasado dos años desde que esos se habían vuelto hermanos. Ahora estaban a la edad para entrar a la academia, sus padres los habían inscrito un año atrás.
- Adiós y cuídense – se despidió la única mujer de la familia – Nos vemos pronto.
Con eso los dos chicos se fueron a caminar, juntos, uno al lado del otro. Una imagen ya normal en la villa, que al principio no lo fue tanto. Como Naru ya pertenecía al clan Nara, nadie se atrevía a molestarlo o golpearlo, aunque siempre había unos tontos que lo intentaban, y que terminaban de un modo no muy bonito. Pero las miradas de odio, rencor, etc. Siempre estaban presentes, solo que ahora lo tenían que disimular.
Los dos chicos visualizaron un edificio grande, con una entrada roja y el símbolo de la villa arriba de esta. Entraron y se sentaron juntos, ya que los asientos eran de a tres, solo esperaban al tercero.
Shikamaru había dejado la vestimenta de civil y ahora su conjunto ninja consistía en una camisa de mallas verde con un chaleco gris que tenía las orillas verdes y con el símbolo del clan a los lados, unos short café lo suficientemente largo como para cubrirles las rodillas y unas sandalias ninjas azules. Con su porta-kunai en la pierna derecha y el porta-shuriken a un costado de su cintura. Tenía el mismo peinado y su actitud característica.
Naruto al igual que Shika dejo de lado la ropa de civil, su ropa ninja consistía en una camisa naranja oscuro manga corta con el sello del clan en su espalda, unos short negros y una bata corta que le llegaba por debajo de las caderas (estilo Akatsuki pero sin las nubes rojas) con sandalias ninjas azules y con su porta-kunai en la pierna derecha y el porta-shuriken a un costado de su cintura. Su pelo era en punta (como en el anime).
Unos minutos después el salón se comenzó a llenar, entrando varios niños, del cual uno se dirigió al dúo. Este era Chouji, su mejor amigo. Los tres son conocidos como el trió problema. Debido a sus actitudes habían logrado llevarse el mérito ante todos los de Konoha.
Cada uno mantenía su conversación con su compañero y otros se mantenían en silencio hasta que la puerta se abrió y revelo a un hombre moreno con una cicatriz en su nariz, que además traía un libro.
- ¡Buenos días! - exclamo sonriente - Primero déjenme presentarme - puso las manos a cada lado del escritorio manteniendo la sonrisa - Seré su profesor a partir de hoy a seis años. Soy Iruka Umino - presentándose oficialmente ante sus estudiantes. Luego de eso los sacó al patio para probar sus habilidades en el Ninjutsu, a lo que ellos se sorprendieron pero aclaro que no era para evaluarlos.
El ejercicio consistía en darle a los puntos vitales con los Shuriken, que son cuatro. El primero que eligió fue Shino, este logro acertar dos de los cuatros haciendo que un aura deprimente se formará y comenzará un discurso sobre los insectos que viven en su cuerpo, Iruka lo mando a callar porque era perturbador.
El siguiente fue Sasuke que logro acertarlos todos y fue alabado por su club de fans, Kiba y Chouji acertaron tres y el último fue a parar a otro lugar. Hinata, Ino y Sakura acertaron tres y por milésimas de centímetros fallaron el último. Los hermanos Nara se acercaron y acertaron los cuatro, el mayor de los dos se fue diciendo que era problemático.
Acabando el ejercicio, el sensei les dio una clase de lo más básico que se le imparte a los novatos El chakra seguido por las demás lecciones del día. La academia paso muy rápido para los estudiantes, todos se fueron para sus casas o para cualquier otro lugar.
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Shika y Naru caminaban haciendo de bajos al igual que su padre, Chouji se había ido diciendo que tenía que comer. Pasadas las cinco de la tarde, los dos se apresuraron en llegar a casa antes de que su madre note de su ausencia.
Al llegar fueron a comer y le platicaron a su familia sobre el día que tuvieron en la academia, entre risas, y muchos problemáticos, se la pasaron de maravilla.