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Con suavidad por Takaptilia

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Notas del fanfic:

Respuesta al Desafio de Shiu san.

Tenia que tomar este gran desafio y poder pagarle el hermoso fic que escribió para mi la vez anterior, cuando tomo mi desafio En total somos diez.


La verdad es extraño que alguien como yo cree un fic lindo y romantico sin tragedia o lagrimas o cosas turbias de por medio.

Espero que cumpla con las espectativas, si no es asi, permitanme saberlo para colgarme de una viga haha



Notas del capitulo:



Aclaraciones:
-Transcurre en el año de "Remember de Urge"



Hay ciertas cosas que a Ruki le molestan. Muchas cosas que realmente le hacen enfadar, no es que él sea del tipo de enfadarse todo el tiempo por pequeñeces, es más, prefiere tomar con calma estas situaciones desagradables y esforzarse en arreglarlas a su ritmo.
Pero sin duda, hay una pequeña cosa que detesta más que cualquier otra y un ejemplo oportuno sucedió en plena reunión de la mañana, en la cual se le entregó a cada uno los papeles correspondientes de las próximas presentaciones que tendría la banda.



Cada uno recibió un papel, pero curiosamente Reita no respetó aquella regla de pertenencia y de un “zas” le arrebató el itinerario de las manos.


“¡Déjame ver!” Sin siquiera mirarle el bajista le había quitado el papel y comenzó a leerlo. Ruki se miró las manos vacías por momentos, en silencio, escuchando las carcajadas que el rubio mantenía con la primera guitarra.
Apretó los dientes, casi erosionándolos entre sí.
“Toma, gracias” Comentó Reita observándole con una pequeña sonrisa, pero Ruki simplemente miró hacia el frente ignorándole “Oye, Ruki” Le llamó confuso.
“¿Qué?” Reita casi se cae de espaldas con la silla incluida. Aquella respuesta le había sonado más a un gruñido colérico. Ruki simplemente se cruzó de brazos y volteó la mirada en un claro gesto de desprecio.

Hay ciertas cosas que a Ruki le molestan. Muchas cosas que realmente le hacen enfadar, pero hay otras que simplemente le hacen olvidar completamente aquellas desagradables, cosas que él no puede evitar caer en completo amor, cosas que adora y encuentra llamativas, atrayentes, cosas como…

“Bien, esas serian todas las actividades para el próximo mes, no serán difíciles, por favor ¡hagamos un buen trabajo!” Pronunció Kai con una gran sonrisa. El salón enteró se llenó de débiles lamentos como respuesta “¿Deberé tomar eso como “Hagamos un buen trabajo?” Se quedó de pie frente al pizarrón que contenía las fechas, horas  y lugares en llamativos imanes de colores. Rió animado y aplaudió dos veces para volver a sentarse a un extremo de la mesa.
 

Kai. Kai era una de aquellas cosas por las que no podía evitar el sentirse bien sin entenderlo.
Le encantaba su manera de ser tan apasionado con el trabajo, era sin duda un hombre admirable, no importaba que, Kai siempre se encontraba esforzándose para superarse a sí mismo y claramente lograba ser una inspiración para sus hokai. Aunque también había cosas negativas en él, como en cualquiera, y aquellas cosas sin duda Ruki las conocía bien, no por nada era un gran observador.




- Viernes, 15 de mayo @Entrevista para la radio “IMC” -



Sonaba "Remember The Urge” de fondo. Tanto vocal como baterista se habían quitado un momento los audífonos y descansaron mientras el single promocional se reproducía.

El anfitrión del programa se disculpó y salió del salón un momento.

Silencio incómodo les rodeó a ambos. Ruki observó hacia un lado en específico, intentando dejar pasar el tiempo sin ocasionar ruido o alguna prueba de que su persona física estaba allí.
Era estúpida aquella forma de actuar, pero para él era la más indicada. Estar al lado de Kai le producía un nerviosismo digno de hacerle competencia a Koron en el plano de temblar.
Kai le hacía temblar.

Un “tap tap” escuchó sonar débilmente y para cuando dirigió su mirada hacia el ruido se topó con las manos de Kai, golpeaba la mesa despreocupado como si esta fuera una batería ¿Acaso ese hombre a todo golpeaba como si de un instrumento de persecución se tratase?
Frunció el ceño al pensar aquello, estaba bien que le apasionara, pero había un momento de descansar y ese era este... Bueno, no exactamente debido a que se encontraban trabajando y… ¿Tenía que seguir haciendo “tap tap” tan tranquilamente?

Dio un leve respingo al encontrar los ojos de Kai mirándole. Permanecieron así un momento, hasta que el líder le dedicó una sonrisa y comenzó a golpear la mesa más rápido hasta darle fin, acompañado con un “Oh” de sorpresa y luego reír.

Ruki enfocó la mirada hacia el frente como si aquello no hubiera pasado. Tragó saliva tratando de tragarse el corazón que latía en su garganta insistentemente. Sus manos sudaban y se sintió sobreactuado y estúpido. Rogaba porque el conductor regresara o al menos se acabara la canción. Se quedó observando la mesa sin saber si quiera si Kai se habia molestado o simplemente tomado relajadamente su manera de ignorarle.

Posó uno de sus dedos en la superficie y la golpeó, siguiendo el ritmo de la escasa melodía que se escuchaba lejana. Golpeó nuevamente y esta vez invitó a su pie derecho a hacerlo.
No supo en que momento comenzaba a golpear la mesa de la misma manera en la que Kai lo había estado haciendo, sonrió avergonzado sin poder detenerse. Vaya que era relajante hacerlo y divertido además, había olvidado aquello de la batería, y pensó que era una de las cosas que compartía con Kai, fue una de esas cosas que le incentivó a invitarle a esta pequeña familia.

Se detuvo al comenzar a sentir un calor en su pecho, dolorosa amabilidad.


“No te detengas” Levantó la vista cuando los ojos de Kai lo observaron fijo, le sonreía amablemente posando su dedo en la superficie y comenzando un ritmo. Ruki llevó el dorso de su mano a sus labios y negó avergonzado. Claramente Kai le estaba invitando a formar parte de aquella interpretación musical, pero el ya había olvidado todo lo básico de aquel instrumento.

Regresó el conductor y la entrevista retomó su curso. Después de un par de fotos y autógrafos se dirigieron al estacionamiento, no sin antes pasar por el ventanal infestado de fans.


“No debiste dejar de tocar la batería, yo creo que hubieras sido un gran baterista, Ruki” Comenzó Kai, Ruki se le quedó observando tranquilamente, mientras cruzaban un angosto pasillo lleno de puertas.
“Créeme que si no me hubiera detenido tarde o temprano hubiera recibido un “Lo sentimos, pero creo que no nos puedes seguir el ritmo” eso hubiera sido más doloroso, además, de haber sido bueno hubiera tenido que lucir como una mujer ¡Imposible! Eso si hubiera sido muy vergonzoso ¿usando vestidos y esas cosas? No, eso es exagerado y extraño” Rio divertido, para cuando notó que estaba alargando la risa miró a Kai y se cohibió al encontrar su mirada fija en él. Ruki aclaró su garganta y siguió caminando sintiendo calor en su rostro.
“No es como si no lo hubiéramos hecho alguna vez” Giró su cabeza y se topó con la sonrisa boba del baterista.
“¿Qué insinúas? ¡Claro que yo nunca hice eso!” Agravó el tono de su voz y Kai rio levemente.
“Nada Ruki-kun, nada” Apresuró el paso divertido.
“¿Ruki-kun? ¿Qué significa eso?” Le siguió con indignación, aunque más que indignación era un sentimiento de diversión, se estaba divirtiendo en aquella extraña conversación.
“Solo digo que Ruki siempre ha sido Ruki, ósea…” Ya frente del ascensor “En aquel entonces usaste un kimono y ese maquillaje y…”
“¡Era una forma artística de expresar la letra de la canción! ¡Un impacto visual!” las puertas metálicas se abrieron y ambos entraron, claro, Ruki se mantenía indignado y claramente avergonzando, mientras que Kai solo observaba hacia otro lugar haciéndose el desentendido “Tú también luciste como mujer alguna vez” Aquello llamó la atención del batero, quién se avergonzó un poco, cruzándose de brazos, para apoyarse sobre un pie.
“”Efecto visual” “Para expresar artísticamente la idea sobre la manera en la que toqué la bateria” “Y rio levemente ocasionando un tic en el ojo al vocal, que prefirió bufar e ignorarle el resto del viaje en el ascensor.

Para cuando llegaron al estacionamiento, Ruki apresuró su paso hacia su vehículo, abrió la puerta, tomó asiento y cerró, pero un grito escapó de su boca cuando un “tap tap” impactó en su ventana sorpresivamente.


“Ruki ¿Te molestaste?” Tras recuperar su alma suspiró y se giró a mirarle.
“No” Claramente era un “Si, estoy molesto, no me hables, me trataste de mujer y raro, y no soy mujer… ¡Ah, y ni raro!”
“¡Mentira! Eso claramente es un “si”” Kai comenzó a hablar más fuerte, buscando la atención de Ruki, detrás del vidrio.
“Es un no, ve a casa Kai” Le indicó girando la llave, pero no contó con que al encender el motor este no respondería “¿Qué? ¡Vamos!” Inútilmente giró nuevamente y nuevamente y nada sucedió.
“Tal parece que se descompuso” Comentó Kai bastante divertido.
“Genial, lo llevé al mecánico la semana pasada, juró que lo dejaron funcionando como un reloj suizo, ni modo, tendré que tomar un taxi” Comentó desabrochando su cinturón de seguridad y guardando sus cosas en su bolso de hombro.

Abrió la puerta y Kai dio un paso hacia atrás.

“Si quieres te llevo” Ofreció desinteresadamente y Ruki se quedó mirándole.

Que mejor oportunidad para pasar tiempo con Kai; de la nada comienzan a tener una charla amena y tranquila, divertida, incluso mostrándose molestó para llamar la atención del batero y como si de un regalo del cielo se tratase, su vehículo se descompone y Kai le ofrece el llevarle a casa.

Lo pensó y claramente era demasiado perfecto. Era perfecto, pero solo había un inconveniente, él nunca se mostraría fácil ante el alto, claro que no, él era Ruki, y Ruki era exigente, a él le gustaba que todo fuera calmado y tranquilo, pero Kai era explosivo e impetuoso, aquello le descolocaba bastante, le hacía perder la cabeza a veces ¿Qué tan malo podía pasar el aceptar, claro, aparte del perderse en algún barrio de mala muerte y terminar perdiendo el auto y sus pertenencias? Era Kai después de todo, y el perdía todo, incluso, no dudaba que en un día de esos su cabeza formara parte del gran listado de cosas perdidas.

Kai era un encanto. Imposible el no sentirse cómodo y feliz a su lado… ¿En que estaba pensando? ¡Él no era una mujer, él era un hombre!

“¿Y?” Kai le miró expectante.
“Vamos, Koron empezará a extrañarme” Y dado el “Si” a quien era imposible negarse, emprendió el viaje hacia el vehículo.


Muchas veces Ruki temió por su vida, muchas veces en la juventud se vio en situaciones extremas, tales como un regaño de sus estrictos padres, peleas con matones o mochilas de ex furiosas, pero había algo que realmente le hacía temer por su vida, algo que él realmente no podía evitar rezar a todo dios habido y por haber, y ese algo era el que Kai condujera sin sus lentes.


“¡¿Los perdiste?!”
“Juro que los dejé en la guantera. No sé cómo se perdieron” Contestó el batero a medio camino. Aquella situación se veía color de hormiga, Kai conducía sin sus anteojos y eso solo podía dar un resultado fatal; como el que murieran inevitablemente impactándose contra un camión de carga, como en las películas, o el que algún policía de control les hiciera detenerse y tremenda multa la que debería pagar la compañía, porque algo bueno era el pertenecer a un sello, era el que el sello pagaba TODOS tus gastos.
“No hay caso, estaciona y pedimos un taxi” Sugirió Ruki aferrándose a su cinturón de seguridad.
“No puedo dejar el auto en cualquier lugar”
“Claro, porque lo olvidarías y terminarías perdiendo el auto” Suspiró blanqueando los ojos. Kai solo respondió con risas divertidas. A la media hora ambos se encontraban frente al automóvil, estacionado frente a un edificio de apartamentos.


“…número 234” Anotó la dirección en su agenda y la guardó en su bolso. Acomodando sus lentes de sol observó a Kai colocar sus manos en los bolsillos traseros de sus jeans.
“Esperemos por un taxi” Comentó el batero dándose media vuelta para salir de aquel pequeño pasaje. Ruki le siguió en silencio hasta que ambos se detuvieron frente a un paradero.

El sol de mediodía golpeaba sus nucas, pero bajo el techo metálico escaparon un poco del calor.
Ruki se sentó tranquilamente y comenzó a jugar con sus pies, pasado los minutos. Kai se mantuvo de pie a un metro de él, cruzado de brazos observando hacia la vacía calle. Tal parecía que hace años no pasaba un vehículo por allí.


“¿Y?” Preguntó Ruki desde su lugar, navegando en su Iphone.
“Nada, creo que deberíamos seguir caminando hasta encontrar una calle principal” Relajó el cuerpo y suspiró.
“Creo que…” Silenció al escuchar pasos lejanos acompañados de ruidos de bolsas, inmediatamente guardó su móvil. Kai al ver esta reacción rio divertido “¿Qué es gracioso? ¿Quién se acerca?” levemente nervioso.
“Digamos que una peligrosa abuelita y… ¡Oh, no, Ruki-kun, lleva bolsas con verduras! ¡No, verduras! ¡Peligro!” Se carcajeó con gusto, sonrojando a Ruki y no solo eso, si no que molestándolo de tal manera que de un salto se dirigió a él y le propinó un golpecito en el brazo.
“¡Es tu culpa el que estemos aquí, siempre perdiendo cosas! ¡No conozco este lugar! ¡Es normal que tema por mi seguridad!” Le reprochó sin conseguir parar las risas de Kai. Ruki se lamentó el no haber traído anillos.
“Calma, solo estoy molestando” Se detuvo sonriéndole algo agitado, sobando su brazo, y Ruki suspiró frunciendo el ceño, para volver a sentarse.
Tras esto la figura de la “peligrosa” abuelita pasaba frente a ambos. La pequeña mujer de menuda contextura, y de suaves y arrugadas facciones se detuvo, dejando las bolsas en el suelo y tomando un poco de aire.

“¿Le ayudo?” Kai se acercó a ella casi trotando. Ruki se mantuvo expectante, aquel gesto le pareció muy noble y tierno de su parte, incluso el había tenido ganas de ir a ayudarle y claramente el castaño oscuro se le había adelantado.

“No se preocupe, joven” Pero Kai se negó y tomando las pesadas bolsas le acompaño, no antes sin ofrecerle su brazo para que se apoyara.
Inmediatamente Ruki se levantó cuando Kai giró a verle y llamarle con un gesto.


Caminaron bastante, a un paso lento. La abuelita en cuestión resultó vivir sola con su esposo, quien apenas podía caminar, era una pareja muy anciana y sola, no habían podido tener hijos por cosas de la vida y ahora intentaban sobreponerse de todos los achaques y dolores de la vejez.
Tanto Ruki como Kai se sintieron conmovidos por dicha historia. En media hora los tres se encontraron al final de la calle, frente a una bella casa tradicional. La mirada de Ruki se iluminó, el adoraba aquella tradicionalidad y simpleza, tenía que sacarle una fotografía y subirla a su Twitter, tenía que hacerlo.


“Ambos fueron muy amables” Hizo una pequeña reverencia a pesar de que los dos le indicaron que no tenía por qué hacerlo ”Se cómo puedo devolverles este favor ¿Por qué no se quedan a almorzar? Sería un agradado el poder devolverles el favor tan grande que me han hecho”
“N-no tiene que…”
“¡Claro! Le ayudo a subir los escalones” Ruki se tragó las palabras y vio como Kai ayudaba a la abuelita a subir lentamente los tres escalones hacia la entrada.

En minutos ambos se encontraban sentados de manera tradicional frente a una pequeña mesita de madera. Habían congeniado bastante bien con el señor Satou, el esposo de la señora Yuuko.


“Yo le ayudo, Yuuko-san” Ruki se levantó rápidamente al ver a la ancianita caminar hacia la cocina.
“Es difícil envejecer, de joven pensaba que era invencible, y ahora veo que solo era un tonto iluso” Rio melancólicamente. Satou era un hombre de baja estatura y gruesa contextura, debido a su avanzada edad, poseía pequeñas arrugas alrededor de sus ojos, su boca y en plena frente, y poco cabello en su cabeza.
“No era un tonto Satou-san, todos pensamos lo mismo alguna vez. Es imposible el no querer vivir y conocerlo todo” Comentó Kai, mientras bebía un poco de te verde.
“Es por eso que las oportunidades hay que tomarlas. Si deseas algo realmente debes ir por ello, no debes vivir como un hombre frustrado, cuyos sueños no llegó a realizar aun cuando los tuvo frente a sus narices”  Kai meditó unos segundos, mientras observaba hacia la cocina tradicional, allí contempló a Ruki recibiendo instrucciones de la pequeña mujer, era bastante linda aquella escena, ya que Yuuko-san era más bajita que Ruki, parecían mamá e hijo.
“Satou-san ha vivido y aprendido mucho, es admirable, quisiera saber todo lo que Satou-san sabe” Kai volvió a mirar al ancianito, este terminó de beber su te y le miró tranquilamente.
“Cada cual vivirá como debe vivir, Kai-san” El batero asintió. Tras unos minutos de larga charla al fin la comida estuvo lista. Ruki volvió a su lugar, al lado de Kai, y se mostró avergonzado una vez que Yuuko-san le diera créditos por su participación en la preparación de tan exquisito Oyakodon.
“Solo preparé el arroz, Yuuko-san” Recibió el aplauso de los presentes y enrojeció.
“¡Bien! Probaré la mano de Ruki” Comentó en voz alta y comenzó a comer emocionado.
“¡Solo me dediqué a contar los minutos de cocción, y utilicé cronómetro!” Todos rieron divertidos ante aquel comentario.

A eso de la media tarde y tras reposar y tomar otra taza de te, los cuatro se dirigieron a la entrada de la pequeña casita.


“Muchas gracias, Satou-san, Yuuko-san” Ruki se inclinó hacia adelante bastante agradecido por la hospitalidad de la pareja.
“Gracias a ustedes por entretener a mi pobre Sa-chan, hace años que no hablaba con algo que no fuera el televisor” Rio suavemente, mientras el anciano se avergonzaba.
“¡Yu-chan!” Tanto Kai como Ruki no pudieron evitar reír ante la expresión del hombre mayor.
“Esto no es un adiós, estaremos en contacto” Comentó Kai y la pareja le sonrió.
“Cuídense” Les despidieron desde la entrada. Ambosvtras una inclinación caminaron de vuelta hacia el auto.


“¿Sabes?” Kai observó a Ruki “Lo curioso de todo esto, es que yo hubiera manejado desde un principio, no hubo necesidad de dejar el auto en aquel lugar y caminar hasta aquí” Comentó.

“Fue una oportunidad” Ruki se detuvo un poco, tras escucharle, y quedó frente a él.


Hay ciertas cosas que realmente preocupan a Ruki, ciertas cosas que realmente él no puede evitar sentir duda e incertidumbre, cosas como el no saber si lloverá durante el día, si realmente aquellos GOODS quedaron bien diseñados o era necesario aquella pose tan sobreactuada para la sesión fotográfica. Pero hay una cosa que por sobre todas realmente le preocupa, que es lo que realmente piensa Kai sobre él.

La sombra de ambos se dibujó en el pavimento.


“¿Qué piensas sobre mí?” Directo, tan directo que fue un impacto certero. Kai tragó saliva y colocó la sonrisa más imbécil de toda su vida, Ruki esperó ocultando el nerviosismo bajo un ceño fruncido.

“¿Cómo qué? Eres una gran persona, y lo que hiciste hoy ¡Vaya! ¡Fue muy amable el ayudar a Yuuko-san! ¿Y la comida? ¡Perfecta!” Comenzó a reír como tonto, Ruki afiló la mirada torciendo sus labios “¿Por qué pones esa cara? ¡Te acabo de responder!” Ruki no cambió la manera de mirarle, incluso se cruzó de brazos, no sin antes acomodar su bolso y colocarse sus lentes de sol “¡Yo te perdoné el que no se te hubiera ocurrido el conducir! ¡No te dije nada!” Alzó la voz poniéndola levemente aguda, estaba temblando ligeramente.
“¡Kai-kun siempre será Kai-kun!” Alzó la voz retomando el paso, caminando por al lado de Kai y dejándole atrás.
“¡¿Qué significa eso?!” Le siguió rápidamente, siguiendo su ritmo. Ruki miraba hacia al frente serio, hasta que se detuvo en un saltito, Kai casi pierde el alma del susto.
“¡Olvidé el tomarle una fotografía a la casa!” Se lamentó y Kai alzó una ceja.
“¡Espera aquí! Ruki observó como corría en dirección a la casa.
“¡Kai! ¡¿A dónde vas?!” Gritó sorprendido, sintiendo el corazón latir rápidamente.


Hay cierta cosas que Ruki no podía controlar, ciertas cosas que simplemente le eran difíciles mantener bajo calma. Cosas como las sorpresivas lagrimas que derramaba inconscientemente al enterarse de alguna terrible noticia o el de mentir “sin intención” para librarse de problemas graves, incluso el hablar demasiado cuando se sentía seguro sobre algún tema. Pero hay una cosa, por sobre todas las demás, que no puede controlar, como las mariposas que siente en el estómago en el momento en que observó a Kai volver agotado, con una sonrisa tonta, extendiendo su propio móvil, enseñándole una fotografía tomada para él.


“¡Intenté sacarla del mejor ángulo” Caminó hacia él y le enseñó la fotografía.
Ruki sonrió cálidamente. Sonrió con una calidez tal que logró romperle el corazón. En aquella pantalla, la imagen más borrosa que jamás había visto, incluso se podía apreciar el pulgar asomándose.

“¿Y?” Kai lucia ansioso, sin dejar de tomar aire y moverse, evitando perder el calor de aquella corrida. Ruki se mantuvo en silencio, moviendo su dedo pulgar rápidamente sobre la pantalla, tan rápido que solo tomó cinco 5 minutos el hacer esperar a Kai.
“Esta horrible. Es pésima. No me gustó y la borré” Le entregó el móvil y continuó caminando.


Hay ciertas cosas que realmente molestan a Kai, ciertas cosas de las cuales él no puede apaciguar ni ocultar. Cosas que por mucho que sonría o intente ignorar no lo puede lograr, cosas como la impuntualidad a la hora de planificar el itinerario con los de staff o el tráfico a plena mañana, incluso el olvidar y perder cosas todo el tiempo, y es el que Ruki le ignoré y se muestre indiferente con él. No lo puede soportar, aquello le desagrada, pero no por un tema de orgullo, sino por el simple hecho de que el adora a Ruki, adora hacerle sentir cómodo y seguro, incluso mostrarse débil y accesible con él, aunque claro, Kai tiene su carácter, un carácter que haría temblar al hombre más fuerte y agresivo. Pero ahora es inevitable para él el contenerse a caminar rápidamente hacia Ruki, tomarle del brazo, voltearle aun por sobre sus quejas, sostenerle fuerte y besarle.


“K-kai” Pronunció entrecortado, mientras sus ojos se cerraban lentamente y su ceño se relajaba. Bajo sus manos y las colocó tímidamente sobre los hombros de Kai, mientras los brazos del batero le rodeaban. Sintió su corazón latir agitado, inclusive temió que Kai lo escuchara.


Ambos se mantuvieron en plena calle abrazados, sin separarse ni alejar sus labios del otro.
Inclusive la imagen era bastante tierna, ya que Ruki se alzaba de puntillas para darle comodidad a Kai.



Hay ciertas cosas que realmente sorprenden a la banda entera de Ruki, ciertas cosas sobre el que ellos no pueden evitar sentir intriga o simplemente sorpresa, cosas como el verle luciendo ropas tan extrañas o cambiando tan bruscamente de peinado y color de cabello, incluso el poder pulmonal que tiene para hablar horas y horas sin perder la voz, pero hay una cosa que realmente les logrará sorprender siempre y es el observar en su Twitter una imagen de lo más borrosa y mal tomada jamás vista.


“¿Qué se supone que es eso? No lo entiendo ¿Sufriste un accidente mientras la tomabas?” Aoi se dirigió a Ruki una vez bajara su móvil. Estaban nuevamente en el salón de reuniones, la mayoría de las actividades habían sido cumplidas con éxito, solo quedaba el prepararse mentalmente para un próximo tour.
“Eso” Murmuró pensativo, llamando la atención del guitarrista que aun miraba la foto en distintos ángulos para entender su significado “artístico” “Es la fotografía del hogar de una amable pareja anciana que conocí hace unas semanas.  La fotografió alguien que amo” Directo y certero como el mismo. Reita escupió el agua mineral que bebía, Uruha cortó una cuerda al afinar de un tirón su guitarra, Aoi dejó caer su celular y Kai aclaró su garganta orgulloso mientras ordenaba los imanes de colores sobre la pizarra.

“¡¿Qué?!” Los tres gritaron al unísono, observando fijamente a Ruki, que se ruborizó ante tanta atención de improvisto.
“¡Ya, es tiempo de empezar la reunión!” Aplaudió el líder llamando la atención de los cuatro.
 “¡¿Pero no le escuchaste?!” Reita se le acercó histérico.
“¿Qué tiene que ame a alguien?” Ruki arrugó la nariz y achicó los ojos cabreado.
“¡Es imposible! ¡Tú eres un jugador!” Indicó Reita acercándose a él.
“¡Los jugadores no se enamoran!” Chilló Aoi.
“¡Ustedes!” Les llamó la atención Uruha “Deberían apoyarlo. Es sorpresivo, algo impactante y mi guitarra es prueba de ello “Mostró a todos como trágicamente la enroscada tercera cuerda se brincaba triste en el aire “Pero no es motivo para…”
“¡A LA MIERDA TU GUITARRA! ¡RUKI ESTA ENAMORADO!” Aoi agitó sus brazos en el aire ocasionando que todos rieran.
“Bueno, bueno. Felicitaciones Ruki, a ti y al afortunado” Kai agachó la mirada de una manera estúpida y Ruki hizo lo mismo. Ante la atenta mirada de los tres, ellos lucían realmente estúpidos.
“Un momento…”Uruha, tanto Reita y Aoi afilaron la mirada.
“¡EMPIEZA LA REUNION!” Gritó Kai caminando rápidamente hacia la pizarra.
“¡NO PUEDE SER! ¡¿USTEDES?!”


Hay ciertas cosas que tanto Kai como Ruki desearían sentir de vez en cuando, ciertas cosas que son indispensables para poder estar cómodos y a gusto. Cosas que a veces desearían que su entorno tuvieran con ellos. Pero hay una cosa por sobre todas las demás que realmente desearían tener de vez en cuando; la suavidad a la hora de preguntarles si ellos están realmente enamorados, esa misma suavidad con la que ellos responden “Si, lo estamos”




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