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El destino cambia. por Nyame N

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Notas del capitulo:

¡Segundo capítulo! ¡Increíble! ¡Alucinante!

Tenéis que seguir leyendo si queréis que yo siga escribiendo(?) Y más que nada les doy gracias a las tres personitas que ayer me dejaron un reviews. En serio, GRACIAS. Así me animan a seguir continuando esto que a saber cuanto durará.

 

Por cierto, podéis seguir poniendo reviews queridos amigos fantamas. Os querré igual si leéis y dejáis(?) Ale, ahora a leer.

Aquella mañana para Harry no podía ser peor día. Albus, para su suerte, le había pedido que durmiera una última noche con él pero los otros dos se pusieron celosos y acabaron agrandando la cama para coger los cuatro y dormir juntos mientras Ginny estaba en la Madriguera ‘cuidando’ de su madre o eso le había dicho a los chicos para que no preguntaran más por ella. Y había conseguido callarlos y hacer que se durmieran. Harry durmió bastante mal puesto que en sus sueños siempre estaba la escena de Ginny sobre Filius, ahora le atormentaría eso durante años. ¿Tan mal marido había sido? Pensaba que la tenía saciada y contenta en todos los sentidos. ¿Entonces por qué esa aventura? Aunque bueno, cuando dejaran a su hijo en el expreso a Hogwarts podrían hablar las cosas tranquilamente, aunque prefería no hacerlo ese día, y esperaba que algún plan surgiera, pero lo veía realmente imposible.

Dentro de una hora saldrían de casa para acompañar a los chicos a la estación. Lily también quería ir a Hogwarts pero a ella aún le quedaba bastante tiempo. Aunque verla así me hacía sonreír. Y el tiempo se pasaría demasiado rápido para mí, pero muy lento para ella. Ginny ya había preparado el desayuno para todos como siempre solía hacer. Esa mañana no se acercó a mí, bueno, lo intentó pero negué con la cabeza antes de que los chicos vieran algo. Después de desayunar nos pusimos en camino a la estación que llegamos en nada gracias a eso de aparecernos. No esperaba encontrar a mucha gente muggle pero había bastante. Pasamos por a pared para llegar al andén y James salió corriendo con su equipaje hasta donde estaban sus amigos de Gryffindor. Pero antes de llegar paró de golpe y volvió hacia donde estaban sus padres abrazándolos de forma rápida y dándole un beso a su hermana antes de volver a correr hacia ellos. Al menos, no se había olvidado de despedirlos.

Mientras Harry y Ginny avanzaban con Albus bastante nervioso, Harry sonrió posando su mano sobre el hombro de su hijo dedicándole otra de sus grandes sonrisas. – Tienes el nombre de uno de los mejores profesores que yo conocí que era de Slytherin, no te preocupes si acabas allí. – Albus le miró con una sonrisa radiante mientras asentía con la cabeza. Cuando llegaron Albus se puso a hablar con su prima Rose, Hermione miró hacia Harry quién negó con la cabeza pues no era el lugar indicado para decirle que Ginny le estaba engañando con su ex. Suspiró al pensarlo mirando a Ginny quién vaciló y acabó por acercarse a Ron y abrazarlo como saludo. Hermione se acercó a Harry mirándole aún preocupada su otro hijo estaba agarrado a su hermana aún puesto que Lily se estaba metiendo con él. – ¿Estás bien? – Harry levantó ambas cejas mientras apretó su mano dándole una sonrisa que para él había salido sincera pero que hizo que Hermione frunciera el ceño. – Mañana. – Y con eso estaba zanjado el tema de que tenían que hablar sí o sí, le gustara o no, porque ella no se daría por vencida. Bueno, al menos el plan le había salido para mañana y no para ese día, aunque lo hubiera preferido.

 

 

Draco Malfoy llegó con su hijo y a su lado su ex mujer Astoria. Todo el mundo se les quedó mirando cuando entraron pero ninguno de los tres hicieron mucho caso ni a los cuchicheos ni a las miradas. Draco solo esperaba encontrarse con Harry, ya le había comentado en casa a Astoria lo que le sucedió el otro día en el callejón Diagón. Harry había cambiado y para bien, incluso Astoria se echó a reír porque la perfección en persona se hubiera fijado en ese santo de Potter. ‘Es tu gusto Draco’, había dicho ella después de confesarle que incluso si imaginara algo extraño con Potter podría tirársela pensando que era él. Astoria se había ofendido ante ese comentario pero tan pronto como se ofendió se les pasó a ambos la conversación al ver a su pequeño Scorpius cargando con todo. Estaba eufórico y más que nunca desde que sabía que podría liar alguna trastada en el colegio.

Draco solo esperaba que su hijo no hiciera nada malo en exceso ya que los genes Malfoy servían para romper reglas y demás y él tenía que ganar puntos no perderlos. Al llegar a la estación Draco comenzó a ponerse nervioso por eso de tener que vérselas con Harry. ¡Pero no solo eso! Además quería invitarlo a tomar algo si aceptaba genial para ambos, le demostraría que podía ser mejor que su mujer, pero no iba a romper ningún matrimonio, no quería hacer esas cosas así que tan sólo hablarían como hombres adultos que eran y después cada uno a su casa con su vida. Scorpius ya había salido corriendo para llegar donde estaban Theo y Nev, había olvidado que su hijo también comenzaba ese año en Hogwarts. Dorian se llamaba. No sé de donde habrían sacado ese nombre pero no se quejaría, era algo original. Se quedaron al lado de ellos, viendo como Hermione, Ron, Harry y la Weasley se acercaban a donde ellos estaban para obviamente saludar a la pareja que se encontraba en mitad de todos. Albus y Scorpius se saludaron como si se conocieran de bastante tiempo. Era genial ser un niño de esa edad, aunque bueno, Harry había ignorado ser mi amigo a esa edad, no tenía nada que reprocharle yo era demasiado indeseable para tener cerca y creo que ya había cambiado esa actitud gracias a Astoria y al pequeño de Scorp.

Harry por su parte no estaba nervioso por encontrarse a Draco, al contrario, estaba feliz de que al final todas las niñeces se hubieran pasado y pudieran estar hablando como lo hacían de aquella forma tan normal, un poco formal para él pero bueno algo era algo. No debía de quejarse. Astoria comenzó a hablar con Ginny y Hermione quien se separaron pronto del grupo de chicos. Ron fue a hablar con su hijo, Hugo, para que dejara en paz a Rose pues quería irse con ella y aún le quedaba bastante tiempo para eso. Harry sonrió ante la escena y eso hizo que Draco se quedara un poco perdido en esa sonrisa hasta que Nev golpeó el brazo de Draco al darse cuenta de lo que pasaba. Se disculpó con Harry y Theo y se llevó a Draco hacia atrás. – ¿En serio, Draco? ¿Harry? – El aludido tan solo asintió con la cabeza con esa pose que parecía inquebrantable. – Hay muchos más hombres por el mundo, por favor. – Harry observaba con Draco sonrió a Nev por algo que le dijo mientras se encogía de hombros. Nev parecía fuera de sus casillas por cualquier cosa que hubiera notado de Draco. A decir verdad, con los años, Draco había mejorado mucho.

Estaba más fuerte que antes o eso se podía deducir gracias a ese traje hecho a medida que llevaba. Su pelo rubio ahora iba un poco más corto que antes y algunos mechos rebeldes caían sobre su frente haciéndole un rostro menos frío, aunque siguiera siendo el mismo de siempre y una persona más grata para él mismo. – Harry. ¿Y qué tal el trabajo de auror? – Theo desvió toda la atención que tenía puesta en Draco. Que no sabía porqué se había quedado mirando de esa forma aquel esculpido cuerpo. Genial, ahora porque Ginny le había puesto los cuernos pensaba sandeces. Un pequeño Scorp había observado como Harry observaba a Draco y al contrario. Ambos se miraban cuando el otro no prestaba atención y él no había sido el único que había visto eso. Albus había tirado de la ropa de Scorp para llamar su atención mientras les señalaban. Si sus padres se separaban él quería vivir con Harry, aunque también vería a su madre porque la quería mucho.

El tren sonó y todos se despidieron de sus padres con un saludo desde la ventana mientras los dos hermanos pequeños que quedaban entre ellos hacían pucheros por no poder irse en el tren con sus hermanos y primos. Suspiraron. – Chicos, os invito a tomar algo. – Harry alzó la vista hacia quién había hablado y resulta que había sido Draco. – Y sí, a todos, Potter, no me mires así. – Nev tosió mientras Theo se echaba a reír. Ellos dos aceptaron, Ron dijo que no podía porque quería hablar con Hermione y Ginny. Harry aceptó. Algo que Draco no se esperaba, Astoria se despidió de ellos después de que su hijo se fuera en el tren y ninguno supo hacia donde fue, seguramente había encontrado algún padre soltero y estaría pescándolo. Quién sabía. No era ahora nada de ella como para estar preocupándose de donde estaría o dejaría de estar. Cuando se dispusieron a ir los cuatros chicos a una posada que Draco conocía donde nadie les molestaría, ni a él por ser un antiguo mortífago, ni a los chicos por ser pareja ni a Harry por ser el-niño-que-vivió aceptaron pero Theo recibió una llamada que los requería a los dos, medimagos en un lugar en la otra punta de Londres. Se disculparon y se fueron.

 

 

– Vaya Potter, nos dejaron solos. Entendería si te quieres ir.

– No, no quiero volver a casa aún.

– ¿Algún problema con tu mujer?

– Mejor vamos a por la copa y según estemos así te comento.

Draco se encogió de hombros mientras seguía caminando. El silencio se hizo entre ellos de nuevo pero no era incómodo. Por su parte, Draco estaba intrigado por lo que le habría pasado al gran Potter para que no quisiera volver a casa con su mujer. Y por el otro lado, Harry tenía curiosidad sobre la vida de Draco y porqué se separó de su mujer ya que en ningún periódico dijeron nada sobre el porqué se rompió la relación. Ambos iban en sus pensamientos cuando Draco paró en frente del lugar del cual había hablado. No había nadie en el interior. – ¡Draco! Cuanto tiempo. Pasa pasa. Vaya, tienes compañía… ¿Qué van a tomar? – Draco se encogió de hombros mientras se iba a la mesa más tapada del local, seguramente era la que siempre cogía, pensó Harry y no se equivocaba. Mientras iba hacia allí murmuro un ‘lo de siempre’ hacia el camarero que desapareció detrás de la barra para preparar cualquier cosa que pidió Draco, que tardó poco en volver con los pedidos y dejarlos sobre la mesa.

Draco sonrió mientras esperaba que Harry hablara, este lo sabía así que solo suspiró encogiéndose de hombros. – Responderé si lo haces tú primero. – A Draco le faltó poco para escupir lo poco que había bebido ante la duda que tenía Harry de si él iba a contestar a sus preguntas pero arqueó perfectamente una ceja mientras esperaba que el chico comenzara a preguntar. - ¿Por qué dejaste a tu mujer? ¿Por qué tienes tan buena relación? ¿Y por qué se te ve tanto con ella pero con ninguna otra persona? – Pues vaya con San Potter, si que tenía dudas sobre su vida, pero Draco se encogió de hombros, dando otro trago, lo que imitó Harry mientras el platinado le miraba con sus ojos grises para luego esbozar una media sonrisa echándose hacia delante en el sitio en el que estaba. El camarero no estaba, les había avisado de que los dejaría solos, que no importa cuando se fueran y que si querían algo todo estaba en la nevera. Demasiado bien conocía Draco a aquel chico pero bueno, no era su asunto.

Un suspiro por parte del rubio atrajo de nuevo la atención de Harry a la mesa, Draco aún estaba echado sobre esta. Pero cambió de sitio sentándose al lado de Harry, quien se sintió un poco nervioso ante la cercanía del otro. Draco notó como se tensaba pero no le dio importancia. – Te cuento. Mi historia no tiene nada extraño fue un matrimonio de conveniencia, realmente la llegué a querer, sí, además me ha dado a algo que quiero más que a mi propia vida. Y por ello le debo mucho. Pero lo nuestro no podía ser amor de verdad. Porque esto es algo que nadie sabe y resulta que soy gay, Potter, sí. – Harry iba a moverse de la silla cuando vio como Draco cerraba los ojos mientras bajaba la vista. Pues su matrimonio no había sido tan maravilloso como habían dado a conocer en los medios de comunicación. – Pero Astoria quería que fuéramos felices aunque eso significara tenerme obligado a estar con ella. – Una pequeña sonrisa apareció en los labios de Draco pero no parecía para nada feliz. – Pero finalmente, gracias a mi sutil gracia para decir las cosas, todo se acabó y por eso nos separamos. Después de eso no me interesaba salir en los medios. Ella quería que la viera todo el mundo con Draco Malfoy. Y yo no pudiendo negarme porque si no revelaría mi verdadera identidad sexual estaba ahí con ella. – Suspiró pesadamente. Harry incluso sentía lástima por todo lo que este le estaba contando. – Y sí, salgo, conozco gente e incluso podría decir que he tenido unos deslices de lo más buenos. Pero siempre borro la memoria a la gente con la que pasa, no me interesa que se sepa nada más de lo necesario de mí, Potter. – Harry asintió con la cabeza varias veces, pero al parecer Draco ya había contado su historia a grandes rasgos, lo mejor de todo es que había sorprendido a Harry por haberle contado todo aquello sin insultos hacia su persona o cualquier cosa parecida. - ¿Y tú, Potter?

Bien, ahora le tocaba a Harry desahogarse con él. Era increíble que quien fue su enemigo casi toda su infancia fuera al que le contaría sus problemas, la primera persona que lo sabría, bueno, si Filius no lo filtraba en El Profeta solo él y los más cercanos sabrían lo que pasaba en el matrimonio. Draco bebió esperando a que Harry comenzara a hablar. – Toda mi vida pensaba que era perfecta. En serio, perfecta. Pero ayer, el último día que pasé con mis tres hijos antes de que los dos mayores fueran a Hogwarts, se me ocurrió jugar con ellos a algo en el pasto y fui a casa a por las cosas que necesitaba. Y Ginny estaba allí. – Draco pensó que era normal. ¿No? El padre había ido a pasar el día con los hijos mientras ella se quedaba en casa esperándoles. – Cuando me había dicho que su madre estaba enferma y que iría a cuidarla. – Draco frunció el ceño pero no miró a Harry, no quería intimidarlo y callarlo. – Y resulta que estaba en la cama con su ex. El chico con el que salió mientras yo estaba intentando no morir en la guerra. Y hoy íbamos a hablar el asunto, pero no puedo soportarlo, simplemente no me hago el cuerpo a esta decisión. Quiero a Ginny, o bueno, eso creo, porque ahora mismo dudo de todo lo que siento. – Draco apoyó una mano en su hombro mientras suspiraba.

– Cosas que pasan, Harry. – Al parecer para dar apoyo Draco utilizaba los nombres y mientras hablaba cualquier otra cosa era el apellido. Harry comenzaba a medio entender a Draco y le miró al notar su mano. – Todo se supera. Además tienes a mucha gente que te apoya, y aunque no me creas, puedes confiar en mí también. – Draco quería que contara con su ayuda. No solo por eso, sino porque quería hacerse más cercano a Harry. Así podría ganarse su confianza y decían que de la amistad al amor hay solo un paso, pues eso quería ahora Draco más que nada, además, ya sabía todo lo necesario. ¿Dudaría también de su inclinación sexual? Esperaba que sí, y si no, ya lo haría dudar él. Pasaron toda la mañana y tarde en aquel lugar. Era un buen sitio, habían comido y bebido y seguían solos a pesar de todo eso había hecho que Harry pudiera confiar un poco en Draco porque a pesar de estar solos no le había atacado ni verbal ni de forma física.

Cuando se iban a despedir, Draco dejó algo de dinero y cuando Harry iba a dejar también negó con la cabeza sonriendo mientras se dirigía hacia la puerta. Draco se paró en seco antes de salir y se dio la vuelta mirando a Harry mientras se dejaba caer en esta. Sabía que lo que quería hacer podría ser devuelvo a modo de un golpe, y le dolería, lo sabía. Harry se quedó parado y alzó ambas cejas observando a Draco. Ninguno de los dos habían bebido lo suficiente como para decir que llevaban ese ‘puntillo’ para no saber que hacían. – No me arrepentiré, te aviso. – Se encogió de hombros y Harry abrió los ojos de golpe mientras Draco tomaba su cara y asaltaba sus labios, Harry no sabía que hacer, pero aunque fuera increíble, sus labios correspondieron al beso de Draco que por suerte fue corto y se alejó de él sonriendo mientras relamía sus labios. – Nos vemos, Potter. – Y salió antes que él del lugar, Harry salió después de él para buscarle y reclamarle lo que había pasado pero Draco ya había desaparecido. Maldijo en voz baja mientras iba hacia el callejón Diagón para acabar apareciéndose en su casa.

 

 

Al aparecer en casa Hermione estaba allí. Ron había ido a la tienda ya que su hermano necesitaba ayuda en esta porque no podía con tantos niños por allí. Una excusa mala pero que había servido para dejarles a los tres solos. Harry miró a ambas y caminó pasando por largo de donde estaba Ginny sentándose al lado de Hermione quién el cogió la mano sonriendo de forma breve para darle apoyo. No esperaba que aquello le pasara a su mejor amigo. – ¿Por qué hiciste eso, Ginny? – Harry tuvo que hacer esa maldita pregunta mientras Ginny se echaba a llorar delante de ambos. Harry soltó la mano de Hermione por si ella quería ir a consolarla pero la castaña solo frunció el ceño tomando de nuevo la mano de Harry apretándola. En esa ocasión, por mucho que le doliera ver a su cuñada así, Harry había sido mucho más leal.

– Harry, yo no quería. Pero tú llevabas mucho tiempo llegando tarde del Ministerio y yo me sentía muy sola. Un día me lo encontré mientras compraba y bueno, algo estalló en mi interior, deseo, podría decir. Y comenzamos todo lo que sabes. – Harry siguió callado mientras Hermione apretaba su mano. Al parecer ella estaba mucho más enfadada que él, pero después hablaría, le devolvió el apretón mientas le guiñaba un ojo, haciendo que ella medio sonriera al entender que podría contestarlo en un momento. Harry también hizo la otra pregunta. ‘¿Cuánto hace que pasó por primera vez?’ Ginny tragó mientras seguía llorando, mientras decía que lo sentía varias veces. Harry hizo caso omiso a como estaba Ginny y esta suspiró mientras sorbía. – Empezó un año después de que naciera Lily. – Hermione ahogó un gemido al escuchar esa respuesta y Harry sonrió asintiendo. – Entonces todo está dicho Ginny, mañana traeré todos los papeles y te irás a la Madriguera con tus padres. Ya veremos como organizamos a los niños. – Hermione pasó un brazo por los hombros de Harry para darle apoyo mientras él se ponía en pie haciéndole un gesto.

Cuando ambos iban a salir de la casa dejando a Ginny allí para que recogiera las cosas y pasara aquella noche sola, ya que Lily estaba en la Madriguera, Hermione se dio la vuelta. – Pues que sepas, que Harry puede encontrar a alguien mucho mejor que tú. Ya sea hombre o mujer. ¡No sé como no pude ver que serías tan…! ¡Guarra! – Harry abrió los ojos ante el arrebato de su amiga mientras observaba como su futura ex mujer alzaba los hombros tomando una posa con demasiada dignidad a pesar de lo que había hecho y su contestación fue como una patada en el estómago para Harry: ‘No me arrepiento de lo que hice. Y Harry volverá conmigo, solo tienes que esperar, Mione.’ Hermione casi le escupe en la cara si no llega a ser porque Harry tiró de ella a tiempo para sacarla en la casa. Su amiga veía el vacío en los ojos de Harry y lo abrazó fuerte esperando que eso consolara al moreno. – Puedes quedarte en casa esta noche Harry. Ya hablaré yo con Ron. – Harry asintió mientras caminaba detrás de ella con la cabeza gacha.

 

 

En la mansión de Malfoy estaba un Neville bastante nervioso. Cuando Draco llegó se quedó mirando en el salón. – ¿Dónde has estado y qué has intentado hacerle? – Draco alzó ambas manos en modo defensa con su perfecta ceja arqueada. Luego caminó hacia el salón sentándose en el sofá mientras Nev se sentaba en el sillón frente a él. – Podrías contestarme. Vamos, Draco, no me hagas esto. – Draco tenía incluso ganas de reír mientras llamaba a un elfo con un chasquido de dedos. Este no tardó en aparecer con dos vasos, sabían a la perfección lo que cada invitado que tenía Malfoy tomaba por eso no dudaban en llevar esas bebidas.

Nev resopló. – Tranquilo, no le hice nada. Bueno, solo le di un beso como despedida. Así que no estuvo tan mal, bebimos, me contó su vida, le conté la mía y nos despedimos. – Nev casi se atraganta al escuchar que Draco había besado a Harry, mientras tosía y Draco con su estúpida sonrisa Slytherin se acercaba a él para darle un pequeño golpe en la espalda y Nev lo agarró de la camiseta, acto con el cual Draco solo resopló haciendo que le soltara para sentarse de nuevo donde estaba. – ¡Él no se quejó! No dijo nada al respecto, ni si quiera me pegó. Pero sí que lo siguió. – Asintió Draco con ese ego suyo mientras Nev volvía a casi atragantarse. Draco suspiró por lo susceptible que estaba su amigo en ese momento y se encogió de hombros.

Cuando Nev se calmó el que llegó por la chimenea de una forma nada elegante según pensó Draco era Theo buscando a su pareja. – ¿Se puede saber que me perdí para esta reunión? – Draco se echó a reír y señaló a su pareja el cual se puso rojo mientras Theo se acercaba a él para saludarle con un beso con el cual, el rubio se echó hacia atrás en el sillón poniendo cara de asco. - ¡Oh no! ¡Mundo cruel! ¿Qué hice yo para tener que ver esto? Ahora, ni se os ocurra follar en mi salón. – Nev abrió los ojos como platos mientras Theo negaba con la cabeza haciendo una pequeña mueca. – Lo mío no es que vean como se la meto a mi chico Draco. – A ese comentario Draco hizo una mayor mueca de asco mientras Theo reía y Nev se ponía cada vez más rojo.

Luego Dracó alzó ambas cejas mirando a Nev, los dos esperaban que hablara él ya que como lo hicieran ellos no llegarían nunca al asunto con eso de sus estúpidas bromas. Y pensar que ya tenían una edad como para hacer eso. – Pues resulta que ahora a tu amiguito… - Fue corregido rápidamente con un ‘nuestro’, que hizo rodar los ojos al chico. – Pues NUESTRO amiguito Draco, ahora se está empezando a empollar, por decirlo de alguna manera, de Harry Potter. – Theo miró hacia Draco y este se llevó una mano al pecho riendo después. – ¿Tú lo crees posible? – Theo asintió con la cabeza haciendo que Nev abriera los ojos de golpe y le golpeara en el brazo mientras se cruzaba después de brazos indignado porque ambos chicos se pusieran de acuerdo justo en ese momento. – Nev, cariño… Desde que empezaron el curso despuntaban maneras para acabar juntos. Aunque Harry diga que no. Se atraen. Ya sabes, polos opuestos siempre se atraen. ¿Y quién es más opuesto que nuestro querido Draco? – Nev se quedó pensando en eso que le estaba diciendo su chico mientras suspiraba encogiéndose de hombros. Seguramente ambos tenían razón y Harry era la persona correcta para Draco, quién le pudiera controlar y parara su estupideces diarias. Pero bueno, no estaba muy seguro de que pasara nada entre ellos. Harry era hetero, estaba con Ginny, y no podía poner la excusa de los hijos porque ellos y Draco tenían. Maldito destino.

 

 

Hermione y Harry estaban esperando a que Ron llegara. La tienda hacía una hora que había cerrado pero Fred acabó convenciendo a Ron para que se quedara a ayudarle en la trastienda a colocar unas cosas que habían salido despedidas cuando alguien, podía ser llamado George había entrado a por una cosa y tocó algo que no debía. Pero nada, allí esperaban mientras Hermione buscaba algún tema del que hablar pero Harry solo sonreía al verla así y negaba con la cabeza. – No hace falta que intentes conformarme, al parecer me lo busqué por trabajar tanto. – Hermione se quedó con la boca abierta y le abrazó de nuevo. Llevaba todo el día abrazando a Harry, pero no podía hacer otra cosa, bueno, sí, ir a su casa y echarle un pequeño maleficio a Ginny, pero Ron no se lo perdonaría. ¿Y desde cuando ella era tan vengativa? Tendría que mirarse eso.

Cuando Ron llegó no esperaba encontrar a Harry allí y al ir a saludarlo se fijó en la soledad que tenían sus ojos. Hermione agarró su mano y tiró para que se sentara en el sillón que se encontraba al lado del sofá en el cual estaban tanto ella como Harry sentados. – Ron, tenemos que hablar… - Aquellas palabras eran las palabras que todo el mundo odiaba, pero Ron aún más, y sobretodo si se las decía su Hermione. – Tu hermana Ginny no es tan buena como todos creéis, en serio. Engañó a Harry con Filius. ¡Con el estúpido ese! Y todo desde un año después de que naciera Lily. – Harry notó como alguna que otra lágrima al fin, después de tanto tiempo en shock caía por su mejilla, si su amigo no creía a Hermione, ahí estaba la prueba de que no mentía. Pero lo que a Harry le sorprendía más que no le dolía tanto como esperaba, era amor lo que sentía por ella. ¿No? Mientras Harry pensaba esas cosas sus dos amigos comentaban todo lo que había pasado, contándole Hermione hasta las últimas palabras que tuvo su cuñada.

 

 

Ron se quedó con la boca abierta. Harry en ese momento parecía estar en otro lugar. – ¿Puedo ir a ducharme? – Ambos asintieron no dispuestos a decirle nada más esa noche, bastante había pasado él solo como para que ahora siguieran con el tema. – Cogeré uno de tus pijamas si no te molesta Ron. – Ron negó rotundamente con la cabeza recordándole que era su hermano a pesar de lo que hiciera su hermana y que cogiera lo que quisiera. En la ducha Harry dejó escapar esas lágrimas que estaba conteniendo desde que había descubierto a Ginny y Filius en su cama. En su casa, no podría haber sido en la casa de él, no. Suspiró mientras apoyaba la frente contra la pared con los ojos cerrados. No podía ser verdad. Pero no solo eso, si no que Ginny ahora desaparecía de su mente para dejar paso a unos ojos grises que lo habían mirado con preocupación. Que lo habían tratado bien durante todo el rato que habían estado juntos y que lo habían impresionado cuando Draco Malfoy, ese estúpido le besó.

¿Lo peor de todo? Que le había correspondido. Una parte dentro de él se sentía de forma extraña cuando él se encontraba cerca. Se sentía nervioso e incluso dudaba como comportarse con él. Pero era un hombre y siempre sabía colocarse bien en la situación y sabía escapar bien de esas situaciones incómodas. Pero no había podido escapar del dulce roce de los labios de ese rubio. Suaves, firmes y que pedían y daban por igual. Astoria había tenido a un buen chico a pesar de toda la guerra que dio mientras estaban teniendo su curso allá en el colegio. Harry suspiró terminando de ducharme y colocándose el pijama que había cogido a Ron. Luego fue a la habitación de invitados, la conocía bastante bien ya que se había pasado muchas noches allí mientras reformaban su casa, bueno la antigua casa Black para que él pudiera vivir allí.

Se sentó en la ventaba observando la parte de atrás de la casa. Un gran jardín donde los hijos de Ron y Hermione jugaban a lo que quisieran, incluso cuando Hugo pudiera volar, jugaría al quidditch con Ron, con James y Albus e incluso con él mismo. Pero claro, estaba el trabajo de auror. Trataría de sacar más tiempo para poder estar con sus hijos y claro, mientras trabaja no tenía otra opción que dejárselos a Winry. Algún día superaría eso y Draco tenía razón, tenía muchos apoyos y se había ofrecido él también. Alzó ambas cejas al recordar eso y miró el reloj. Solo eran las 2 de la mañana. Suspiró pero aún así cogió un trozo de pergamino y comenzó a escribir:

 

‘A pesar de la que sucedió hace unas cuantas muchas horas, creo que necesito verte y hablar. ¿En el mismo lugar de hoy, te parece bien? Espero tu respuesta cuando puedas. Tú dirás el día y la hora.

 

                                                                                                                                                             Harry Potter.’

 

Usó la lechuza de Hermione ya que la de Ron tenía la costumbre de perderse y eso que no tenía nada que ver con la anterior. Draco dormitaba cuando una lechuza comenzó a llamar a la puerta de su habitación. Que molestia de animal. ¿No había otro momento para hablar con él de lo que sucediera? Pero aún así se levantó cogiendo la carta que traía. Se volvió hacia la cama tumbándose en esta y abriendo la carta. Cuando vio de quién era se quedó un poco en shock. ¿Harry Potter había decidido verse con él? Podría repetir lo que había estado deseando durante todo el día después de haber besado esos malditos labios que habían sido su perdición. Pero bueno, contestaría en la mañana cuando se fuera a trabajar, ahora, necesitaba dormir.

Notas finales:

Palizones, piropos, tomatazos, pedradas, cachetadas, queridos míos, todo por review, allí os espero.

 

Venga, animadme la tarde noche para que invoque a mi imaginación y delire en el siguiente capítulo(?)


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