Deidara se levantó como un día normal de su cama, la cual compartía con Tobi, aunque no se tocaban nunca. La compartían por el simple hecho de que Tobi tiene miedo de la oscuridad. Aunque no se sabe si es solo eso.
Deidara miró el reloj en la mesilla de noche, el cual marcaba el día y la hora. 11:30 del 5 de Mayo. Para Deidara, aquel 5 de Mayo no era un día normal: era el día de su 20º cumpleaños.
El rubio de Akatsuki sonrió tontamente como un niño al que le llega su cumpleaños, e inmediatamente, desechó de su cabeza la opción de que le regalen algo, sabiendo como eran sus compañeros en la organización. Tal vez Tobi tenga algo pensado para él, pero no le dio mucha importancia.
Lo que verdaderamente le importaba a Deidara, era que Itachi le felicitara, puesto a que Deidara siempre había estado enamorado del Uchiha. Sin embargo, Itachi no es un chico que felicite por un cumpleaños.
-No ha felicitado a nadie…y menos me va a felicitar a mí. JÁ.-Pensaba Deidara mientras se vestía, con un tinte de amargura en sus pensamientos.
[…]
~*~
Itachi había madrugado. Se había despertado nada más y nada menos que a las 6:00 de la mañana. Todo para prepararle a Deidara su regalo especial.
Aunque el Uchiha nunca felicitara a nadie –su ego era demasiado grande como para hacer tal cosa- por su cumpleaños, con Deidara era diferente, debido a que lo amaba.
Itachi estaba enamorado de Deidara desde que entró en Akatsuki. Aunque no sabía si el rubio era hetero o quería a otra persona. Pero lo que sí tenía claro, es que lo amaba con locura.
Itachi le había preparado desde tan temprano una cosa especial a Deidara. Y era que estaba intentando hacer una figura de arcilla con la imagen del rubio con un pájaro.
Sabía que era un trabajo difícil, pero el moreno hacía su mejor trabajo para impresionar a su rubio. Y sabía que eso era muy difícil.
A las 11:30 ya había acabado, tras un arduo trabajo, la figurita de Deidara con un pájaro. Estaba bastante bien hecha, pero no igualaba a las del artista de Akatsuki, pero no era mala.
-Pues nada, esperaré a ver si le gusta.-Dijo un sonriente Uchiha.
~*~
Deidara bajó al salón para desayunar, y antes de sentarse en la silla, sintió que alguien lo abrazaba por detrás. El rubio enrojeció salvajemente y miró hacia atrás, encontrándose a un Tobi adorablemente abrazado a la espalda del rubio. A Deidara se le cambio completamente la cara.
-¡Felicidades Deidara-senpai~! Espero que disfrute de sus 20 años y que no beba mucho, porque si no vomitará.-Felicitó a gritos Tobi.
A Deidara se le escapó la típica sonrisa tonta que se le escapa al felicitado en un cumpleaños. Y, sorprendentemente, correspondió al abrazo de Tobi con más fuerza.
A Deidara nunca antes le habían felicitado por su cumpleaños.
-M-muchas gracias Tobi…-Susurró el rubio.
De repente, sonó una explosión y los demás Akatsuki saltaron afuera de sus múltiples escondites en el salón principal de la guarida cantando el cumpleaños feliz tradicional.
Pero Itachi no estaba.
Deidara no pudo hacer más que llorar de pura alegría, sorpresa y decepción al ver que su Itachi no estaba. Pero no era culpa de él, no estaba obligado a felicitarlo, y aún más si el moreno no acostumbraba a felicitar a las personas por su cumpleaños.
-¡Hey rubia! 20 años ya eh…¡ya mismo me pillas y eso no es justo! En fin, felicidades, tío.-Felicitó Hidan, pegándole una palmada agresivo-amistosa en la espalda.
-Felicidades enano…y no me pidas dinero porque no te voy a dar ni pipas.-Felicitó “amablemente” Kakuzu.
-Muchas felicidades, Deidara. Espero que disfrutes de tus 20.-Dio Konan sus felicidades, con su habitual cortesía.
-Deidara, te deseo como el Líder, muchas felicidades. Espero que sepas disfrutar de tus 20 años, y no olvides que no puedes morir, ya que eres muy importante.-Felicitó Pain, con una inhabitual sonrisa.
-¡Deidi! Felicidades, espero que te lo pases bien en tu 20º cumpleaños y que no bebas, que potas que no veas luego…-Felicitó a su estilo Kisame.
-Felicidades rubito. Esperamos que te lo pases genial.-Dijeron al unísono Zetsu blanco y Zetsu negro.
-Deidara, felicidades. Espero que disfrutes de tus 20, que no se cumplen todos los días, y que sepas que eres mi alumno preferido.-Dijo Sasori, con un pequeño sonrojo.
-Muchas gracias a todos, enserio…-Dijo Deidara, con una sonrisa tonta.
-De nada. Disfruta.-Respondieron los demás al unísono.
De repente, todos callaron, y Deidara sintió una calidez especial en la espalda y especialmente en su cuello.
El rubio miró por el rabillo del ojo, y casi se desmaya ¡quien lo abrazaba, no era nada más y nada menos que Itachi!
El rubio no podía hacer más que sonrojarse salvajemente, pero sin embargo, no se movió.
-Felicidades Deidara…espero que te lo pases bien, y si es a mi lado mejor. Te quiero…-Susurró sensualmente Itachi al oído de Deidara, y al rubio casi le daba algo.
-Gr…gracias Itachi…y-yo también te quiero…-Dijo Deidara, y antes de que pudiera girarse, Itachi se inclinó más hacia su cara con intención de besarlo, algo a lo que Deidara ayudó girando su rostro.
Sus bocas se fundieron en un apasionado y dulce beso, en el que ambas lenguas se encontraron con la otra y se movían al mismo compás.
Deidara lucía más sonrojado que nunca, y un leve sonrojo apareció en las mejillas de Itachi mientras besaba a su rubio.
Cuando se quedaron sin aire, se separaron, pero se quedaron abrazados. Los demás miembros de Akatsuki aplaudían y gritaban “parejita, parejita” al unísono, lo que aumentó el sonrojo de la, ahora, pareja.
-Tengo un regalito para ti…espero que te guste.-Dijo dulcemente Itachi, mientras le tendía su regalo.
Deidara dio unas tímidas gracias y abrió con cuidado el papel. Lo que vio bajo ese papel, valía más que todas las explosiones del mundo y el 11-S juntos.
El rubio no pudo evitar llorar de la alegría y abrazarse de nuevo a su Itachi.
-Es perfecto.-Dijo el rubio, preso de la emoción.
-Más que tú, seguro que no.-Respondió el moreno, dándole otro largo y dulce beso.
Y lo que pasó después de eso…pues fueron más besos y culminó con…sólo las sábanas de la cama de Itachi lo saben.