Un deseo es algo que se anhela con toda el alma, a tal punto que se está dispuesto a dar cuanto se posea para obtenerlo, sin embargo, existen deseos que no pueden ser concedidos con tan solo ofrecer algo a cambio. Puede ser llamado capricho del destino o capricho de aquellos seres divinos que manejan el destino de las personas a su puro placer, pero es la verdad.
No todos los sueños se hacen realidad.
Nació cuando no debió hacerlo, asesinó a su hermano, engañó a un buen hombre, corrompió al propio Ashura... engañó a Kurogane, Sakura_chan, Syaoran_kun y Moko_chan.
Ahora estaba pagando por cada pecado que cometió, que nunca quiso cometer pero no tuvo otra alternativa ¿verdad? Estaba marcado por la tragedia, su muerte solo adelantaría la destrucción de su mundo, increíble, incluso muerto atraía desgracias.
El crepitar de la paja a medida que el fuego se abría paso, el aceite era el que lo guiaba, no tenía duda de que pronto llegaría a él, si no fuese por el denso humo que se había formado y que ahora invadía sus pulmones, sin poder evitarlo le dio ataques de tos, intentando encontrar aire limpio para respirar, pero al no hacerlo comenzó a toser, esperando aliviar su garganta de las cenizas que se formaban alrededor; sus ojos estaban llorosos y su cabello ahora estaba suelto, debió de perder el trozo de tela que lo sujetaba al moverse.
Las cadenas no cedían, estaban bien sujetas y solo llegó a lastimarse las muñecas que estaban arriba de su cabeza, esa posición era bastante incómoda, peor cuando tosía porque lo obligaba a encorvarse y su torso fue sujetado por cadenas y cuerdas, era doloroso incluso respirar porque estaban demasiado ajustadas.
¿Iría al cielo o al infierno? De niño siempre le dijeron, a él y a su hermano, que no debió haber salido del infierno, que era un demonio con rostro de ángel, un ser repugnante y despreciable.
Nunca hicieron nada malo, excepto nacer, ahora todo llegaría a su fin pero al parecer no por las llamas, se estaba ahogando con el denso humo, tosía de tal manera que creía que de un momento a otro sus pulmones saldrían por su garganta, estaba al borde de la inconsciencia.
Levantó su mirada, sus ojos irritados a causa del humo, podía sentir el calor que provocaba el fuego y que se acercaba lentamente a su cuerpo, entre el humo y las llamas que habían alcanzado considerable altura... vio a su rey, Ashura, que observaba todo en primera fila junto con los ancianos de la corte.
Esta era su venganza ¿Estaría contento ahora? ¿Habrá encontrado paz en su corazón? ¿Era eso lo que más deseaba para él? Albergaba la esperanza de que así sea, al menos su muerte traería un poco de paz y tranquilidad a alguien, no podría descansar en paz si supiese que aun era un estorbo en el pensamiento de las personas que conoció.
Al menos eso...
Comenzó a toser aun más y a sentir el calor más intenso, no faltaba mucho para que las llamas lo alcancen.
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El deber de un rey era presenciar la ejecución de cada persona que había sido sentenciada a muerte; o bien era la horca, la guillotina o morir ahogados.
Pero morir en la hoguera era la peor de las muertes porque indicaba que eras un vil pecador, que no merecía ninguna misericordia y que el mundo sería un lugar mejor si no estuvieses en el.
Que pensamiento tan patético... ahora veía a la única persona que llegó a querer, pese a sus engaños y a su traición, le quería, no era el miso sentimiento para su verdadero prometido, pero era algo que se podría llamar cariño... y era por ese cariño que decidió hacer eso...
Flash Back
- ¿hiciste lo que te pedí?
- sí, su majestad, hice todo lo que ordenó.
- perfecto, ahora, si no quieres perder tu cabeza, guardarás el secreto hasta llegada tu muerte
- sí, su majestad.
End Flash Back
Ese hombre ayudó a mostrar el último gesto de misericordia para el rubio, prefería mil veces que muera asfixiado por el humo que devorado por las llamas, solo era necesario manipular la leña que se utilizaría al igual que el aceite, sonrió, en ese momento nadie se imaginaba que el aceite que fue rociado fue mezclado con agua, en una cantidad considerable pero con discreción para que nadie se percatase del acto de complicidad.
Esa era la razón por la que el humo era tan denso y casi no dejaba ver al pobre diablo atado al pilar, eso le causaba satisfacción saber que eso funcionaría y para cuando las llamas alcancen en cuerpo del rubio éste ya estaría sumergido en un sueño profundo del cual no podría despertar.
"Está tardando mucho"
Pero los del consejo no estaban conformes.
"¿Deberíamos rociar más aceite?"
"Con lanzar antorchas a su dirección debería bastar"
"¡ALTO!"
Antes de que dieran la orden, Ashura gritó todo lo que pudo para que esos bastardos voltearan, lo miraron entre confundidos y molestos.
"Su majestad, la ejecución..."
"La ejecución seguirá como se debe, no interrumpan ¿Quieren que Celes sea testigo de la desesperación que tienen por deshacerse de él?"
Se miraron entre ellos, solo asintieron con la cabeza y volvieron a sentarse a sus respectivos lugares, les dio en su punto débil, sabía que los ancianos eran demasiado orgullosos como para admitir el temor que le tenían. Volvió a sentarse, él también en su momento de desesperación se había levantado de su asiento.
"... es por su seguridad, alteza"
"¡¡NO!!"
Tarde, uno de ellos dio la señal para que las demás antorchas fueran arrojadas, Ashura vio con impotencia como las llamas comenzaban a sobrepasar al humo, no pudo contener las lágrimas que ya descendían por sus mejillas.
Ahora solo quedaba esperar, esperar que todo termine y ver que el viento se lleve las cenizas de lo que era el cuerpo del mago o ex mago.
Ashura rogo por no escuchar sus gritos.
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...
...
...
Dolía... dolía demasiado... su garganta ardía y sus ojos estaban irritados al punto de tener que estar cerrados, dejó de moverse para intentar liberarse, estaba demasiado cansado y mareado también... estaba perdiendo la conciencia; casi a punto de desfallecer pudo ver que las llamar ya acariciaban el traje que llevaba puesto, ya no era de color blanco a causa del humo y porque una que otra ceniza encendida cayó en él.
"ngh"
Las llamas comenzaban a llegar a sus pies, cerró los ojos al sentir el ardor recorrer sus piernas...
"¡aaaghhh!"
Ahora sus piernas comenzaron a arder, intentó moverse otra vez pero le fue imposible, sentía la carne ardiendo y causando un escozor horrendo, subiendo poco a poco a las rodillas. Otro ardor a la altura del ojo derecho, pequeñas chispas alcanzaron su rostro y su cabello, que comenzaba a adquirir un color negruzco, las finas hebras de oro comenzaron a ser destruidas por las pequeñas llamas, más y más chispas alcanzaron su rostro, quemando las pálidas mejillas y cayendo a su ropa, poco a poco su torso quedó descubierto ya que la prenda comenzó a quemarse, era cuestión de tiempo para que también alcance sus brazos.
Y las llamas comenzaron a subir lentamente, alcanzando las rodillas y quemando la delgada prenda que lo cubría... comenzó a pedir ayuda, preso en desesperación al sentir el horrible dolor que comenzaba a sufrir su cuerpo.
"Kur... cofcofcof... Kurogane... me quemo... ayucofcofcofcofcof... dame... me estoy quemando... Kurogane... ayuda..."
Las nauseas, el horrible olor a carne quemada, lo enfermaba... no tenía fuerzas para gritar, no tenía fuerzas para seguir manteniendo la esperanza de que un milagro ocurriría, y pese al dolor que sentía, comenzó a quedarse dormido...
"arde... agua... por favor... arde, me quemo... Kuro... ga... ne..."
De su ojo derecho... comenzaron a brotar lágrimas, no sabía muy bien si eran de dolor o miedo... o simplemente tristeza al entender que no ocurriría un milagro.
"Un deseo es algo que se anhela con todo el corazón..."
Las palabras que una vez le dijo su hermano, las recordó...
"Con toda el alma y con todas tus fuerzas"
Su deseo, el deseo que pidió a Kurogane antes de su partida...
"Si le pedía que me perdone solo crearía duda en su corazón, si le pedía que me ame solo crearía confusión, si le pedía que lo recordase tal vez lo haría con rencor y amargura como quien recuerda a un traidor (lo cual si lo era), si le pedía que me salve solo lo hubiese obligado a abandonar su hogar... otra vez..."
El ardor y el calor aumentaron considerablemente, ahora también lo sintió en los brazos, sus manos fueron las primeras en ser alcanzadas por el fuego, convirtiendo la pálida piel en carne al rojo vivo.
Pese a eso continuo...
Recordó lo que le pidió a Kurogane... antes de que...
-0-
Ambas manos se buscaron, Kurogane intentó detener su partida estirando lo más que podía su brazo para alcanzar la mano del rubio...
Sus dedos, casi entrelazados, se quedaron unidos lo suficiente para que el mago, llorando, gritase algo que solo escuchó Kurogane, sorprendiéndolo; quedando asombrado por la petición del mago...
"POR FAVOR... VIVE"
El simple roce se deshizo...
Kurogane desapareció tras el viento fuerte y las formas dimensionales que se formaron en lo alto de ese lugar...
Fye o Yuui, o como quieran... se quedó con ambos brazos extendidos en dirección a que en minutos antes el moreno se encontraba, los bajó lentamente... aun arrodillado.
Kurogane se fue... para siempre.
-0-
Su petición... su deseo era que Kurogane viva, que lo haga por él también, un ser que no sabía vivir, que odiaba su existencia, si algo había aprendido en ese viaje por las dimensiones era que la vida podía ser un don muy grande... pero sabía que para él, la vida no era un don... así que le pidió aquello que el moreno le enseñó, vivir, que no mire atrás y viva, cada mañana, cada tarde y cada noche como si fuera la última.
Kurogane, amaba a ese hombre con todo lo que tenía, él era su mayor deseo y anhelo...
Y si ese deseo estaba a salvo, entonces el resto no importaba, podían matarlo mil veces y de mil formas diferentes... ya no importaba, estaba seguro que los demás terminarían la búsqueda de las plumas con ayuda del moreno, porque apreciaba la vida y la defendería a cualquier precio.
Sonrió, dejó de quejarse pese a que no podía reprimir uno que otro gemido de dolor, no gritó ya que la garganta la tenía demasiado irritada, sintió un ardor en la parte izquierda de su cabeza... el fuego estaba a punto de cubrir todo su cuerpo, ya había alcanzado sus cabellos y abrazado sus piernas, envuelto sus brazos y comenzaba a hacer estragos en su pecho...
Tosió otra vez, la última vez... y comenzó a caer en la inconsciencia...
"vi... vive... Korupon..."
Y cerró los ojos y su cabeza cayó hacia adelante...
Y el fuego se elevó hasta cubrirlo todo...