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Vacīvus por OdiumAmoris

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Chapter IV

Realidad


 

Corroído por la traición, por sus bajos sentimientos, por la envidia que lo provocaban sus hijos... estaba realmente enojado y aquello le impedía ver la realidad. De entre todas las cosas que pensó que Sasuke sería capaz de hacerle nunca se le cruzó por su loca cabeza razonar que él podría tener hijos pese que desde que tenía conocimientos Sasuke así lo quería, por ingenuos y largos años aludía que tras la búsqueda de venganza él no tendría ni tiempo ni se sentiría identificado con ser padre pero grande era su sorpresa.

Quería ir a la casa, hacer como que nunca sucedió nada y aceptar a los niños como si fueran de él sin problemas pero cada vez que los veía pensaba en la mujer que había encandilado por momentos el frío corazón de su amigo, que había traspasado aquella coraza aún más lejana de lo que él hizo, se sentía en segundo plano y bastante angustiado por todo eso y sabía perfectamente que él no era así pero la ley general de su forma de actuar cambiaba al saber que Sasuke estaba en medio de aquellos sucesos; con Sasuke todo era distinto y bastante confuso, quería monopolizar su tiempo y ser él quien se ganara el corazón y pensamientos del  último Uchiha, quería ser él la única persona  importante y saber que alguien le había ganado iba en contra de todos sus pensamientos.

Estaba enamorado y a raíz de eso sus problemas personales se acrecentaban, quería... ¡quería muchas cosas pero no podía hacer nada! Dejó escapar un suspiro mientras intentaba leer el pergamino y tratar de no pensar en Sasuke pero le era imposible, la cabellera negra con reflejos azulados cruzaba por su mente como una burla a su inconsciencia, tenía que aprender a aceptar que ya no sería el primero... tenía que pensar que sin embargo él podría ser el más importante.


 

Aquella noche  lo tenía particularmente inquieto, no había podido dormir bien desde que dejó a sus hijos en su habitación, pero por mucho que quisiera llevarlos a su habitación aquello demostraría cobardía  y él -ni sus niños-lo eran, lo único que le quedaba era estar atento así  no durmiera en paz en días, pero sus cálculos habían fallado y se venció a los brazos de Morfeo con una presión en el pecho, sólo esperaba que entre el mundo de sus sueños nunca fuera demasiado tarde para despertar.

Un mal presentimiento, un horrible y angustiante mal presentimiento.

-Kaiya -murmuró mientras rápidamente se levantaba y sin hacer ruido se encaminó a la habitación de sus hijos -, bastardo -vociferó enojado cuando vio al ANBU empuñando la katana a sus durmientes hijos.

-Hn, nadie se dará cuenta, nadie los echará de menos a la familia traidora. Es la ley del más débil -por aquellas palabras Sasuke supo que el ANBU concretaría su egoísta deseo de matar a sus hijos y sin miramientos sonrió sardónicamente.

-Entonces, contigo no tendré piedad -y sin más lo atacó. Trataba de meter el menor ruido posible porque no podía irse de su lado, si así fuera él no sabía cuántos ANBU esperaban cumplir con aquella ‘misión'. Presuroso desenfundó a Chokuto  y trató de terminar lo más rápido posible aquella batalla, ya vería qué haría después con el cuerpo pero aquel estúpido shinobi no saldría caminando de su casa.

-Sabes cuál es tu debilidad Uchiha -Sasuke sonrió con sorna, él era el mejor no tenía debilidades a la hora de pelear, era fuerte y temerario lo cual significaba que no le importaba morir en una batalla-, tus hijos -y entonces comprendió que irónicamente no hablaba de fuerza o intelecto, hablaba de la vida.

Sorprendido apreció cómo los kunai no se dirigían a él e intercedió lo más rápido que pudo pero no pudo evitar el sonido que hacían al caer.

-¿Oto-san? -giró su vista para posarla sobre Kaiya quien despertó ante el contundente ruido del metal al caer.

-Duerme -murmuró tranquilo, aunque él sabía que muy por el contrario las cosas podrían colocarse peor.

-Son tu perdición, traidor.

-Abre una vez más tu maldita boca y verás dónde estará la próxima vez.

-¡Oto-san! -Kaiya tenía pensado despertar a Eri pero al ver la tétrica mirada que su padre le dio sólo se quedó mirando cómo peleaba con el ANBU, agarro el kunai que tenía debajo de su almohada por si acaso y temeroso lo escondió entre las sábanas, sus manos temblaban y sentía la ligera ansiedad apoderarse de él.

Sorpresivamente el ANBU volvió a intentar lanzar armas a sus hijos pero la finta se realizó tan a conciencia que se descuidó por dos segundos y el shinobi yacía al costado de su hijo quien lo miraba asustado.

-Muere -bisbisó con gracia y empuñó con gran satisfacción la katana sobre el menor quien sólo atinó a cerrar sus orbes.

Muerte...

-¿Estás bien Kaiya? -el menor abrió sus ojos temeroso y dejó de temblar al escuchar la voz de su padre tan cerca, lo primero que vio fueron las orbes oscuras y vacías que desde que tenía uso de razón pertenecían a Sasuke Uchiha, le sonrió demostrando que estaba bien y por unos segundos pensó que el idiota ANBU se había ido pero lo vio de pie, a espaldas de su Chichiue, quitándose la máscara con una elegante y satisfactoria sonrisa y su espada hundida en el torso de su padre.

-¡Oto-san! -ante el grito desgarrado de Kaiya, Eri terminó por ceder sus ojos pero antes siquiera fuera consciente de lo sucedido Sasuke activó su Sharingan y lo durmió tratando de armar menos alboroto.

-Estoy bien Kaiya, no te asustes -murmuró costosamente, estaba seguro que su pulmón estaba hecho mierda.

-¡Oto-san! -volvió a gritar pero sus orbes amatistas se abrieron sorprendidos cuando algo viscoso y carmesí resbalada por su mejilla: sangre. Levantó su mano y la dirigió hasta el lugar donde escurría pensando que estaba dañando pero aquella sangre no era suya -, Chichiue -quiso llorar y lo hizo, de sus grandes ojos comenzaron  a correr devastadoras lágrimas que se complementaban con la sangre que el mayor de los Uchiha expulsaba de su herida -, ¡CHICHIUE! -gritó con más vehemencia. Sasuke le quiso sonreír pero en su boca sentía el sabor a sangre, si no acababa con esto ahora no lo haría nunca.

-Hazlo Kaiya.

El menor no supo cómo, pero de un momento a otro aquel ninja yacía en el suelo, su estado de shock era sorprendente y por sus manos corría sangre... lindo líquido carmesí espeso y viscoso.

-Oto-san...

-Bien hecho hijo, ahora duerme -el Sharingan brilló y de allí en adelante todo se fue a negro.

Sasuke miró a su hijo con lástima, lo había vuelto a hacer. Miró el cadáver del ninja y sin miramientos lo pateó hasta que el cansancio: había sido su culpa. La cama estaba bañada en color escarlata por lo cual tomó a los niños y los llevó al baño en donde los ducharía, claro que antes se vería aquella herida en su pulmón, no quería ir al Hospital ya que se enterarían de todo lo que requería que evidentemente tendría que recurrir a su corto saber médico para expulsar la sangre que tenía en el  pulmón  y hacerse puntos.

-Esto no está bien -murmuró para sí mismo mientras llenaba la tina con nueva agua, ya que la anterior había quedado roja. Miró a los niños y suspiró con cansancio, sólo quería dormir y no despertar jamás.

Se iría de allí.

Al amanecer de aquella madrugada lo pillo observando el perfil de sus hijos y razonó lo inminente ya que por muy traidor que fuera él sabía que sus hijos eran inocentes, pero las personas no estimaban aquellas cosas. El primero en abrir los ojos fue Eri quien con su inocencia le sonrió castamente y se bajó de la cama para ir al baño.

-Buen día Chichiue -saludó el pequeño quien se restregaba sus orbes con los dedos.

-Buen día, vístete que iremos a desayunar -Eri sonrió y salió corriendo a su habitación y en aquel intervalo Sasuke despertó a Kaiya, nunca lo aceptaría pero tenía algo de miedo ya que los sangrientos sucesos de la noche anterior pudieron haberle provocado un trauma  y muy en el fondo sabía que era cierto, podía probar con borrarle la mente con el Sharingan pero hay cosas incluso más fuertes que un mero Dojutsu.

-¿Oto-san?

-Anda a vestirte, Eri está en el dormitorio -el menor de orbes violeta intenso lo miró por unos segundos como si nada hubiese pasado y el Uchiha mayor pedía entre absurdos ruegos morales que su hijo se haya olvidado de todo eso.

-¡Eri! -grito bajando corriendo de la cama para jugar con su hermano.

Si había algo que sorprendía al mayor era la capacidad que tenían sus hijos de jugar y reír entre ellos cuando él siquiera sacaba una mísera sonrisa de verdad, quizás fuera el hecho de que siempre los incentivo a ser normales y crecer sin parámetros, pero sea lo que fuese lo aceptaba de buena gana. Miró a través de su ventana y admiró por última vez lo que sería aquella aldea llamada en algún paraje de su vida hogar.

-¡Hoy quiero comer Onigiris!

-¡Onigiris, Onigiris! -vitoreaban ambos corriendo por la casa. El poseedor del sharingan asintió y bajó con algo de pesadez, sentía que en cualquier momento colapsaría ya que realmente estaba cansado de correr.

-Vayan a ver televisión, yo les aviso cuando esté listo.

-¡Sí!

Apoyó sus manos en la mesa y maldijo por lo bajo, él no era así.

Aquel día pasó sin penas ni glorias, llevó a los niños a recorrer por última vez el parque y a despedirse de los pocos amigos de juego que hicieron, les compró algo de golosinas y sin duda jugó con ellos a mojarse. Sintió la presencia de Naruto y Sakura por algunos lapsos pero se iban tan pronto evidenciaba que estaban con sus niños y él sabía que ellos no toleraban aquella traición. Quizás se iría al territorio de Akatsuki donde nadie merodeaba, realmente era conveniente no haber destruido sus bases cuando pudo.

-Vengan -exclamó con su serio mirar -, escúchenme bien... lamentablemente no nos podremos quedar aquí, así que preparen sus cosas y nos iremos al anochecer de Konoha.

Giró su rostro para no tener que ver las compungidas pueriles miradas y se volteó sabiendo de antemano que los niños le seguirían.

-Pero Oto-san.

-No Kaiya, quiero dormir y no lo he hecho en meses -los niños asintieron y cabizbajos siguieron a su progenitor quien les ayudó a empacar lo necesario.

-Es bonito aquí Oto-san.

-Nunca dije que no lo fuera, corremos peligro aquí y lo sabes bien Eri.

No dijeron nada más y esperaron el anochecer con tristeza. Su último día y podría descansar en paz.

Los pasos cortos de los niños y sus manos extendidas para sostener las pequeñas manos no  llamaban la tención a las dos de la madrugada por las vacías calles que transitaba, en su espalda llevaba un bolso y sus hijos también, cargado de mudas de ropas, mientras que él llevaba los pergaminos indispensables para vivir durante un tiempo sin molestar a nadie.

-¿Dónde iremos ahora? -cuestionó el gemelo menor mientras trataba de hacer conversación.

-Iremos a---

-¿Escaparás de nuevo?

Naruto.

-No puedo creer que nos traiciones por segunda vez -murmuró nuevamente la voz de pie  en un alto árbol en plena salida.

-Vayan a jugar -los menores miraron con cierto desagrado ya que poco podían jugar a esas horas, pero cuando el Bunshin de su padre les tomó la mano poco pudieron quejarse de que en esos momentos siquiera había luz para poder ver a su alrededor.

-¡Contesta maldita sea! -espetó el recién llegado rubio sin siquiera esperar a que los infantes se fueran.

-Sí, me voy -contestaba parcamente y se hacía el desentendido.

-¡Y lo dices así de fácil maldita sea! -rebatió indignado haciéndose paso para ir a su gran problema.

-No es algo tan difícil de comprender,  de hecho, creo que es de fácil entendimiento -el rubio frunció el ceño con desdén, aquello no estaba en sus planes, ¡había muchas cosas que no estaban siquiera pensadas.

-¡Esto es culpa de tus hijos!

-Es culpa de esta mierda de aldea.

-¡No insultes mi casa!

-Bien dicho usurontonkachi -masculló irritado afilando su mirada haciéndola más intensa y tétrica -, tu casa, no la mía.

Naruto miró detalladamente la expresión de cólera instalada en las facciones del mayor, más que miedo su expresión producía inestabilidad se veía tan decidido. Su ceño fruncido y el mohín indignado de sus labios, la rectitud de su espalda y la altivez de su posición, su voz enronquecida y suave y la fiereza y decisión: todo Sasuke... sus manos en las caderas y el vaivén de sus cabellos azulados, su maldita frialdad y aire imperturbable, su apariencia asesina.

-¿Qué quieres decir con eso? -espetó indignado tratando de no amedrentarse por aquella actitud tomada -, ¡Konoha también es tu hogar!

-Un hogar no intenta matarte.

-No esperes que te reciban con los brazos abiertos teme.

-No tratan de envenenarte.

-Eso es razonable.

-No tratan de matar a tus hijos.

-¡No exageres!

-No te atacan de noche.

-Teme.

-No Naruto... realmente pensé que podría pero no -se giró indignado tratando de olvidar aquella estúpida conversación.

-Bastardo no -trataba de convencerlo, no estaba dispuesto a dejarlo marchar sin antes pelear -, ¡Sasuke! -gritó exasperado por no hacerse escuchar. Su pecho se agobiaba al verlo irse tan campante y si a la buena no entendía, lo haría a la mala -; ¡No te irás así como así!

Fue demasiado rápido para preverlo  pero tanto Kaiya como Eri yacían agarrados en las piernas del mayor.

-¡No dejaremos que lastimes a Chichiue!

-¡Nunca más!

El pelinegro los miró sorprendido ya que tampoco los había visto venir, quizás demasiado abstraído en el chakra de Naruto para presentir el de sus hijos.

-Si quieres golpéanos a nosotros, ¡No a chichiue que quiere dormir!

Lo malo de los niños es que nunca se callaban.

-¿Dormir ‘ttebayo?

-¡Chichiue quiere dormir, por eso nos vamos!

-Sí, además que baka ANBU atacar cuando Chichiue está dormido.

-¡Basta! Kaiya, Eri nos vamos -tomó a sus niños en cada brazo y con una última mirada desapareció.

-¡Chichiue sangra de nuevo!

Aquello, fue lo último que escuchó de Eri cuando Sasuke desapareció en la penumbra de la Luna.

-¡Sasuke!

Cómo tan idiota Uzumaki Naruto... cómo tan idiota...


Notas finales:

Gaa ama este capítulo, es tan angustioso. Cuando escribo esta historia no puedo evitar pensar en que es completamente antagónico a Errores, en los cuales todos me pedían a un Naruto más seguro y un Sasuke más bastardo, pero increíblemente ahora quieren más a Sasuke que a Naruto xD.

Suprimí un par de escenas porque si no tendría que subirlo de rated y realmente no quiero, espero sus comentarios. Me perdonarán pero haré propaganda por unos segundos, será corto.

Auspicio un foro de ayuda al autor, como también dicho foro necesita colaboradores para información. ¿Qué hace el foro?: Da ayuda a escritores sean de Fiction u Originales de cómo estructurar una buena historia, lo que está bien o mal literariamente y da soporte. Más información en mi perfil. Espero que se pasen ;)

 

Post Data: Por motivos de la página -los cuales Gaa putea- pido disculpas por no poder colocar mis guiones largos.

-Gaa-


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