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Una Calurosa Noche de Verano por sariali

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Notas del capitulo:

Yoo!!!

   He decidido volver con esto. Aunque es sólo un capitulo de cierre, porque mi querido crítico ( Te quiero I. P) me recomendó que no lo dejara así o si no podría pasar sólo como un relatoerótico más... Además es posible que el fic continué más adelante (No es algo seguro) Pero por el momento esto sólo es el cierre y trata de lo que pasó en la mañana.

   Aunque creo que no es ni la mitad de bueno de lo que sulo escribir, pero bueno, espero no les desagrade.

 

 

 

Capitulo 7: El Despertar.

          La luz se filtraba por las delgadas cortinas de la habitación, que tapaban una ventana muy grande, suficientemente grande como para dejar que en su marco se recostara una persona, con la espalda apoyada en la barra vertical y las piernas estiradas sobre el alfeizar.  Fuera, la tormenta se había ido y en su lugar había dejado un escenario tanto hermoso como desolador, fuera de la casa los árboles habían perdido algunas ramas, que se encontraban frente a ellos en el piso; las aves cantaban, celebrando el haber podido sobrevivir aquella noche tan demencial, las hojas resecas se encontraban tiradas por todos lados y del césped salía un delicioso olor a tierra mojada, incluso un par de ardillas correteaban por el techo de la única casa cercana al bosque, pero la verdadera locura había pasado en el interior de aquella casa.  La tenue luz se filtraba y caía sobre una extraña formación: Tres chicos, desnudos. Un chico moreno y de cabello castaño abajo y arriba un chico pálido y de cabello negro, ambos con un cuerpo escultural, delicioso… Y entre ellos, como si fuera una especie de sándwich, había un chico rubio, de piel atrigada y  delgado, pero con un cuerpo igualmente delicioso. Los tres dormían plácidamente, tras una larga noche de sexo.

    

    Los marrones ojos del dueño de la casa comenzaron a abrirse tras varias horas de necesitado sueño. Lo primero que notó, antes siquiera de abrir los ojos, fue un extraño peso sobre su pecho. De golpe a su mente regresaron  todas las escenas de la noche anterior.

  

   Abrió los ojos de golpe. Frente a él se encontraba el rostro de Naruto, de su mejor amigo; el chico aún estaba dormido, respiraba tranquilamente y sus ojos se movían detrás de sus párpados; Estaba soñando. El moreno no recordaba haber soñado nada. De hecho, su sueño había sido toda la noche anterior. Recordaba con deliciosa nitidez todo lo acaecido: Su amigo rubio pidiéndole en la cama que se lo follara, ambos en la sala, donde él había desvirgado al joven y donde había desfogado todo su deseo sexual; Sasuke llegando a arruinar todo; Sasuke follándose a Naruto en las escaleras… Y luego… Luego lo habían drogado, recordó, y una extraña sensación de culpa le oprimió el pecho. Él, quien se hacía llamar su amigo, lo había drogado para volver a follarlo, aún a pesar de que el chico ya había caído rendido de cansancio, aún a pesar de todo lo lastimado que se encontraba… Aún así, aún así lo había forzado  a volver a abrir sus piernas.

   “No merezco ser amigo tuyo.” Pensó el castaño mientras con su mano acariciaba la mejilla del chico dormido, quien se agitó un poco al sentir los dedos del Inuzuka  contra su piel.

   Sasuke despertó mientras el moreno acariciaba la mejilla del rubio. Lo primero que hizo fue sonreír, pues había recordado (al igual que su compañero de abajo) todo lo que había pasado la noche anterior: Recordó como se había despertado al escuchar un trueno que más bien pareció una explosión cercana, pero había continuado fingiendo que se encontraba dormido, pues había captado parte de una conversación muy interesante. No había respondido cuando ellos lo habían llamado… Y se alegró de ello, pues poco tiempo después, los dos chicos que compartían la cama salían del cuarto, procurando no hacer ruido para no despertarlo; había esperado unos minutos y luego había salido, sin hacer ni un solo ruido por la puerta; había caminado en silencio hasta el barandal de la escalera y cuando se había asomado por sobre la madera, había visto la cosa más excitante de su vida: Naruto, atado de manos, hincado frente a Kiba, quién restregaba su pene contra las nalgas del chico, luego vio como lo dilataba con los dedos y finalmente había visto como se lo follaba, como lo desvirgaba… Recordaba que se había puesto más duro de lo que recordaba haber estado en todos su años de adolescente. Y se había masturbado mirando como Naruto era penetrado una y otra vez por el enorme mimbro del perro Inuzuka. También recordó que se había armado de valor y había salido para pedirle a Naruto que lo dejara hacerle lo mismo… Y para su gran gozo, el rubio había aceptado… Y él lo había pasado de lo lindo dándole mientras estaba atado en las escaleras. Si, eso había sido genial. Pero… Pero había pasado más. Si, Kiba y él habían drogado al rubio para calentarlo de nuevo y que de esa forma volviera a tener sexo con ellos. Y como lo había disfrutado, a pesar de haber tenido que compartirlo con el perro Inuzuka, aún así había sido lo mejor de la noche: Compartirlo. Y sobre todo, lo mejor había sido el haberlo penetrado entre los dos. Sasuke aún recordaba la extraña pero deliciosa sensación de su pene rozando el interior del ano de Naruto y el pene de Kiba al mismo tiempo. Y la verdad… Le había fascinado.

   El pelinegro se levantó, sus piernas estaban adormecidas por la posición usada para dormir. En cuanto logró ponerse de pie se percató de que Kiba también había despertado. Pero había algo extraño. El rostro del moreno no mostraba la misma satisfacción que el suyo. De hecho, el moreno se veía muy triste, sus ojos amenazaban con derramar lágrimas. Y su expresión era poco menos que vacía.

   — ¿Qué pasa contigo, perro? No me digas que ahora te sientes culpable por lo de la droga.

   Kiba no respondió. Se limitó a guardar silencio mientras repasaba en su mente todas las escenas de la noche anterior, sobre todo aquellas hechas después de que Naruto ingiriese el afrodisíaco. Pero sí, se sentía culpable por lo que había hecho. No lo habían violado, pero lo habían hecho hacer cosas que él no hubiera deseado hacer en pleno uso de sus facultades mentales. Aunque no lo hubieran violado, lo habían abusado… Eso no había estado bien. Aunque claro, con la calentura uno no piensa más que con la cabeza de abajo.

   — Me pregunto, ¿qué nos dirá al despertar? ¿Y si se enoja y nos manda al demonio para siempre? — Preguntó un tanto preocupado el chico perro. En sus ojos se notaba el brillo de la preocupación.

   El rubio se removió sobre Kiba, soltando un pequeño gemido. No despertó. Kiba rodeó con sus fuertes brazos la espalda de su amigo y lo atrajo hasta él.

   — Ahora que puedo pensar con la cabeza correcta… Me doy cuenta de que estuvo mal haberlo forzado de esa forma. — Declaró apáticamente el chico castaño, Sasuke lo miró levantando una ceja. ¿Acaso el perro estaba loco? ¿Cómo, y repetía enfáticamente CÓMO, podría alguien sentirse culpable por haber pasado una noche tan magnífica? Además, no le habían hecho nada que el rubio no les hubiera pedido.

   — No me vengas ahora con tontos remordimientos. — Le espetó fríamente Sasuke. — Fue tú idea el drogarlo, y ya pasó. Te sugiero que en lugar de la culpa guardes las placenteras sensaciones que experimentaste anoche. Porque ten por seguro que eso no se repetirá.

   Kiba atrajo con más fuerza el cuerpo de Naruto contra el suyo. El rubio se removió inquietamente. Kiba clavó su rostro en el cabello del Uzumaki mientras  en su mente le suplicaba por perdón.

   — No tienes porque sentirte culpable, Kiba. No le hicimos nada que él no quisiera. Tú lo sabes, incluso él fue quien nos pidió que lo penetráramos a la vez. Por cierto, —Añadió, desviando la vista de la cabeza de Inuzuka y mirando el trasero del rubio, expuesto y cubierto de semen y sangre. — Creo que no podrá caminar en varios meses. Espero que no se haya desgarrado totalmente el músculo del esfínter… O tendrá problemas.

   Aunque Sasuke sabía que habían lastimado mucho al chico durante la última ronda, de dos contra uno, no había sentido que el músculo perdiera toda su resistencia, así que era imposible que el daño fuera irreparable… Pero por primera vez, se dio cuenta de lo grave que pudo haberse puesto la situación en caso de que se les hubiera pasado demasiado la mano y el músculo de Naruto se hubiera roto por completo.

   Pero nada había pasado, el orificio del rubio estaba cerrado y a pesar de que por él escurría bastante sangre y semen secos, no había riesgo excesivo, sólo lo lavarían por dentro y él tendría que soportar el dolor. Sasuke pensó que no desearía estar en los zapatos de su amigo cuando despertara…

   Y eso fue lo que pasó.

   El chico rubio comenzó a abrir lentamente sus azules ojos. En cuanto estuvo consciente de nuevo, lo primero que notó fue un dolor atroz en su trasero. Era peor que cualquier otra cosa que jamás hubiera sentido… Peor que romperse el brazo cuando tenía seis, peor que clavarse un clavo en la palma de la mano (por culpa de Sasuke, quien no tuvo cuidado al martillar), peor que la luxación de tobillo del año pasado, incluso peor que la vez en que Sakura le había pateado sus partes nobles con toda su monumental fuerza (La había encontrado inconsciente en el campo tras las prácticas de vóleibol y se le había ocurrido la tonta idea de besarla mientras dormía… Y ella despertó en el peor momento). Pero aquello era otro nivel de dolor. La sangre le palpitaba dolorosamente en su ano con cada latido que su corazón daba. Cuando finalmente abrió los ojos, se topó de llenó con un moreno pezón. Levantó la cabeza dándole a entender a Kiba que ya estaba despierto. El moreno lo soltó y Naruto miró con ojos adormilados a su amigo.

   — Na-Naruto. — Tartamudeó Kiba al ver a su amigo despierto. El chico sólo lo miró por unos momentos, como si no supiera lo que estaba pasando… Y la verdad así era, Naruto no podía recordar gran cosa. Pero entonces, una luz llegó al cerebro del ojiazul al notar su cuerpo desnudo y a Kiba bajo él, en las mismas condiciones.

   A su mente llegaron todas las escenas de la noche anterior. Kiba follándolo, luego Sasuke follándolo; luego había tomado algo para el dolor, se había dado una ducha con sus amigos y allí había empezado a sentirse acalorado… Y… Y… Y se lo habían cogido entre los dos. Recordaba la escena del baño, cuando ellos se turnaron para penetrarlo, y luego la escena del consolador, en la que él mismo se había penetrado ante las lascivas miradas de sus amigos mientras alteraba los miembros de estos dentro de su boca, y… y… La última sesión. En la que sus amigos (por petición propia, si no mal recordaba), lo había penetrado los dos al mismo tiempo… Había tenido los dos penes de sus amigos en su ano. Y le había gustado muchísimo. El dolor, el placer que éste conllevaba y el morbo tan excitante de la situación. Sin duda ellos habían pasado una noche de sexo genial. Pero ahora, ahora que ya había vuelto a pensar claramente, su primera impresión fue: “¡¿En qué demonios pensaba?!

   — Me alegra que estés despierto, Naruto. — Le dijo Sasuke, el rubio se giró para verlo yse topó con la imagen de su amigo desnudo, con su largo pene cayendo frente a él, flácido pero aún así de buen tamaño. — Dime, ¿te gustó lo de anoche?

   Naruto intentó pararse, pero sus piernas no le respondieron y lo único que sintió fue una cruel punzada de dolor en su ano.  Kiba al notar aquello, ayudó a Naruto a quedar recostado boca arriba en la cama, en cuanto se vio libre se levantó y dejó que la sensación de hormigueo causado por el entumecimiento se extendiera por su cuerpo, se puso de pie y miró al rubio, quien no los miraba a ellos.

   Naruto estaba muy confundido. Le había gustado todo lo que le habían hecho, pero ahora se sentía avergonzado… ¿La razón? Se había comportado como una mera callejera. Había actuado como un loco y había dejado que le hicieran un sinfín de perversiones. Pero… ¡Le había Encantado! ¡ENCANTADO, FASCINADO, MARAVILLADO! Le había gustado en demasía, y eso lo hacía sentir raro, y lo hacía sentir un tanto culpable.

   — No te avergüences — Le llamó Sasuke. Tanto Kiba como Naruto voltearon a verlo, el chico lo miraba con una pequeña sonrisa en su rostro. — Si te gustó no tienes que avergonzarte o sentirte culpable. Después de todo, somos amigos, y eso no cambiará sólo porque hayamos tenido sexo entre los tres. Pero si tu te sientes incómodo por algo de lo que pasó… Siempre podemos dejar de vernos.

   — ¡No! —Respondió automáticamente el chico rubio. No podía tolerar la idea de separarse de sus amigos, no podía tolerar la idea… De volver a quedarse sólo. — No es que quiera que dejemos de vernos, no quiero que dejemos de ser amigos. Pero… Me siento raro al haber hecho esto porque… Porque me gustó mucho, mucho en verdad.

    Kiba miró sorprendido a Naruto.  No esperaba que al chico de verdad le hubiera gustado todo lo que le había hecho. Podrían haber seguido con eso, sin entrar en detalles. Pero Kiba no podía estar tranquilo. En su mente seguía repitiéndose que lo que habían hecho no había estado bien… Y ver a Naruto así, ignorando las verdaderas razones de su excitación… No, no podía dejar que su amigo se fuera con una mentira en la mente… Si, lo habían gozado, los tres lo habían gozado tanto como jamás lo volverían a hacer, lo habían disfrutado, habían pasado horas disfrutando del cuerpo del rubio… Y lo habían hecho sentir mejor que en toda su vida, y él también a ellos… pero… Pero… ¡¡¡PERO…!!!  

   — ¡Pero te drogamos! — Explotó finalmente el castaño, la culpa se abatió sobre él como un águila sobre su presa, Sasuke lo miró molesto, probablemente el chico rubio no tenía ni idea de que ellos le habían alterado las hormonas con un afrodisíaco. Y si ése maldito perro no hubiera hablado, tal vez nunca lo hubiera sabido. — ¡Yo…yo te dí un poderoso afrodisíaco de Hana para que… Para que te excitaras y nos dejaras follarte de nuevo!

   Un pesado silencio se cernió en  la habitación, la atmósfera previamente alegre e inocente se despedazó como un jarrón de vidrio al caer desde la azotea de un edificio de cuarenta pisos; Naruto había abierto los ojos con sorpresa. No podía creer que su mejor amigo…

 — ¿E-En serio hiciste eso, Kiba? — Le preguntó el rubio, Kiba no pudo hacer otra cosa que asentir. — ¿Por qué? ¿Por qué tuviste que hacer eso?

   — Porque a mí también me gustó mucho hacer eso contigo. No, no me gustó: me encantó. Me fascinó el penetrarte, el escucharte gemir, me encantó la forma en cómo te comportaste. Me… simplemente me encantó todo lo que pasó anoche.

   Naruto se sonrojó al recordar todo lo que había pasado la noche anterior. Pero… ¡Pero ahora había descubierto que lo habían manipulado! ¡Lo habían manipulado para tener más sexo!

   — ¡No es justo! ¡NO ES JUSTO! — Gritó el rubio. Su reacción le ocasionó más dolor en su entrada, pues la sangre se había acelerado y por tanto le había dolido más. — Yo les dije que ya no quería… ¡Les dije que ya no quería más! ¡Y aún así, ustedes… ustedes me forzaron a tener más sexo!

   Kiba agachó la mirada, Naruto tenía todo el derecho de estar molesto… Después de todo ellos lo habían abusado. Naruto tenía todo el derecho de odiarlos, a él sobre todo.

   — ¿No dijiste que te había gustado? — Preguntó fríamente Sasuke, al ver la reacción del rubio, y la de Kiba. — Te estás contradiciendo, te gustó, lo acabas de decir.

   — ¡Pero eso fue antes de que Kiba me dijera… Me dijera lo que me habían hecho! — Exclamó el rubio, muy molesto.

   — ¿Y si no te lo hubiera dicho? ¿Qué habrías pensado? — Sasuke era un experto en manipular la mente de Naruto, pero en eso influía mucho la capacidad del rubio. — Considera por un momento que él nunca hubiera dicho eso. ¿Estarías molesto?

   Naruto guardó silencio. Su enojo había dado paso a una gran vergüenza. Era cierto, a él le había gustado todo… Y a sus amigos también. Él podía recordar todo con nitidez:  El placer, el dolor, las caricias, el calor… Pero sobre todo… Recordaba las sonrisas de sus amigos al hacerlo con él, y encima de todo… Recordaba el rostro de Kiba, al final, debajo de él, oliendo su cabello, resistiendo las heridas que le hacía con uñas y dientes sin quejarse; Abrazándolo para acallar el dolor de la doble penetración, besándolo con fervor.

    Cierto, ¿qué pensaría si Kiba nunca le hubiera revelado aquello? Miró al chico castaño, su rostro reflejaba una inmensa culpa, sus ojos no se atrevían a mirarlo, sólo se paseaban por el piso, yendo del pie derecho al izquierdo. El chico debía sentirse realmente mal por aquello… Y además… Además había tenido el valor de decirle la verdad, de decirle que en realidad lo habían abusado de cierta forma, aprovechándose de él cuando no estaba en sus cinco sentidos, arriesgándose a que por aquella confesión su amistad se fuera por la tubería. Eso hablaba muy bien del Inuzuka: Para él significaba más que el rubio supiera la verdad y supiera lo que realmente había pasado, a haber seguido siendo amigos tras una mentira tan grande.

   Y Naruto así lo comprendió.

   Kiba había sido valiente arriesgándose, le había contado todo, y él le estaba agradecido por ello. Reflexionó por unos momentos, sin dejar de mirar al chico moreno frente a él. Si, Kiba lo quería mucho, ambos eran buenos amigos y además… Sólo había sido eso, sólo sexo, nada más; y por sobre todo ello estaba el hecho de que había sido él mismo quien había comenzado aquella locura del sexo entre amigos.  

    — Si… Supongo que tienes razón, como siempre, bastardo. — Cedió el rubio mientras esbozaba una pequeña sonrisa en su rostro, una sonrisa propia de él. Kiba levantó los ojos del pico para voltear a ver a su amigo, quien lo miraba con una bella sonrisa de oreja a oreja. — Si, tienes razón. Si Kiba no hubiera dicho eso, probablemente yo no habría sentido otra cosa que no fuera un poco de vergüenza. Porque me gustó, en serio me encantó lo que me hicieron.

    Kiba y Sasuke miraron al chico en  que aún yacía sobre la cama. Él los miraba con una gran sonrisa.

   — Pero, ¿saben algo?

   Ambos chicos cruzaron sus miradas, un tanto aturdidos por la extraña nueva reacción del rubio. ¿Qué les diría?

   — Creo que tendré que declarar un empate.

   Sasuke abrió los ojos, asombrado por las palabras del rubio. Kiba incluso abrió un poco la boca antes de decir:

   — ¿Cómo puedes olvidarte de todo así nada más?

   Naruto le sonrió y le respondió suavemente, como si quisiera que sólo el castaño escuchara sus palabras:

   — Porque somos amigos, Kiba, y siempre lo seremos. Descuida — Agregó al notar que el castaño estaba por volver a hablar. — No te preocupes, yo ya te perdoné por eso.

   Kiba sintió que le apuñalaban el pecho. Por su mente cruzó tal cantidad de alivio y desconcierto que por un momento sus ojos se anegaron en lágrimas, pero consiguió reprimirlas  y mirar con confusión a su amigo. Estaba por volver a hablar cuando el rubio volvió a adelantársele

   — No tienes que sentirte culpable. Yo no te culpo. Sólo hiciste lo que te ordenó tu segunda cabeza. Bien sabes que nosotros como adolescentes sólo pensamos con eso. — Su sonrisa se ensanchó aún más, Kiba no podía encontrar palabras para agradecerle al rubio por su perdón, porque siendo honestos él no lo merecía. — Y si sigues con esa actitud de colegiala empezaré a verte como a Hinata… Y creo que no me gustaría tener dos novias.

   Y ambos estallaron en una pequeña carcajada.

   Estaban en paz.

   — Genial me alegra que se hayan reconciliado. Pero… ¡¿Cómo que un empate?! — Preguntó Sasuke sin cambiar su tono neutro.

   — Si… — Naruto se rió nerviosamente mientras se rascaba la nuca — No puedo decir quien lo hizo mejor, así que dejémoslo en empate por ahora.

   Kiba asintió alegremente, Sasuke no compartía la misma idea. Pero el chico pálido captó algo que Kiba no.

   — ¿Por ahora?

   Naruto sonrió pícaramente. Su amigo era muy perspicaz. Y no era que él se hubiera equivocado al decir “Por ahora”.

   — Siempre podemos hacer más de estas fiestas, ¿no les parece?  ¡La próxima vez en mi casa!

    Kiba y Sasuke se asombraron a sobremanera con las palabras del rubio. Pero a ninguno les importó, de hecho, los tres deseaban enormemente  repetir aquello, y que Naruto les diera el pase, eso era lo que todos estaban esperando en  lo más profundo de su ser, que Naruto volviera a decir: Mas.

   — Pero tendremos que  esperar uno o dos meses —Dijo el chico mientras intentaba incorporarse. — Después de todo, necesito tiempo para recuperarme de todo lo que me hicieron anoche. En estos momentos siento que mi ano está destrozado, no creo poder salir de tu casa, Kiba.

   Kiba sonrió y asintió. Él sabía que el rubio lo pasaría mal las próximas semanas, pero estaba bien, porque la sonrisa que el chico tenía le indicaba que estaba dispuesto a soportar aquello. Y que quería volver a hacerlo.

   Sasuke por su parte estaba que no cabía en sí de alegría: Volvería  a hacerlo con Naruto, lo volvería a besar, a acariciar y a penetrar… Y tal vez, si las cosas se daban y con un poco de suerte, pasaría de ser amigo, a algo más. Y eso le daba una enorme esperanza.

    — Creo que ahora si debemos bañarnos, ¿no les parece?  Preguntó Kiba mientras miraba a su amigo en la cama, su abdomen , genitales y pecho estaban cubiertos de su propia semilla y su cama había quedado manchada con el semen de los tres, además de una gran cantidad de sangre del rubio, así que debería lavarla muy bien antes de que su madre llegara. Pero eso podría esperar, levantó al rubio en brazos, cosa que molestó a Sasuke, y los dos fueron riendo hasta el baño de la habitación contigua, donde había una tina de baño. Kiba se dedicaría a lavar muy bien a Naruto, debería lavarlo por dentro y por fuera.  Los dos cerraron la puerta del baño en cuanto entraron. Sasuke miró aquello con muy malos ojos, pero si el perro quería competencia, entonces él se la daría. No ahora por supuesto, pero la próxima vez que se reunieran vería lo que en verdad era follar a Naruto. Él ganaría, sin duda alguna ganaría el cuerpo y el corazón del Uzumaki.

   Entonces fue que captó su propio olor. Realmente olía muy mal… Tal vez por toda una noche de ardiente sexo.

   Suspiró, sus planes podrían demorarse un poco mientras se bañaba, ¿no?

   Así que salió de la habitación y caminó desnudo por la casa hasta el baño de abajo, se metió al cuarto y comenzó a ducharse.

   En la habitación quedó únicamente la caja llena de perversiones de Hana, las películas, consoladores, mordazas, lubricantes, vibradores y demás estaban esparcidas dentro y fuera de ella, como si un trío de niños traviesos hubiera hurgado en ella buscando diversión… No era que Hana fuera una pervertida, o que hubiera dejado la caja tan desprovista de vigilancia apropósito, o que hubiera colocado pequeñas camaritas que habían grabado toda la acción de la noche pasada para luego disfrutar la grabación con su novio…  No. ¿Cómo podría alguien pensar que eso era posible?

     Después de todo… Toda aquella calurosa noche de verano, aquella caliente noche de sexo había sido algo espontaneo… ¿O  no?

 

 

 

 

 

                                                                                        ………………..¿¿¿¿¿FIN??????..................

 

                                              

  

  

 

Notas finales:

¿Lo ven? Fue uno de los finales más ambiguos que he escrito, porque no se sabe (ni siquiera yo sé si lo continuare) si seguirá. Aunque yo espero que sí.

   En fin, cierro este fic para iniciar mi nuevo proyecto: El Chico del Otro Lado (también es un fic KibaNaru, por si les interesa) El primer capi estará subido el jueves 29 de septiembre de 2010. 

   Nos vemos y gracias por leer mi fic más pervertido...

   Espero le haya gustado, aunque el final no haya sido muy bueno.

 

 

 

 NOS VEREMOS DE NUEVO!!!!


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