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Junjou Maritima (Una loca historia a dos mentes) por Yoshita

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Notas del capitulo:

Emmm... me demore, lo siento.

Pero aqui esta la continuacion, de nuevo la autora #1 (yo! XD) esta en letra normal.

Y la autora #2 (Tavi), está en negrita XD.

Un universo paralelo en donde eran personas, humanos, que vivían debajo del mar (Bob Es-Pon-Ja! LOL) , pero que conservaban sus rasgos de animal. Shark-senpai conservaba sus afilados dientes y sus agallas a los laterales de su cuello y en la parte de atrás, en su espalda, había un vestigio de una aleta dorsal. Había adquirido pelo azul oscuro algo largo y sus ojos se habían conservado grises al igual que el tono marfileño de su piel, vestía un pantalón azul suelto y una camisa negra, encima tenía una camisa manga larga de cuadros azules claros y oscuros y unas botas negras. Por el lado del pequeño pulpo; seguía siendo pequeño, Shark-senpai había conservado su fornida complexión, mientras que el molusco, ahora no tan molusco, era menudo y estaba desmayado todavía; lo detalló con cuidado: en sus manos había rastros de ventosas y su pelo era una extraña combinación de azul oscuro y rojo, bajo su ojo izquierdo había un pequeño círculo azul, que recordaba a los círculos que rodeaban su cuerpo de antes, vestía un pantalón azul suelto y una camisa que hacía juego con los colores de su pelo y unos converse azules oscuro tipo botín. Shark-senpai estaba tan ensimismado observando al chico que estaba en la camilla, que no se fijó cuando este abrió los ojos anaranjados y miró fijamente a su senpai, que, de alguna manera, sabía que era su senpai  después de haber entrado en ese extraño mundo paralelo.

..Pero… Aun reconociéndolo, Tako-tan salió propulsado de la camilla en pánico en cuanto vio a su senpai… Tan cambiado.

-¡Shark-senpai! ¿Qué sucedió?

-No lo sé, Tako-tan- musitó Shark, y al fijarse detenidamente en el uke añadió- pero no me desagrada el resultado.

Tako-tan se sorprendió cuando de hecho sintió sangre yendo hacia su rostro. Trató de taparse con tentáculos inexistentes y lo único que logró fue cubrirse torpemente con una mano. Debía admitírselo, Shark tampoco se veía mal, todo y transformado.

-S-senpai…- susurró para sí.

-¿Ya estás bien?- inquirió Shark, genuinamente preocupado. Se sintió algo confundido en cuanto notó que sus dientes afilados  alteraban el modo en que sonaban sus “s”.

-S-sí, senpai. Estoy bien. Pero puede haber otros allá afuera que no lo estén… Senpai, necesitan ayuda; vamos.

-Espera ahí- dijo Shark, jalando al ex -pulpo-ahora-humano en un abrazo- me alegra que estés bien. Te quiero, Tako-tan.- El abrazo se sentía raro. Era extraño con los alargados miembros que ahora poseía, y el tacto entero era distinto; pero a la vez Shark parecía conforme con poder abrazar mejor al  alguna-vez-molusco que tanto quería.

Se alegró cuando sintió otros brazos alrededor de su tronco. –También yo, senpai- escuchó- ahora vamos a ver a los demás.

-Está bien- respondió el seme.

Tako abrió la puerta de le enfermería y se encontró con una escena caótica.

Un niño pequeño trataba de limpiarse una baba verdosa de su camisa blanca y su pantalón negro y un muchacho bastante alto y fornido estaba echado a su lado, con una cantidad copiosa de esa baba escurriéndole de la comisura de la boca, que le goteaba en su camisa verde oliva y llegaba hasta las botas militares cubiertas por un pantalón negro. Tako se estremeció cuando se dio cuenta de que frente a sus ojos estaban el gupi y el pez abisal de antes.  Ignorando la escena asquerosa, Tako  comenzó a mirar a cualquiera que necesitara ayuda manejando sus brazos o piernas… Como Lisa-chan, que se sacudía en el suelo, agitando brazos y piernas y gritando “Lisa no comprende estos extraños tentáculos, ¡AYUDA!”.

Ellos se quedaron viendo a la chica rubia que se removía en el suelo, con unos enormes ojos azules y un cuerpo bastante bien formado, tenía puesta una mini, MINI falda rosada y una camisa blanca con unos pequeños copos de nieve estampados en ella y unas zapatillas con unos tacones más grandes que la nariz del pez espada que, por cierto, estaba feliz con sus nuevos miembros, ya que los largos dedos le permitían tocar mejor el teclado para Aqua Times; su largo pelo negro le llegaba hasta la mitad de la espalda, lo tenía recogido en una coleta baja y habían mechones que caían sobre los ojos cafés, su ropa era todo un desastre, un metalero completo: una camisa negra, con un pantalón negro y unas botas con taches, y en su cinturón descansaba la funda de una katana con su arma correspondiente. Iruka estaba sentado al lado Spado, el tecladista, mirando su nueva forma, unos esbeltos dedos salían de unas mangas grises de una chaqueta que le quedaba algo grande, tenía un pantalón negro y unos converse grises, un gorro gris mientras que la capucha de la chaqueta lo cubría.

Tako ignoró a la banda y se dirigió hasta Lisa, que aún se agitaba en el suelo gritando y tratando desesperadamente de lograr motricidad. Fue entonces cuando lo notó: Lisa no era la única en aprietos. La gran mayoría de formas de vida marina tenían pequeñas aletas o tentáculos que, al transformarse en brazos y piernas, afectaban la movilidad de todos. Por más que se tensó al pensar en toda la gente a la que tendría que ayudar siendo de los pocos que de hecho podían coordinar brazos y piernas- El mismo Shark-senpai aún abría y cerraba las manos, observando y tocando los dígitos y girando las muñecas- decidió ir uno por uno, y se inclinó para ver a una Lisa-chan que ahora, además de convulsionar como en medio de un exorcismo, moqueaba y lloraba fuera de control al ver el pegajoso fluido desconocido bajarle por el rostro. Qué asco.

-Lisa, te ayudaré- dijo Tako, con la cara torcida y no muy emocionado por el prospecto.

-¡Oh! Eres el héroe de Lisa-chan, Tako-kun- dijo ella, tratando de agarrarlo, fallando y luego lanzando otro grito.- ¡¡Apúrate!!

El alguna-vez-fue-pulpo-pero-ahora-es-humano bajó una mano. Al inclinarse perdió un poco el equilibrio; pero como hizo en cierta ocasión cuando aún tenía tentáculos, alargó uno de los cuatro que le quedaban- una pierna- y se apoyó, volviendo a adoptar una postura medianamente correcta. –Lisa-chan, toma mi mano- ordenó.

La ex medusa se esforzó por levantar un brazo, pero falló. –Estos tentáculos son pesados. Lisa-chan no los puede mover- se quejó, exhalando con fuerza… Lo que ocasionó que una burbuja de mocos en su nariz se inflara. Tako-tan respiró profundamente, tratando de que su bocadillo de algas no se saliera. –Entonces yo te tomaré- respondió.

Usando la pegajosidad de las pequeñas ventosas en su mano tomó a la chica de la muñeca y la levantó con cuidado. Cuando por fin logró que apoyara sus pies de tal modo que no cayera tan sencillamente,  la miró para chequear si estaba bien. En la cara chorreada de mocos y lágrimas de Lisa-chan había una expresión de devota admiración. –Eres lo máximo, Tako-kun- suspiró.

Tako, asqueado, levantó algo de la camisa de la chica y comenzó a limpiarla, usando después del agua que los rodeaba para quitar la sustancia pegajosa. Llevó a Lisa-chan hacia una pared, medio instruyéndola en el arte de la caminata, y la dejó apoyada allí. En cuanto la hubo terminado de acomodar, sin embargo, oyó un estrépito y una voz masculina que daba un quejido...

¡¡Shark-senpai!!

En efecto, el ex tiburón estaba ahora en el piso y miraba al techo, como sin saber qué hacer. Tako corrió hacia él. -¡Senpai!- gritó alarmado- ¡Ten más cuidado! ¿Qué rayos querías hacer?

El senpai se rio. –Me tendrás que enseñar a caminar- sugirió sonriente.

El antes-pulpo le alcanzó a su senpai un brazo para que se levantara, pero Tako era demasiado débil y terminó siendo arrastrado al suelo, junto con su senpai.

-Lo siento, Tako-tan.

-N-no pa-pasa nada, senpai, es-estoy bien, de alguna manera, para mi si es fácil caminar- sonrió y se rascó detrás de su cabeza.

-Neee, necesitan ayuda?

-Gin-san?- Tako miró al hermano de su senpai y lo detalló, frente a él había un joven de pelo blanco algo despeinado, ojos azules oscuro y una sonrisa aserrada, vestía un pantalón negro con unas botas del mismo color, una camisa negra manga corta con bordes rojos, una correa marrón se asomaba por encima de la camisa y vestía una chaqueta blanca con decorados en azul claro cubría el resto de sus brazos. Le ofreció la mano al antes-pulpo y le ayudó a levantar, luego hizo lo mismo con su hermano.

-Aniki, quien diría que eras tan pesado?

El otro se sonrojó copiosamente. -¡Silencio, idiota!- gritó, cruzando los brazos.

Tako-tan reía abiertamente. Una lágrima fina escurrió por su mejilla por el exceso de carcajadas. Shark-senpai fue hacia su uke, lo levantó como se hace con un saco de papas y lo agitó, haciendo que el otro gritara. -¡Bájame, senpai!- gimió el en-cierta-época-pulpo.

Shark comenzó a reír maliciosamente y trató de correr con su uke alzado, pero tropezó y sólo de milagro recuperó correctamente su equilibrio. -¡¡¡CUIDADO, SHARK!!!- oyó entonces el alarido de Tako-tan- Aún no sabes correr. No lo hagas, ¡SANTO CIELO!

Fue entonces cuando vieron a otra contada excepción- alguien que sí sabía caminar bien- yendo hacia ellos. El chico usaba un gorrito triangular sobre su cabeza y, como Tako-tan, tenía ventosas en las palmas de sus manos. Se acercó con una risita.

-Veo que, entonces, las cosas salieron bien antes de que entráramos a esta extraña circunstancia- dijo con una sonrisa socarrona.

-¿Eh?- inquirió Tako-tan, que en ese momento estaba de trasero a la voz.

-Soy Kraken- respondió aquél que había hablado antes.

-Kraken-kun- Tako le hablaba a su trasero- senpai, dame la vuelta- el antes-tiburón dio la vuelta y encaró al chico del gorrito- estas bien! Como no te había visto creí que habías tenido algún percance, pero aquí estas... qué bueno- Tako le sonrió a su mejor amigo.

-Buuu, ya lo sé- Kraken echó su cabeza un poco hacia atrás y guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón café- a mí no puede pasarme nada malo- se señaló con el pulgar izquierdo- estas cosas no me van a impedir moverme- señaló a los dos apéndices que salían de su cadera, las piernas, y agregó- veo que tampoco ustedes tienen dificultad.... Bueno, excepto por ti, Shark-senpai, parece que no te desenvuelves bien con estos cosos nuevos.

-Ah- Shark suspiró- sigues tan desesperante Kraken..... si no fueras el mejor amigo de Tako-tan te hubiera comido hace rato.

-Shark-senpai- Kraken miró a Shark con una cara de picardía- en qué sentido está hablando? De qué manera me hubiera comido?- apoyó su quijada en su pulgar y lo miró.

-Kraken-kun, eres un pervertido- Tako le gritó desde los hombros de su senpai.

-No te comería de la manera que esperas, pervertido- le dijo el senpai- te fritaría y luego te arrojaría al arrecife, creo que no soportaría tu carne siquiera, es repugnante.

-Mmhmm- replicó Kraken con una sonrisa ladeada-, La única razón por la que no digo nada al respecto es porque tengo muy claro que al único que comerías es a Tako-tan- rio con fuerza al ver que a Shark se le aflojaba el agarre de su uke y Tako caía por un segundo, antes de tener su frágil cuerpecito de regreso en las manotas del senpai.

-¡¡Kraken!! ¡¡No me avergüences!!- gritó Tako, sonrojándose violentamente-. ¡Deja de ser un depravado!- comenzó a agitar brazos y piernas de un modo que Shark podía medio-asociar con los previos movimientos de tentáculo de Tako en esas situaciones.

-No es mi culpa que tu seme se insinúe ante mí. Tal vez de hecho soy demasiado sexy- de nuevo sonrió ladeadamente.

-¿Sabes qué, Kraken? En vez de realizar comentarios muy innecesarios, hazme el favor de ayudar a los que no pueden caminar, ¿sí?- sugirió-ordenó el uke.

Kraken se encogió de hombros y se alejó con una risita.

-Ah, a veces puede ser tan desesperante, pero es mi mejor amigo.

-Sí, es irritante, pero dijo algo que me gustó.

-Ah, qué cosa senpai? Kraken es un tarado, si lo arrojaras al arrecife no me enojaría......... bueno, tal vez sí. Ah, olvida lo que dije, me puse a divagar, que es lo que te gustó senpai?

-Ser tu seme.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Que tal va esta locura? esperen la continuacion...


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