Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

COMO PERRO Y GATO por desire nemesis

[Reviews - 78]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Despertó y a su lado se encontraba el castaño dormido. Estaba en el dormitorio de él por lo que este lo había llevado allí luego de…

 

Se estremeció al recordar lo que habían hecho, se sentó con cuidado ya que sentía cierta molestia, tenía que salir de ahí ahora, tenía esa urgencia de pronto.

 

¿Qué haces?—preguntó la voz de Seto. El rubio le miró con desconcierto. ¿Qué decir? El otro de un manotón le acostó y se puso sobre él. Sus besos lo tomaron por sorpresa y Joey quedó paralizado.

 

Esto no está bien. Tú y yo somos hombres así que…--dijo aturdido.

 

Deja de buscar excusas, eres mío ahora—dijo el más alto.

 

¿Tuyo? ¿Cómo que tuyo?—preguntó Wheeler.

 

Si, mío y no te cederé a nadie más. Podría perderme en tus caderas—le contestó el fiscal y con sus labios probó de nuevo la miel de los del policía.

 

¡Detente! ¡Yo no tengo dueño! ¡Yo…!—dijo el oficial algo perplejo por lo que el otro insinuaba.

 

Siempre tan rebelde. Pero eso siempre me ha gustado de ti, cachorro—dijo entre un beso y otro el ojos azules mientras sus manos acariciaban las caderas y costados del rubio que al sentir su entrepierna rozada por el otro empezó a acalorarse.

 

N… no me digas así—dijo el ojos mieles.

 

¿Por qué?—preguntó el otro.

 

¡El Neko me llamó así!—dijo Wheeler--¡No vuelvas a llamarme así! ¿Entendido?—espetó y el otro sonrió.

 

Significa que esto seguirá. ¿Cierto?—preguntó el ojos azules un poco más tranquilo y el otro volteó la cara.

 

¿Qué decir? Había descubierto que estar con él era diferente pero estaba demasiado fresco lo ocurrido en su dormitorio. El otro lo abrazó más fuerte y con una mano tocó su mejilla para que volteara a mirarlo.

 

¡Lo intentaré pero tendrás que ir más despacio!—dijo el ojos mieles.

 

¡No prometo nada!—exclamó el abogado antes de besarle.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

He estado pensando—exclamó Wheeler mientras sorbía su café. Estaba recién bañado y afeitado al igual que Kaiba.

 

¡¿Aha?!—dijo el otro sin prestar mucha atención mientras buscaba algo en su maletín.

 

El “Neko” no ha hecho nada en estos días—dijo pensativo el ojos mieles y por su introspección no notó que las manos del fiscal dejaron de moverse por un minuto.

 

Tal vez no ha encontrado nada que le guste—trató.

 

No. No lo creo. He visto los periódicos y ha habido varias exposiciones en la ciudad que le interesarían, incluso una trajo dos raros Rembrant´s y un Dega´s. Algo muy raro está sucediendo—concluyó el pensativo policía.

 

¡Quizás se enfermó o lo atropellaron! ¡Tal vez murió!—arriesgó el abogado y se quedó curioso al observar la cara que el otro puso--¿Qué sucede? ¿Te molesta que pudiera pasarle algo?—preguntó algo satisfecho.

 

Nadie va a matar a ese bastardo antes de que yo le ponga las manos encima, eso tenlo por seguro. Si alguien va a liquidarlo te aseguro que soy yo—la forma con que el rubio alegaba todo eso daba cuenta a las claras que odiaba visceralmente a aquel que sin que el supiera se encontraba frente a él.

 

Kaiba sintió todo el impacto de sus palabras pues no eran a otro que él mismo a las que estaban dirigidas lo que ponía al descubierto la dimensión del odio que por él sentía el policía.

 

Había sido un error traerle a su casa pues con un paso en falso que diera estaba perdido—De seguro no hablas de verdad. ¡Sabes que debes entregarlo a la justicia!—dijo el ojos azules en un rapto de pánico. En verdad tal vez se trataba porque quería oír del otro que en verdad no llegaba a tales extremos lo que sentía por él.

 

¡Quizás! Todo depende de que pueda contenerme lo suficiente—dijo el melado antes de tomar otro sorbo de su café. Seto lo dejó así y se fue a trabajar. El día no haría más que empeorar para el castaño.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seto Kaiba tenía dos celulares, lo que no es nada inusual para un hombre con su trabajo. Lo particular de esto era que solo una persona conocía ese segundo número.

 

Cuando Kaiba vio el número que le llamaba en el identificador se excusó con uno de sus subalternos y salió del edificio para hablar. Esperó hasta llegar a una banca del parque cercano y llamó al número que había cortado ya.

 

¡Dime que sucede!—espetó apurado.

 

Alguien quiere contactarte para un trabajo—dijo la voz al otro lado de la línea, era un hombre.

 

¿Necesitas llamarme por eso? Sabes bien que…--dijo el castaño irritado.

 

¡Escucha! Esto no es así de fácil. Si te llamo es para decirte que el tipo no quiere que robes ninguna pieza de museo—le aseguró la voz.

 

¿Y bien? ¿Qué quiere?—preguntó extrañado el Neko.

 

¡Quiere que mates a un testigo!—exclamó el otro.

 

¿Qué?—preguntó estupefacto Seto. Usualmente lo contactaban para que extrajera exquisitas piezas de museo que era imposible adquirir para un  civil por más dinero que tuviera. Nunca nadie había osado demandar…

 

¡Y hay más! Seto, esto es importante… esa persona sabe quién eres. Dice que si no lo haces revelará tu identidad a la policía—le dijo el otro con talante oscuro.

 

Esto era muy grave. Dos opciones se abrían ante él. O mataba al testigo o se arriesgaba a que todos supieran quien era realmente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al volver a su apartamento descubrió al rubio que pensativo miraba por la ventana. –Tenemos que hablar—le dijo.

 

¡Está bien!—dijo el castaño aunque no tenía ánimos de hablar ahora.

 

Debo irme—le dijo Joey–No puedo quedarme  para siempre—

 

¿Por qué no?—preguntó con algo de molestia el ojos azules. Ya estaba cansado de las excusas del otro para no estar juntos.

 

¿Como  que “Por que  no”? ¿Cómo explicaremos esto?—preguntó Joey abarcando con sus manos el lugar.

 

No tenemos nada que explicar a nadie. A menos que tengas a alguien y no me lo dijeras—dijo Kaiba entornando los ojos.

 

¡Idiota! Claro que no hay nadie, al menos como te imaginas pero tenemos muchos conocidos y…--dijo estresado el ojos mieles.

 

Seto se levantó y fue directo hacia él—Estoy harto. La verdad antes no me parecías tan miedoso. Se ve que las primeras impresiones engañan—le dijo fuera de sí.

 

¡Tú no entiendes!—se defendió el policía.

 

¡Claro que entiendo! Eres un cobarde. Tienes miedo de que alguien se entere de que te gustan los hombres, de que te gusto yo y si esa es la verdad pues tienes todo mi apoyo para irte—exclamo el fiscal antes de salir del apartamento. Estaba furioso y necesitaba dar un paseo para calmarse.

 

Wheeler se quedó ahí parado por un segundo y se dijo que no era así, que no era ningún miedoso aunque en su fuero interno sabía que lo que el otro estaba diciendo era cierto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Subió a la azotea de su edificio y se quedó mirando más allá. Le gustaban las alturas y le tranquilizaba enormemente observar la ciudad desde lo alto.

 

¡Sabía que estarías aquí!—dijo una voz a sus espaldas.

 

¡Por eso eres el gran detective!—dijo con algo de sarcasmo el otro. Ya una vez le había comentado que iba allí a ver la ciudad.

 

¡Oye!—dijo el policía.

 

¿Qué?—preguntó Seto estaba agotado pero en verdad no era tanto culpa del otro como la disyuntiva a la que se enfrentaba.

 

Quiero disculparme, yo… no sé que hacer. No sé que es lo que me pasa—dijo Joey.

 

Irte no resolverá nada y lo sabes—dijo el castaño aún dándole la espalda.

 

¿Tú no quieres que me vaya, cierto?—preguntó el rubio.

 

El otro volteó, fue hacia él y le preguntó--¿Esto te da una respuesta?—antes de besarlo. El beso fue cálido y largo y al terminar el más alto abrazaba al otro con fuerza. Necesitaba algo que lo relajara. Necesitaba por el momento no pensar en aquello que amenazaba su vida entera.

 

¡Lo acepto! Me gustas y no sé muy bien que hacer con ello o como comportarme pero a veces exiges demasiado de la gente—le dijo Wheeler mirándolo a los ojos.

 

¡Puede ser! Pero solo exijo lo que estoy dispuesto a dar. Así que… ¿Te quedarás conmigo?—preguntó el fiscal.

 

No podemos y lo sabes. Si nuestros jefes se enteraran…--dijo el teniente con cara de pesar. De verdad no quería poner esa excusa entre medio pero es que era la realidad. Sus jefes pondrían el grito en el cielo y sus carreras se verían afectadas para siempre si un escándalo…

 

Ambos somos buenos en lo que hacemos. Esto no tiene nada que ver. ¡No seas idiota! Yo estoy tan preocupado como tú por mi carrera pero no estoy dispuesto a dejarme llevar por el pánico. Además yo no dije que lo anunciáramos en los diarios ni nada así. Estaremos un tiempo a prueba. No tenemos modo de saber si esto funcionará al final pero… ¿Por qué no intentarlo?—exclamó Kaiba.

 

La mano de Seto en su mejilla y su rostro tan cercano hicieron el resto para convencer al policía.

 

¡Okay! ¡Intentémoslo!—dijo el rubio antes de ser besado de nuevo por el otro y sus brazos se deslizaron por los hombros del más alto. Tenía miedo. Más bien era como un mal presentimiento. Pero dejó eso atrás pensando que solo era su temor al que dirán. No tenía idea de que se trataba de una corazonada.

Notas finales:

espero sus revs

descubrira joey la verdad ahora que ha decidido darle a esto una oportunidad?

Seto matara al testigo?

hasta el prox

mata ne

^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).