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COMO PERRO Y GATO por desire nemesis

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El encargo

 

 

Lo vio acercarse con aprehensión—No le he sellado el pasaporte—indicó el policía y procedió a hacerlo con un rápido movimiento.

 

Sintió que una etapa de su vida moría allí pero sabía que no tenía de qué preocuparse. Aunque ya tenían un nombre y un rostro para el Neko difícilmente lograrían atraparlo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dos meses pasaron para que Wheeler fuera reintegrado a la Fuerza. En ese tiempo se vio falto de los recursos de la policía para encontrar al otro pero una vez más en la línea del deber se encargó de ello aunque subrepticiamente ya que estaba fuera del caso.

 

Gracias a un colega que le debía algún que otro favor consiguió los videos de todas las terminales, portuarias y de avión que se pudieron conseguir en esos dos meses para ver si podía atrapar en uno de ellos a la causa de sus pesadillas.

 

En su casa dedicó todo su tiempo disponible a hallar al ladrón y no le costó mucho ya que revisaba desde que todo pasó hasta ahora, lo que le dio al segundo día la victoria.

 

Paró el reproductor a mitad de la escena cuando un hombre, que se ve es llamado por el guardia de la aeroterminal, se vuelve hacia la cámara. La cinta era en blanco y negro por supuesto pero el podía ver que se había cambiado el color y corte del cabello y llevaba lentes de contacto oscuros. Salvo eso era todo Seto Kaiba. Su cara era inconfundible para él, apenas era entendible como el guardia no había visto la semejanza, hasta un ciego lo hubiera visto. Su tez clara y su altura eran indisfrazables para un ojo experto y como la cámara grababa en la imagen la fecha y hora del suceso además de la puerta que había tomado, averiguar su destino era pan comido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Kaiba, tengo otro trabajo para ti. Aunque este es algo especial—dijo la voz al teléfono.

 

Te dije que yo no…--dijo el castaño empezando a impacientarse. Pese a que era buscado lucía su apariencia de nuevo pues dudaba de que en Nueva York le buscaran con ahínco.

 

¡Calma muchacho! No se trata de lo que piensas. Este tipo no quiere  que asesines ni lastimes a nadie. Digo que es especial porque está fuera de tu género usual—dijo el que hablaba.

 

Te escucho. ¿En que?—preguntó el ojos azules.

 

Se trata de un prototipo. Una de esas cosas que valen millones y que las empresas competidoras siempre quieren copiar porque cuesta muchos millones desarrollarlas—aclaró el otro.

 

Si. Era cierto. El robo industrial no era uno de sus atributos pero ahora que estaba solo debería diversificarse.

 

Manda los datos a mi mail—exclamó.

 

¡Bien hecho! Esto nos alimentará por años. Pagan una verdadera fortuna por él—le informó el otro.

 

Deben hacerlo. Ganarán varias de esas con los dividendos de su “nuevo” invento—exclamó Seto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No. No lo recuerdo—dijo una de las azafatas de ese día al policía que la interrogaba—Lo siento es que ha pasado tanto tiempo y hemos volado…--

 

Lo entiendo—dijo el rubio muy frustrado. Era cierto. Esta clase de gente atiende a cientos por día y habían pasado dos meses. Era demasiado tiempo perdido. No quería aceptarlo pero tal vez había perdido al Neko para siempre.

 

La que estaba al lado de la primera dijo--¡Déjeme ver! Ummmm—miraba la foto tomada del video porque si le mostraba una del verdadero Kaiba podía confundirse—Si, lo recuerdo—

 

¿En serio?—preguntó Wheeler aliviado.

 

Si. Lo recuerdo porque pensé que era muy guapo y que parecía muy solo—dijo la mujer enrojeciendo.

 

Joseph carraspeó con una fea sensación en su interior que no quiso identificar--¿Recuerda su destino?—el vuelo tenía distintas etapas y él debía identificar donde se había bajado Seto.

 

Si, lo recuerdo porque me pareció extraño. Él no llevaba la apariencia de un turista de vacaciones, más bien parecía un hombre de negocios, pero aún así—dijo la segunda azafata.

 

¿Dónde bajó?—preguntó de nuevo Joey para evitar que siguiera divagando. Estaba muriendo de la curiosidad.

 

En Jamaica. Bajó en Jamaica—dijo ella dejándolo en shock.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con la punta de diamante perforó un perfecto círculo en la claraboya del edificio de investigaciones de Ilusiones Incorporada y se metió en el edificio usando una cuerda banji. Lucía un traje, capucha, guantes, botas de amianto y goma, todo negro y gafas infrarrojas para poder ver a simple vista los lásers de  detección.

 

Eran las tres de la mañana. Hora de cambio de turno de la guardia. Había estado vigilando el edificio desde que le contrataran para ver su ritmo y ahora que ya lo conocía… su trabajo era pan comido.

 

Sin mucho esfuerzo llegó al ala donde contenían el prototipo. Según las especificaciones era un microchip con un novedoso programa o algo así. Lo que importaba era obtenerlo. No lo que contenía.

 

Usando un decodificador maestro logró abrir la bóveda en que se guardaba. Estaba en la caja 302, según su información. Debía haber algún traidor dentro de esa compañía que diera tal dato, estaba seguro.

 

¡Como sea! Tomó la pequeña cosa del tamaño de una ficha de dominó y en ese momento…

 

La alarma comenzó a sonar.

 

“¡Comienza el juego!” se dijo y salió corriendo del lugar.

 

A mitad de su escape se encontró con los guardias y tuvo que usar todas las artes de su ciencia para escapar ileso de las balas que le disparaban. Seto no era de los que usaban armas y no las necesitaba pero en este caso el edificio inteligente le hizo dudar de su decisión pues cerraba compuertas a su paso tratando de aislar la amenaza.

 

De pronto se vio en un depósito sin salida, pues al tratar de usar su decodificador en la puerta de salida uno de los guardias le disparó dejándolo inservible. Tratando de escapar escaló unas cajas como lo haría un gato, a los saltos pero una de ellas estaba en precario equilibrio y se tuvo que sostener de otra mientras caía. Para su sorpresa sus bordes de aluminio eran filosos y le cortó a la mitad la palma.

 

Para ver la gravedad del daño se quitó el guante. Era una cortada nada más pero dolía. Aunque lo que más le preocupaba ahora era que lo atraparan o lo mataran. Sacó el microchip de su bolsillo y lo sostuvo sobre la palma ensangrentada.

 

“¡Todo por esta pequeña cosa! ¿Qué rayos tienes para que estén dispuestos a matar por ti?” pensó mientras la veía y después al sentir los pasos de los guardias acercándose cerró la mano fuertemente mientras miraba a su alrededor intentando idear una estratagema que le salvara.

 

Entonces sintió cuatro fuertes pinchazos en su palma y la abrió para mirarla. Cuatro de los alambres que salían del prototipo se habían clavado en su piel y sentía como si un cortocircuito se expandiera por su mano y luego por su brazo. Intentó sacárselo pero estaba fuertemente arraigado.

 

No había tiempo para luchar más. Salió corriendo hacia otra pila de contenedores con la esperanza de poder saltarlos pero falló pues sus piernas se doblaron al momento de que el intenso dolor pasó de su brazo llegó a su pecho y se expandió por sus extremidades.

 

Los guardias pegaron la vuelta a la esquina del otro lado del pasillo de contenedores justo en ese momento y levantando sus armas le apuntaron gritando--¡Deténgase ahí!—

 

El pensó “¡Que idiotas! ¿Adonde piensan que iré así?”

 

Dieron tres pasos y Kaiba pensó que estaba perdido cuando escuchó una voz decir:

 

¡Red neuronal capacitiva activada!—

 

Mientras se preguntaba quién había dicho eso Seto se dio cuenta de que ya no sentía dolor. Los guardias estaban justo tras él, apuntando con sus armas.

 

De pronto se decidió, pues el jamás acabaría en prisión. Apoyó sus manos en el suelo mientras oía “¡Quieto o disparo!” y extendió hacia atrás sus piernas como resorte recién liberado pegando en las piernas de ambos armados, que cayeron al suelo sorprendidos.

 

Luego como último recurso intentó saltar el alto muro de cajas porque se oían más guardias venir por donde los otros lo hicieran, aunque sabía que no lo lograría. Era muy alto y no tenía espacio para hacer carrera y tomar impulso.

 

Increíblemente lo logró y de un solo salto. Luego con varios más de esos salió de nuevo del galpón para entrar al edificio principal. Tal vez lograría salir por donde había entrado.

 

Llego allá pero alguien había cortado parte de la banji y ahora esta colgaba a varios metros del suelo. Otros guardias vinieron a su encuentro y el tuvo que correr por su vida entre disparos. Se le ocurrió una idea. Algo desesperado. Pero no tenía muchas opciones. Saltó cuan alto podía hacia la pared más cercana y luego rebotó esperando poder alcanzar la banji. Para su asombro lo hizo y con el impulso y su peso logró que esta se estirara bastante hasta quedar como a dos metros y medio del suelo. Vio acercarse la figura de los guardias con horror mientras sus disparos silbaban cada vez más cerca de su cuerpo y entonces…

 

La cuerda se tensó y el sonrió porque sabía que estaba salvado.

 

La cuerda lo impulsó arriba, sobrepasando el punto por el que él había entrado. Con unos saltos más estuvo fuera del perímetro del edificio y en su motocicleta nueva. Tomó rumbo a su casa donde se quitaría esa cosa más tarde. O eso era lo que él creía.

 

Continuará…

Notas finales:

Y?

que tal?

como siempre espero sus revs ansiosa

besos y mata ne

^^


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