Estaba intentando pensar en otra cosa mientras miraba el edificio del museo.
¿Entrar o no entrar?
Ese era el dilema.
Si entraba de seguro se cruzaría con el y sinceramente no quería verlo de nuevo ese día.
--Maldito perro—escupió y volteó para irse.
Estaba justo al lado de una parada de autobúa.
Uno acababa de detenerse a su lado pero el no lo miro siquiera pretendiendo irse lo mas rapido posible del lugar.
Bajo delante de él y se lo quedó viendo.
Seto trató de ignorarlo pero el otro lo tomó del brazo.
Intento sacarle la mano pero el otro aprisiono con su mano libre la de él.
--Tu y yo tenemos que hablar de una vez por todas—dijo con esa mirada suya el ojos mieles que trajo recuerdos al castaño.
--¿Crees que volvería a esa cafetería de nuevo?—preguntó el Seto.
--No.He pensado en un lugar mas tranquilo—dijo Joey.
Entro mas que por cualquier cosa mporque estaba incapacitado de reaccionar correctamente.
Un cuarto de hotel.
¿Qué estaba pasando por la cabeza del rubio?
¿Qué estaba pasando por su cabeza?
Volteó decidido a decirle que podía irse a…
Entonces sintió sus labios sobre los de él y la cabeza le dio vueltas.
Le agarro de los brazos decidido a empujarlo pero se detuvo en seco y no por propia voluntad.
Su cuerpo no le obedecía.
Intento con todas sus fuerzas retomar el control de sus actos pero todo esfuerzo se desvaneció cuando los brazos del otro rodearon su cuello y pudo sentir junto a si todo el cuerpo del ojos mieles.
Terminó con su espalda sobre la cama y entre besos le dijo—¿Esto… le… hiciste…. a…. él?—
Tenía un nudo en la garganta.Ese idiota.
Lo había traicionado y ahora pretendía… y para colmo su cuerpo no lograba rechazarlo.
Joey miro esos ojos que le herían y le enamoraban a la vez.
Esos mares enjaulados.
Con su cuerpo aun sobre el del castaño. Envuelto en el aroma de su colonia le dijo—Tu no lo entiendes--.Sus labios se posaron de nuevo sobre los de Seto mientras sus manos se inmiscuían en su ropa.
Seto sentía su piel hervir.
--¿Por qué rayos tu…?—la pregunta quedó inconclusa por el toque de Wheeler.Ese toque que extrañaba desde hacía años. Esas manos que lo volvían loco a su pesar. Su piel se erizaba solo al pensar que eran las manos de él.
Su cuello fue atacado y después liberado por los labios del rubio.
--No sabes lo que se siente…--dijo el de ojos mieles muy quieto mirando aun el cuello que acababa de acariciar con sus labios-- …ser dejado de lado--.
Eso molestó a Seto.
--Yo jamás te dejé de lado—dijo al castaño enfurecido.
Lo miro a los ojos en esa habitación en penumbras.
--¿Creías que irte por meses sin llamar ni siquiera escribir era estar a mi lado?—preguntó el ojos mieles mirándole a la cara. Su expresión era de dolor.
--Yo no pretendía…Sabes muy bien que a los lugares que voy son remotos..lleva días encontrar un teléfono y los celulares no funcionan así que…--intentó explicarse Seto.
--¡Yo no hablo de que me llamaras!¡Jamás quisiste que fuera contigo! Me dejaste aquí y…--el rubio fue interrumpido.
--Tu tenías tus clases de arte, tu no podías…--dijo Kaiba pero Joey lo interrumpió esta vez.
--Es que nunca lo preguntaste siquiera… para ti fue mas facil dejarme de lado e irte. Esperando que al volver todo fuera como siempre. Seto el amor no funciona así. Yo… yo soy humano. Te necesité… todo ese tiempo tu solo te fuiste y yo te necesitaba a mi lado—dijo el rubio lleno de una emoción que teñía todo de gris.
--¿Y eso te escuza para llevar a otro a nuestra cama?—preguntó el castaño torciendo el gesto.Agarro con fuerza los brazos que antes deseara. La traición presente en su mente. La decepción en su corazón.
--¿Cómo pudiste?—preguntó sacudiendo al otro lleno de una mortal ira.
Se detuvo al ver la dorada piel de sus mejillas ser cruzada por una perla de cristal.
--Yo te necesitaba a ti—grito el rubio cerrando sus orbes mieles lleno de desesperación por ser entendido y de culpa por lo sucedido.—Te amo Seto. Yo te busqué… te busqué en él. Fueron sus malditos ojos azules…. Y el alcohol—añadió.
--¿Y crees que eso es escusa?—preguntó el de ojos mar.
Los ojos anegados le miraron.
--No lo es… lo se bien. Lo que hice no merece perdón pero quiero que entiendas que no importa lo que pienses aun con mis errores yo… yo nunca he dejado de… de ser tuyo—dijo el rubio mirándolo a los ojos.