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La canción de los árboles por lizerg_chan

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Notas del capitulo: Gomen ne por la demora!!!!
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión
Parejas: SasuxNaru.
Advertencia: Este es AU (Universo alterno) Contiene Yaoi, Tragedia, Lemon.
Beta: Usarechan.
Aclaraciones:

Pixiës: Las pixiës o niñas flor, son las más pequeñas de las hadas. Veloces y tenues, generalmente sirven como mensajeras de otras hadas mayores. Siendo las más audaces, juguetonas y bromistas de las hadas, danzan no solamente en los días de solsticios, equinoccios y lunas acompañando a las hadas mayores en sus danzas rituales, sino que aprovechan cualquier noche para cantar alrededor de piedras antiguas o círculos de hongos.

Crynallaë: Se dice que ella es la encargada de tejer los cuentos de las cosas que habían sido; mora en los lagos donde se refleja el sol, la luna y las estrellas.

Banshees (g2;bænʃih0;, del gaélico bean sí, "mujer de los túmulos") forman parte del folclore irlandés desde el siglo VIII. Son espíritus femeninos que, según la leyenda, al aparecerse ante un irlandés, anunciaba con sus gemidos la muerte cercana de un pariente. Son consideradas hadas y mensajeras del otro mundo.
Elfos: son criaturas de la mitología nórdica y germánica que originalmente fueron considerados una raza menor de dioses de la fertilidad y representados como hombres jóvenes y mujeres de gran belleza que viven en bosques, cuevas o fuentes. Se les consideraba como seres de larga vida o inmortales y con poderes mágicos.

Las Nagas y las medusas salamandra son la misma especie

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Capitulo 05.- Elfos


Sasuke miraba atentamente al rubio –quien leía un libro apaciblemente –, recargado en su tronco, al resguardo de su sombra. Cinco hadas pixiës*, con apariencia de niñas jugaban y revoloteaban alrededor del Uzumaki, de vez en cuando las pequeñas hadas jalaban al rubio del cabello –sin lastimarlo –, llamando su atención.

— ¿Qué sucede ttebayo? —preguntó el rubio a las niñas flor* (como también eran conocidas). Las pequeñas le sonrieron invitándolo a jugar.
—Juega con nosotras, juega con nosotras —pidieron las pixiës.
—Dejen a Naruto en paz —habló Dyfde, quien descansaba en una de las raíces que sobresalían de la tierra.
— ¡Juega con nosotras! —chillaron las pequeñas, ignorándola olímpicamente.
—Lo siento chicas pero no me siento muy bien ttebayo —se disculpó el rubio, lo que ciertamente preocupó al hada mayor, pues se había percatado de la palidez del chico.
—Es mejor que vayas a descansar —le dijo Dyfde colocando una mano en la mejilla del rubio.

Caliente… tenía fiebre, de eso no le cabía duda y era de esperarse, estaban en otoño; esa mañana en particular era muy fría.

—Pero… —intentó protestar el rubio.
—Haz lo que te dice, dobe —habló Sasuke apareciendo frente al rubio —. Si te quedas podrías enfermarte más.
—Y ya no podrías ver a Sasuke —agregó Dyfde siendo coreada por las pixiës.

El rubio suspiró derrotado, tomó sus cosas y se preparó para regresar a la casa.

—Nos veremos después ttebayo —se despidió desganado, encaminándose a la casa, seguido de las pixiës quienes se habían convertido en su compañía permanente al igual que Dyfde.

—Los humanos son tan frágiles —se lamentó la holda con una mano en su mejilla derecha y una expresión de preocupación en el rostro.
— ¿Se recuperará? —preguntó Sasuke.

Dyfde era de los pocos que conocían al azabache y la única –aparte de Beld –, con la que se abría completamente, mostrando sus sentimientos y preocupaciones.

—No lo sé —respondió el hada —. Escuche del humano que lo atiende que si bien su estado es delicado, parece haber encontrado una fuerza que no le permite caer —Dyfde le sonrió maternalmente —. Estoy segura que esa fuerza eres tú, Sasuke.

El aludido no le respondió, tan solo continuó mirando el objeto que los separaba del rubio.

Dentro de la casa, Naruto había sido recibido por su dama de compañía; una hermosa joven de cabello castaño y ojos café.


—Joven Naruto no debería estar afuera con este frío —lo regañó la joven —. Ya tiene fiebre.
—Estoy bien, Tenten —le aseguró el rubio —. Solo necesito descansar un poco.

La joven suspiró pesadamente; de nada servía reprenderlo. Ya suficiente tenía el pobre con todo lo que estaba pasando.


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Las hadas, duendes, elfos y otras criaturas guardianas de la naturaleza se encontraban reunidos alrededor de Beld. El duende los había convocado con la esperanza de que, alguno conociera la forma de ayudar a Sasuke.

— ¿Para que nos has llamado? —preguntó Crynallaë, la dama del lago.
—Es acerca de uno de nuestros hermanos caídos por la mano humana —respondió Beld con parcimonia.
—Conoces bien las reglas —habló el rey de los elfos —. Los caídos deben permanecer en las memorias que Crynallaë teje.
—Lo sé —Beld cerró los ojos y dejó escapar un suspiro; sabía que sus palabras lastimarían a cierta persona —, aun así no puedo seguir callando… Sasuke ya ha sufrido lo suficiente.
— ¡¿Sasuke?! — exclamó otro elfo; en apariencia era un joven de no mas de 17 años, cabello corto y negro, de ojos de igual color — ¿Qué ha sucedido con él?
—Fue sellado por una humana y ahora es un olmo.

Las Banshees lloraron la suerte del azabache; las hadas y los demás se lamentaron en silencio.

El elfo pelinegro se acercó a Beld, arrodillándose para estar un poco más cerca de su altura.

— ¿Itachi está con él? —el duende se encogió de hombros, miró al elfo con tristeza.
—Lo siento mucho, Sai —las pocas esperanzas del pelinegro se derrumbaron —. Solo Sasuke sobrevivió.

El elfo se hubiese dejado caer de rodillas de no ser por que ya lo estaba. Su cuerpo temblaba ligeramente, su corazón parecía querer salir de su pecho.

El lamento de las Banshees aumentó, ocasionando la desesperación del pelinegro quien gritó para callarlas.

Sai había sido la pareja elegida por Itachi y su amor perduraría hasta el final de los tiempo (algo normal entre los de su especie, quienes solo tenían una sola pareja en sus vidas).

Beld les explicó lo que había sucedido. La cruel batalla en la que habían participado los dos elfos. Itachi había luchado con un anciano sacerdote de inmenso poder; si bien había logrado acabar con el viejo, esto le había costado la vida. Sasuke había logrado herir a la sacerdotisa pero no sin que ésta lograra sellarlo antes de morir. Los recuerdos del elfo menor habían sido también sellados o quizás destruidos.


—Por muchos años Sasuke vivió sin saber su verdadero origen. No le interesaba nada y siempre ocultaba sus sentimientos —arguyó el duende —, hasta ahora…
— ¿Qué quieres decir con eso? —preguntó el rey de los elfos; el monarca también estaba sufriendo casi tanto como Sai.
—Hace algunos meses conoció a un joven… un humano.
— ¡¿Un humano?! —chilló una arpía.
—No es tan catastrófico —dijo una mujer; la mitad de su cuerpo era de una serpiente, su torso era el de una mujer, sus cabellos eran lenguas de fuego y sus ojos eran dos carbones encendidos.
—Era de esperarse de una medusa salamandra —acotó un Gnomo; era del tamaño de un duende. Era escuálido, con la piel gris, ojos llorosos, de gran nariz moqueante, calvo. Vestía un gorro rojo largo hasta los pies y un saco de vestir verde acompañado de un moño también rojo —. Los humanos son el veneno de este mundo; arrasan nuestros hogares, matan a los animales por diversión y talan los árboles indiscriminadamente —les recordó —. Todo esto es gracias a ustedes, nagas del fuego. Ustedes traicionaron a los suyos, son peores que la basura humana.

La aludida se irguió amenazante. No estaba dispuesta a permitir que una criatura tan patética insultara a las suyas.

—Es suficiente —habló una Dríada —. No estamos aquí para hablar de lo bueno o malo que son los humanos —el hada miró a Beld, regalándole una hermosa sonrisa —. Beld, por favor continúa.
—Sasuke desea poder tocarlo y estar con él más allá de los límites de sus hojas y raíces —explicó el duende con parcimonia.
—Lo que Sasuke desea es difícil, pero no imposible —dijo el rey de los elfos haciendo que Beld sonriera casi imperceptible.


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El universo es un dragón de todos colores y ninguno,
Cuyas escamas son las galaxias y los mundos.
La madre Mar es un Unicornio Primordial y sus estrellas
Son pozos dorados de calor y vida en su oleaje.
Uno de los mundos, escama de Dragón-Universo,
Es otro dragón que se muerde la cola
Y al que le crece vida, y esa vida es
La Madre Tierra nuestra, hija de la madre Mar.

Canturreaban las pequeñas pixiës mientras revoloteaban por toda la habitación. Naruto las miraba desde la cama junto a Dyfde.

Una de las escamas del dragón- mundo
Es un Dragón de Hiedra que es el bosque,
Y su amada es la hija de la Madre Tierra,
Un Unicornio que es también la Reina de las Hadas.
El Dragón de Hiedra y la Reina de las Hadas
Han tenido muchas hijas e hijos inmortales
Que habitan en los rincones de las florestas
Y que a veces se asoman a los valles de los hombres.

Naruto estaba confundido por las palabras de las hadas pero no tenía el valor de interrumpir su canto. Se veían tan alegres que le daba pena interrumpirlas

Las más hermosas y señoriales de sus hijas
Son las cuatro hadas de las estaciones,
Que durante la luna llena son generosas y benévolas
Y durante la luna oscura son caprichosas y peligrosas.
Al Norte habita la Dama Blanca,
El hada medusa del invierno,
Que petrifica el aire en nieve
Y duerme a los animales bajo tierra.
Al Este se halla la Dama de colores,
El hada de oro de la primavera,
Cantora del sol y de los pozos de la vida,
Que despierta cada año reverdecida.

—Es la balada de las hadas —dijo Dyfde al notar la confusión del rubio —. Cuenta nuestra historia y la de nuestros padres, hermanos y de la historia misma de nuestro entorno.

Repentinamente deseó saber más sobre todos esos maravillosos seres que lo rodeaban y parecían querer aun más que sus propios padres.


Continuará…

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