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Watashi No Musuko por ini

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1.- la espera.



Quizá estaba muy ansioso…era esa la palabra correcta? Según Naruto, si lo era…era una presión en el pecho, que lo dejaba a uno inquieto. Como podía explicar que esa sensación no lo había dejado en paz por más de un mes entero…



Quizá porque desde hace tiempo el kazekage había dejado de ser ese callado, serio, pero tierno chico…había pasado a ser muy gruñón y enojón en todo momento, siempre quería dormir, ni siquiera le prestaba algún tipo de atención siquiera, solamente, pasaba de él.




Cada mañana lo saludaba con un beso, ya hace un tiempo que sentía que el chiquillo no le correspondía. Era normal? Aun no comprendía a la perfección lo que eran las relaciones interpersonales y apenas y entendía por Naruto, que era lo que tenía que hacer con Gaara ahora que eran pareja.



Había aprendido a golpes de arena, que no le gustaba que le hablara pesado o le dijera bajito, menos sin cejas…eso se debía al día que se conocieron….quizá no había sido la mejor presentación del mundo.




//////////////////////



Hace ya dos años atrás. La primera visita del kazekage se hizo presente en la aldea. Para su suerte había sido seleccionado para ser su guía, llevarlo a su casa temporal. O guiarle donde el quisiera, ahí había aprendido a que el silencio no era problema del pelirrojo, algo agradable. Puesto que estaba acostumbrado al hokage escandaloso de la aldea. No aguantaría estar 5 minutos en silencio, pero ese chico era bastante relajado, tranquilo.




Sakura le había advertido días atrás que el kazekage no gozaba de una buena paciencia y humor a veces, que tratara de no ponerle sobrenombres o decirle algo que fuese ofensivo, podría irle mal. Pero no veía nada de eso, el chiquillo mantenía un rostro sereno, mientras tomaba una taza de té. Sai se mantenía en todo momento a su lado, sin despegar la vista de el. La verdad es que le era de lo más curioso…




Había escuchado sobre su cabello y sus ojos, pero era diferente verlo, para vivir en pleno desierto, mantenía una piel perfectamente blanca y a vista delicada. Un cabello rojo como la misma sangre. Y ojos muy claros y grandes, un color que no había visto antes, aguamarina…




-cómo te llamas? – la voz clara del pelirrojo lo saco de sus pensamientos en los cuales lo detallaban ya de pies a cabeza. Gaara se había dado cuenta hace mucho tiempo que aquel chico no le quitaba los ojos de encima.




-Sai, kazekage-sama.




-mi nombre es Gaara…-le molestaba un poco la formalidad de su rango, tenía un nombre y aquel chico era casi de su misma edad.




-perdone, Gaara-sama…desea algo? – el ambiente lo sentía tenso, hasta para alguien como el, era notorio.




-no, gracias…puedes retirarte, Sai-san – se levantó, dejando su tasa de té a un lado. La casa que le habían dado no estaba lejos de ahí, quería un momento a solas.



-como desee…-por dentro de la cabeza de Sai, comenzaba a buscar una forma de romper el hielo de manera rápida, un libro le recordaba a ese tipo de situaciones, hablaba sobre que cuando todo el ambiente fuese tan tenso, debía animar la situación con alguna broma o chiste, así se solían romper los silencios y dar paso a otra conversación, quizá también serviría para mostrar una imagen más relajada de el. Después de todo…debía funcionar, si era tan buen amigo de Naruto, debía de ser bueno para conversar, quizá solo actuaba con el por desconocimiento. Hizo una buena sonrisa falsa de si – mapache…




Aquello lo había escuchado el aguamarina, casi como un eco. Había una sola persona sobre la tierra que podía decirle así y no era precisamente un desconocido. En cosa de segundos la sonrisa del pintor desapareció, al tiempo que daba un pequeño grito, ya que había quedado enterrado bajo un montón de arena a metros del kazekage. Quien apenas tenía un pequeño tic en su ojo, antes de darse la vuelta y marcharse…había sido la peor reacción y primera impresión que había tenido.



-es divertido…-se levantó como pudo, limpiando su ropa de tanta arena, vio por donde se había ido. A pesar del ataque, se le había hecho tierno el rostro de infinito odio con que lo había mirado.



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Sacudió la cabeza, tratando de no recordar eso, el pelirrojo le había dicho, tras ser pareja, que esa había sido la primera vez que había querido asesinar a alguien tras tanto tiempo…



Le había sido inevitable seguir al chiquillo, aunque fuera para al principio pelear. Al poco había podido hablar con el. Resultándole casi fascinante una vez el aguamarina se había ido relajando con el. Recordaba esas barbacoas en que todos los equipos habían estado presentes, pero a medida que la madrugada llegaba habían ido retirándose hasta inevitablemente quedar solos.


Pasar de las 4 de la mañana conversando sin una pelea en ningún momento, conociéndolo y dejando que el conociera su vida mientras había sido ambu, había logrado un nivel de confianza para hablarle de su hermano, y el pelirrojo hablarle de como era antes de ser kazekage y conocer al rubio hiperactivo de Naruto.



Había sido un cambio que había marcado la diferencia, llegando ebrios al estudio de dibujo del moreno, a pesar de estar acostados en la cama, no habían hecho nada, se habían pasado horas en un silencio cómodo hasta que el primer beso se dio. Claro que no había ido rápido, aquella noche y muchas otras en que habían llegado a la cama, apenas el con sus pantalones y el pelirrojo con unos pantalones más cortos y camisa que le había prestado, no habían pasado a caricias.



Su relación había tenido que pasar largo tiempo para que el aguamarina bajara su fortaleza absoluta hacia el….



-pintor de cuarta, deja de dar vueltas, me estas mareando – un gruñido se escuchó a su lado, Sasuke había llegado a la aldea hace ya más de dos años. Siempre en compañía fiel de Naruto.



-acaso no puedo caminar un poco? – sonrió, buscando no ser grosero con el, tanto Gaara como el rubio, les habían pedido tratar de llevarse mejor, aunque era imposible, no se soportaban.



-el mapache está bien…no tiene nada, asique, siéntate…llevas como mínimo media hora así…



En eso tenía razón…pero le inquietaba que se estuvieran tardando tanto, al poco se sentó a su lado. Estaban en la sala de espera. Tsunade había querido ella misma examinar de rutina a Gaara, aun no entendía por qué él no había podido entrar, pero el ojiazul si…



-están tardando mucho…



-no es como que se esté muriendo adentro – noto las manos del pintor apretarse un poco contra su pantalón- es broma tarado, deben de estar haciéndole muchas preguntas, despreocúpate…



-es fácil decirlo, Naruto-kun no es el al que revisan….



- el Dobe es fuerte, Gaara también…son kages, podrías dejar de pensar que un simple resfrió quizá les haga daño…



Sai respiro profundo. Cruzándose de brazos. Era difícil estar tranquilo. El pelirrojo había mostrado durante más de un mes un cambio drástico, a estar muy tranquilo en la noche durmiendo, a levantarse sorpresivamente e ir al baño para vomitar. Había veces que ni siquiera comía, todas las comidas o eran un asco, u otras veces podía llegar a comerse un bufet solo…no podía ser un simple resfrió ello. Quizá un virus?...



Las puertas se abrieron al fin, dejando pasar a los chicos que habían estado adentro.



-recuerda, debes cuidarte mucho, come bien, no te esfuerces…trata de no pasar ninguna rabia o disgusto, avisare sobre esto y permanecerás en la aldea hasta el día necesario…



-si, gracias Tsunade-sama –asintió el aguamarina, recibiendo una caja con unas vitaminas. Cerrando la puerta tras eso.



-y? que tiene el mapache? Una peste nueva? – pregunto con una sonrisa arrogante el Uchiha, levantándose también hasta llegar al lado de ellos.


-n-no…pero…-un sonrojado rubio no lograba articular palabras para hacerse entender. Tratando de asimilar lo que había escuchado adentro.


-ah? No te entiendo absolutamente nada…


-ah, pues, gaa-chan….-gaa-chan es-esta…


-Naruto, por favor – Gaara había tomado su hombro, dándole una mirada que solo decía una cosa. Silencio.


-p-pues…nada! Jajajajaja, que creías teme tattebayo? – rio nerviosamente, tomando la mano de Sasuke, arrastrándolo casi para salir de ahí – nosotros ya nos vamos!


-cuídate, Naruto-kun – dijo Sai, sin comprender absolutamente nada.


-s-si, por supuesto! Jaja – ya cuando estuvieron lejos de ellos al final del pasillo, el rubio le hizo unas señas a Gaara, aprovechando que el pintor estaba de espaldas a él, apuntándolo a él y luego al moreno. Tratándole hacer entender que debían hablar. Marchándose rápidamente.



-gaa-chan…que te dijeron?



-nada…solo, que debía descansar – paso de el. Caminando rápido para salir de ahí.



-nada más que eso? Que tienes?



-solo…vamos a casa, es tarde…-no dijo nada, a pesar de la insistencia del mayor, no dijo más. Llegando en cosa de minutos a casa. Todo en completo silencio, un trayecto incomodo. Sai cerró la puerta tras el. Viendo al más bajito casi correr a la habitación. Sospechaba…era inevitable. Gaara no quería contarle nada, ya ni siquiera le hablaba o miraba. Algo ocurría y lo averiguaría…
Notas finales: espero les agrade ^^
:c es la primera vez que hago un saigaa pero de este modo :D

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