Capitulo 2
En una enorme mansión se encontraba un peli-rojo de ojos jade, caminaba de aquí para allá en la amplia sala de su casa, preocupado pues su marido no llego a dormir anoche y ni si quiera había llamado.
De las escaleras bajaba el joven hijo del hombre, cabello celeste y ojos ambarinos, bosteza perezosamente, diviso a su padre en la sala con una mueca de preocupación se acerco a él para darle los buenos días.
-Papá, ohayo-dijo el chico, tocando levemente el brazo de su padre, el hombre se sobresalto dando un pequeño alarido.
-K-kariya, ohayo mi pequeño-dijo tratando de sonar más relajado pero su hijo no era tonto.
-¿por qué tan nervioso?-pregunto el chico de nombre Kariya.
-nada hijo, ve a desayunar, llegaras tarde al colegio- hiroto evadió la pregunta de su hijo, se encamino hacia el teléfono simulando marcar un numero, solo para despistar a su pequeño.
Kariya frunció el seño un poco, pero su padre no le contaría el por qué de su preocupación, mas al rato se lo preguntaría a su papi-uke, el seguro sabría.
Masaki se dirigió a la cocina en busca de su desayuno para poder asistir a su “querida” escuela, vio la hora en el reloj de la cocina y se atoró al ver lo tarde que era.
Tragó todo sin masticar, se bebió su leche de un sorbo, agarro su mochila y salió corriendo de la casa sin antes decir un “ya me voy, hasta luego papá y papi”, paso a dejar la puerta abierta a lo cual hiroto procedió a cerrarla, hecho un vistazo hacia la salida viendo como su marido hablaba con su hijo y otro chico de cabello rojo, ojos ámbar que sostenía una motocicleta en la orilla de la calle. Vio a su hijo darle la mano al hombre para salir disparado en dirección a la escuela.
El peli-verde se despidió del motociclista, y camino hacia su casa, encontrándose con la mirada de su marido.
-hola, hiroto siento no haber llegado anoche-sonrió amablemente, sintiendo como el nombrado le abrazaba fuertemente.
-¿por qué no me llamaste?, estuve angustiado toda la noche- le dijo hiroto abrasando aun a su marido.
-gomenasai, es que kazemaru andaba deprimido y debía ayudarlo-
-eso lo comprendo, pero…-hiroto desvió la mirada hacia el otro peli-rojo, el cual aun estaba en la entrada-no entiendo que pinta él-
-¿él? Es un amigo-contesto con una amable sonrisa.
-creí que no te gustaban las motocicletas- ahora hiroto miraba a midorikawa.
-si eso fue antes de subirme a una- dijo mido con mucho entusiasmo- ven te lo presento, ¡Haru-kun! Ven te presentare a mi marido-llamándole eufóricamente.
El nombrado se acerco a la pareja, miraba atentamente al chico de ojos jade que no le miraba de muy buena forma, al llegar donde ambos se presento lo mas cordialmente que pudo.
-soy haruya Nagumo, un gusto señor Kiyama- dio una sonrisa de superioridad estirando la mano hacia el hombre.
-el gusto es mío, soy Hiroto Kiyama Kira, Marido de midorikawa- el también estiro la mano para estrecharla con fuerza, lo que Nagumo respondió apretando el agarre, y así quedaron unos momentos apretando con más fuerza la mano del otro, midorikawa ni idea de por qué ambos peli-rojos se tomaron tanto rato las manos.
Mientras que en otro lado de la ciudad un chico esperaba impaciente en su sala esperando que bajara su querido “primo” si no llegarían tarde al colegio.
-Vamos Hikaru, ¡baja de una vez!-dijo el chico con lo poco y nada que tenia de paciencia.
-h-hai, ¡Tsurugi solo un momento!- respondió el chico mientras no salía aun de su habitación.
-no puede ser no saldré nunca de esta casa-
-¡y-ya estoy listo!- el pequeño de nombre Hikaru corría escalera abajo, pero tan apurado iba que se tropezó con sus pies cayendo escalera abajo, su “primo” no dudo ni un minuto y corrió donde el chico atrapándole en el aire, para su suerte el chico no se hiso ningún rasguño.
-¿Estás bien Hika?-pregunto en un tono más preocupado al chico que tenía en sus brazos.
-si, gracias kyo-kun-sonrió el chico mirando tiernamente a su salvador.
-bien ¿nos vamos?- pregunto bajando al joven de sus brazos.
-¡vamos a la escuela!-
En otro lugar de Inazuma town, en una casa modesta estaba un peli-rosa buscando como loco las llaves de su casa, dio vuelta todo lo que se interponía en su camino, un desorden descomunal en aquella casa, pero el chico no encontraba sus llaves.
-donde, donde, done- repetía sin dejar de mover objetos en el lugar- ¡haaa! ¡No sé donde están esas malditas llaves!
Se tiro en lo que quedaba del sillón mirando al techo, las dichosas llaves no aparecían en ningún lado, pensó unos minuto y miro una vez más el lugar donde siempre debían estar, levando el plato y vio que las llaves estaban debajo de este. No lo podía creer, le dio un tic nervioso en su ojo derecho.
-Maldita sea-susurro al fin pudo salir de la casa no sin antes dejar un recado a su tutor.
“Kazemaru-san:
Gomenasai por dejar así la casa, cuando vuelva ordenare, lo prometo…por cierto ¿Dónde rayos estuvo toda la noche? Espero que no haya ido a embriagarse, si no me enfadare enserio esta vez.
Con amor: Kirino.
Pd: le toca a usted preparar el almuerzo hoy.
Pd2: no hay comida en el refrigerador tendrá que ir a hacer el pedido del mes.”
En otro lado de la ciudad, un peli-celeste se despertaba recién de su largo descanso, se sentó en la cama mientras se tallaba un ojos, miro a su alrededor, llevándose la sorpresa de que no estaba en su habitación es más no reconocía el lugar, vio a su lado donde las mantas estaban arrugadas demostrando que alguien se había acostado a su lado, se acerco a la almohada para percibir el olor de la persona. No era un aroma de cualquier pervertido, era mas exquisito, una extraña mescla de tabaco y plátano (*) se extraño por el aroma, decidió levantarse para ir al baño, paso delante de un espejo y pudo apreciar su imagen en el reflejo.
-no puede ser…-susurro mirándose de arriba abajo.
Para comenzar su cabello estaba completamente suelto y caía por sus hombros, vestía tan solo una polera grisácea con un estampado negro que decía “Rock” le tapaba lo justo y necesario.
-…que me paso ayer…-volvió a susurrar mirando al espejo.
La puerta de la pieza se abrió y un castaño entro, vio a Kazemaru parado frente al espejo.
-al fin despertaste, bella durmiente-dijo haciendo burla al peli-azulado.
-¿…Que me hiciste…?-pregunto acercándose al castaño-¡Responde!
-nada, tranquilízate-dijo mientras trataba de no reírse, la cara de kazemaru era de verdad graciosa.
-¿como que nada…?-
-N-A-D-A- deletreó letra por letra para ver si haci el chico así lo comprendía.
-entonces, ¿Por qué no recuerdo nada?- dijo kazemaru asombrado- y esta polera no es mía-
-no, es mía, y seguro bebiste demasiado la verdad es que nunca vi a alguien tomar tanta cerveza-
-¿cerveza? Y-yo ¿Tome?-el oji-almendra no se lo podía creer.
-si demasiado, creo que por eso no recuerdas nada-Fudou se afirmo en la pared cruzándose de brazos.
Kazemaru cayo sentado en la cama, no podía creer, prometio no beber, nunca recordaba sus borracheras.
-genial ahora kiri-chan se molestara-susurro recordando al nombrado.