Saga era presa de una horrible migraña y simplemente no tenía ganas de analizar lo sucedido esa tarde, es más, aún no acaba de procesar que lo había vuelto a ver, entonces como le pedían que diera su opinión sobre el camino a seguir. Era claro que el testamento era válido, el problema era como invalidarlo, argumentar falta de facultades mentales o locura sería faltarle al respeto a la memoria del abuelo, así que solo quedaba demostrar que la bastarda no era hija de él, cosa que Saga tenía muy clara, no existía ninguna posibilidad de lo contrario. Siendo así lo más probable es que hayan falsificado la prueba o que la niña sea hija de otro integrante de la familia…
No eso no podía ser, nadie se habría metido con Shaka sabiendo que era su prometido, estaba seguro que nadie lo traicionaría de esa forma, aunque entonces ¿cómo era posible que las pruebas resultaran positivas? Y entonces una idea terrible cruzo por su cabeza… Shura… Shura siempre había estado del lado de Shaka, lo había defendido cuando lo del robo, y Saga sabía que seguían viéndose después de correrlo e incluso sabía que Shura siempre se había sentido atraído por Shaka… no eso no era posible, Shura jamás lo traicionaría de semejante forma, pero entonces porque se mostraban tan cercanos en la junta, la actitud de Shura tan protectora ¿se debía a que eran amantes? De ser así ¿desde cuándo lo eran?... ¿acaso era Shura el primer amante del que le hablara Aspros?, Saga simplemente no podía creer a donde lo llevaban sus pensamientos, una cosa era que se distanciaran desde lo sucedido con Shaka y otra muy distinta que Shura lo taricionara de esa forma.
Tenía que hablar en ese mismo instante con su primo, si no lo hacía la duda lo mataría… debía quitarse esa maldita espina del pecho y saber de una buena vez por todas que relaccion mantenían Shura y Shaka. Y si al final resultaba que la niña era de Shura entonces, entonces ya decidiría lo que harían, solo rogaba a Dios estar equivocado.
Tomando una decisión Saga se dirigió al Departamento de su primo, no le importó la distancia ni la hora, él solo necesitaba ver que se equivocaba.
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Shura no sabía quién podría ser a esas horas, lo único que sabía era que si no era algo importante le daría un puñetazo al que golpeara de esa forma su puerta. ¡Por Dios eran las 12 de la noche! A quien se le ocurría hacer un visita a esa hora. Ciertamente a él le había costado trabajo salir de su sueño, hasta que pensó que el ruido podría despertar a la pequeña Emi y con ello a Shaka y eso era algo que no quería. Obviamente Shaka no había dormido bien la última semana y necesitaba descansar porque lo peor aún estaba por venir.
-Ya voy, hombre ya voy- dijo mientras abría la puerta y observaba a la figura oscura que casi la tapaba completamente- ¿Qué haces aquí?-
-Quiero respuestas- contesto Saga entrando en el departamento de su primo.
-Ya probaste en Google, suele ser de ayuda-dijo Shura bostezando.
-No te hagas el gracioso Shura- Saga tenía varias preguntas que necesitaban respuesta urgentemente y no pensaba irse de ahí hasta que le quedaran claras. Su primo lo observo más no dijo nada por lo que prosiguió con su discurso- en primer lugar quiero saber ¿Por qué demonios el abuelo incluyo en el testamento a esa niña? en segundo ¿Cuál es la relación que tienes con ella? ¿es tu hija? y ¿Shaka es tu amante?
-Para empezar “esa niña” como tú la has llamado, tiene un nombre se y llama Artemis y los motivos del abuelo los desconozco solo sé que un día me pidió que lo llevase donde Shaka, así lo hice y los resultados de la conversación tú ya los viste en la lectura; en cuanto a mi relación con Shaka y su hija, a ti no te incumbe Saga, el ya no te pertenece y no voy a permitir que le hagas daño.
-No puedes recoger lo que yo he votado, ¿Shura de verdad enemistarte con la familia por semejante p*to, merece la pena?- Saga observo como su primo se tensaba ante el insulto
-Lo merece Saga- contesto seguro- no te imaginas cuanto lo merece y no voy a permitir que ni tu ni nadie lo ofenda y mucho menos la familia y si no son capaces de entender, eso es muy su problema, así que guarda tus insultos y vete de mi casa- Shura estaba a punto perder la cabeza, no entendía que hacia su primo en su departamento y aún más como se atrevía a reclamarle algo después de todo el daño que él le causo a Shaka -Será mejor que te vayas, espero que entres en razón y pero de una vez por todas te advierto una cosa, yo amo a Shaka, lo amo desde hace mucho tiempo, incluso desde antes de que tú lo conocieras y me hice aún lado porque él te amaba a ti pero esta vez no pienso hacerlo, esta vez voy a luchar por él.
Saga se quedó estupefacto ante la declaración de su primo, él sabía que Shura se sentía atraído por Shaka pero nunca sospecho que se tratara de amor y esa afirmación solo le hacía sentir ganas de golpearlo, porque Shaka era suyo, aún después de tirarlo seguía siendo suyo y nadie más podía tocarlo …
-¿papi? – a Saga se le encogió el corazón tan solo de escuchar esa palabra, que más hubiese dado por que fuera verdad y ser él el padre de la niña, y entonces por primera vez la vio, no alcanzaba ni el metro de altura, tenía cabello crespo, un poco más oscuro que el de Shaka, tenía la piel nívea y una pequeñita nariz, en realidad toda ella era una réplica exacta de su padre. Era hermosa. Saga sabía que la niña tenía 3 años, porque aún después de echarlo de la casa, no había podido echarlo de su mente, estando pendiente de cada movimiento suyo hasta el nacimiento de la niña, justo antes de que él se casara con Sorrento. No cabía duda de por qué el abuelo la había incluido en su testamento, con ese pequeño lobo de peluche que agarraba con fuerza contra su pecho y una manita en su ojo, como para quitarse el sueño, era la niña más hermosa que hubiese visto.
-¿Papá?- y entonces Saga se congelo en el momento en que comprendió a quien se dirigía la niña.