Ya estaban próximos a cumplir un año juntos, pero llevaban mas de tres semanas sin verse. Tae andaba con Jiyong en Nueva York en la semana de la moda y él mismo se encontraba en Japón trabajando de MC en un programa de variedad. Seungri se paseaba por los centros comerciales, buscando algo que regalarle a su pareja. No tenia idea que darle, se supone que cuando uno cumple un año, el regalos debería ser mucho mejor que los que suele dar cuando se cumplen meses, es por eso que Seungri se reventaba la cabeza pensando que darle a Youngbae.
Debería llevar unos cinco centros comerciales distintos en busca del regalo perfecto. Pasó por el frente de una tienda de joyas, había un reloj muy bonito en la vitrina, era mas o menos del estilo que le gustaba Youngbae, pensó en entrar y comprárselo, pero luego calló en la cuenta que cuando habían cumplido seis meses el le había dado algo parecido y Youngbae nunca lo había usado. Se deprimió por eso.
Se quedó varios minutos mirando el reloj, cuando sintió su teléfono móvil vibrar en su bolsillo, se asustó un poco y trató de ocultarlo tapándose la boca con la bufanda. Era invierno e Japón y la nieve caía como si fuese lluvia, hacia bastante frio la verdad.
Miró l apantalla del celular y decía Bae con un corazón al final, sonrió ampliamente, pero se arrepintió. Si alguien le hubiese visto hubiera dicho que era un adolescente en su primer noviazgo. Eso le molestaba de si mismo. Con Youngbae no podía evitar ser infantil y un poco afeminado, era algo que cada vez que le veía o simplemente le escribía, él sentía que su mundo daba vuelta y todo su cuerpo sentía como una ternura recorría sus entrañas.
Contestó tratando ser serio y despreocupado, pero su actuación falló llegando a tartamudear un poco por la emoción de escucharle.
—ho…hola –dijo con dificultad, escuchó como Tae del otro lado reía bajito
—¿dónde estas? ¿qué haces? –preguntó en bailarín, Seungri se sintió avergonzado, no quería contrale que llevaba todo un día buscándole un regalo
—nada, estoy en casa –mintió
—ya veo… sabes creo que no llegaré para el día de nuestro aniversario –dijo en una tono ronco, parecía resfriado.
Seungri se entristeció con la noticia, el había removido su agenda para ese día, realmente quería pasar el día con él, pero no se lo dijo, solo asintió y recibió las disculpas del mayor, para luego colgar y dar un largo suspiro de decepción.
—mierda –dijo en voz baja, tenia ganas de llorar pero por cosas obvias no lo haría en ese lugar.
Se iba a casa, prácticamente arrastrando los pies, no tenia ganas de nada, solo quería llegar a cama y dormir por el resto de la semana.
Pasó por el frente de una tienda de ropa muy particular, era una sex-shop, sonrió ante la idea de tentar a su novio por cam, para que volviese antes, pero desechó la idea y pretendió seguir de largo.
Iba como en el tercer paso cuando volvió a la tienda entrando lo mas rápido posible y tapándose con sombrero de lana y la bufanda para que nadie le reconociera.
Estaba todo iluminada con luces fluorescente de colores muy exóticos, miró entre las prendas y se sintió mas pervertido de lo normal, incluso las ropas femeninas le estaba poniendo cachondo. Eligió unas prendas interiores sin siquiera mirar las tallas y fue directo a la caja para pagarla. La vendedores era una muchacho joven, bonita por donde la mirases, le sonrió con simpatía y le preguntó por si quería algo mas. Seungri negó con la cabeza, pero luego vio que sobre el mesón tenia todo tipo de juegos sexuales. Se sentía atraído hacia ellos, incluso imaginó como los usaría.
—¡por Dios Seungri! Él nunca aceptaría a usar algo como esto, declinó de la idea solo llevó las prendas que había sacado.
Caminó rápido, aun sentía las mejillas rojas por la vergüenza, entró en su auto y se fue directo a casa. Al llegar tapó entre sus ropas la bolsita, un tanto llamativa, de la sex-shop, para que no le vieran con ese tipo de mercancía en su departamento.
Suspiró de alegría cuando llegó a su vivienda, y entró tranquilamente quitándose los zapatas y luego prenda por prenda, hasta queda en calzoncillos y una sudadera. Había dejado la calefacción dada antes de salir y todo el departamento estaba cálido y agradable para él.
Ya era tarde y las oscuridad invadía su casa, pero no le importó, caminó a ojos cerrados hasta su cuarto. Quería dormir.
Estaba muy oscuro la verdad no veía nada, dejó la bolsa de la sex-shop sobre la mesita de noche y sin mas se metió en la cama, enrollándose en las sabanas para sentirse protegido. Enrollado en forma fetal, cerró los ojos y se dispuso a dormir, cuando unas manos le tomaron por el trasero haciéndolo saltar y pegar un grito.
Corrió al interruptor de la luz y al acostumbrarse al nuevo brillo de la habitación dio otro salto al ver a Youngbae acostado en su cama.
—me asustaste, ¿por qué gritaste? –dijo el bailarín, quien se encontraba tapado hasta la cintura con el torso totalmente desnudo
—¡¿q…que haces aquí?! –gritó el menor. Bae se encogió de hombro y dio unas palmadita a la cama. Seungri se acercó y se sentó en el bode dándole la espalda. Youngbae aprovechó el momento y se acercó hasta su cuello, lamiendo con suavidad y muy despacio. Seungri gimió muy fuerte para su gusto y se llevó ambas manos hasta la boca para taparse de la vergüenza.
—te extrañaba demasiado, no podía aguantar un día mas sin tenerte entre mis brazos –dijo el mayor ahora dando fuertes mordidas en el cuello el menor quien ladeó su cabeza para dejarse hacer, incluso llevó una de sus manos hasta la cabeza del bailarín y a medida que se excitaba jalaba de su cabello.
—pero tu dijiste que no vendrías… -suspiró el de ojeras marcadas
—no estaré contigo ese día, por eso vine antes, además dime por qué me mentiste, ¿dónde andabas que tuviste que mentirme respecto a donde estabas? –preguntó el bailarín dejando el cuello del menor.
Seungri se ruborizó y Tae lo notó así que no siguió interrogándolo y le abrazó con fuerza atrayéndolo a su cuerpo. Para sorpresa del maknae, su novio estaba totalmente desnudo y su polla hacia fricción por sobre su ropa interior.
Al maknae comenzó a mover el trasero y Youngbae dejó escapar un par de sonoros gemidos.
—¿qué traes en esa bolsa rosa? –dijo el mayor señalando la bolsita ropa de la sex-shop. Seungri se heló ante la pregunta y la tomó lo mas rápido que pudo, escondiéndola en su espalda. –dime- exigió el mayor, abrazándolo para quitársela.
Al verla no pudo evitar sonreír, empezó a examinar la ropa erótica, una era de látex y la otra tenia la forma de un elefante.
—póntela –dijo el mayor, entregándole la de látex, mientras el se ponía la de elefante. Seungri todo colorado se negaba, peor luego de ver a su novio se le antojó probar. Fue a baño a cambiarse, le daba pena, pero quería hacerlo con entrada y todo.
Youngbae esperaba en la cama con los brazos bajo su cabeza, su miembro estaba notoriamente erecto y hacia parecer como si el elefante estuviese con la trompa hacia el cielo. Seungri caminó lento pero con movimientos sensuales, incluso en el marco de la puerta movió un par de veces el culo para provocar a su novio. Bae tenia la intención de esperar acostado, pero ya no daba mas y se paró de la cama para acorralar al menor contra la puerta.
—eres el pervertido mas exquisito que conozco –dijo es su oído con una voz estúpidamente sensual, y agarrándole los muslos con fuerza, arrancándolo incluso un par de gritos al menor.
Seungri seguía contra la muralla, Tae le levantó un poco y le sentó sobre su polla para frotarle con pasión. Ambos gemían por la excitación, Seungri sobre todo, quien la tenia mucho mas grande por la calentura y la ropa del látex le estaba triturando el miembro desmesuradamente.
Youngbae empezó a apretujar los pezones del menor y con una fuerza descomunal rompió la ropa de este en la parte trasera, dejando su entrada descubierta y a su disposición. Bajó su disfraz de elefante y sin mas vueltas penetró el culo del menor, sacándole un grito gutural, que incluso a él le molestó en los oídos.
—¡Oh Dios Bae! ¡Sacala! Eso duele! –gritaba el menor tratando de empujarle para que quitara la polla de su culo, pero el mayor ya no podía mas y estaba disfrutando a concho de la estreches del menor.
Seungri tenia una lagrimas en los ojos, así que el bailarín quiso aliviar su dolor masturbándole con fuerza, cosa que en principio molestó al “profanado”. Cuando se relajó un poco el maknae, Youngbae le llevó, empalado y todo, hasta la cama donde le puso en cuatro y de a poco aumentó la velocidad de las estocadas.
El maknae ya no sollozaba, incluso gemía descaradamente, masturbándose el mismo para sentir mas placer.
—oh si maknae, eres tan deliciosos… ¡¡oh siii!! –gemía el mayor, cuando de pronto se acordó que le tenia un regalo a su pandita, así que sacó su polla de una dejando en quejas a su amante quien entre su respiración entrecortada y una erección gigante, seguía masturbándose con locura.
El mayor había sacado algo de su bolso, el menor no había visto que era, pero cuando escuchó un zumbido supo de que se trataba. Youngbae le había comprado un vibrador.
—se que te va a gustar pandita –dijo el mayor y le penetró con el juguete, para luego dilatarlo mas metiéndole su polla también.
—¡¡aah. Aahh , siiii, ahí, aah aaaah!!! Ooh Youngbae, follame duro mi amor, mas, mas adentro, ponelo mas adentro…- gemía con desesperación Seungri.
Youngbae con la cabeza hacia atrás, porque las vibraciones del juguete le están dando nuevo placer que realmente disfrutaba.
Comenzó a dar estocadas cada vez mas fuerte, arrancado gritos descomunales en su dongsaeng, estaba muy cerca del orgasmo, no quería correrse dentro, así que aceleró el del menor, fallándolo con fuerza y subiéndolo el nivel de vibración al juguete.
—¡¡¡oh si!!!, siiii mas, siii mi amor, mas, ¡¡¡siiiii!!!!, aaah aaaah , ¡aaaaah!, mas mie amor, quiero mas, follame mas, siii mas dentro mas rápido, ¡¡que rico bae!! –gritaba como perra en celo el menor, Youngbae se venia también, pero no quería no aun. Aish que con todo lo que hacía, tomó el pene goteante de su pareja y le corrió la paja con fuerza, haciéndole llegar al orgasmo y manchando las sabanas.
La contracción del ano del maknae le provocó una excitación mayor, pero se apresuró en sacarla del culo de él, volteándole y sentándose en su pecho para terminar de masturbarse en su cara y correrse, llenándole toda la boca con su esencia.
Seungri aun tenia el vibrador en el culo, por lo que seguía gimiendo y se veía que su miembro despertaría nuevamente, así que Tae lo quitó y con lamidas eróticas lo limpió.
Se quedaron acostados uno al lado del otro, tratando de recuperar el aliento, cuando el maknae rodeó con sus piernas y brazos, el cuerpo sudado del mayor. Le besó el pecho y luego los labios, se notaba que ambos estaban muy cansados después de tan ponente orgasmo, pero aun así, quería regalonear.
—¿cuándo compraste el juguete? –preguntó el panda con los ojos cerrados y una sonrisa del oreja a oreja
—hoy, después que compraste la ropa interior en la sex-shop –respondió y Seungri se sentó en la cama apresurado ¿realmente le había visto entrar a esa tienda?
—¿qué, qué? -gritó
—no sabia que regalarte por nuestro aniversario, y bueno te vi en el centro comercial entrando en la sex-shop… pensé que quería algo nuevo para tener sexo, es por eso que lo compré –dijo el mayor con las mejillas rojas. Seungri se sintió ruborizado, pero al mismo tiempo cautivado por las intenciones de su novio de hacerle feliz, así que se sentó en su regazo y con besos inocentes le comenzó a excitar otra vez.