Después de la inesperada aparición de Afrodita y la charla tan amena que tuvieron cuando este se marchó, Saga entro en el despacho de la mansión, le apetecía alejarse de todos y de todo, al entrar dio una larga mirada al que una vez fue el recinto de Aspros, aun se podía sentir su presencia dentro del lugar.
Grandes libreros cubrían tres de las cuatro paredes, hechos con la mejor caoba y con un terminado estilo victoriano se levantaban imponentes en el despacho, su contenido no era menos impresionante, libros de todo tipo, pero en su gran mayoría historia.
Aspros era un gran aficionado de la Historia.
Un enorme escritorio dominaba la habitación, en el todavía se podían ver algunos de los papales en los que su abuelo trabajaba antes de su muerte, documentos sobre negocios esparcidos a lo largo y unos cuantos papeles sin importancia.
Aspros!- cuanto extrañaba a su abuelo, sentía que la base de su mundo se estaba derrumbando de a poco desde que el falleciera, le faltaban sus consejos, desde siempre su abuelo fue con el único que pudo conversar sin mostrar esa imagen de hombre fuerte que tanto se empeñaba en mantener.
Su muerte había impactado en sobre manera a Saga y el hecho de saber de su enfermedad no hacía sino agrandar ese sentimiento de culpa por no poder haber hecho nada.
Le dolió incluso más que la de su padre, aquel hombre que desde un inicio los ignoro a Kanon y a él solo por ser hijos de Pandora y que desde el principio no hizo más que ganarse la indiferencia y odio de sus hijos, claro que fuertemente alimentado por su madre.
Kardia murió cuando ellos apenas tenían 8 años en un accidente de auto, venia de la cabaña donde paso el fin de semana con su amante. Tal vez por eso le fue más fácil asimilar la muerte del que fuera su padre. Eso y el hecho de que nunca los hubiese tomado en cuenta como sus hijos, solo los ignoraba.
Kardia nunca pudo amarlos, ni a ellos ni a Pandora porque siempre estuvo enamorado de un profesor universitario con el que ya tenía una relación antes de que su abuelo concretara el matrimonio con su madre. De hecho nunca volvió a tocar a Pandora más que en la noche de boda donde ellos fueron concebidos.
Tiempo después Aspros se enteró de que Degel el amante de Kardia había abandonado su plaza universitaria y se trasladó a la cabaña donde se encontraba con su padre. Una noche le fue informado que Degel había muerto al dar a luz a su hijo. Entonces Aspros fue para confirmar algo que ya sabían, Kardia había tenido un hijo ilegitimo con Degel y que a la muerte de este tendrían que hacerse cargo ellos.
Así fue como una tarde llego Milo, de los tres el más parecido a su padre cosa que hizo que Pandora le tuviera aún más odio al pequeño recién nacido. Lo rechazo desde el primer momento en que llego y aun ahora no toleraba verle, esa era una de las razones por las que apenas cumplió la mayoría de edad se marchó no solo de la casa sino del país y con el único que mantenía comunicación era con Kanon.
Esa era una de las muchas cosas de las que Saga se lamentaba y que no fue capaz de aceptar hasta que conoció a Shaka, el mantenerse alejado de su pequeño hermano solo por el hecho de que su madre no le quisiera había sido un error imperdonable que ahora pagaba con un relación de conocidos con Milo.
Shaka, solo en pensar en la cantidad de cosas que cambiaron al conocerlo da cuenta de la importancia de ese hombre en su vida. Le abrió los ojos sobre muchas cosas en las que estaba errado, su relación con Milo una de ellas.
- Shaka- si contara la cantidad de veces que su mente le recordaba al día se volvería loco. Lo cierto es que había marcado una pauta en su vida y le agradaba más de esa forma a como era antes.
Se acercó a la pequeña cantina del despacho y se sirvió un trago de whiskie, se sentó en el sillón de descanso y miro fijamente la puerta que conectaba el despacho de Aspros con la biblioteca, la misma que fue testigo de aquella fatídica tarde y no pudo evitar recordar que… recordar aquella noche….
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- Va algo mal ¿Saga?- pregunto Shaka que acababa de llegar de su viaje de graduación, encontrando a la familia reunida en la biblioteca de la mansión de los Géminis, la familia de la él que pronto formaría parte, o al menos eso esperaban dos de ellos.
- Aléjate de mí- respondió él quitando bruscamente la mano que Shaka había dejado sobre su brazo y camino hacia el escritorio, recogiendo unos papeles se los aventó a la cara a un desconcertado rubio - quiero que te vayas de esta casa en este mismo instante, no quiero volver a verte, me da asco el solo pensar que pude haberme acostado contigo.
Shaka estupefacto miro a un lado a otro buscando entender que era lo que estaba pasando, busco en las miradas de todos pero en ella solo había desprecio o ira, bajo su vista a los documento que Saga le arrojo y leyó en el encabezado DEMANDA DE ROBO DE ANTIGUEDADES, cada vez más confundido alzo la vista y pregunto - ¿qué es esto, Saga? no entiendo ¿qué está pasando? ¿Por qué me miras así?- Shaka tenía un mal presentimiento de todo esto.
-de que otra forma podría mirar a una basura como tú y eso, querido es una demanda, robaste unos documentos de mi familia y estas mal si crees que unas cuantas revolcadas contigo valdrían tanto como para dejarlo así, al final sacaste tu verdadera cara, no eres más que una puta con cara de ángel-Saga lo miro de arriba abajo con asco en la cara y Shaka se sintió palidecer, ¿unas cuantas revolcadas? Él había degradado su amor a unas cuantas revocadas, pero no fue eso lo que le partió el alma, sino la mirada de odio con la que había recorrido su cuerpo.
- Saga no sé de qué estás hablando, ¿qué documentos?, yo no tengo nada, no entiendo nada por favor háblame, mírame amor, yo no hice nada, yo te amo- rogo desesperado notando como su voz se elevaba cada vez más, pero al parecer sus palabras solo hicieron que Saga se enfureciera aún más pues recorrió el espacio que los separaba y agarrándolo bruscamente del brazo, dijo con los dientes apretados.
- no te atrevas a mencionar que me amas, queda más que claro que no eres más una ramera, una puta que se metió en mi cama con el único propósito de robar y que se fue con su amante apenas tuvo los papeles en sus manos, pero que te quede muy bien claro Shaka los documentos que te robaste eran del siglo XIV, herencia de mi familia y no voy a dejar que una puta como tú se quede con ellos- las palabras salieron con desprecio, con tanto odio que Shaka supo muy bien, que nada de lo que dijera lo haría entrar en razón, le dolía el brazo por el agarre, pero le dolía más el pecho por sus palabras, él sabía que Saga creía todo lo que había dicho, lo acusaba de robar y mirando sus ojos en él, lo supo, supo que no había marcha atrás
- quiero que saques todas tus cosas de mi casa, quiero que te largues en media hora porque si no lo haces, yo mismo te sacare a patadas- y con esto salió del despacho. Shaka observo alrededor a las personas que aún estaban en la biblioteca, sus miradas llenas de odio dolían, pero más le dolió cuando poso sus ojos en aquellos verdes que tan bien conocía, Mu aparto la vista y Shaka callo de rodillas con la cara entre las manos y el sonido de su corazón al romperse decepcionado no solo por las palabras Saga sino también por la traición de Mu. No supo cuánto tiempo estuvo allí, solo que en determinado momento sus piernas le sostuvieron y comenzó a andar hacia la habitación que compartía con Saga, por inercia hizo la maleta y una vez acabo se sentó en la cama viendo fijamente la pared.
Se quedó en ese estado hasta que el sonido de un portazo lo saco de su miseria, Shaka volteo la cabeza y vio a Saga acercarse con la furia plasmada en su cara, se levantó para recibir el castigo, pero en lugar de un golpe lo que sintió fue un beso, salvaje, castigador, con toda la ira y el odio que ese hombre cargaba en su corazón. Saga lo sujeto por el cuello con una mano y con la otra presiono su barbilla para que abriera la boca tan fuerte que Shaka gimió de dolor, sintió el sabor metálico de la sangre cuando él presiono aún más sus labios contra los suyos ocasionando que sus dientes cortaran el labio, aun así Saga no se separó, al contrario profundizo más aquel beso castigador, que lo único que buscaba era hacer daño.
La mano que mantenía su quijada abierta, bajo por su cuello y presiono un pezón con tanta fuerza que no pudo contener un grito, él le estaba haciendo daño y tenía la certeza de que eso era lo que buscaba, el grito pareció animarlo porque jalo el pezón torciéndolo en el proceso. Con un movimiento brusco jalo de su camisa, rasgándola y rompiéndola, el mismo trato recibieron su pantalón y sus bóxer y Shaka ya no pudo aguantarlo más, se echó a llorar, un llanto tan profundo como silencioso, cuando Saga vio las lágrimas recorrer su mejilla pareció que recapacitaría pero en lugar de eso lo arrojo a la cama colocándose entre sus piernas con un rápido movimiento y de un solo empuje lo penetro, Shaka dejo escapar un gemido de dolor, lo penetro duro, salvaje, sin importarle si él estaba listo para su entrada o no, lo jodió duro, lo follo de manera brutal, utilizo su cuerpo para sacar su ira y cuando se corrió dentro de él, cuando ya no necesito su cuerpo, simplemente dijo- VETE- y se fue del cuarto.
Y Shaka se había ido, y no hubiera vuelto a ver a nadie si un mes más tarde no se hubiese enterado de que estaba en cinta, pero Saga nunca contesto, ni las llamadas, ni los correos electrónicos, y mucho menos las cartas y entonces recurrió a su última oportunidad, Shura, para que le diera la noticia a Saga, pero él se negó a reconocer al niño como su hijo y Shaka destrozado emocionalmente y si un trabajo que le diera ingresos económicos se fue del país con el ultimo recuerdo de la violación y desprecio de Saga.
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Se levantó del sillón y dejo que sus sentimientos lo embargaran para cuando salió del despacho las botellas de licor habían quedado vacías y un aturdimiento característico de las borracheras hizo presa de Saga, dejo que sus piernas lo guiaran hacia donde descansaba aquel que ocupaba sus pensamientos. Se encontraba frente a la puerta de las habitaciones del hombre al que aun amaba. Que fácil era reconocer esas palabras cuando uno estaba borracho.
- Shaka – con un leve susurro ese nombre acaricio los labios de Saga, la emoción lo consumió y sin importarle que probablemente su esposo aun anduviera en la mansión entro en los aposentos de aquel que ocupaba sus sueños desde que había regresado.
La oscuridad reinaba en el interior de aquel recinto que guardaba el tesoro más amado y a la vez el más odiado del peli-azul, poco apoco sus ojos se acostumbraron y gracias a la tenue luz de la luna que entraba tímida por las rendijas de las cortinas pudo encontrar la puerta del dormitorio, se dirigió hacia el, observando la estancia donde se encontraba quedándole claro que no era una de las más grandes de la mansión.
Saga fue víctima de un leve tambaleo producto de la cantidad de alcohol que circulaba por sus cuerpo o tal vez por algunos de los juguetes tirados en el piso, maldijo bajo para no despertar al rubio, pateo el muñeco que tenía más cercano y este inmediatamente empezó a tocar una canción de cuna.
El sonido altamente conocido hizo que Shaka despertara justo en el momento en que una sombra entraba a su habitación, asustado trato de levantarse rápidamente pero un ligero mareo se lo impido, ahí estaba la consecuencia de pasar tres días sin comer.
Al ver como Shaka se sobresaltaba y después se sostenía la cabeza Saga se acercó sin planteárselo dos veces y le impidió al rubio cualquier movimiento, en el instante en que su mano toco le el hombro una corriente eléctrica los recorrió a ambos. Shaka supo en ese momento de quien se trataba, solo un hombre era capaz de provocar semejante reacción en él, y aunque habían pasado cuatro años desde la última vez que le había tocado, su cuerpo aun recordaban esas manos.
-Saga – pronuncio cortadamente provocando un estremecimiento en el peli-azul, eso fue suficiente para Saga que sin ponerse a pensarlo dos veces tomo los labios del rubio en un beso salvaje y castigador. Un beso que poco a poco se fue tornando más suave y exigente, ya no buscaba castigar, ahora más bien buscaba encender al otro.
Poco a poco la pasión los fue consumiendo, Saga recostó a Shaka en el colchón y dejo de besar su boca para dirigir sus caricias hacia su cuello donde depositaba pequeños besos en toda la superficie, sus manos comenzaron a acariciar el delgado cuerpo del rubio, subiendo y bajando por su pecho hasta llegar a sus piernas y de regreso hasta tomar los suaves cabellos dorados del otro.
- Shaka- murmuro excitado al oído del otro, necesitando tocar su piel llevo sus manos bajo la ropa, acariciaba con devoción el vientre del rubio subiendo y bajando por su pezones poniéndoles especial cuidado para lograr excitarlos. Pronto la ropa no hizo más que estorbar y con velocidad lo despojo de sus prendas, dejando ver aquella piel nívea y suave, sus manos retornaron a las caricias ahora más apasionadas que las anteriores, recorrió con sus manos y beso cada milímetro del cuerpo de Shaka, adoro como hacía mucho tiempo no lo hacía a ese ser que llenaba sus noches de pesadillas, si pesadillas porque el tenerlo en sueños y despertarse solo y con los pantalones mojados como un simple adolecente era una pesadilla.
Pronto la tortura que aplicaba el pantalón sobre su miembro fue insoportable y con la misma velocidad con la que desnudo al rubio se despojó él de su ropa, quedando los dos en las mismas condiciones.
Volvió a subir a la cama colocándose encima del otro, lo beso con pasión durante unos cuantos minutos y después bajo sus atenciones de apoco hacia el miembro igualmente pálido, pasando por su cuello, los pezones jugando y mordiendo con cada uno el tiempo suficiente para que dolieran, bajo hacia su vientre y beso su ombligo, lo lamio, lo succiono provocando sonoros gemidos. Bajo un poco más hasta que se encontró con el miembro erguido de su pajera y con cuidado beso la punta, se la metió en la boca para después soplar aire frio en ella, lo que provocó que Shaka se retorciera de placer. Masturbo a su hombre con devoción, con manos y boca adoro ese miembro que aún le pertenecía hasta que se descargó en su boca.
Aprovecho aquel líquido para prepararlo, con mucho cuidado introdujo un dedo mientras besaba el cuello a su amante.
-Saga- dijo Shaka buscando sus labios, uniéndose nuevamente en un apasionado beso mientras el peli-azul introducía dos dedos en la entrada del rubio que gimió ante la invasión pero sobre todo ante las sensaciones que esos dedos le provocaban, sin poder contenerse ni un momento más Saga se instaló entre las piernas del rubio y coloco su hinchado miembro en la entrada de Shaka, unieron sus bocas una vez más y de una sola embestida penetro en la entrada olvidada del otro.
Shaka no pudo evitar que una cuantas lagrimas escaparan de sus ojos, había sido mucho tiempo desde la última vez que habían estado juntos y su entrada ya no estaba acostumbrada a las embestidas salvajes de Saga que se dio cuenta de las lágrimas que derramaba y se detuvo esperando que el dolor pasara, beso cada una de las mejillas y lamio el recorrido de esas gotas saladas.
Cuando las caderas de Shaka empezaron a moverse Saga no soporto más y perdió el control de su cuerpo, penetro lentamente intentando mantener el ritmo, pero conforme el placer crecía las embestidas aumentaban de profundidad y frecuencia, pronto los dos llegaron al clímax, derramando su semilla Saga dentro de Shaka y este en medio de ambos cuerpos.
- TE AMO- un susurro invadió la habitación antes de que ambos cayeran en el país de los sueños.
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