Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

5 pasos para gustarle por LovelessMidori

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Uy, sí, soy tan original en eso del nombre de los capítulos xD

5 pasos para gustarle

Capítulo 4. Enfadado

 

-       ¿No puedes dormir?

Estaba tan pensativo que no me di cuenta de que Ámber se despertó ¿Qué demonios debería decirle? No quiero que esté preocupada.

-       No es nada, Bicho – Así es como le digo de cariño. Cuando era pequeña se ensuciaba mucho de lodo y cuanta cosa tocaba. Mamá le regañaba y ella se defendía diciéndole que era un bicho y por eso debía estar así; mugrosa niña, si algo lograba con eso, era que mamá tan solo riera y ya no la regañara, pero ¿Quién tenía que bañarla? YO.

-       ¿Sucedió algo? – Mi hermanita insiste en saber lo que me pasa, siempre fue así. Se preocupa demasiado por las personas a las que quiere.

-       No. Vuelve a dormir. Mañana te levantas temprano.

-       Tú también y tienes un buen rato despierto.

-       Pero yo si me levanto, además, tú eres niña y necesitas dormir bien.

-       Está bien, pero luego no te andes quejando de que nadie te escucha, porque bien que yo…

-       Ámber, solo cállate y duérmete ¿quieres?

Sí, yo sé que no debería hablarle así, es solo que mi cabeza se encuentra dando vueltas. Ya había mencionado que André últimamente se ha portado raro ¿no? Y lo último que necesito ahora es a una niñita regañándome porque estoy falto de sueño.

Me giro lentamente. Ámber tiene los ojos cerrados y las cobijas le cubren hasta el cuello, pero sé que no está dormida. Esas actitudes tan sumisas de ella son lo que de pronto me hace sentir culpable, pero no estoy de humor para pedir su perdón. Lo que ahora me tiene preocupado es porque André hace esas cosas.

----------

Flashback

----------

Al salir de la cafetería André me acompaño al río. El camino fue muy tranquilo, conversábamos de cosas sin importancia, nos distraíamos de nuestras vidas diarias un rato. Llegamos y comenzamos a lavar la ropa en silencio, pero no era un silencio molesto, simplemente, ya no nos dieron ganas de hablar.

-       Eres como la cenicienta de tu familia – me dijo él

-       Ceniciento por favor ¿Si? Soy hombre.

-       Pues con esa carita, créeme que si te ando confundiendo con una chica.

-       ¿Por lo menos soy una chica sexy? – Le pregunté riendo.

-       Uuuy si, eres muy sexy. Deberían darte un premio por ser la mujer-hombre más hermosa de todas.

-       Seguro que me lo merezco.

Ambos comenzamos a reír. Me levanté del suelo para tender la ropa que tenía ya limpia en una de las ramas de un árbol, asegurándome de que no se volviera a manchar y cuando me di la vuelta él estaba enfrente de mí. Comenzó a avanzar. Por alguna extraña razón, me puse nervioso, pues, había algo en su mirada que no me agradaba. Retrocedí y él seguía caminando hacia mí. Me arrinconó contra el árbol que tenía detrás.

-       Eeey… ¿Qué demonios haces? – Le pregunté. Mi voz sonó bastante temblorosa.

-       Me preguntaba si también besas igual que una chica.

Se acercaba peligrosamente a mi rostro ¿Realmente me iba a besar? No podía, porque ambos somos hombres, además… es mi amigo. Debí apartarlo. Debí huir de él en ese momento. Pero no. Lo que hice fue quedarme como un reverendo idiota ahí parado, con los ojos cerrados, esperando por un beso que jamás llego. Cuando abrí los ojos él se estaba riendo.

-       ¡Debiste ver tu cara! – Me señalaba con su estúpido dedo índice mientras se carcajeaba.

¡Se burlaba de mí! ¿Por qué hacía eso? Está más tarado que un… que un… no sé pero está bien tarado. Me enojé, sí, ¿Cómo no hacerlo? No debió jugar así conmigo.

-       Tus ojitos cerrados – seguía riendo - ¿Realmente pensabas que te besaría?

-       André, eres un imbécil – Lo aparte de mi camino con mi mano en su cara. Apuesto a que mi cara estaba realmente roja. ¿Por qué tengo que sonrojarme por todo?

-       Vamos, no te enojes – Sentí sus manos aprisionando mi cuerpo y su barbilla en mi hombro.

-       Suéltame, grandísimo idiota. – Le ordené, pero, contrario a lo que yo dije, me abrazó más fuerte. ¿Quién se creía que era? Hice todo lo posible por soltarme, pero él siempre ha sido más grande y más fuerte que yo, así que desistí.

Cuando vio que me calmé me soltó. No quise verlo. Solo comenzaría a reír de nuevo y no se lo iba a permitir. Me senté en el suelo. Ya falta muy poca ropa para acabar de lavar.

-       Si no vas a ayudar puedes irte – le dije en un tono muy serio. ¡Que viera que no estaba de broma! En silencio se sentó a mi lado y se puso a lavar.

----------

Fin Flashback

----------

 

***

Ya es de día, no sé en qué momento me quedé dormido, pero bueno, ni hablar, es hora de que me ponga a trabajar. Al parecer mamá ya se fue (y se llevó a Ámber) Mitchell aún está dormido. Se me ocurre despertarlo, aunque mejor lo dejo dormir. Prepararé el desayuno y luego lo levanto.

Únicamente hay cuatro paredes en mi casa. No tiene separaciones de la habitación, comedor y esas cosas. Tampoco tengo muchos muebles. Una cama (donde dormimos los 4), una mesa, 4 sillas, una estufa y un refrigerador. Afuera de la casa en la parte de atrás tenemos una pequeña fogata para calentar agua o cocinar cosas más… laboriosas. Podría decirse que la casa está por partes. El baño solo está tapado con algunas cortinas.

En 2 tazas sirvo leche. Pongo una sartén en la estufa y aceite. ¿Dónde deje el huevo? Saco algunas rebanadas de jamón y lo pongo en la sartén. Muevo un poco y agrego los huevos. Una vez listo lo sirvo en dos platos y ahora sí, voy a despertar a Mitchell.

Desayunamos tranquilamente. Hoy no tengo muchas cosas que hacer en la hacienda. Me meto a bañar mientras mi hermanito lava los trastes del desayuno.

Me agrada bastante sentir el agua corriendo por todo mi cuerpo, ciertamente es reconfortante. No soy de las personas que tardan demasiado en un baño, sin embargo lo disfruto mucho. Salgo y me visto rápidamente. Un pantalón bastante cómodo y una playera negra algo holgada y mis tennis son mi conjunto de hoy.

-       ¿Ya, enano? – Le pregunto a Mitchell. El solo asiente con la cabeza y salimos de la casa para ir a trabajar.

Casi nunca me dice nada, no entiendo porque, pero sé que soy la persona en la que más confía. Lo poco que me cuenta son cosas acerca de lo que siente o de los problemas que tiene.

Escucho que desde atrás un caballo se acerca y jalo a Mitchell para orillarnos, sin embargo, no veo que el caballo pase. Giro la cabeza para llevarme con la desagradable sorpresa de que Richard está montando la misma yegua que me tiro y salpico ayer cuando intentaba lavar la ropa. Como lo odio.

-       Hey, princesa, ¿no quieres que te lleve? - ¿Princesa? Princesa su abuela. Como se le ocurre querer insultarme de esa manera. Odio su estúpida vocecilla, su manera de moverse, me parece tan… agh…

-       No molestes, engreído.

-       Uuuy, la nena hoy despertó de malas.

Ignóralo, Joseph, sigue caminando. Ya tuve demasiadas mariconadas por el resto de la semana. Richard se acerca a mi hermanito.

¿Richard se acerca a mi hermanito? ¡Hey! Solo yo me acerco a mi hermanito, bueno, y mi madre, y mi hermana…

-       ¿Quieres dar una vuelta, pequeño? – Mi hermanito acepta emocionado.

-       Ni creas que te llevaras a Mitchell, es mi hermano, asi que bájalo.

-       Hay, por favor…  - Se calla un momento como para decir mi nombre.

-       Joseph. – le responde mi hermanito… Condenado chamaco, ya me las pagará después.

-       Joseph, solo daremos una vuelta. Yo me encargaré de regresarlo a tu lado. Conmigo estará seguro.

-       ¡Por supuesto que no!

-       Joe… por favor… ¿Siiii? – Mitchell me hace su carita de perrito pateado. Odio que haga su carita de perrito pateado. ¿Cómo decirle que no cuando pone la carita de perrito pateado? Estúpidos perritos pateados.

-       Aaaahg… Está bien. Pero en una hora ya te quiero en la casa ¿de acuerdo?

-       ¡Yupiiii! – Estúpido niñito adorable…

Sin decir nada más, el ricachón ese se va con mi hermano en brazos. Creo que pretende ganarse el cariño de Mitchell para que yo no pueda decir nada… Como lo detesto. ¿Ahora qué hago? Solo tengo que ir para alimentar a los animales y ya. No hay mucho que hacer hoy. No puedo ir con André, aún estoy molesto con él. Iré a bucar donde tirarme un rato a dormir.

 ¿Por qué hasta mi propia familia se pone en mi contra hoy? Debería existir una ley en alta traicion contra los hermanitos que te cambian por ricachones engreídos con cerebro de cacahuate.

Notas finales:

Bueno, eso es todo, lamento tardar en actualizar xD 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).