Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La canción de los árboles por lizerg_chan

[Reviews - 83]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Lemon! Lo prometido es deuda

 

 

<!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Cambria Math"; panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:roman; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1610611985 1107304683 0 0 159 0;} @font-face {font-family:Calibri; panose-1:2 15 5 2 2 2 4 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1610611985 1073750139 0 0 159 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-unhide:no; mso-style-qformat:yes; mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:11.0pt; font-family:"Calibri","sans-serif"; mso-ascii-font-family:Calibri; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:Calibri; mso-fareast-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Calibri; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi; mso-fareast-language:EN-US;} .MsoChpDefault {mso-style-type:export-only; mso-default-props:yes; mso-ascii-font-family:Calibri; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:Calibri; mso-fareast-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Calibri; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi; mso-fareast-language:EN-US;} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:35.4pt; mso-footer-margin:35.4pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} -->

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión

Parejas: SasuxNaru.

Advertencia: Este es AU (Universo alterno) Contiene Yaoi, Tragedia, Lemon.

Beta: Usarechan.

Aclaraciones:

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

Capitulo 8.-Hermoso regalo

 

 

Sasuke se colocó a horcadas sobre Naruto; devorando sus labios con si fuese la cosa más deliciosa y para él, lo era.

 

Ninguno de los dos había experimentado antes aquel contacto, era algo que los ponía un tanto nerviosos; sus cuerpos ardían con la intensidad del mismo fuego que parecía concentrarse entre sus piernas en una deliciosa tortura.

 

—Sasuke… si esto es un sueño no quiero despertar nunca ttebayo —dijo el rubio entre gemiditos de placer.

 

El azabache sonrió dulcemente; él también pensaba lo mismo que el rubio. Estar tan cerca del ojos zafiro, tocarlo, sentir su calor y degustar su sabor era como un sueño, uno del que no deseaba despertar.

 

—No lo es —le aseguró y se aseguró a si mismo —. Puedo sentir tu calor… oír tu corazón —Naruto sonrió cerrando los ojos, él también era capaz de sentir a Sasuke; era una calidez agradable.

—Te amo —susurró el rubio antes de atrapar los labios del azabache en un apasionado beso que rápidamente se fue volviendo demandante.

—Yo también —respondió el espíritu entre besos.

 

Las manos del espíritu recorrían la tersa piel morena por debajo de la ropa deteniéndose en las tetillas para masajearlas.

 

Las ropas fueron retiradas lentamente, disfrutando cada parte de piel que quedaba expuesta ante las ardientes manos hasta despojarse por completo de las molestas telas.

 

La boca de Sasuke bajaba dejando un húmedo camino hacia su pecho, lamió muy casualmente la ya erecta tetilla para luego morderla haciendo escapar de la boca de Naruto un gemido más de placer que de dolor.

La respiración de Naruto era acelerada y miraba extasiado como el azabache disfrutaba torturando sus rosadas tetillas, primero una, luego la otra.

El joven espíritu volvió a atrapar los labios del rubio en un beso apasionado. Sasuke soltó sus labios y empezó a besar el cuello, el pecho, su bien formado abdomen, metiendo su lengua en el ombligo de Naruto, robándole otro gemido. Sus osadas manos siguieron el camino descendiendo hasta tocar el sexo pulsante del chico.

 

Naruto cerró los ojos cuando sintió esto, a pesar de lo bien que se sentía le causaba cierto nerviosismo.

—No te preocupes… todo estará bien —le susurró Sasuke al oído causándole un agradable cosquilleo.

Naruto nunca lo había hecho antes con un hombre o mujer, así que la sola idea lo ponía nervioso y algo asustado, al darse cuenda de que Sasuke era grande allá abajo.

 

El joven humano empezó a responder a las insinuantes caricias, sus manos rodearon al azabache y recorrían el esbelto cuerpo que le era ofrecido en ese momento y para siempre. Sus manos acariciaron la sedosa espalda y por voluntad propia ellas siguieron bajando hasta que encontraron sus suaves y carnosos glúteos, era difícil imaginarse que el dueño de ese cuerpo tan perfecto era de un espíritu.

Sasuke sintió las caricias de Naruto en su trasero mientras su boca recorría su cuerpo. Frotó su miembro entre los muslos de Naruto, ambos comenzaban a ponerse dolorosamente duros.

 

El rubio sintió el insinuante movimiento del azabache y la deliciosa sensación de sus dos miembros frotándose.

 

Tuvo que contenerse para no gemir muy alto cuando sintió que la boca de Sasuke tomaba todo su miembro dentro de ella.

—Sasu... —pero una corriente recorrió su cuerpo, haciéndolo arquear la espalda cerrándole la garganta. El espíritu lamió desde la base hasta la punta, muy tentadoramente, lo suficiente como para excitarlo más, pero no al punto de completar su satisfacción.

Sasuke lo cogió con la mano y empezó a masturbarlo mientras veía el ruborizado rostro de Naruto. El jadeante chico abrió los ojos ligeramente y se quedó mirando al azabache.

—Su... Sasuke... —rogó entrecortadamente.

— ¿Qué es lo que quieres, Naruto? —Naruto alzó su mano y tomó el rostro de Sasuke para atraerlo hacia sí y besarlo. Lo deseaba tanto, quería sentirlo dentro de sí, ser uno solo.

 

La suplicante mirada del rubio era suficiente para saber lo que quería y Sasuke se lo concedió, tomó su miembro con su mano y luego lo puso todo en su boca empezando a chupar con todo, deleitándose con los pequeños sonidos que escapaban de su boca.

—Ahhh...  —el rubio jamás había experimentado algo parecido, era tan agradable y tan excitante que difícilmente podía respirar.

Sasuke era realmente hábil con la lengua, tanto que Naruto se sentía completamente indefenso y sus caderas empezaron a moverse al ritmo del azabache; su cuerpo se retorcía de placer, de pronto, algo ocurrió dentro se sí, fue como si algo dentro suyo explotara y sintió como algo abrumador tomaba poder sobre todo su cuerpo mientras podía sentir el líquido de su pasión abandonar su cuerpo llenando la boca del azabache con su semilla.

Cuando recuperó la conciencia sintió que Sasuke aun estaba ocupado en él y bebiendo como si realmente disfrutara en hacerlo. Su respiración era aun difícil pero trataba de ganar algo de aire y no se movió para que aquella sensación que tomaba su cuerpo se quedara ahí un poco más. Naruto sintió que Sasuke dejó su sexo y empezó a subir, deslizándose por su cuerpo hasta llegar a su boca y robarle un profundo beso.

Naruto no podía creerlo, no hacía ni dos minutos que había tenido un orgasmo y Sasuke lo estaba excitando nuevamente con sus hábiles manos. Sintió que la mano del azabache había dejado en paz su pecho cuando cogió fuertemente su nalga, exprimiéndola, metiendo sus dedos en la fisura entre ellas y acariciar su entrada para luego insertar un dedo. Naruto brincó soltando un ligero gemidito de dolor ante aquel acto inesperado.

 

Cuando sintió que Naruto se relajaba un poco empezó a mover su dedo dentro de él lentamente y metió otro dedo, lo que hizo que el humano arqueara la espalda a causa del dolor pero al mismo tiempo de placer; sus gemidos eran tragados por el beso que aun compartían.

Sasuke sacó sus dedos y separó sus labios, posicionándose diestramente entre los muslos del jadeante joven, levantando sus caderas para hacer que las piernas de Naruto rodearan su cintura.

Naruto abrió los ojos lentamente y vio como Sasuke se había puesto tan hábilmente entre sus piernas y podía sentir la gran erección del azabache acariciando su fisura. Esto hizo que el muchacho tragara fuerte y su cuerpo se tensó ante la sola idea de lo que quería hacerle Sasuke.

El azabache notó esto.

—Si lo deseas podemos detenernos aquí —Naruto negó con la cabeza, acercando al azabache aun mas con sus piernas.

Las suaves manos de Sasuke empezaron a acariciar el firme abdomen con insinuantes caricias, tratando de relajarlo, exprimiendo la piel de su cintura mientras él se posicionaba mejor entre las piernas del nervioso muchacho.

Naruto estaba nervioso pero a la vez muy excitado, Sasuke podía sentirlo, podía sentir su indecisión, su miedo...

Lo penetró repentinamente, no dándole tiempo para reaccionar para evitarle aun más dolor. La inesperada acción hizo que el joven levantara su torso de la cama y un sonido inarticulado fue oído.

 

—No me moveré hasta que tú lo desees —el joven humano tenía los ojos nublados a causa de las lágrimas que el dolor de la repentina penetración le había causado, ocasionando que enterrara sus uñas en la pálida y perfecta piel del espíritu.

—Muévete… —le rogó una vez se acostumbro a la invasión en su interior. Era una sensación extraña pero al mismo tiempo placentera.

 

Sasuke empezó a moverse lentamente, entrando y saliendo, entrando y saliendo.

Sasuke tomó el sexo de Naruto en sus manos y empezó a trabajarlo sin dejar de moverse sobre él.

Ambos gimieron cuando la penetración alcanzó el punto máximo; estaba tan estrecho y delicioso ahí adentro, tan ajustado y caliente que Sasuke no pudo evitar el moverse mas rápido dentro del cuerpo del jadeante muchacho.

El azabache estaba moviéndose dentro de su cuerpo y sentía que la resistencia de su pasaje cedía y entonces, una sensación abrumadora recorrió todo su cuerpo cuando sintió que Sasuke tocaba una parte de su interior, cada vez que Sasuke impelía y tocaba aquel lugar, todo su cuerpo se estremecía de placer.

—Sasuke... —gimió el rubio afirmando aun mas su agarre, de manera que la penetración fuera aun mas profunda, aun mas fuerte.

—Naruto... —era excitante el saber que estaba haciendo el amor con la persona que el quería; ciertamente era el espíritu de un árbol, pero aun ellos podían enamorarse y entregarse.

 

Finalmente ambos llegaron al clímax, derramando su semilla; Sasuke dentro del rubio y éste entre ambos vientres.

 

—Te amo —murmuró el rubio al tiempo que el mayor salía de su interior quedando dormido casi al instante.

—Yo también —respondió el azabache atrayendo al menor en un abrazo posesivo.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Sai permanecía sentado en el techo de la casa; tenía las piernas recogidas y su cabeza entre ellas. Desde que Itachi murió jamás había vuelto a derramar lágrima alguna… hasta ahora. Extrañaba tanto a su amado que a veces deseaba morir.

 

—Sai —lo llamó Dyfde quien había aparecido junto con Beld — ¿Te encuentras bien, cariño? —el aludido no respondió.

 

El hada y el duende intercambiaron miradas de preocupación; ambos sabían lo difícil que debía ser para el joven elfo el revivir aquella dolorosa herida que era la perdida de su amado.

 

—Sai —lo llamó está vez, Beld —. Necesitamos mostrarte algo —nada, el pelinegro no escuchaba o no deseaba hacerlo —… es sobre Itachi —esta vez, Sai levantó la vista mostrando sus acuosos ojos carbón.

—Beld y yo rescatamos su cuerpo antes de que los humanos lo encontraran y lo escondimos.

—Llévenme con él —les suplicó el elfo poniéndose de pie, ambos asintieron.

 

 

Bajo los mismos cimientos de la casa; en lo más profundo de la tierra, custodiado por enanos, había un magnifico salón con joyas preciosas semienterradas en los muros de piedra y tierra. La precaria iluminación era producida por minerales que proporcionaban una luz fluorescente. En el centro se encontraba un ataúd hecho de los mas finos materiales que los enanos que lo crearon pudieron encontrar; en el, se encontraba un cuerpo hecho de cristal; sus facciones y aspecto eran tan reales que parecía que se despertaría en cualquier instante.

 

— ¡Itachi! —exclamó Sai derrumbándose al lado del féretro.

 

Los elfos eran criaturas únicas; cuando morían, su carne y huesos se convertían en cristal convirtiéndose en una escultura de si mismo. En el pasado los humanos buscaban aquellos cuerpos para fundirlos y crear objetos que podrían alcanzar precios estratosféricos por el hecho de ser creados con cristal de elfo.

 

— ¿Por qué nunca me lo dijeron? —les recriminó Sai con molestia.

—Las leyes son claras… —intentó decir Beld antes de ser interrumpido por el furioso pelinegro.

— ¡Al demonio con las leyes! —gritó furibundo —Itachi era mi pareja, tenía derecho a saber —dijo con la mirada baja, apretando los puños.

— ¿De que hubiera servido que lo supieras? —lo cuestionó el duende con el ceño fruncido —Itachi está muerto y el que tú supieras de su cuerpo no cambiaria nada… el está muerto y nunca regresará.

 

Dyfde frunció el ceño; Beld estaba siendo muy cruel con el pobre de Sai. El duende debía comprender el dolor por el que el elfo estaba pasando; eran naturales sus reproches, él amaba a Itachi y no debieron ocultarle la verdad.

 

—Es suficiente Beld —habló el hada en tono molesto —. Sai tenía derecho a saber de su pareja y decidir que debíamos hacer con su cuerpo —Dyfde miró al elfo con cierto arrepentimiento —. Fuimos egoístas, lo siento mucho.

—Déjenme solo por favor —les pidió sin despegar la vista del suelo como si fuese la cosa mas interesante del mundo.

—Si nos necesitas, llámanos —le dijo el hada antes de abandonar el salón junto a Beld.

 

Cuando se supo solo, Sai se dejó caer de rodillas rompiendo en llanto. En cierta forma estaba feliz, el cuerpo de su amado no había caído en las avariciosas manos de la criatura humana y no sufriría el cruel destino de tantos otros más.

 

—Te extraño tanto, Itachi —dijo entre el llanto.

 

 

 

En la casa; Sasuke acababa de despertar poco después del amanecer; sonrió ligeramente al encontrarse desnudo con el rubio entre sus brazos en iguales condiciones que él. Recordó los momentos apasionados que había compartido tan solo unas cuantas horas atrás.

 

 

—Te amo —murmuró mientras se levantaba con cuidado para no despertar al rubio. Besó su frente y sus labios, ocasionando un ligero suspiro de satisfacción en el menor. Lo arropó antes de desaparecer, dejando en el ambiente un dulce aroma a bosque que cubría el olor a sexo.

 

 

No muy lejos de ahí; una sombra oculta por la vegetación de los alrededores miraba con desdén la construcción humana, muy consciente de lo que había sucedido entre el azabache y el rubio humano.

 

—Espíritu tonto —murmuró con odio antes de desaparecer con los primeros rayos de sol.

 

 

Continuará…

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).