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Cada quien lo que merece... por Serenamoon

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Notas del fanfic:

One shot un poco largo que se me ocurrio y lo tuve que escribir porque no me dejaba en paz.

Espero que les guste, ya se que me quedo un poco largo, pero asi salio.

CADA QUIEN LO QUE SE MERECE

 

 

Un rubio adolescente se mordía los puños de su camisa para tapar los sollozos que querían salir de su boca, no podía creer lo que escuchaba, las personas que mas quería, su familia, el amor de su vida, todos lo traicionaban.

- Un Uchiha no puede casarse con un doncel – comentaba el patriarca de la familia de azabaches, Fugaku Uchiha – lo sabes Minato – el aludido, un hombre rubio asintió – Naruto debe casarse con una mujer, como hará Sai – señalo a un doncel azabache, que asintió – Sasuke debe casarse con tu hija Karin, así unimos los clanes y nos aseguramos una descendencia digna.

- Lo entiendo Fugaku – hablo Minato – jamás pensé que la amistad entre Sasuke y Naruto pasaría a algo mas.

- Es lo normal, están en la edad donde las hormonas mandan y Naruto es muy seductor e incitante, deberías controlar eso – advirtió Fugaku y Minato asintió – los donceles tienden a eso, a seducir a los hombres para sacarlos del buen camino, para eso estamos sus padres, para evitarlo y casarlos con una hermosa mujer – suspiro – imagina el escándalo si resultara embarazado, un hombre en estado, por Kami – exclamo con horror.

- Eso no pasara, mi relación con Naruto ha acabado, creo que deberían comprometerlo con alguna mujer pronto, para evitar que caiga en las manos de algún degenerado – dijo Sasuke Uchiha casi con asco, rompiendo el corazón del oculto participante de la charla – Karin y yo nos casaremos cuanto antes y el debe hacer lo mismo.

- Claro Sasuke-kun – hablo una mujer pelirroja, la madre del rubio y la mencionada Karin – Mikoto y yo nos pondremos a organizar la boda ahora mismo – Mikoto que escuchaba todo en silencio, asintió, como siempre, no porque estuviera de acuerdo, si no porque era lo que correspondía.

- No hablemos mas entonces – dijo Fugaku – voy a buscarle una prometida a Naruto, nos vemos mañana – saludo a los presentes y se marcho con su familia.

 

El rubio menor no se había quedado a escuchar el final, no lo había soportado. Corría desesperado por las calles oscuras y vacías de la ciudad. No le importaba el peligro que eso representaba, nada le dolería más. Se había perdido y ni enterado hasta que choco con alguien.

- Belleza fíjate donde vas – elevo sus ojos y se encontró con un pelirrojo que el conocía bien - ¿Naru-chan?

- Sasori-sempai –grito llorando y se abrazo al cuerpo del bermejo que no salía de su asombro – sácame de aquí por favor, llévame con mi aniki – al escucharlo tan destrozado Sasori se compadeció y se lo llevo a su casa, en el camino el rubito se durmió y el hizo una llamada.

- Deidara – saludo al interlocutor del otro lado.

 

“Heredero menor de la familia Namikaze desaparece”

 “Naruto Namikaze fue visto en los barrios bajos de noche, se presume fue captado por una red de trata de blancas”

“Los Namikaze pierden a su segundo hijo”

 “La única hija de Minato Namikaze contrajo nupcias con el segundo hijo de Fugaku Uchiha, dando unión a dos de los clanes mas poderosos”

“El primogénito Uchiha presenta a su primer hijo, un doncel”

“El imperio Uchiha-Namikaze empieza a decaer, un nuevo monstruo se levanta en occidente”

 

Los encabezados de los diarios comentaban los sucesos de las dos familias mas emblemáticas de Japón y el mundo, a lo largo de catorce años… que es donde retomamos la historia.

 

Se veía a cuatro azabaches y un rubio en una sala de reuniones, preparando su movimiento con cautela.

- De cerrar este trato depende nuestro futuro – hablo el azabache mayor, Fugaku Uchiha – no es para presionarnos, pero si Suna se alía con los Hyuga nos fundirán, será nuestro fin.

- Descuida padre, hoy mismo cerraremos el trato – dijo Sasuke con su habitual prepotencia y altanería – no se muestren nerviosos, eso no es productivo – llamaron a la puerta – ya llegaron, déjenme hablar a mi.

- Claro ototo-baka – dijo con sarcasmo el mayor de los hermanos Itachi – como eres el presidente – Sasuke bufó y dejaron ingresar a las visitas.

- Señores les presento a Subaku no Kankuro y Subaku no Akira – un hombre rubio, joven pero maduro apareció frente a ellos, junto a un adolescente de unos trece años, de piel blanca, cabellos negros y hermosos ojos azul cielo.

- Buenos dias caballeros, mi hermano pide disculpas por no presentarse – hablo el rubio – Fugaku-sama – saludo al mayor – Minato-sama – y así con los demás – tuvo unos problemas familiares y me envió a mi, pero no se preocupen estoy al tanto de todo y si se me pasa algo para eso esta Akira – el aludido miraba fijamente a todos los presentes y cuando su tío lo nombro sonrió de medio lado, iba a divertirse mucho con esos tipos.

- Es un poco joven – cuestiono Minato interesado, el azul en sus ojos le recordaba mucho a su hijo menor.

- Tiene casi trece – dijo Kankuro – pero mi hermano lo esta entrenando desde los diez para que lo suceda, al parecer es algo así como un prodigio.

- No al parecer – corrigió el niño – soy un prodigio.

- Claro y la humildad es tu mejor virtud – se mofo el rubio logrando que el menor lo mirara mal – no me veas así que me das miedo.

- Me alegra saberlo – dijo serio y encaro a su audiencia – comencemos con los negocios – ordeno sutilmente y por las siguientes tres horas se la pasaron negociando. El acuerdo final era claramente favorecedor a Suna, pero ellos eran los fuertes, así que los Uchiha y el Namikaze no se podían quejar, por lo menos no perderían todo. Los adultos quedaron admirados de la destreza del adolescente, así como de su frialdad – ha sido un placer hacer negocios con ustedes –dijo con una escalofriante sonrisa – deberíamos celebrarlo.

- No tienes edad para los festejos que acostumbramos – dijo Sasuke.

- Ni me interesa, no soy de esa clase de personas – respondió Akira con indiferencia.

- Voy a hablar con tu padre para que organice algo, es lo mínimo que corresponde – dijo Kankuro – aunque seguro será en su casa, es difícil salir con seis niños.

- ¿Gaara tiene seis hijos? – el menor de los azabaches pregunto afligido, era Sai, un doncel “obligado” a casarse con una mujer para preservar el apellido.

- Si Sai-kun – dijo Kankuro que recordaba muy bien a ex novio de su hermanito, el que lo dejo destrozado por importarle mas la posición y el dinero – Akira y su gemelo Takeshi, la pequeña Rin, Ryuki y los mellizos Azumi y Sora.

- ¿Niñas y varones? – pregunto interesado Fugaku.

- Tres varones, dos mujeres y un doncel, Sora – aclaro Kankuro – el mas bonito de todos, es igual a su papi.

- ¿Se caso con un doncel? – cuestiono Sai mas alterado.

- Si – respondió Akira – con mi oto-chan y son muy felices – el doncel sintió como si le tiraban un balde de agua helada, su vida era una mierda, odiaba a su esposa y par mal de peores había resultado estéril como hombre. Como doncel podía embarazarse pero el no podía embarazar a una mujer.

- La pareja mas feliz que he conocido – dijo Kankuro  - ¿pelean alguna vez? – cuestiono a su sobrino.

- Todos los dias y después se reconcilian teniendo sexo, ¿Por qué crees que somos tantos? parecen dos adolescentes hormonados – respondió Akira mirando la cara de los demás, pero todavía faltaba lo mejor.

- Si yo fuera tu padre haría lo mismo, Naruto cada día que pasa se pone mejor – al escuchar el nombre los demás abrieron los ojos como platos. Akira sonrió, Kankuro era un despistado y no ataba cabos, pero el era listo y sabia todo.

- ¿Cómo se llama el esposo de tu hermano? – pregunto Minato algo aturdido y esperanzado.

- Subaku no Naruto – dijo Akira – y ahora que lo observo se le parece mucho – Minato se llevo una mano al pecho y los ojos se le llenaron de lagrimas.

- ¿Mi Naruto? – pregunto suplicando.

- No, el Naruto de mi oto-san, que le advierto es muy celoso y posesivo – advirtió.

- ¿Gaara se caso con Naruto? – Sasuke se puso de pie – eso no es posible, ¡de ninguna manera! – golpeo la mesa con ambas manos.

- A lo mejor ni siquiera hablamos de la misma persona – dijo Akira y saco su celular – este es mi oto-chan – les mostró la foto que tenia de fondo de pantalla, donde un hermoso rubio aparecía sonriendo como solo el sabia hacerlo - ¿es el? – pregunto por maldad, porque en el rostro desfigurado de los demás le daba la respuesta.

- Entonces tú – Sasuke observo detalladamente a Akira, su porte, su físico, esa sonrisa de medio lado – eres un Uchiha.

- Buena esa – dijo el menor – Subaku no Akira – dijo serio – muy feliz y orgulloso de serlo.

- Eres mi hijo – dijo Sasuke molesto.             

- Tu solo eres el donante de esperma idiota – el menor se puso de pie – tío nos vamos, ya hicimos lo que debíamos - Kankuro asintió comprendiendo todo y se puso de pie – nos vemos en el festejo, socios – y se retiro con una satisfactoria sonrisa en el rostro, dejando a la sala en el mas profundo de los silencio y la mas grande confusión.

- ¿Por eso insistías en negociar con ellos? – cuestiono el mayor a su sobrino que solo asintió sonriente – eres perverso niño, como mi hermanito.

- Saque lo mejor de ambos – dijo orgulloso, estaba desesperado por contarle a su gemelo como había ido todo.

 

- Tengo dos hijos – dijo Sasuke sentándose – dos varones.

- Lo que necesitábamos – exclamo extasiado Fugaku – y tu tienes seis nietos – le dijo a Minato – felicidades – el rubio asintió aun aturdido.

- Tengo que avisarle a Kushina – se puso de pie – seis nietos – sonrió  - muero por conocerlos – se acerco a la puerta – hablamos luego.

- No puedo creer que el dobe se casara – dijo Sasuke apretando los puños – y que me ocultara a mis hijos.

- No es tiempo de pensar en ello – dijo Fugaku – vamos a hablar con el abogado para que los niños lleven nuestro apellido.

- Padre – Itachi se puso de pie – no te metas con ellos, son una familia feliz y bien constituida.

- No te metas Itachi, si te enteraras de que Deidara tuvo a tus hijos harías lo mismo – Itachi sintió un vuelco en su pecho al escuchar el nombre de su eterno amor – voy a llamar al abogado – y se fue, Itachi lo imito.

- No te sientas mal Sai – hablo Fugaku colocando una mano en el hombro de su hijo menor – no podíamos saber que tu eras estéril y que Gaara seria un magnate multimillonario.

- ¿De haberlo sabido me hubieras dejado casarme con el? – cuestiono irónico.

- Claro – respondió campante – así tendría nietos y un emporio como el de Suna en mis manos.

- Tienes nietos – dijo Sai, refiriéndose a los hijos de sus hermanos.

- Un doncel enfermizo y dos niñas idiotas como su madre – bufo – yo quiero nietos dignos de llevar mi apellido, como Akira, el si es un Uchiha.

- El dijo que no – Sai se daba cuenta que odiaba a su padre.

- Ya lo veremos, y quita esa cara, a lo mejor puedes quitarle el esposo a Naruto – abrió la puerta – si sigue siendo tan idiota como siempre no será problema.

 

 

En otro lugar, en una de las zonas residenciales más exclusivas se veían en una habitación dos cuerpos retozando juntos. Perlados de sudor.

- Ahh, Gaara – gemía sin control un rubio de piel canela mientras un pelirrojo lo embestía sin piedad – ya no aguanto mas, mi amor, ahhhhhhhhhhh – gritó al alcanzar el quinto orgasmo de la jornada, apretando tanto el pene en su interior que lo hizo correrse sin remedio.

- Naruto – gimió en el oído de su amado, desplomándose sobre el, que lo rodeo con sus brazos – te amo tanto.

- Y yo a ti mi mapache – dijo feliz el rubio – mira la hora que es Gaara, los niños ya habrán llegado – quiso quitarse el cuerpo de su esposo de encima pero no lo logro.

- Déjalos, ya son grandecitos – dijo sin moverse el varón – quiero abrazarte un poco mas.

- ¿Crees que tenemos un problema? – Esa pregunta lo hizo salir de su letargo y enfrentar los azules ojos de su adoración rubia – digo, no es normal que tengamos una vida sexual tan activa, la mayoría de los matrimonios lo hacen una vez a la semana y en aniversarios y cumpleaños – una sonora carcajada inundo la habitación.

- ¿De donde sacas esas cosas? – pregunto divertido, el rubio frunció el seño ofendido.

- En el colegio de los niños, hablando con unas madres escuche que una decía que ella y su marido tenían sexo todos los fines de semana y las demás dijeron que era una suertuda y como le hacia para mantener la llama en su relación – suspiro – imagínate si les digo que tu me violas cada vez que tienes oportunidad, ¡una, dos, hasta diez veces en el día! – Gaara sonreía de oreja a oreja, su rubio era tan perfecto.

- Los problemas los tienen ellos, no nosotros ¿o acaso te molesta nuestra vida sexual tan activa? – El rubio negó con la cabeza – podría controlar mis deseos de hacerte mío para no incomodarte.

- No me incomoda idiota – de un rápido movimiento el doncel quedo sobre el varón, sentado a horcajadas, sintiendo ambos como la excitación comenzaba a llegar nuevamente – adoro tus besos, tus caricias, me enloquece tenerte dentro – al decir esto se auto penetró y ambos gimieron de placer – es la mejor sensación del mundo dattebayo – dijo jadeando para luego comenzar a cabalgar a su esposo, perdiéndose nuevamente en un mundo de pasión, deseo y amor sin limites.

 

En la hora de la cena se encontraba toda la familia, casi toda. Naruto, Gaara, Akira, Rin, que era una niña de ocho años, cabellos rojos y ojos azules. Ryuki, un varón de seis, también pelirrojo pero de ojos verdes, un mini Garra, solo que con la piel canela de Naruto. Y finalmente los más pequeños, Azumi y Sora, niña y doncel de dos años, rubios como el sol, piel blanca y ojos verdes. Parecían una familia de comercial por la belleza que poseían, pero eran una familia real, con sus problemas, pero felices.

- Felicidades por el trato, Akira – dijo Gaara orgulloso a su hijo mayor que sonrió complacido – me dijo tu tío que arrasaste.

- Estaban desesperados por firmar – dijo el niño – no fue muy complicado – Gaara sonrió y Naruto bufo.

- No te molestes, era necesario – dijo el pelirrojo mayor sujetando la mano del rubio.

- Te hubieras aliado con los Hyuga, no quería tener relaciones con ellos – respondió.

- Oto-chan es hora que enfrentes a tu pasado, no tienes nada que temer – dijo Akira seguro.

- No los conocen – dijo el rubio – son capaces de todo para conseguir lo que quieren – fijo sus ojos en los de su hijo mayor.

- Nadie va a separarnos – aclaro Gaara – legalmente no pueden hacerlo y si intentan ir por lo bajo – puso una retorcida sonrisa – digamos que no tienen muchas posibilidades de salir bien parados.

- Das miedo cuando te pones así de perverso – dijo el rubio mayor.

- Totalmente cierto – aclaro Rin y sus hermanos asintieron.

- Motivo por el cual deben obedecerme – concluyo el pelirrojo.

- Déspota – dijo Ryuki.

- Narcisista – lanzo Akira.

- Manipulador – agrego Rin.

- Y así y todo me aman – dijo Gaara y todos rieron, era verdad. Ellos amaban al pelirrojo y al rubio. Su oto-chan los mimaba y los consentía, mientras que su oto-san les enseñaba a ser los mejores y les fijaba los limites para que sean buenas personas. Una combinación perfecta, según los niños.

- Volviendo al tema de los Uchiha y el señor Namikaze – continuo Akira – el sábado vienen a cenar con sus familias – Naruto dejo caer sus cubiertos y miro serio a su hijo – para celebrar el trato, no me mires así – reclamo.

- Amor es tiempo, no te preocupes – dijo conciliador Gaara. El rubio suspiro derrotado y resignado.

- Bien, pero que te confirmen cuantos son para preparar las cosas – respondió Naruto y sonrió ampliamente – ya no pueden hacerme daño así que mas da – Gaara y Akira sonrieron. Rin y Ryuki se miraron cómplices, algo tenían que planear y los mellizos estaban en su mundo de comida para bebes.

 

Un par de dias después de la reunión, los Uchiha estaban reunidos en la mansión principal, junto con Minato y Kushina y las esposas de los tres menores.

- Entonces tenemos dos nietos mas – dijo Mikoto emocionada – y tú tienes seis mas – le dijo a la pelirroja que no dejaba de sonreír - ¿Cuándo los conoceremos?

- Kankuro me llamo para confirmar la cena del sábado, en la casa de Gaara – dijo Fugaku – con toda su familia y con la nuestra – todos sonrieron – ahí conoceremos a los niños y les plantearemos que deben llevar nuestro apellido – Sasuke asintió complacido – Minato tu podrías hacer que los demás llevaran el tuyo, el apellido Namikaze es mas respetable que el Subaku no – dijo seguro, el rubio no respondió, pero le gusto la idea de tener mas Namikaze.

 

El tan esperado día llegó. Los Uchiha con sus familias llegaron juntos. Fugaku y Mikoto, Itachi y su esposa por “obligación” Konan, junto a su hijo de diez años Daisuke. Sasuke y Karin, son su niña de seis Hana y Mina de tres. Sai e Ino, que no tenían hijos. Tocaron el timbre, ansiosos y un empleado los dirigió a un gran salón. La casa era hermosa, lujosa, pero confortable y muy calida, nada que ver con las frías mansiones Uchiha.

- Sean bienvenidos – los saludo el mayordomo – los señores vendrán en un momento ¿desean algo de beber? – hicieron sus pedidos y esperaron admirando la estancia. Había fotos de toda la familia allí. Sasuke se quería morir al ver las de la boda de Gaara y Naruto, el esperaba, egoístamente, que el rubio se casara con una mujer, porque no soportaba saber que otro hombre lo había poseído. Los celos lo mataban.

- Buenas noches socios – Akira llegó sonriente – disculpen la demora pero estaba arreglando a mis hermanos – todos se quedaron mudos, el parecido con Sasuke era innegable, aunque el niño era una versión mejorada de el – mi nombre es Subaku no Akira, un gusto conocerlas distinguidas damas – beso la mano de Mikoto que quería llorar de la emoción - ¿La señora Uchiha?

- Que modales – dijo Fugaku – efectivamente –ella Uchiha Mikoto, mi esposa y tu abuela –Mikoto noto como el menor los miraba con rabia contenida – a mis hijos ya los conoces – se saludaron con un apretón de manos – ellas son mis nueras, Konan esposa de Itachi, Karin esposa de Sasuke e Ino la esposa de Sai – Akira saludo a todas con una cínica sonrisa en sus labios. En comparaciones los Uchiha habían salido perdiendo. Su oto-chan, su oto-san y su tío Deidara eran mejores que esas mujeres llenas de botox y maquillaje – y ellos son mis nietos – Daisuke, hijo de Itachi y ellas son Hana y Mina, hijas de Sasuke, tu hermanitas – Akira no pudo ignorar a las niñas, eran muy parecidas a el. Les sonrió con ternura y les revolvió el cabello. Estrecho la manito del doncel y encaro a Fugaku.

- Una hermosa familia – dijo el menor – deben ser muy felices – comento con sarcasmo que no fue notado y si lo fue, prefirieron ignorarlo.

- ¡Aniki! – se escuchó una vocecita gritar y una mata de cabello rubio atravesó a toda prisa la sala para saltarle encima a Akira.

- ¿Qué sucede Azumi? – una pelirroja llego agitada y con un peine en la mano.

- Ven aquí niña – ordeno avanzando – debes peinarte para la cena.

- ¡No quiero! – dijo sin soltar el cuello de su hermano mayor.

- Akira déjala – pero la pequeña se pegaba como garrapata – tiene que peinarse.

- No quiero, no quiero – repetía sollozando – me hace doler Aniki no la dejes.

- Deberías ser mas delicada con ella Rin – reprocho el mayor – dame el peine – la pelirroja de mala gana hizo caso y recién noto que no estaban solos.

- ¿Ya llegaron? – pregunto afligida, notando que no estaba lista.

- No tonta, son ilusiones – otro pelirrojo llego y respondió.

- ¿A quien le dices tonta? enano de circo – chillo la niña.

- A ti jirafa loca – respondió el menor y antes de sufrir la furia de su hermana se coloco detrás de Akira que reposaba en un sofá peinando los rubios cabellos de la pequeña Azumi.

- Voy a matarte Ryuki enano – dijo amenazante – muy lentamente – y se fue, el pequeño suspiro aliviado y miro a su audiencia.

- Mucho gusto damas y caballeros – dijo educadamente – niños y niñas – sonrió similar a Naruto – mi nombre es Subaku no Ryuki y es un honor que estén en nuestra casa – los mayores asintieron notando la educación del niño – ella es mi hermanita menor Subaku no Azumi – la aludida sonreía disfrutando de los mimos de su hermano mayor que le trenzaba el cabello.

- Un gusto pequeño caballerito – dijo Fugaku – mi nombre es Uchiha Fugaku, mi esposa Mikoto – y así presento a todos hasta llegar a los niños – mis nietos, Daisuke, Hana y Mina.

- ¿Cómo estas Hana? – pregunto sorprendiendo a todos – somos compañeros del colegio, aunque ella no me habla, dice que es demasiado importante para dirigirme la palabra, ya que yo soy tan insignificante – le sonrió ampliamente, los mayores estaban incómodos y apenados, Akira disfrutaba en silencio pero Ryuki era demasiado bondadoso para guardar rencor – pero si quieres podemos ser amigos – le tendió una mano sin dejar de sonreír, la niña miro a su abuelo que con un solo gesto le dio a entender que debía aceptar, así que la estrecho - ¡genial! – Exclamo el menor – vamos a ver mis juguetes – la comenzó a arrastrar fuera de la sala – tengo unos nuevos que me compro mi oto-chan, son geniales ya veras.

- Lo lamento – dijo Akira – Ryuki es demasiado impulsivo y le encanta tener amigos – los adultos asintieron – la niña que vino antes es Rin, ella no es mal educada pero si lo suficientemente coqueta como para no presentarse sin estar lista.

- Muy buenas noches – todos giraron para encontrarse con la imponente figura de Subaku no Gaara, había cambiado mucho desde la ultima vez que vieron. Estabas más alto, mas ancho, se notaba que debajo de ese traje a medida había un cuerpo muy bien cuidado y marcado. Sai sentía que se le secaba la boca, estaba mas hermoso de lo que recordaba – disculpen la tardanza, pero debía bañar a Sora – señaló al niño que llevaba en brazos que se mordía un dedo y observaba todo atentamente – un gusto verlo de nuevo Fugaku-sama – estrecho la mano del que podría haber sido su suegro – Mikoto sigue tan hermosa como siempre – la mujer sonrió sonrojada – Itachi – estrecharon sus manos serios – Sasuke – lo mismo solo que a Gaara se le dibujo una burlona sonrisa al ver el rostro molesto del azabache – Sai – sin ningún sentimiento de por medio estrecho la temblorosa mano del azabache, luego saludo a las mujeres y a los niños – hermosos niños – comento.

-Tu hijo se llevo a Hana a jugar, son compañeros de colegio – dijo feliz Fugaku.

- Ryuki puede ser amigo hasta de las plantas – dijo divertido – lo heredo a mi esposo – golpe bajo para Sasuke y Sai.

- Estas hermosa nadie va a decir nada – se escuchaba una cantarina voz – te lo prometo, eres la niña mas hermosa de todas – un rubio apareció en el salón junto a la pequeña pelirroja que ahora estaba arreglada – muy buenas noches – saludo sonriendo, dejando sin aliento a Sasuke que no podía concebir que siguiera tan o mas hermoso que antes. Su esposa Karin, hermana de Naruto se moría de los celos al ver al rubio tan resplandeciente – gusto volver a verlo Fugaku, Mikoto – les dio un beso en cada mejilla a cada uno – Itachi no has cambiado nada – hizo lo mismo con un sorprendido azabache que pensaba que el rubio debía odiarlo – Sasuke tu sigues con la misma cara de amargado de siempre – bromeo – Sai luces genial – el aludido sentía que iba a morirse, ¿Cómo demonios podía competir contra eso? – Hermanita – dijo feliz abrazando a Karin que tímidamente le correspondió – no sabes cuanto te extrañe – y no mentía, le había dolido la traición, pero era su hermana y la amaba – Ino, Konan, hermosas como siempre – las aludidas sonrieron y correspondieron el saludo – que niños mas hermosos – yo soy su tío Naru ¿Cómo te llamas bonito?

- Daisuke señor – dijo tímidamente un azabache doncel y se puso rojo cuando el rubio le beso una mejilla.

- ¿Tu hija teme? – Pregunto alzando a la pequeña Mina – es igual, pero tiene los ojos de Karin – la puso en el suelo nuevamente – hermosa, felicidades. Hana también es preciosa acabo de verla con Ryu.

- Gracias Naru – dijo Karin aliviada de que su hermano no la odiara o intentara quitarle a su esposo – tus hijos son hermosos también – el rubio asintió sonriendo.

- ¿Los conocieron a todos? – cuestiono.

- Si, aunque no nos presentamos apropiadamente con la pequeña dama – Fugaku señalo a Rin que estaba de pie junto a Gaara – mi nombre es Fugaku – comenzó a presentar otra vez a toda su “encantadora” familia. Un empleado les llevo de beber y algo para comer mientras charlaban. En realidad solo Fugaku, Naruto, Gaara y Akira charlaban, los demás estaban demasiado ocupados o tensos para abrir la boca. El timbre de la casa sonó nuevamente y fue el turno de Itachi de querer morirse. Frente a sus ojos aparecía su rubio amor, con un niño de unos tres años en brazos y otro de seis de la mano. El rubio palideció al ver quienes estaban allí.

- Sasori no vamos – ordeno a su esposo que aparecía cargando unos bolsos y un bebe de meses – eres un traicionero Akira – dijo a su sobrino – y ustedes dos también.

- Deidi – lo llamo Naruto – no te vayas, ven a saludar - El rubio suspiro, miro a su esposo que elevando los hombros le dio a entender que era su decisión.

- Que mas da – dijo resignado y camino firme hacia el mayor de los Uchiha, ese hombre que tanto daño le había hecho a su familia – buenas noches, Fugaku-sama, se le ve bien – se estrecharon las manos, Deidara no era tan compasivo como su hermanito Naruto – Mikoto – el saludo fue frío – hermanitos Uchiha – su tono estaba cargado de recelo – diría que me da gusto verlos pero no miento delante de los niños – Itachi iba a decir algo pero el rubio lo ignoro – señoras de Uchiha – saludo a las mujeres con cortesía, según el no eran culpables de nada. Saludo a los niños, a sus sobrinos, cuñado y hermano – les presento a mis hijos – Misuki – el niño que lo tomaba de la mano, rubio y de ojos cobrizos, era un varón – Memma – el niños que llevaba en brazos, pelirrojo de ojos rojizos, también un varón – el es mi esposo Subaku no Sasori, primo de Gaara – el pelirrojo sonrió saludando con una reverencia – y mi bebe – Sasori carraspeo – nuestro bebe – corrigió – Rei, es doncel – era un pequeño rubio de ojos azules, que dormía en brazos de su padre.

- Vaya Deidara, hace años que no sabemos de ti – comento Fugaku – pensamos lo peor ¿Dónde estabas?

- Por ahí – dijo tomando asiento en un sofá – viaje por el mundo, luego abrí un estudio de arte, estudie un profesorado, me case, tuve hijos – suspiro – y me dedique a ser feliz – sonrió sinceramente – recién regresamos de Italia donde presente una exposición.

- Vi en Internet que fuiste el mejor tío – dijo Akira – felicidades.

- Gracias pequeño traidor – dijo sonriente – ahora voy a darle tu regalo a Takeshi.

- También fue su idea – dijo el niño sonriente.

- Y hablando del diablo, ¿Dónde esta ese engendro? – cuestiono Sasori.

- No le digas así – reclamo Naruto con un puchero – mis niños son todos unos angelitos – Sasori y Gaara rieron con ganas – solo son un poquito traviesos, nada fuera de lo común.

- Mi amor si yo no les pusiera un limite ya estarían en campaña de conquistar el mundo – Gaara lo tomo por la cintura desde atrás, para desgracia de Sasuke y Sai – no defiendas lo indefendible.

- Son tus hijos Gaara – se quejo el rubio.

- Por eso digo – respondió estrechando mas el abrazo sobre el rubio – y Takeshi viajo con el equipo de fútbol, llega mañana.

- La estrella deportiva de la familia – comento Sasori - ¿y Temari y Kankuro? – Pregunto – muero de hambre.

- Deben estar de camino – dijo Naruto.

- Además faltan los señores Namikaze también – dijo Akira. Deidara se puso de pie abruptamente.

- Ahora si nos vamos – dijo firme.

- Dei quiero comer – dijo Sasori con mirada de cachorrito apaleado – en casa no hay nada.

- Quédate entonces pero mis hijos y yo nos vamos – quiso marcharse.

- Tío deja de huir – dijo Akira serio – solo es una cena – el rubio suspiro y miro a su sobrino asintiendo.

- Odio que un mocoso tenga la razón – murmuro frunciendo el seño, para chiste de su familia. Itachi se había quedado congelado pegado a la pared, se sentía dentro de un sueño, o una pesadilla. Miraba a Deidara sonreír junto a sus hijos y su esposo, y pensaba que el debía estar a su lado, viviendo felices, tomándolo de la mano, haciéndole el amor todas las noches.

- ¿Estas bien? – pregunto Sasuke.

- Siento que alguien esta viviendo mi vida – dijo sin quitar los ojos del rubio – como si me pasaran un video de lo que podría ser si no lo hubiera dejado ¿y tu?

- Cuento hasta mil para no matar al pelirrojo y robarme a Naruto – dijo con rabia – no puedo aceptar que este con el, que me haya olvidado – ambos suspiraron.

- Si no hubiéramos obedecido a papa y hubiéramos seguido nuestros sentimientos en vez de nuestros intereses, seriamos igual de felices – Sai se acerco a sus hermanos, los mayores asintieron – siento un hueco en el pecho al verlos tan enamorados – se limpio las lagrimas – ese podría ser yo, en los brazo de Gaara.

- Y yo podría ser el que abrazara a Naruto – susurro Sasuke.

- No vale la pena pensar en eso – dijo Itachi – ellos nos olvidaron y siguieron adelante, no hay lugar para nosotros en sus vidas.

- No voy a rendirme – dijo Sasuke – quiero a mis hijos y a mi rubio a mi lado.

- Imposible Sasuke – siguió el mayor – míralos – los tres fijaron su vista en la pareja. Gaara tomaba de la mano a Naruto y le acariciaba el rostro haciéndolo sonreír con sus ocurrencias – solo tienen ojos para ellos.

 

- ¿Es un poco incomodo no? – Pregunto Ino a las otras mujeres – es obvio que nuestros esposos tienen sus ojos en otros.

- Pero por suerte los otros ni siquiera los miran – dijo Karin – Naruto esta enamorado de Gaara, y lo mismo de el, y Deidara esta embobado con el pelirrojo.

- Pero Itachi esta mirando embobado a Deidara – dijo Konan – nunca entendí porque se separaron.

- Porque Fugaku no aceptaba que sus hijos se casaran con un doncel y los amenazo con desheredarlos si lo hacían – respondió Karin – al parecer el amor por el dinero era mas grande que el amor a sus parejas. Mis hermanos sufrieron mucho.

- Tu te casaste con el novio de tu hermano – recordó Ino – eso fue algo bajo.

- Yo estaba obsesionada con Sasuke, pensé que era amor, pero – suspiro - ¿Cómo puedo amar a una persona tan egoísta e insensible como el? Su madre debe ser la única que lo quiere – las otras asintieron – Naruto lo amaba y por ambicioso lo perdió – miro a su esposo que tenia cara de asesino serial y luego a su hermano, que reía feliz en los brazos de Gaara - ¿saben? Sasuke tenía pensado casarse conmigo y seguir siendo el amante de Naruto, estaba seguro que mi hermanito aceptaría tal cosa, no se imaginan la cara que puso cuando supo que había huido.

- Y ahora debe estar que se muere de los celos – comento Konan.

- Cada uno tiene lo que se merece, queridas – dijo Ino – nosotras nos casamos por dinero y prestigio con hombres que amaban a otros y ahora sufrimos en matrimonios sin amor, llenos de desprecios y reproches, no se ustedes pero yo quiero divorciarme.

- Yo igual, Itachi ni siquiera duerme conmigo – dijo Konan – además que no lo quiero mas.

- Yo no puedo, mis padres no me lo permitirían – dijo Karin – Fugaku y Sasuke menos, imagínense, un divorcio en unas familias tan renombradas – ironizo y las tres rieron.

 

- ¿Estas bien? – Gaara le consultó a su rubio esposo al oído. Naruto sonrió asintiendo y lo tomo de la mano.

- ¿Tu? – Gaara lo beso suavemente en los labios y sonrió también.

- Muy bien, no niego que es un poco incomodo y mas por el hecho de que Sasuke quiere asesinarme con la mirada – Naruto asentía – pero era algo que debía pasar, no podemos seguir huyendo de nuestro pasado, además que ya no pueden dañarnos.

- En eso tienes razón, ya no pueden lastimarnos porque ellos ya no significan nada en nuestras vidas – se abrazaron – Deidara no va a perdonarnos por unos cuantos dias.

- Lo se, nos toca soportar su mal humor – dijo suspirando, su cuñado tenia un carácter horrible cuando se enojaba. Cada grupo siguió con sus charlas. Fugaku reconocía que se había equivocado al separar a sus hijos de sus parejas, viendo lo felices que era la familia Subaku no y lo miserables que eran los Uchiha, pero ya no podía hacer mucho.

- Los señores Namikaze – un empleado llegó a la sala anunciando la llegada de un rubio y una pelirroja.

- Mil disculpas por le retraso – se disculpo Minato – pero mi esposa quería traer unos presentes para los niños de la casa – Gaara suspiro y se acerco a los recién llegados, seguido de Naruto que se quedo detrás suyo.

- Encantado de conocerlo Minato-sama – saludo el pelirrojo con un apretón de manos.

- El gusto es mío – dijo el rubio mayor – le presento a mi esposa Kushina – Gaara beso la mano de la mujer.

- El es mi esposo, aunque creo que ya se conocen – Naruto se puso delante de sus padres – Subaku no Naruto – el doncel hizo una reverencia. Minato no sabia si reír o llorar, su hijo estaba hermoso, brillaba. Pero fue Kushina la que rompió el silencio que se había formado al abrazar al rubio y comenzar a sollozar y pedir disculpas en el medio de besos repartidos por el rostro de Naruto.

- Estas tan hermoso mi niño – dijo emocionada – anda Minato que te mueres de ganas de abrazarlo – el rubio mayor sonrió y pidiendo permiso con la mirada estrecho a su hijo menor en brazos. Sintiendo que una gran carga le era quitada.

- Me da gusto verte tan bien – le dijo para luego besar su coronilla. Naruto sonrió limpiándose unas escurridizas lágrimas.

- A mi también me da gusto verlos – dijo sincero, sintiéndose liberado – no les guardo ningún rencor – se giro a la sala – a ninguno – y sonrió ampliamente como respaldo a su declaración – voy a presentarles a mis hijos – dijo para regresar con los menores pero un grito de Kushina los alarmo. La mujer lloraba descontroladamente mirando a su hijo mayor a unos metros de ella. Habían sido mas de diecisiete años sin saber nada de el. La policía lo había dado por muerto.

- ¡Deidara! ¡Deidara! – gritaba corriendo hacia su hijo que no hacia nada, parecía una estatua en medio de la sala. La pelirroja lo abrazo sin dejar de llorar – yo sabia que no estabas muerto, lo sabia – Dei miro a su hermano a los ojos que un gesto le pidió que correspondiera al abrazo de la madre de ambos. El rubio mayor suspiro y cerrando los ojos abrazo a Kushina que se estremeció – no sabes lo culpable que me sentí – se separo para mirarlo a los ojos – perdóname mi niño, he sido una tonta.

- Ya mama, ya paso – dijo finalmente Deidara, sin sarcasmo ni frialdad – estoy bien y feliz, no tienes que pedirme perdón porque gracias a lo que hicieron es que hoy estoy aquí, con mi familia.

- ¿Tienes familia? – pregunto entusiasmada, el rubio asintió sonriendo.

- El es mi esposo Subaku no Sasori, primo de Gaara – el pelirrojo saludo a la mujer, su suegra – el es Rei, el menor de mis hijos – Kushina se quedo embelezada con el bebe que cargaba Sasori – es un doncel, la mujer asintió – el es Misuki – el niño de unos nueve años hizo una reverencia – y el es Memma – señalo al pelirrojo que tenia tres años – los dos son varones.

- Son hermosos ¿verdad Minato? – todos miraron al rubio mayor que tenia los ojos llorosos.

- Tan hermosos como su papi – dijo visiblemente emocionado - ¿no le darías un abrazo a tu viejo padre Deidi? – casi suplico el Namikaze y Deidara no pudo negarse, ya no sentía rencor hacia ellos, hacia mucho los había perdonado, gracias a Sasori ya sus hijos. Se abrazaron un largo rato – gracias.

- No es nada – dijo el rubio – yo también lo necesitaba – se sonrieron.

- Ahora que lo pienso nos faltan regalos Minato – dijo Kushina – no sabia que tendríamos mas nietos – sonrió – Naru-chan preséntame a tus hijos.

- Claro – dijo sonriente – niños – en tres segundos se habían ordenado por edad ante la atenta mirada de todos – ellos son Akira, Rin, Ryuki, Azumi y Sora – los Namikaze estaban extasiados – ellos son sus abuelos Kushina y Minato – los niños los miraban fijos – falta Takeshi, pero es igual a Akira con el cabello un poco mas largo nada mas.

- Entonces tenemos nueve nietos mas – dijo Minato.

- Diez en realidad – aclaro Deidara – mi hija mayor, Ayame.

- Oh – exclamo Kushina emocionada - ¿y donde están los que faltan?

- Takeshi esta con el equipo de fútbol del colegio – aclaro Naruto – y Ayame ni idea.

- En una cita – dijo Deidara.

- ¿Qué? – Fue la pregunta que lanzaron Akira, Sasori y Gaara – Mi hija esta en una cita – el pelirrojo dejo su actitud calmada - ¿y lo dices como si nada?

- Es lo más normal del mundo – dijo el rubio calmado.

- Es una niña – replico Gaara.

- Dedícate a tus hijos cuñadito y déjame los míos a mi – dijo serio el rubio.

- Llámala – exigió Sasori - ¡Deidara!

- Solo fue al cine Sasori deja el escándalo – dijo el rubio molesto – y si tanto te molesta llámala tu.

- Claro que voy a llamarla, y voy a asesinar al idiota que la invito – le dio a Naruto su bebe y salio de la sala, maldiciendo al pobre adolescente que había osado invitar a su hija.

- Maldito celoso posesivo, pobre de Rei cuando sea mayor – exclamo Deidara.

- Tío – hablo Akira - ¿con quien salio Ayame?

- Un compañero – dijo como si nada.

- El nombre – pido perdiendo la paciencia el menor.

- No lo recuerdo – mintió, pero la inquisidora mirada del joven lo venció – un tal Yukio o algo así – Akira apretó los puños.

- Es un idiota – dijo el niño – se la pasa saliendo con chicas y donceles vírgenes y cuando logra llevarlos a la cama los deja botados para después contarlo en todo el colegio.

- Pero parecía encantador – dijo Deidara pálido – voy a matarlo, muy lentamente.

- No responde – regreso Sasori - ¿Dónde fueron? – Deidara iba a responder cuando alguien llego.

- ¡Familia! – todos fijaron su vista en un hermosa jovencita de quince años. Cabello negro, lacio y brillante, hasta la cintura. Figura perfecta y hermosos ojos azules. Enmarcados en un delicado rostro de muñeca de porcelana - ¿Por qué esas caras?

- ¡Dime que ese depravado no te toco! – grito dramáticamente Deidara, la niña abrió los ojos y luego miro a su primo.

- No me toco, lo intento pero no le fue bien – dijo con indiferencia.

- Voy a matarlo – exclamo con furia Sasori y quiso salir de la sala.

- Tranquilo oto-san, ya lo puse en su lugar, va pasar un par de dias en el hospital – dijo alzando a su hermanito menor – hola pequeñito ¿me has extrañado? – el bebe reía - ¿y quienes son ellos?

- Te mataría ser más educada – murmuro Deidara.

- ¿Así como tu? – respondió ella, con media sonrisa.

- Se supone que eres una delicada señorita bien educada ¿no es eso lo que dice el folleto del colegio? – cuestiono a su esposo.

- Si amor, pero tiene tu forma de ser, no puedes quejarte – Dei frunció el seño.

- Como sea saluda como corresponde – la joven hizo una reverencia – ella es mi hija mayor, Ayame, tiene quince años – suspiro – ellos son mis padres, Minato y Kushina – la niña les sonrió – ellos son Fugaku y Mikoto Uchiha – se miraron a los ojos con el varón. Fugaku ya había deducido que era su nieta, no podía negarlo – ellos son sus hijos. Itachi, Sasuke y Sai – Ayame sonrió de medio lado y se acerco.

- Los donadores de esperma – dijo mirando a su primo que asintió con una media sonrisa – un gusto – dijo seria.

- Ellas son sus esposas – siguió – Konan, Karin, que también es mi hermana e Ino.

- Un gusto señoras – dijo cortésmente.

- El es Daisuke – miro al pequeño – es hijo de Konan e Itachi – al saber que era su medio hermano sonrió – ellas son Hana y Mina, hijas de Karin y Sasuke – mas primas para ella.

- Que hermosas – dijo sincera – y tu también eres muy bonito – el niño se sonrojo.

- Mi hermana aviso que no podría venir – anuncio Gaara – y Kankuro seguro llega para el postre así que pasemos a la mesa – todos asintieron y siguieron al pelirrojo al gran comedor – espero que sea de su agrado, mi Naru cocino todo el día – Rin carraspeo – con ayuda de Rin claro y dos cocineros profesionales – todos se ubicaron en la mesa y en seguida comenzaron a servirles la comida. Fugaku estaba impaciente, buscando la manera de decir que los mayores debían llevar el apellido Uchiha, pero no sabia como, se los veía tan unidos además de que notaba que Akira llamaba padre a Gaara y Ayame hacia lo mismo con Sasori. Suspiro y antes de que pudiera hacer nada su impulsivo hijo tomo la palabra.

- Naruto – Sasuke lo llamo, serio, casi lanzando fuego por los ojos – tenemos que hablar – el rubio asintió – a solas – siseo.

- Sasuke-san, estamos en familia no creo que eso sea necesario – dijo educado el rubio enfureciendo mas al azabache - ¿Qué necesita?

- Necesito – se puso de pie – ¡necesito saber por que demonios no me dijiste que tenia dos hijos! – grito apuntando a Akira que lo miraba impasible.

- Sasuke – hablo Fugaku intentando en vano calmarlo.

- Nada – dijo con rabia – Akira es mi hijo, y su gemelo también.

- Ya le explique la situación Uchiha-sama – dijo Akira – usted solo es el donante de esperma, mi padre es Subaku no Gaara.

- ¡Yo soy tu padre mocoso! – grito asustando a los mas pequeños – no ese mapache sin cejas, un pobre diablo que se hizo rico con un golpe de suerte.

- Sasuke – Naruto se puso de pie – no te permito que insultes a mi esposo en mi casa, respeta por favor.

- ¿Qué respete que? – Dijo con veneno – ¿al idiota que fue abandonado por mi hermano menor, a la zorra que fue abandona por el mayor o a la perra que yo deje tirada? – Deidara se quiso poner de pie, pero Sasori lo detuvo del brazo – son patéticos, uniéndose para intentar superar la soledad y el dolor – sonrió con maldad – admítelo Naruto, no importa cuantos hijos tengas, jamás vas a olvidarme.

- Sasuke – Naruto hablaba calmado – yo ya te olvide hace muchos años – el azabache frunció el seño – pero tienes razón en algo, fue gracias a Gaara que pude superar tu traición, el fue mi sostén, mi amigo y ahora es mi esposo, mi amante – le sonrió al pelirrojo con dulzura – y en todo caso creo que el patético eres tu – suspiro – no soportas ver que las personas que dejaste de lado sean felices y quieres contagiarles de tu amargura, pues lamento decirte que no podrás. Soy feliz, más feliz de lo que jamás imagine. Tengo mas de lo que siempre quise al lado de Gaara y nuestros hijos – tomo aire – y no soy una perra ni mi hermano una zorra, Itachi puede darte fe de eso y creo que en el tiempo que estuvimos juntos te demostré la clase de persona que yo soy – Sasuke lo miraba serio, solo bufo.

- Me importa una mierda quiero que mis hijos lleven el apellido Uchiha – dispuso demandante – y la hija de Itachi también – Naruto estaba por responder pero la llegada de alguien lo distrajo.

- ¡Oto-chan! – grito el recién llegado ignorando a todo el mundo. El rubio corrió a los brazos de su recién llegado hijo que dado su tamaño no tuvo problemas para levantarlo del piso y hacerlo girar – te extrañe tanto papi, no sabes las ganas que tenia de verte – lo bajo de nuevo y le beso la frente.

- Yo también mi amor, una semana sin verte es mucho tiempo – el menor sonrió. Era igual a Akira, solo que tenía el cabello mas largo y vestía más informal.

- No se supone que llegabas mañana Takeshi – consulto Gaara serio.

- Hola oto-san, tanto tiempo sin vernos – hablo con sarcasmo pero sin dejar de sonreír – que bueno ver que me extrañaste.

- No te hagas el sentimental – repuso el pelirrojo – además el que no saludo eres tu.

- Estaba saludando a mi papi no te pongas celoso que sabes que te quiero – se acerco a su padre y lo abrazo sacándole una sonrisa – y vine antes porque convencí al entrenador que me dejara viajar solo en un vuelo directo, los demás vienen en autobús pero yo quería volver pronto.

- Eres un determinado niño, si vas con tus compañeros vuelves con ellos – lo regaño Naruto - ¿y como te fue? – el menor sonrió.

- Como siempre – abrió su chaqueta y mostró la brillante medalla dorada que colgaba en su pecho – ganamos, y me eligieron el mejor jugador y todo eso – se saco la medalla y se la entrego a Gaara – el trofeo lo trae el profe, te lo doy el lunes.

- Otro mas para la vitrina, a este paso vas a tener que comprar una más grande – dijo Sasori divertido.

- Si, las de Akira y Takeshi están quedando llenas y faltan muchas mas ¿verdad? – Consulto orgulloso, los mellizos asintieron – bien ahora saluda que no te eduque para que seas un grosero – el niño sonrió por el cambio de tono de su padre y se puso firme.

- Muy buenas noches, damas, caballeros y niños – sus hermanos bufaron, era un payaso – mi nombre es Subaku no Takeshi y es un gusto conocerlos finalmente – hizo una reverencia – voy a adivinar sus nombres – miro con picardía a su hermano – supongo que el cara de amargado es Uchiha Sasuke – Akira asintió y Naruto los miro serio – el de cabello largo que parece a punto de llorar es Uchiha Itachi – otro asentimiento – el suicida en potencia Uchiha Sai – el mismo proceso - ¡vaya que soy bueno! – se aduló solo – sigamos, la señora pelirroja con lagrimas en los ojos seria tu madre – Naruto asintió – y el rubio tu padre – no necesito confirmación era demasiado el parecido con su papi – el señor serio y arrogante seria Uchiha Fugaku, y la encantadora dama su esposa Mikoto – Akira volvió a asentir – las encantadoras esposas de los Uchiha – miro a las mujeres – esta es mas difícil, pero me arriesgo – Karin, Konan e Ino – las apunto correctamente y Akira le sonrió - ¡soy genial! ¿Verdad?

- Muy genial Aniki – dijo Sora estirando sus brazos para que lo cargara, el mayor lo complació.

- Los niños veamos, no se me los nombres pero me arriesgo a decir que las dos niñas son hijas del amargado y el doncel es hijo del deprimido – Sora aplaudió por el logro de su hermano - ¿lo hice bien pequeño?

- Muy bien – dijo feliz – el se llama Daisuke y ellas son Hana y Mina – señalo a las niñas.

- Un enorme gusto damas, caballerito – dijo guiñando un ojo – terminadas las presentaciones denme comida que muero de hambre – exclamo con dramatismo.

- En seguida joven – una empleada se retiro para servir a su joven amo la cena. Takeshi ocupo su lugar sin dejar de sonreír, el rostro de incomodidad y frustración de los Uchiha lo satisfacía enormemente.

- Antes que lo olvide – dijo Gaara – estas castigado – el menor abrió los ojos y la boca indignado – no puedes salirte del grupo con el que viajas, es peligroso una irresponsabilidad – el tono de Gaara era serio – el lunes tu entrenador va a escucharme.

- No le digas nada, yo le mentí para que me dejara venir – pidió.

- Doble castigo – sentencio Gaara – tres semanas ¿entendido?

- Si señor – dijo desganado, pero resignado si se ponía a discutir con su padre seria mas largo el castigo - ¿me perdí de algo?

- Sasuke quiere que llevemos su apellido – respondió Akira mirando con odio mal disimulado al mencionado.

- ¿Por qué haríamos tal cosa? – cuestiono el recién llegado.

- Porque son mis hijos – respondió Sasuke – son Uchiha y es como debe ser, además así salen ganando, por llevar un apellido tan renombrado – los mellizos bufaron de la misma manera.

- Ni lo sueñes idiota – dijo Takeshi.

- No seas irrespetuoso – lo reprendió Naruto.

- Lo siento oto-chan no lo vuelvo a hacer – se disculpo apenado – pero yo no quiero llevar su apellido, ¿importa mi opinión oto-san?

- Es lo único que importa Takeshi – respondió Gaara y poso sus ojos en Sasuke.

- Estas equivocado – Sasuke se puso nuevamente de pie y comenzó a elevar la voz – son menores de edad, la justicia va a exigirles que lleven mi apellido.

- La justicia no hará tal cosa – dijo Deidara seguro.

- Cierra la boca zorra – dijo con odio – si me molestas voy a quitarte a la niña.

- Vuelves a insultar a mi papi y te mato – amenazo Ayame – así que contrólate bastardo – Sasuke la miro de mala manera – y lo siento tío, pero yo si voy a insultarlo cada vez que pueda, es eso o golpearlo, elije – Naruto suspiro resignado.

- Escucha Sasuke – pidió el rubio conciliadoramente – entiendo que te sientas confundido, pero tanto Gaara como yo no tenemos problemas en que pases tiempo con los niños – con la mirada mando a callar a sus hijos que iban a protestar – siempre que ellos quieran hacerlo, no voy a obligarlos ni a permitir que los obligues tu, por el medio que sea – Sasuke sonrió de medio lado.

- ¿Y desde cuando te crees con la autoridad para imponerme algo? – Pregunto con maldad – no eres nada mas que un perrito faldero Naruto, siempre lo serás, aunque el termino perrita te queda mejor – el rubio se sentía humillado, no iba a darle el gusto de llorar, pero no soportaba que lo tratara así delante de sus hijos – tu a mi no me impones nada, maldita perra ¿lo entiendes? – un gesto de dolor apareció en su rostro, miro a sus pies y noto al pequeño Ryuki en sus pies que le había clavado un tenedor en la pierna – insolente – lo tomo del brazo bruscamente para levantarlo – voy a enseñarte a respetar a tus mayores – elevo la mano para abofetearlo pero algo se lo impidió, se giro para encontrarse a Gaara que lo miraba serio. El ambiente se tenso, ninguno de los presentes quería que se enfrentaran a los golpes, pero parecía inevitable.

- ¿Quién te crees que eres? – pregunto calmado el bermejo – vienes a mi casa, a celebrar el trato con mi empresa – hacia énfasis en los pronombres posesivos – insultas a mi esposo, a mis hijos, amenazas con separar a mi sobrina de mi cuñado y encima osas querer levantarle la mano a mi pequeño – Gaara sonrió de medio lado negando con la cabeza – me parece que te has perdido Sasuke y necesitas que alguien te ubique en la realidad.

- ¿Qué realidad seria esa? – pregunto sin dejarse intimidad.

- La realidad en la que Naruto es mi esposo, Akira y Takeshi mis hijos y juntos somos felices, nos amamos por sobre todas las cosas – sonrió – somos una familia, por otro lado esta tu vida. Un matrimonio sin amor, con tus hijas criadas sin cariño ni contención, logrando que sean igual que tu – se alejo unos pasos – y después esta tu realidad, esa que solo tiene lugar en tu imaginación, aquella donde Naruto sigue enamorado de ti y tu te crees con el derecho de exigirle cosas y humillarlo, porque piensas que el sigue igual de abnegado que siempre – Gaara se había colocado detrás de Naruto y lo rodeo con los brazos – déjame decirte bastardo –el sonrió a su sobrina – que tu realidad es muy falsa, mi esposo ya no te ama mas ¿lo entiendes?

- Mientes – exclamo intentado sonar seguro – el me ama, solo te usa para olvidarme.

- Si sigues viviendo en la fantasía nunca serás feliz Sasuke, es hora de que asumas que te olvide y seguí con mi vida, deberías hacer lo mismo, intenta ser feliz con mi hermana – pidió Naruto sujetando las manos de Gaara.

- Odio a tu hermana – respondió sincero – no soporto ni mirarla, tuve que drogarme para poder embarazarla – la aludida estaba shokeada – es a ti a quien amo.

- Uno no lastima a quien ama – dijo el rubio – y tu lo hiciste conmigo, lo sigues haciendo, no me amas Sasuke, solo te molesta saber que ya no me tienes en tus manos, solo por tu orgullo – suspiro – ya supéralo tienes muchas cosas de que aferrarte para ser feliz – el Uchiha lo miraba incrédulo y después sonrió de medio lado, como habitualmente lo hacia.

- No te creo – dijo decidido – y no voy a parar hasta tenerte de nuevo conmigo y si estos mocosos no quieren ser mis hijos, no me importa, ya me darás otros – se alejo de la mesa – disfruta el tiempo que te queda en familia idiota – se refirió a Gaara y se marcho. La estancia quedo sumergida en un incomodo silencio.

- Eso fue incomodo – susurro Deidara – el infeliz esta loco – sonrió – creo que deberías ponerle un par de custodios a mi hermano Gaara, no vaya a ser que lo quiera secuestrar.

- No se atrevería – dijo el pelirrojo – pero no esta demás prevenir – todos miraron a Fugaku que se puso de pie.

- Mis mas sinceras disculpas – dijo serio – la reacción de mi hijo no tiene justificativo y voy a tener una seria charla con el – miro a los ojos al pelirrojo – voy a encargarme de que no se acerque a Naruto o a tu familia, tienes mi palabra.

- Muchas gracias Fugaku-sama – respondió Gaara – pero te advierto que si Sasuke se vuelve una amenaza, aunque sea mínima, para mi familia no voy a dudar en eliminarlo – el mayor asintió.

- Ya se que no tenemos derecho de pedirlo, pero – siguió Fugaku.

- Mi esposo ya dijo que pueden pasar tiempo con los niños siempre que ellos lo quieran así – se adelanto Gaara – son sus abuelos, no vamos a negárselo, pero tampoco los vamos a obligar si no quieren.

- Entiendo – dijo y se sentó - ¿el tema del apellido es igual?

- Si – dijo Gaara – será decisión de ellos cambiarse mi apellido para llevar el de ustedes, nadie va a presionarlos.

- Estamos de acuerdo – dijo resignado - ¿pero puedo decir que son mis nietos?

- Si ellos quieren – respondió el pelirrojo con una sonrisa y Fugaku asintió entendiendo que su relación con los menores dependía enteramente de estos y desde el inicio había notado que lo miraban mal, así que no tendría el camino fácil ni mucho menos. Siguieron comiendo, charlando de banalidades, los que estaban presentes, porque Karin, por ejemplo, estaba en su mundo, con las palabras dichas por su esposo retumbando en su mente, destrozándole el corazón y la poca autoestima que le quedaba.

 

- Se te ve bien Dei – el rubio se giro al escuchar esa voz, había salido de la reunión para dormir a su segundo hijo y el azabache lo había seguido - ¿algún día podrías perdonarme?

- Hace tiempo te perdone Itachi – dijo el rubio sincero – no te guardo ningún rencor, lo que nos paso es lo que debía pasar, gracias a ello yo estoy aquí, con mi familia – sonrió sin dejar de mecer a su hijo.

- Podría ser nuestra familia – la exclamación de Itachi sonó como un lamento – no sabes lo arrepentido que estoy de haberte dejado.

- Hiciste lo que debías hacer – dijo serio Deidara – y yo también, no ganamos nada con vivir pensando en el hubiera.

- ¿Lo amas? – Pregunto de repente el Uchiha - ¿tanto como a mí?

- Lo amo – fue la segura respuesta de Deidara – mucho mas que a ti – eso fue un golpe bajo para Itachi – tu fuiste mi primer amor Itachi, mi primera vez, mi primera desilusión – suspiro – Sasori es el amor de mi vida, mi alma gemela, son dos amores diferentes, importante e inolvidables, pero sin dudas Sasori es mi otra mitad, tu fuiste la locura, la pasión, la ilusión, el es todo eso y también es mi sostén, mi apoyo, mi confidente, deseo que algún día lo encuentres, creo que mereces ser feliz.

- Gracias Deidara, aunque no va a ser posible, tu eres mi otra mitad, lastima que tuve que verte en los brazos de otro para entenderlo – le acaricio el rostro – Ayame es hermosa, se parece a ti.

- Es igualita a ti Itachi, solo que tiene mi carácter explosivo y la personalidad calculadora de Sasori – sonrió – puedes verla cuando quieras y cuando ella quiera – el Uchiha asintió agradecido – deja ir el pasado Itachi es hora de vivir tu vida, no me llores ni te aferres a mi recuerdo, busca tu felicidad, ya es tiempo.

- Voy a intentarlo pero no te prometo nada – dijo resignado, sabia que no existía ni una mínima posibilidad de recuperar al rubio, le dolía pero era su culpa y debía afrontarlo.

- Cuenta conmigo para lo que quieras, imagino que podemos ser amigos – le sonrió encantadoramente como cuando eran dos adolescentes – voy a decirle a Sasori que regresemos este niño pesa – confeso.

- Déjame te ayudo – un poco dudoso dejo que Itachi cargara a su hijo y regresaron al salón. Busco con la mirada al pelirrojo que conversaba animadamente con Akira y Takeshi, nada bueno seguramente. Sasori lo miro y noto que Itachi cargaba a su hijo, pero no se molesto, lo entendía y se sentía aliviado de que ese capitulo se hubiera cerrado, ya no viviría mas pensando que pasaría si Itachi apareciera para reconquistar a Deidara, porque sabía que el rubio seguiría a su lado. Se sonrieron y con la cabeza el doncel le indico que era hora de partir. El bermejo asintió y comenzó a despedirse y a buscar a su hija que se encontraba charlando con sus dos abuelas. Tomo a su hijo menor de brazos de su suegro y se acerco al rubio, le entrego al bebe y tomo de brazos de Itachi al pequeño pelirrojo.

- Gracias – dijo sonriendo – estamos en contacto Itachi, tu madre tiene nuestros números para que llames – el Uchiha asintió – buenas noches.

- Buenas noches a ti y muchas gracias – no tuvo necesidad de decir que le agradecía haber cuidado de su hija y de Deidara, el otro comprendió y asintió para retirarse – que descanses Dei, me encanto volver a verte.

- Igualmente Itachi, era necesario – el rubio le palmeo el hombro y siguió a su esposo.

- Bueno donador, según mis padres debo pasar algo de tiempo contigo, así que voy a darte el beneficio de la duda antes de mandarte a la mierda – Ayame le hablaba altanera, digna hija de Deidara – espero que no seas tan cretino como tu hermano Sasuke o voy a golpearte – le sonrió – espero tu llamado para vernos, porque yo no voy a buscarte – le guiño un ojo y se marcho. Itachi suspiro y se acerco a su madre y a su ex suegra.

- Itachi, Ayame es un sol – exclamo Kushina – tan hermosa, tan inteligente.

- Es perfecta – agrego Mikoto – accedió a salir de compras con nosotras.

- Me alegro mucho, también accedió pasar tiempo conmigo – las mujeres sonrieron – aunque el puesto de padre lo tiene Sasori, supongo que puedo aspirar a ser su tío o algo así.

- O su segundo padre, ¿Quién sabe? – comento la pelirroja y se fue con su esposo.

- Lamento no haber sido mejor madre Itachi – el azabache la miro sin comprender – si hubiera sido un poco más valiente, ustedes no serian tan infelices.

- No es tu culpa mama, nosotros decidimos solos – era verdad, si bien su padre los había presionado, ellos habían aceptado, podrían haber hecho como Deidara y Naruto y rebelarse, pero prefirieron la vida confortable y segura, a la feliz, y ahora pagaban las consecuencias.

- Pero pude aconsejarlos mejor – dijo ella.

- No ganamos nada con lamentarnos, hay que resignarse y disfrutar de lo que nos queda – Mikoto asintió – tengo una hija – dijo riendo.

- Y yo una nieta mas – respondió en el mismo tono y se abrazaron.

 

- ¿Piensas que de no haberte rechazado serias igual de feliz que ahora? – Sai le había pedido a Gaara hablar a solas y estaban en uno de los jardines de la mansión. El pelirrojo miro el cielo pensando que responder.

- No lo se – dijo sincero – yo te amaba Sai, no sabes cuanto, pero Naruto – sonrió cerrando los ojos al solo mencionar a su esposo – el me hace sentir completo, no se como explicarlo. Recuerdo que contigo todo era vertiginoso, escandaloso, vivíamos peleando, no tenia un día de tranquilidad y no me quejo, me gustaba la adrenalina de nuestra relación, pero porque no conocía nada mas – lo miro a los ojos y noto que el azabache lloraba – lamento causarte dolor, pero quiero ser sincero contigo – Sai asintió, el también lo necesitaba – Naruto es mi paz, mi cielo, mi angel, llámale como quieras, cuando lo tengo en mis brazos me siento el hombre mas feliz del mundo y no necesito de nada mas, no se si contigo habría sentido eso.

- Yo pienso que no – respondió Sai cuando se recompuso un poco – soy bastante egoísta para ser el cielo de alguien, me gusta que todos giren a mi alrededor, no puedo ser la contención de nadie – Gaara sonrió con ternura.

- Solo necesitas encontrar al indicado Sai, y te aseguro que cambiaras, antes de Naruto yo pensaba que una relación era tener sexo desenfrenado con la misma persona y tener que ir acompañado a las reuniones sociales, no comprendía que se trataba de un compañero de vida, un amigo, un amante,  un protector, alguien a quien proteger, una pareja lo es todo, y creo que cuando lo conozcas me darás la razón.

- Yo creo que el indicado eras tu, y por mi idiotez te deje ir – murmuro – desearía volver el tiempo atrás.

- Es imposible, el pasado solo sierva para ver los errores y aprender de ellos – se puso de pie y le tendió la mano para ayudarlo a hacer lo mismo – nos hace mas sabios, siempre que lo usemos para seguir avanzando y no para quedarnos estancados.

- Eres un gran hombre Gaara – afirmo Sai.

- Un poco gracias a ti y que me rompieras el corazón y el resto gracias a mi angel rubio que ayudo a repararlo – el doncel suspiro derrotado, ya no tenia nada que hacer en la vida de su eterno amor, caminaron en silencio de regreso a la sala. Noto que Deidara ya no estaba y los niños más pequeños tampoco, seguro se habían ido a dormir. Se le hizo un nudo en el estomago al ver que Gaara se acercaba a Naruto y lo abrazaba por detrás.

- ¿Estas bien? – su esposa estaba junto a el y lo miraba preocupada, no eran un matrimonio feliz, pero se consideraban amigos.

- Duele – dijo con una falsa sonrisa – pero por otro lado me siento feliz de que el sea feliz – la rubia le tomo la mano asintiendo – Naruto también merece esa felicidad.

- Eso es amor verdadero – dijo ella – ser feliz porque la persona amada lo es – le acaricio el rostro - ¿nos vamos?

- Si, no quiero llorar delante de todos, pero se me esta haciendo difícil aguantarme – la rubia sonrió complacida y juntos se despidieron para marcharse. Apenas subieron al coche, el doncel rompió en llanto, fueron tantos años de extrañar y soñar con el pelirrojo para encontrarlo tan hermoso y feliz al lado de otro. Ino lo consoló durante toda la noche hasta que se durmió, ella también sufría por amor, por haber preferido el dinero y la posición social antes que la felicidad y sabia perfectamente como se sentía Sai.

 

Los últimos en marcharse fueron Minato y Kushina, y solo porque el rubio obligo a la mujer que no quería dejar a su hijo ni a sus nietos mayores, pero al final se marcho prometiendo regresar todos los dias y llamarlos varias veces.

- ¿No fue tan mal verdad? – Naruto le pregunto a su esposo cuando estaban en su recamara.

- Si sacamos las declaraciones del idiota de Sasuke, no – dijo serio Gaara, y el rubio supo que estaba molesto - ¿lo amas aun? – la pregunta descoloco a Naruto que estaba preparándose para hacerle un baile sensual.

- Me ofendes Gaara – respondió serio - ¿crees que te uso, como el dijo?

- Se que me amas Naruto, me lo demuestras cada minuto que pasamos juntos – respondió encarando a su pareja – pero quiero saber si también lo amas a el.

- No lo amo – dijo seguro – lo ame, es verdad, pero tu te encargaste que ya no fuera así ¿Por qué dudas Gaara?

- Porque temo perderte, me moriría sin ti – confeso derrotado agachando la mirada, Naruto se acerco a el y le tomo el rostro con sus delicadas manos.

- No vas a perderme nunca ¿sabes por que? – Negó con la cabeza – porque eres la razón por la que late mi corazón, por la que despierto feliz cada mañana yo sin ti no soy nada, jamás podría dejarte ¿me crees?

- Si, es solo que el fue tu primer gran amor.

- Y Sai fue el tuyo, sin embargo no me escuchas preguntarte si lo amas.

- Lo se – Gaara se sentó en la cama.

- Mi cuerpo te pertenece – dijo sentándose a horcajadas sobre su esposo – mis pensamientos también – Gaara le rodeo la cintura con sus manos – los latidos de mi corazón – tomo una mano del pelirrojo y la guió a su pecho para que escuchara los latidos – mi alma es completamente tuya, toda mi vida esta es tus manos como se que la tuya esta en las mías – Gaara asintió, se miraron a los ojos – pero al parecer yo no te he demostrado que te pertenezco totalmente de una manera correcta – lo empujo para que se recostara - ¿Cómo te demuestro eso mi amor? – Gaara sonrió acariciando la cintura del rubio sensualmente – anda dime que quieres que haga para que te enteres de una vez que eres mi único dueño.

- ¿Me estas dando permiso para pedirte lo que quiera? – Pregunto con una mirada lujuriosa, Naruto asintió mordiéndose un dedo de manera sensual – no vale arrepentirse – anuncio el pelirrojo para ponerse de pie e ir a buscar su “caja de juguetes” del armario. El rubio rió con ganas, estaba más feliz que nunca, había recuperado a sus padres y se había enfrentado a su pasado, saliendo victorioso. El karma existía, el que había sufrido tanto ahora era recompensado con su feliz vida, que no era perfecta, pero el no la cambiaria por nada, tenia más de que lo había deseado jamás y solo le tocaba ser agradecido y disfrutar de ella.

 

---------------------------------------------FIN---------------------------------------------------------

Notas finales:

Les gusto???? a mi particularmente me gusta mucho el GaaxNaru, porque me gusta mucho Gaara y me salio el fic.

Tambien me gusta SasoxDei y ni falta hace que diga que me gusta el mpreg y las familias numerosas.... quedo muy demostrado o no???


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