Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bilogía por OdiumAmoris

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

|Murder’s Notes: Este es el último capítulo de Bilogía. Disfruté mucho escribiendo la relación de Sasuke y Deidara, sobre todo lo salido de Deidara x’DD. Espero que disfrutéis como yo lo hice. Otra cosa: Esto está catalogado como apto para mayores de 18 años; Greetings.

|#Track: The way you want it – Keane.

No se olviden de pasar por Murder.webs~ 


Le dolían los antebrazos y las muñecas, aquellas que estaban firmemente amarradas al cabezal de la cama de Uchiha Sasuke. Sus cabellos rubios se enredaron tratando de disipar aquel dolor sublime y adictivo que recorría su parte baja mientras que los tobillos eran mancillados con los restos de su ropa y una corbata coléricamente sacada del cuello del menor, jadeo cuando algo desconocido usurpó los nacarados dedos de su novio y comprendió que quizá era demasiado tarde para pedir algo de  compasión —y aunque no lo fuera— su orgullo era demasiado grande como para siquiera reflexionar que diría palabras de eterno amor incondicional o sumisión.

Le gustaba lo duro.

Sus zafiros orbes ardían con el peculiar escozor de aquel  que sabe que va a llorar, pero reprimió sus ganas ante la inminente sorpresa que aquel pelinegro menor que él sacaba un singular juguete dentro de su mesa de noche.

“¿De dónde demonios consiguió eso?” —fue su primera impresión al ver la cantidad de artilugios que el Uchiha poseía.

—Te develaré un secreto —murmuró ronco el Uchiha mostrando un juguete en particular —, tuve una relación con Naruto hasta que te convertiste en mi novio, éramos muy precoces.

IV – Hedonista

Deidara miró con odio a su pareja, ¡así que tenía razón! Aquel bobalicón rubio sí había posado aquellas asquerosas manos en la pulcra piel de Sasuke. Sintió su entrada expandirse con una facilidad pasmosa y —entre excitado y asustado— miró con fieros orbes al Uchiha quien le mostraba una botella de dimensiones normales, exceptuando el hecho de que no se veía el contenido.

—Naruto, muy por el contrario de ti, le gustaba jugar a cosas más fuertes, por lo cual nos surtimos de buen material. Lo que te estoy suministrando cariño es afrodisiaco; pero tú —suspiró con impaciencia al ver como la entrada de Deidara se ampliaba y contraía sola con más vehemencia — eres erógeno completo. Siempre quise probar esto contigo.

El rubio admitió que si bien le iba lo duro —como una noche salvaje en la cual Sasuke procuraba darse placer solamente a él desgarrando su interior— aquello simplemente sobrepasaba sus acciones de sodomía. Gimió al ver lo que parecían ser bolas chinas bastante grandes  y como luego el menor se perdía entre sus piernas, las sintió frías adentrándose y pensó que le costaría más adaptarse a aquellas grandes cosas obviando el hecho de aquel lubricante y la anterior botella semi-vacía que yacía cerca del Uchiha.

—Estas tienen un truco —murmuró el menor complacido al ver las dos adentro y poder apreciarlas como él quería. Le colocó una expansión anal y con gracia le mostró un pequeño control al muchacho que siquiera podía moverse de aquel lugar —. Estas vibran, Deidara.

Oh, y claro que lo sintió. Chocaban entre sí y su intestino sobre estimulado comenzó a segregar líquido, por instantes pensó que era sangre mas cuando el Uchiha sonrió obsceno apreciando su cuerpo por lo menos supo que lo disfrutaba, en un acto extravagante Sasuke lo giró dejando bien en alto sus caderas tendiéndolo boca abajo, brusco saco aquel juguete de su interior y luego rebusco con la vista un pequeño tapón que lo colocó justo en su orificio: le molestaba.

—Aquello evitarás que te corras.

—¡Maldito! —chilló harto de toda aquella jugarreta —, no utilizas lo que tienes entre piernas porque sabes que no me darás placer —intentó hacerle daño a su ego pero lo único que logró fue una fuerte sardónica risotada antes de que le mostrara una funda cilíndrica de plástico  morado con muchas pelotas afuera, tenía orificios por ambos lados  y el rubio arqueó una ceja confuso.

—Mira cómo se usa esto, Deidara —el mayor gimió sorprendido, una vez más, cuando el Uchiha se lo colocó en su más que erecto miembro exhibiéndole así una esplendorosa vista —, pero antes que el mío entre, quiero que pruebes uno de mentira.

Aquel dildo era monstruosamente grande.

—¡No Sasuke, no caerá! —gritó una vez más intentando moverse de aquella cosa.

—Naruto dijo lo mismo... pero él sí me dejó —¡Oh lo estaba comparando! Afiló su mirada antes de —con vergüenza— levantar sus caderas y no mirar aquello que temor le producía por su anchura y largura —. Muy bien,  pero antes utilizaré esto para agrandar aún más —sonaba como todo un pervertido, y poco le importaba.

Para Sasuke aquello sería el castigo perfecto, siempre fue paciente con su novio —más de lo que solía ser con muchos— soportó espectáculos de celos en pleno centro comercial, aguantó que tratara de alejarlo de su mejor amigo y compañeros y —lo que es peor— no le decía nada con sus salidas ‘extrañas’ donde más de una vez había llegado con una marca que él no le hizo, fue indulgente más allá de lo racional y no se agarró con ninguno de sus amigos pero el show a las afueras del colegio no lo pasaría por alto de ningún modo, de ahora en adelante Deidara tendría un sistema de castigo y recompensa tal y como una mascota.

En cambio para Deidara todo aquello era nuevo, perderse en la impaciencia y lujuria, abandonarse en los brazos del placer y otorgar efímeros momentos de gula. Lo veía, en aquella mirada que le profesaba el Uchiha, quería comerlo entero, devorarlo hasta saciarse de él mientras que se erguía majestuoso en su vista... y él sencillamente se quería dejar hacer, anhelaba que el menor lo contagiara de aquella fogosidad. El saberse deseado a niveles inhóspitos era lo más orgásmico que pudo haber planeado, sólo más de Sasuke, más de aquellas emociones que arrasaban su corazón llenándolo de una vorágine sin igual, aprisionando su bajo vientre con ponzoña y gimiendo descaradamente para él, solamente él.

—“Sasuke” —más de él, su único sentido por ahora. Alzó sus caderas descaradamente antes de perderse en aquellas sobreexcites que desmenuzaron todo, dejando incluso el tacto y olfato mermar para sólo presentir al Uchihas sobre sí, tocándolo, mirándolo, saboreándolo, comiéndolo...

Admiró casi con gula el orificio de su novio agrandarse, carmesí por dentro dándole la bienvenida a lo que él quisiese hacer, por lo cual sin demora, introdujo aquel instrumento de satisfacción sexual con cuidado pero sin dejar que el otro se moviera. Su novio se remeció molesto por el ingreso de aquella cosa pero su interior se sentía aún más caliente de lo que creía, se acomodó aún más para recibirlo mejor y esperó hasta que las contracciones de sus músculos dejaran de apresar aquella cosa inanimada con tanta fuerza.

—Y-ya pue-des —anuncio hiperventilando un poco, el Uchiha comenzó a mover aquel dildo en círculos, expandiendo su entrada tal y cual como lo hacía cuando tenía relaciones, y pronto comenzó a adentrarlo todo lo que daba.

—Espera —murmuró extasiado el pelinegro —, deja grabarte.

—¡N-no!

—No se lo mostraré a nadie, Deidara, pero mejor aún: esto me da más morbo —sintió el traqueteo de cosas lanzarse sin compasión hasta que frente de la cama —y con esfuerzo por estar bocabajo— apreció la cámara en una mano del Uchiha —. Bien, ahora así —sin más comenzó a mover aquella cosa de adentro hacia afuera como correspondía enterrándola aún más en sus entrañas para luego sacarla durante un tiempo y volverla a  ingresar con toda la fuerza que podía hasta que el Uchiha la dejó bien insertada en su interior —, Dios Deidara, eres completamente puto —mientras tanto el Uchiha grababa en su totalidad como aquella entrada, antes más pequeña, se tragaba con gula aquel instrumento.

—S-sasu, sácala —jadeo el mayor agotado por todo aquello.

—No amor, eso se quedará dentro tuyo hasta que el mío lo suplante —el rubio lo miro sonrojado, pero totalmente colérico por todo aquello.

—¡Mételo de una vez!, no me gusta sentir nada que no sea tuyo —agregó colapsado olvidándose de que él no era meloso, ni mucho menos demostraba amor por su pareja.

—Que tierno Dei-chan —añadió altanero el menor —, pero es demasiado tarde —una vez más el de obsidianas se negaba a la petición —. Ahora escúchame bien, Deidara. Te desataré pero tú serás un perrito obediente, ¿está bien? —el de zafiros asintió con la clara intención de obedecer, tenía sus extremidades acalambradas y cuando las percibió por fin libres se dio vuelta teniendo cuidado con no cerrar sus piernas viendo al producto de su libido  aumentar, a la vez que su lado sumiso se acrecentó a un ciento por ciento viendo el rostro níveo del menor, con aquellos pectorales que lo encandilaban y su rictus de socarronería.

Sus piernas por sí sola se movieron colocando la planta de sus pies en la cama y agarrando sus tobillos para que estas estuvieran lo más cercano posible a sus caderas.

—Eres demasiado morboso, Deidara —el Uchiha aún no soltaba la cámara por añorar grabarlo todo y después revivirlo en sus noches desoladas en aquella  habitación, su mano vago desde el cuello del universitario hasta sus partes nobles apretándolas con saña antes de seguir bajando y bordear su entrada con sus pálidos dedos —, empuja —vocalizó aguardentoso por  la pasión —, saca aquello que tienes en tu interior sin tus dedos.

El de largos cabellos asintió comenzando a contraer y expandir su entrada tal y como Sasuke quería dejando poco a poco que aquella cosa saliese de su interior algo agotado.

—Chúpalo —ordenó el pelinegro señalando su miembro con aquel juguete que aún no se sacaba. La boca de Deidara se abrió para recibir sin piedad  el vigoroso pene del Uchiha e irónicamente le gustaba sentir aquellas pelotitas en su boca, se movían rosándole toda su boca sin dejar nada libre —. Y-ya —jadeando aquella palabra le pidió al rubio que alzara sus piernas a la altura de sus hombros para poder ingresar en él —... creo que un poco de esto no nos hará mal —el Uchiha dejó correr por las entrañas de su pareja lo que quedaba de aquel líquido antes de adentrarse sin compasión sintiendo que todo lo que rosaba y lo fuerte que apretaba Deidara su pene.

—E-estás dentro —murmuró caliente el uke.

—Todo, ahora relájate para que pueda moverme —su vientre se contrajo con las primeras embestidas que lo único que lograban era hacerlo gemir más alto el nombre del moreno. Instaló sus piernas en los hombros del Uchiha ayudándole a llegar más adentro mientras que él mismo contribuía en contraerse y expandirse para que todo fuese más placentero, su colapsada próstata parecía mandarle impulsos a su columna que se arqueaba cada vez de manera más impúdica.

—¡Más! M-más fuerte maldita sea —el Uchiha en un claro gesto de disconformidad por no llegar más profundo dio vuelta a su amante, alzó sus caderas con furia y volvió a quedar preso de aquel anillo de músculos. Sí, ahora sí estaba bien dentro.

—Muévete —bisbiseaba Sasuke cegado por la delicia de aquel cuerpo ladino.

Su novio comenzó a menearse torpe  pero deseoso de más contacto, desesperado porque aquellas rudas embestidas repercutieran sólo en su interior.

—Vamos Sasuke —rogaba el rubio en un acto único, y el Uchiha agradeció enormemente que todo quedara tangible en su cámara  —, d-dame más duro.

—Okey amor, tú lo has querido. Gemirás como nunca mi nombre.

Sasuke colocó la cámara en la cama señalando el pene de Deidara y deshaciendo el zoom para que se apreciara la brutalidad de sus embestidas por aquel cuerpo bajo el suyo. Ingresó fuerte y salió de igual manera percibiendo cómo aquel juguete —que si bien le daba más placer a ambos— rozaba las entrañas de Deidara, impedía que todo fuera más rápido por lo cual se lo sacó rápido dejando su apresado miembro libre y listo para más acción. El calor en el ano del rubio era mucho, casi malditamente demente, los ruidos indecentes de sus testículos golpeando el trasero de su amante era lo que más le ponía, de vez en cuando su mano golpeaba con rudeza la nalga de su pasivo mientras que el otro lo único que sabía pronunciar era su nombre y más, mucho más.

—¡Ahí! A-hí... de nuevo ¡Sasuke! —jadeaba una vez más. El Uchiha sin retractarse dejó que sus manos viajaran para la intimidad de su pareja, sacó aquel tapón  y comenzó  a mastúrbalo.

—Hoy me correré dentro de ti, y tú no lo harás antes que yo, ¿entendido? —habló rápido para luego volver a respirar y menearse con vehemencia. Su cama que otrora estaba ordenada, ahora se percibía la fragancia de sexo y sudor, líquidos de dudosa reputación y candente como hasta ahora se habían mantenido aquellos cuerpos hasta estos momentos. Se movía, todo a su alrededor era vertiginoso, su ingle punzaba molesta y dolorosa mientras que su dureza parecía querer mermar al lanzar líquido pre-seminal; golpeó con más saña el interior del de orbes zafiros prolongando unos segundos más su orgasmo que llegó en un pleno nirvana en que su vientre se contraía molestamente y sus músculos se tensaban aún más, siguió moviendo sus caderas manchando todo el interior del rubio tanto como él quería, y cuando supo que de él ya no quedaba nada más que un momento pasional y vivido dejó que Deidara soltara su semen sobre las sábanas ya no tan impolutas como antes.

Uchiha Sasuke se tiró a un lado completamente agotado viendo la hora de reojo: 12:35 am, durante más de cuatro horas había estado jugando con Deidara y realmente le había gustado; apreció el cuerpo entero del contrario completamente magullado por sus labios, manchado por su esencia y perfectamente entrenado como un amante.

Un perfecto lavado de cerebro.

—Deidara —lo llamó el  menor suavemente, envolviéndolo de su voz pasiva y calentándolo con su cuerpo contra el suyo —, de ahora en adelante me harás caso ¿está bien? —murmuraba complacido y amoroso —, todo lo que yo diga —bisbisó con maldad acariciando las largas piernas contrarias perdiéndose en los muslos nacarados acariciando sin pundonor alguno aquella zona en extremo delicada y ya sensible al tacto. Su rubio gimió asintiendo escasamente antes de perderse en lo febril de aquel cuerpo pegándose al suyo.

Era vil el hecho de pensar cómo cambia una persona al sentir un placer corrosivo, inadmisible y adictivo, sabía cuán cambiado se volvería aquel impulsivo chico haciéndole todo aquello que se había guardado para sí, y como siempre el egoísmo obnubiló sus pensamientos sólo dejando su ego arrasar y destruir todo lo que había cimentado con Deidara para tener algo nuevo, con más confianza y lealtad, sólo hacía falta anular cualquier otro pensamiento que no fuera él en la mente del artista, reventarlo con su presencia y hacerlo dependiente tal y como él quería.

Un lavado de cerebro perfecto.

Admiró aquel cuerpo en plena oscuridad pasando sus avaras manos por aquella piel, marcando con sus labios aquellos rincones que no pudo tocar para luego abandonarse en el onírico mundo que sería de ahora en adelante.


El día lunes, cuando volvió al colegio, cavilaba que no todo sería como antes, que sus compañeros pensarían lo sumiso que era absteniéndose de decirles algo hasta que llegara la hora de salida. Naruto como siempre iba a su lado molestando o rememorando hechos pasados a los cuales sonreía con sorna, en su auto —como recordaba desde que salían— Deidara se erigía escuchando su I-pod pasivo, su mirada era más sensual de lo que recordaba y se movía suavemente embriagándolo con su sola presencia.

—Bastardo, ¿no te hará un show ‘ttebayo? —el moreno sonrió antes de negar, alzó su mano haciendo un gesto para que el rubio se  acercara y antes de llegar Sasuke contestó.

—Míralo bien, inútil, Deidara ya pasó a ser de mi propiedad —su rubio amigo enarcó una ceja.

—¿Qué pasa? —indagó curioso su amante omitiendo a Naruto de allí.

—No, Deidara, ya te dije cómo tenías que llamarme —el artista asintió avergonzado antes de agregar de nueva cuenta.

—¿Qué desea, a-amo? —bisbisó nuevamente bajando su mirada.

—Buen chico, te daré tu premio en casa.

Los orbes de Deidara brillaron mientras corría al auto esperando que la puerta fuera abierta: una mascota obediente. El Uchiha desapareció con su novio entre observadores extrañados, mientras que el de marcas en las mejillas sonreía con añoranza.

Sasuke no tenía nada de malo en la cama, era normal, exceptuando el hecho que era un hedonista nato que gustaba ver disfrutar de maneras desmesuradas a sus parejas, aquello era tan absorbente, agotador y placentero que sin duda alguna no dudaría en ningún momento en pedir una segunda oportunidad cuando Deidara se aburriera —cosa que no ocurriría—, y estaba seguro que Sasuke tampoco estaba aburrido de aquel rubio caprichoso.

Lamentablemente aquella vez él había perdido, Sasuke era de Deidara y nadie más... se preguntaba si el Uchiha aún le gustaría hacer sesiones de bondage o la sutileza del voyerismo.


 

Notas finales:

|Sin duda alguna, cosas que agradezco, son los juguetes sexuales xD. Soy un fetichista por excelencia, poner a Sasuke así es orgásmico. Anyway, nos veremos en otros escritos ;)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).