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Volviendo a enamorarte por LuuOkita

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Despertó por culpa de los rayos del sol, volver en si mismo le recordaba el dolor que sentía en el pómulo, no es que fuese un dolor casi inhumano, pero si molesto para dormir. Se sentó en la cama frotándose los ojos algo confuso, recordaba lo que sucedió con Sherlock, le había abrazado y había llorado como no lo hacía desde que se enteró de su supuesta muerte. Mira a su alrededor viendo que era la habitación del detective, no pudo evitar sonreír al ver que en poco tiempo estaba igual de desordenada que siempre.

 

Entonces se abrió la puerta de la misma y entro el susodicho detective con una bandeja en las manos. Llevaba tostadas algo quemadas, un poco de mermelada y una taza de té, aunque seguramente también había tenido algún incidente con este.

 

-Sigues despertándote a la misma hora de siempre -Repuso divertido mientras se acercaba a él y le dejo la bandeja sobre la cama.- John ¿por qué tienes esa cara de sorpresa? -Preguntó intentando analizarlo pero su mente pensaba en lo que podía haber pasado para que reaccionase de esa forma el día anterior.-

 

-Es que nunca habías ni intentado ponerte agua en la taza -Le dijo sonriendo luego con levedad y empezó a desayunar. Las tostadas estaban quemadas y el té tenía demasiada azúcar pero eso daba igual, estaba hecho por Sherlock.

 

-Que no lo haga no significa que no sepa -Le dijo mientras alzaba una ceja como quien se molesta y se sentó a su lado.- John tengo que decirte algo que ya sabrás...-Comenzó a decir iba a enseñarle las fotos de Marie, pero ese no era el mejor momento al menos para ser tan detallista.- Mycroft me dio fotos de una mujer que se sacaba fotos con los cuerpos de los hombres que mataba, el último fue aquí en Londres, lo encontraron hace un día -Cogió aire y le miro fijamente, por primera vez en su vida estaba dudando de como decir las palabras exactas.- Tenemos una sospechosa y seguramente cometa otros crímenes, pero sabemos que hasta el momento son tres...

 

-Sherlock ¿ por qué me....-Se quedo callado unos segundos dejando la tostada sobre la bandeja y se levantó a toda prisa, yendo a vomitar.

 

Simplemente agarró la bandeja para que no se ensuciase nada y suspiró con suavidad. John lo sabía, había visto las fotos sin querer en el ordenador que compartían ambos y ella simplemente le dijo que era una sesión para una feria de películas de terror. Pero John no es ni una pizca de tonto y si algo sabía de él es que sabe cuando las personas mienten, intentó averiguar algo más de esas fotos, sabía a la perfección que eran reales. ¡Claro! De ahí la pelea, ella quiso hacerlo uno más de su colección pero gracias a su buena condición física pudo huir de ella sin resultar muy herido.

 

-¿Sherlock me estás escuchando? -Sonó la voz ronca de John a su espalda, el cual ya parecía estar más compuesto, pero tenía los ojos acuosos.- Vi esas fotos... Las tenía después de ir a París-Le contó al detective bajando la mirada.-

 

-¡Brillante! -Exclamó entonces sonriendo con amplitud.- Esos asesinatos ocurrieron en París, por eso solo encontraron el cuerpo de su primer asesinato en Londres y al ver que tu descubriste sus fotos quiso matarte ti tam...-Se quedo a mitad de su discurso cuando oyó algo desconcertante.

 

John estaba parado frente a él, tenía la cabeza baja, puños apretados al igual que su mandíbula pero sus hombros temblaban ligeramente además de que tenía el ceño fruncido y se estaba mordiendo el labio inferior. Levantó la cabeza con gruesas lágrimas recorriendo su rostro y se abrazó a Sherlock, de rodillas en la cama. Por su parte el detective ya libre de aguantar la bandeja se quedó algo confuso por su reacción cuando resolvían un caso John normalmente estaba feliz pero esa vez no fue así. Le rodeo con los brazos aún sin saber bien que decirle.

-No sonrías cuando resolvamos un caso, no es educado -Le dijo sonriendo aún con lágrimas por su rostro y ladeó el rostro acariciando despacio su mejilla.- Incluso siendo un sociópata eres la única persona que me conoce tanto -Susurro mirándolo, mientras se secaba despacio las lágrimas de las mejillas.

 

-Elemental, eso es porque yo si observo y soy un genio -Repuso sin ningún tipo de modestia, algo normal en él y le miró al sentir su caricia, sintiendo un inexplicable calor en las mejillas.- Tenemos que ir a ver a Lestrade para que la arresten -Dijo hablando rápido pero esa vez el contacto humano no estaba resultando tan insoportable como siempre.

 

-Yo iré a hablar con Lestrade y tú con Mycroft -Le dijo mientras seguía acariciándole con suavidad y sonrió al notar su sonrojó.- ¿Te has sonrojado? -Preguntó algo divertido mientras le veía desviar la mirada como si estuviese confuso.

 

-Por eso siento calor -Murmuró mientras le miraba y luego se separó despacio de el algo avergonzado de haber de sido tan humano en esos momentos.- Vamos John tenemos un caso que resolver -Le alentó poniéndose de pie y salió de la habitación para recoger las pruebas.

 

Estaba harto de Mycroft y sus preguntas, llevaba como una hora contándole lo mismo una y otra vez para que se enterase y comprendiese que hasta John había admitido que Marie era una asesina en serie y no precisamente de gatitos. Bufó algo molesto al ser la tercera vez que se lo termina de contar y rodó los ojos molesto al llamar a su hermano, necesitaba algo más entretenido que todo eso.

 

Mientras tanto en la comisaría le habían dado una tila a John que tenía los ojos llorosos y parecía bastante nervioso, relatar lo que la supuesta mujer que amaba era demasiado fuerte al menos para él. Entonces sonrió pensando en Sherlock.

 

-Iremos a por esa zorra ahora mismo -Dijo la sargento mientras llamaba por una unidad, poniendo una mano sobre el hombro del doctor que simplemente hizo una mueca bebiendo algo de la tila.

 

-Te llevaremos a casa John -Dijo Lestrade, acompañándole hasta uno de los coches de policía, aunque en el trayecto no pudo evitar volver a hablar.- ¿Qué harás? ¿Vivir de nuevo con Sherlock? Todos pensando que él y mentía y tú siempre …

 

-Lestrade, solo déjalo pasar -Le dijo interrumpiendo la frase que medio Londres le había repetido hasta la saciedad.- Si nadie quiso creer en él, fue porque una mentira que es más fácil de comprender que la verdad es más aceptada -Concluyó, sin poder evitar una sonrisa de satisfacción al haber usado una de las frases que Sherlock le dijo cuando se habían convertido en fugitivos.

 

Se despidió algo escueto mientras subía las escaleras, buscando las llaves en el bolsillo, pero se las había dejado sobre el sofá. Maldijo en voz baja tocando en la puerta y llamando por Sherlock que parecía no oírle. ¿Y si le había pasado algo? Empezó a ponerse nervioso.

 

-¡Sherlock! ¿¡Estás bien!? -Gritó, algo fuerte, pues oyó como la sra Hudson parecía sorprendida al estar subiendo las escaleras y entonces por fin aquella maldita puerta, tras unos segundos se abrió.

 

-Estaba dándome un baño -Le dijo tras abrir la puerta por completo y hacerse a un lado para dejarle entrar. Aunque Sherlock, estaba solamente con una corta toalla enroscada en su deliciosa cintura, mientras algunas gotitas recorrían todo su cuerpo, haciendo de su cabello y su rostro la combinación más tierna y de su vientre apenas velludo y su cadera la más sensual.- ¿John? -Le llamó con suavidad al ver que no reaccionaba y se había quedado mirándole.

-¿Ah? ¿Qué? -Preguntó al estar realmente ido con aquella visión, si es que ese chico pecaba de inocente y sensual a la vez. Se mordió el labio intentando prestarle atención y le miró, con gran esfuerzo a los ojos, intentando sonar a sí mismo pues sabría que las deducciones no tardarían en llegar.- Por dios Sherlock, ponte algo más de ropa. Tienes un albornoz -Dijo antes de ir al salón, dejándose caer sobre el sofá algo cansado.

 

-Como si no te gustase mirar -Le dijo haciéndole un guiño divertido y se puso las gafas, echándose el cabello hacia atrás y fue hacia su habitación, para terminar al menos de vestirse y secarse.- ¿Qué tal con Lestrade? -Le preguntó algo alto para que le oyese desde el cuarto.

 

-Bien, la arrestarán -Dijo sin muchos ánimos mientras miraba la televisión y cogió el laptop de Sherlock, viendo que la última entrada que había escrito había sido la más triste de toda su vida. Suspiró dejando el blog de lado y abrió una de sus redes sociales, encontrándose con Molly, la cual no tardó en pedirle una videollamada, al final se llevaban bastante bien.

 

-John ~ -Canturreó la grave voz del detective que aún con el cabello algo húmedo volvió a aparecer en escena, con un jersey del doctor, negro y blanco a rayas, algo largo y solamente unos slips negros.- ¿Qué haces? -Preguntó dejándose caer a su lado y le miró alzando una ceja.

 

-¡Sherlock! ¡Qué monada! -Gritó emocionada Molly que aún seguía allí y dio un par de palmaditas en el hombro, aunque el doctor no cabía en su sorpresa.

 

Sherlock en el sofá, con esas piernas al descubierto, solo con ropa interior y su jersey, uno de sus jerséis. Eso era demasiado. ¿Cuántas veces se lo habría puesto? Se volvió a morder el labio sin poder evitar sonreír al verle así y dejó el ordenador sobre la mesilla del salón, mirando hacia Molly.

 

-Creo que tenemos que dejarlo por hoy, ya hablaremos -Dijo aun sonriente y amable como siempre, sin dejarse nunca derrumbar ante nadie, exceptuando a Sherlock aunque ahora lo menos que haría sería derrumbarse y bajó quitó la videollamada, mirándole con una sonrisa algo divertida y pícara.- ¿Desde hace cuanto te pones eso? Pensé que lo perdí en la mudanza

 

-Eh...-Se puso algo rojo mientras se recolocaba las gafas y subió una pierna al sofá, intentando buscar alguna forma de justificarlo.- Creo que fue después del caso de La Mujer -Le aclaró, sin poder evitar reír ante la cara de asombro de John.- Irene llega a tener buenas ideas -Dijo, dejando la frase al aire, divertido.

 

-Oh no basta, no quiero saber que juego masoquista hiciste con eso -Le dijo empezando a reírse mientras le miraba y le despeinó.- Y decías que eran aburridos -Le recriminó en broma, poniéndose de morros, haciendo que no le miraba.

 

El detective infló los mofletes tras reír y luego se acercó algo más al doctor, muy cerca de su oído, lo suficiente como para causar un estremecimiento en el cuerpo del mismo. Susurró una breve disculpa que apenas logró articular y dio un suave beso en su mejilla, casi en la comisura de sus labios, sintiendo de nuevo síntomas parecidos a una taquicardia y las mejillas ardientes.

 

Se miraron a los ojos, sin poder evitar sonreír sobre los labios del otro y las manos John se acomodaron en la cintura del moreno que no tardó en sentarse casi sobre él, besándolo esta vez en el los labios, con más intensidad, con más necesidad. Como en aquel experimento de darse besos.

Sherlock cerró los ojos, pasando las manos por su cabello, su cuello y su pecho, sin saber muy bien aún si estar quieto o moverse, imitando a John un poco más lento, pero igualmente intenso. De nuevo esto hizo sonreír al doctor, que ladeó la cabeza para profundizar el beso, mordiendo su labio inferior con suavidad y luego lamió su lengua muy despacio, haciendo estremecer al moreno.

No pasaron muchos segundos, hasta que ahora tenía un juego de lenguas acelerado en el que Sherlock había aprendido a qué hacer y se separó un poco después para suspirar a por aire, mirando a John a los ojos por un momento.

 

-Mi segundo beso y sigue siendo contigo -Susurró agarrando el cuello de su camisa con una sonrisa y volvió a la carga, copiando movimientos aprendidos de John, sentándose encima de él para estar más cómodos.

 

Tan enfrascados estaban en aquel beso que no oyeron el timbre, solo oyeron una especie de exclamación por parte de la sr Hudson, seguido de una palmadita y un hurra, que terminó en una sonrisa. Los dos se separaron algo sonrojados, sobretodo John, aunque sin poder evitar sonreír al ver a su querido detective con los labios rosados e hinchados, toda una delicia.

 

-Disculpe señora Hudson ¿ocurre algo? -Preguntó Sherlock intentando sonar normal y casual, aunque nada de eso entraban en su vocabulario, ni hoy ni ningún día.

 

-El inspector acaba de llamar para que decir que han arrestado a la culpable -Concluyó con una sonrisa de felicidad y luego se volvió algo más pícara y se llevó una mano a la cara haciendo el mismo gesto que se hace al contar un secreto y bajó un poco más la voz.- Bueno, me voy y creo que ha pasear, que lo paséis bien chicos -Concluyó yéndose por donde vino, cerrando la puerta a su paso.

 

Tanto John como Sherlock se miraron sin saber qué decir y mientras uno se había a mirar “un experimento en el microondas” el otro simplemente volvió a ver la aburrida televisión, demasiado embarazoso para comentarlo, aunque ambos se habían quedado con un buen sabor de boca.


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