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COMO PERRO Y GATO por desire nemesis

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Pasaron tres días y Joseph se reunió con Seto para hablar del Neko.

 

Parece que ahora confías mucho en Kaiba—mencionó Honda.

 

Es un tipo eficiente. ¿Por qué no iba a confiar en él?—le preguntó su amigo y colega.

 

¿Qué te pasa? Hace unos días detestabas a ese fulano y ahora hasta hablas bien de él—dijo el castaño algo molesto.

 

Tiene derecho a que le den una oportunidad—dijo el ojos mieles.

 

Si. Olvidaba que recibiste una bala por él y todo—dijo el ojos café.

 

¿Por qué estás tan enojado?—preguntó el rubio.

 

¡Porque no te entiendo! Antes lo detestabas y ahora te pones comprensivo con él—le dijo Honda muy furioso. --¡Bah! Me voy por un café—añadió y se fue.

 

Esto solo era una muestra de lo que venía, pensó el rubio algo deprimido mientras iba a la sala donde le esperaba el otro castaño.

 

¿Y bien?—preguntó Seto, estaba revisando una carpeta en el momento en que el entró y levantó la vista de ella para preguntarle.

 

¿Y bien que?—preguntó a su vez Joseph de mal modo.

 

¿Encontraste la fecha?—preguntó Kaiba hablando de la fecha de un robo cometido por el Neko que faltaba del archivo de la fiscalía. Él Había llamado al rubio para que la tuviera lista cuando se reunieran. De hecho es lo que Wheeler hacía cuando Honda se presentó.

 

8 de diciembre—dijo con monótona voz.

 

¿Qué te sucede?—preguntó el castaño empezando a impacientarse con él.

 

¿Por qué hoy todos quieren saber que me pasa?—preguntó el ojos mieles muy resentido.

 

¿Todos?—preguntó levantando una ceja el fiscal.

 

Si. Todos. Tú. Honda—respondió Joey visiblemente molesto mientras el otro se relajaba.

 

¡Así que se trataba de eso!—dijo el castaño volviendo a sus papeles.

 

Si. Se trata de eso. Te dije que no sería fácil…--se quejó Joey.

 

¿Yo en algún momento te dije que lo sería?—preguntó el ojos azules clavándole su zafírica mirada.

 

Joseph se sentó, molesto consigo mismo y con el otro—Es mejor que nos pongamos a trabajar—dijo.

 

¡Bien!—contestó el asistente del fiscal general. Tenía más que un problema grave entre las manos y no iba a dejarse llevar por las inseguridades del otro. En ese momento necesitaba la cabeza muy fresca para idear como salir de la trampa mortal en la que se había metido de cabeza. En esos días había llamado a su contacto un par de veces. Quería que averiguara quién era el tipo que lo estaba chantajeando para ir a por él pero el tío era muy listo y había cambiado su número telefónico cuando llamó en la siguiente ocasión para dar los datos del testigo.

 

Lo peor es que le llamó directamente a él. “Sin intermediarios esta vez” le dijo y le pasó el nombre del testigo. Seto lo identificó fácilmente pues era testigo protegido en un sonado caso que él mismo manejaba lo que hacía que su accesibilidad a él fuera mayor. Era el contador de un jefe yakuza que hizo algunos manejos del dinero de este sin su autorización y que cuando se vio descubierto acudió a la policía para evitar ser asesinado.

 

Aún después de haber cometido tan peligroso desfalco el contador se comportaba engreídamente como si en verdad él le estuviera haciendo el gran favor a la policía en vez de ser al revés. Su nombre era Duke Devlin.

 

Ahora entendía de manos de quien venía todo ello pero tenía que saber si toda la yakuza estaba involucrada o solo ese tipo sabía su secreto. Normalmente no se le cruzaría por la cabeza pero viendo el cariz que todo estaba tomando… Tal vez se vería forzado a acabar con ese tipo… el contratante. Ahora que sabía su secreto lo convertiría en su pu.. personal si no le paraba los pies ha como de lugar por eso debía averiguar si atesoraba esa información para él o la había compartido. Una vez que lo encontrara le haría una visita y después… él era un hábil interrogador.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A la mañana siguiente se levantó tarde y sin ganas pues había estado acostándose muy tarde, por el trabajo y por la compañía. Tomó su café matinal de apuro mientras las tostadas se hacían en el tostador, ya no tenía muchas fuerzas para las tareas domésticas y se lo debía al cachorro y a las preocupaciones que rondaban sin cesar su cabeza.

 

Salió como  viento del apartamento mientras Joey estaba aún en el trabajo ya que le había tocado el turno de las 3 y se las había apañado para dormir durante la tarde mientras él trabajaba.

 

Eran las once cuando Wheeler retornó a su nuevo apartamento y se dispuso a hacer un poco de onigiri, pescado a la plancha, saltado con morrón y ajo y una sopa de miso. Hay que decir que los primeros dos platos los sacó de internet para agasajar al castaño pues sintió que el día anterior en la jefatura se pasó con él. Ambos eran adultos, como solía mencionar el otro, y sabían que no era fácil pero no era para desmoralizarse a la primera.

 

El tercero venía en un envase térmico con una insignia al lado. Tampoco se quería convertir en ama de casa. Si el otro no quería la sopa podía dejarla pasar.

 

Puso esta en un taper y sonrió pensando que el otro no se daría cuenta de su engaño pues a último momento se le había ocurrido no decirle. También se frustró un poco pensando que el otro era tan inteligente que podía decirle “Si, está buena. Generalmente las de esta marca saben bien”.

 

Con tal pensamiento metió su plato al microondas y esperó a que la sopa estuviera lista, haría el pescado y el onigiri para la cena pues el otro no volvería hasta la noche.

 

Para hacer tiempo fue a su recámara a cambiarse y entonces vio algo brillar en el suelo. Se inclinó y lo levantó. Era un celular. Nunca antes lo había visto. ¿Sería de Seto? Jamás se lo había mostrado. Él era curioso. Por eso era policía y aprovechando que el lobo no está miró el registro.

 

Solo había un número en el registro en las llamadas recibidas , perdidas y números marcados. Eso era muy raro. Por un rato dio vueltas el aparato en su mano y se desvistió dejándolo en la cama, mirándolo de soslayo, después de vestirse lo llevó a la sala y comió mirándolo como si con los ojos fuera a convencerlo de decirle sus secretos hasta que…

 

Lavaba los platos cuando sonó.

 

Su instinto fue atender y lo hizo.

 

Antes de que lograra hablar le hablaron—Escucha Seto. Ya hice todo lo que pude pero no pude averiguar nada—Entonces Wheeler pensó que era el investigador del fiscal y le iba a aclarar que no era el castaño cuando…--Te lo he dicho. Para mi lo mejor es que hagas lo que te piden. Mata a ese testigo o todos averiguarán que eres el Neko—

 

Su respiración se detuvo mientras en sus oídos retumbaba el latir de su corazón mientras en su cerebro intentaba procesar lo que oyera.

 

Seto Kaiba era el Neko.

 

Seto Kaiba era el que le había violado.

 

El que le humillara.

 

Del que juró vengarse.

 

Y el hombre que debía atrapar para coronar su carrera anti crimen.

 

Y ahora pretendía matar a un testigo usando su fachada de fiscal.

Notas finales:

espero sus revs

^^

mata ne


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