-¿Dónde está Emi, June?
La desesperación se podía escuchar en el dueño de esa voz al frente de él, arqueando una ceja a la espera de otra escena dramática tan características de Shaka, que de verdad ese hombre no podía hacer nada sin convertirlo en el capítulo de una mediocre telenovela, con tanto drama uno verdaderamente creería que las desgracias lo seguían. Dita no podía creer que apenas unos momentos a tras estaban en el elevador de lo más normal, o bueno!!!, lo más normal que la situación podía ser con todos dentro, en un incómodo y tenso silencio pero hasta eso todo iba bien o por lo menos aun no había muertos y en ese instante el rubio oxigenado estaba completamente histérico. Se arrepintió de no haber hecho caso a Saga e ir directamente a la mansión, pero sus estúpidas ganas de hacer pasar un mal momento al rubio y burlarse largamente de él fueron más grandes, cuando aprendería a no dejarse llevar por sus impulsos, en fin, el drama había empezado y como él tenía suficiente con ver todas las noches las tontonovelas de Pandora se dio media vuelta para seguir el sabio consejo de su primo.
- ¿Dónde está mi hija June?- esta vez el grito de verdad alerto a Afrodita sorprendido pues Shaka por más enojado que estuviera jamás gritaba, eso era algo que le fastidiaba de sobremanera del rubio, que pasase lo que pásese siempre se mostraba tranquilo, “la curiosidad mato al gato” dice el dicho, por lo que nuestro hermoso gatito volteo nuevamente hacia donde el rubio pero lo único que alcanzo a ver fue una larga melena dorada salir por la puerta del edificio.
- ¿Qué diablos?- la curiosidad siempre fue el punto débil de Dita, así que movido por esta se fue al encuentro del muy alterado ojiazul, apenas dio un paso y sintió como algo se rompía bajo su peso “mierda” pensó al levantar un ya obsoleto celular moviendo la cabeza en forma de negación salió y lo que vio le causo en primer instancia mucha gracia, ya que el desespero del rubio era tal que corría de un lado para el otro tratando de coger un taxi, pero pronto la gracia de la situación se volvió en preocupación pues en la última carrera un auto estuvo a punto de arrollar a Shaka. Preocupado Dita pidió su auto a uno de los guardias de las oficinas y fue el encuentro de un histérico rubio, ya que ni él era tan frio o indiferente para dejar que anduviera en semejante estado por la ciudad.
- Yo te llevo- le dijo a un Shaka a punto de echarse a llorar al no encontrar un taxi disponible.
- Anda vámonos que no tengo todo el día- apuró a Shaka pasando a un lado de este en dirección al auto que aparecía por uno de los estacionamientos del edificio, se subió al auto apenas se detuvo en frente de ellos y se puso cómodo (cinturón, música y un chocolatito que guardaba en el auto)- muévete o te dejo- el de ojos azules le miro desconfiado pero aun así subió al auto y murmuro un “gracias…. Supongo?”, lo último hizo sonreír cínicamente a Dita.
- Y? a dónde vamos?- pregunto poniendo en marcha el auto.
- Al Hospital de pediatría de Londres- respondió Shaka un poco más calmo- y nuevamente gracias
- No agradezcas, no lo hago por gusto sino porque tengo una deuda contigo- dijo Dita que al ver la cara de confusión del otro le mostro lo que quedaba de un celular- considéralo pagado. Termino sin más. El resto del camino fue silencioso.
Cuando llegaron al hospital Dita solo vio un manchón amarillo dirigirse al elevador, sorprendido por la velocidad del otro salió del auto y sin prisa se dirigió a recepción donde le informaron en donde se encontraban atendiendo a la infante Géminis, así que se dirigió hacia el segundo piso de urgencias. Al llegar encontró a Shura tratando de tranquilizar a Shaka, lo miro fijamente hasta que por el peso de la mirada su primo se percató de su presencia, alzo la vista y para Dita fue posible ver como los pensamientos cruzaban la mente de su primo, sorpresa, duda y agradecimiento se reflejaron en los negros ojos de Shura, sus labios solo formaron un gracias y volcó nuevamente su atención en el rubio que lloraba en sus brazos.
Tratando de no ser un estorbo para todos los médicos y enfermeros que pasaban por el lugar, deposito su lindo trasero en uno de los cómodos sillones del área de espera donde encontró varias revistas para la lectura, emocionado Dita tomo una de las revistas para ver la tendencia de tonos para primavera-verano, hojeo varias páginas pero nada de lo que veía le cuadraba, si no mal recordaba ese color había estado de moda hace unos tres años, que raro... ¿pues de cuando es esta mugre? Le dio vuelta y encontró lo que buscaba.
-qué diablos ¡!!!- el grito se escuchó por todo el piso y una enfermera hizo silencio. Asintiendo Dita se quedó callado en su cómo sillón, sabía que las revistas no eran lo más importante en un hospital pero nada perdían en cambiarlas por lo menos cada dos años, la que estaba leyendo él era de hace cinco por dios!!!
Así que sin más remedio se acomodó para esperar pacientemente la explicación de lo que pasaba.
Media hora después por fin el rubio oxigenado soltó a su primo y se dirigió a donde un muchacha de unos 19 años lloraba en silencio ¿no era esa la niñera?, pero bueno por fin su primo le prestaba atención a él, la verdad es que ya se había aburrido. Cuando Shura se acercó lo suficiente Dita pudo observar las enormes ojeras negras debajo de los ojos de este.
- Te ves horrible-
- Gracias Dita, yo también te quiero- con el intento de lo que Dita dedujo una sonrisa que a su gusto parecía más una burla- gracias por traerlo, él se altera fácilmente cuando se trata de Emi.
- No lo hice por el-dijo Dita que al ver la ceja arqueada de su primo continuo-rompí su móvil °u°…. ^u^
- Aun así gracias Dita, no sabes cómo se pone cuando se altera, pudo haberle pasado algo
- Lo sé, se puso todo histérico y casi le pasa un tráiler por encima- claro que exageraba pero la verdad para que preocupar más a su primo
- Y? como está la escuintla?- Dita se arrepiento apenas las palabras salieron de su boca, haciendo una mueca espero el regaño de Shura que tardo en contestar y Dita lo vio de reojo, la sonrisa que se había formado al hablar con él, se transformó en una profunda tristeza al escuchar sus últimas palabras.
- Su nombre es Artemis Dita, o Emi de cariño, no deberías hablar así de ella, solo es una niña y quieras o no lleva nuestra misma sangre, no necesitan tratarla mal ¿sabes?- el regaño de Shura fue efectivo, como solían serlo siempre en realidad servían más que los constantes gritos de Saga. En realidad Dita no quiso decir eso, digamos que la costumbre le gano, pero ya lo hecho no podía cambiarse y no tenía sentido una disculpa… total la pata ya la había metido.
- Y bien? Que tiene?- volvió a preguntar
- No lo saben, la temperatura no le baja y los exámenes no muestran nada raro
- Ummm- o.O?- lo siento
- Lo sé- dijo Shura- no podemos hacer nada más que esperar- silencio- ¿Cómo has estado Dita?- le pregunto Shura, hace mucho que ya no hablaban y no sabían mucho de la vida del otro
- Bien… eso creo… por lo menos sigo vivo-
- ¿Tan mal han estado las cosas con Ángelo?-
- No lo sé… hace mucho que las cosas no son lo mismo, yo quería decirle a Aspros antes de que muriera, quería su bendición pero él se negó, ha estado raro últimamente… U_U…. (largo silencio)- creo que sale con alguien…
- Por qué lo dices? – Shura de verdad estaba preocupado Afrodita no solía abrirse tan fácil, si le contaba era porque de verdad necesitaba desahogarse-
- Sale de noche y llega tarde de madrugada con olor a alcohol y un perfume ajeno… a veces ni llega… T_T
- Le has preguntado?-
- Si, él ni siquiera lo negó ni tampoco lo afirmo… solo dijo que no era de mi incumbencia-
- Lo siento Dita, pero sabes que cuentas con nosotros-
- Yo también lo siento…espera un momento dijiste nosotros? Quien más lo sabe?- Dita se alteró se suponía que era un secreto y que solo Shura estaba enterado
- Se lo dijiste a Shaka no recuerdas?- silencio- después de que los encontrara en pleno acto…
- Dios como pude olvidarlo… tengo que convencerlo de que no diga nada- dijo parándose pero Shura le detuvo sujetando su brazo
- No necesitas hacerlo, él jamás lo dirá no te preocupes
- Seguro?- Dita aún no estaba seguro, volteo hacia donde estaban Shaka y la chica también rubia “pero bueno que todo mundo tenía que ser rubio” Shura se levantó y revolvió el cabellos de Afrodita como solía hacerlo de niños
- Tienes mi palabra… él no dirá nada, no porque seas tú quien lo pidas ni porque sea yo, sino porque confiaste en él un secreto y Shaka nunca traicionara tu confianza.
Con esa últimas palabras Shura fue a donde Shaka y la rubia estaban sentados, beso la frente de Shaka y levanto en brazos a la chica que al parecer estaba dormida, y salió rumbo al elevador, dejando a Shaka y a Dita solos cada uno con sus pensamientos…