O: Veras, mi amigo y yo hemos estado investigando sobre un pokémon muy peculiar por un tiempo
G: ¿por qué es tan peculiar?
O: por las leyendas que se cuentan sobre él
G: así que hablamos de un pokémon legendario ¿verdad?
O: así es Green, ¿qué tanto sabes sobre jirachi?
G: jirachi… si, fue el pokémon que usamos para hacer que volviéramos a la normalidad cuando fuimos convertidos en piedra
O: así es, en ese entonces manejamos la teoría de que jirachi concedía deseos, sin embargo las últimas investigaciones han revelado algo interesante
G: lo sé, hace poco leí el reporte del profesor Birch y si mal no recuerdo, descubrió que el jirachi que nos despetrificó había caído del cielo, y que en el universo existen varios de estos pokémones
O: así es, además descubrió algo importante, hay un jirachi que ha vivido en la tierra por siglos y está relacionado con el cometa que pronto pasará cerca de la tierra
G: ¿así que quieres que lo investigue, abuelo?
O: así es, parece ser que está en la cueva Cerulean
G: ¿en serio crees que ese pokémon concede deseos abuelo? Eres un hombre de ciencias, me es difícil imaginar que crees en magia
O: pues para mí también fue difícil imaginar una forma de que volvieras y aquí estas, gracias a jirachi te tengo con vida querido nieto.
G: pues te ayudare, a mi también me intriga mucho ese pokémon y como fue capaz de revertir nuestra condición.
Hace ya mucho tiempo Red, Blue, Yellow, Silver y yo fuimos convertidos en piedra y gracias al “deseo” que pidieron a jirachi fuimos capaces de volver a la vida. Pero en mi vida la magia no tiene lugar, el misterio del pokémon deseo debía ser revelado así que acepte el encargo de mi abuelo, regrese rápidamente al gimnasio y preparé una mochila para salir a explorar un par de días las cuevas de Cerulean, las personas de la cuidad me informaron que durante la noche se podían ver luces provenientes del interior de la caverna, pero como en ese laberinto rocoso es el hogar de pokémones muy fuertes nadie se había atrevido a adentrarse en ella.
Jirachi, un pokémon de tipo acero y psíquico, que según muchas leyendas antiguas era capaz de conceder deseos a aquellos que presencien su nacimiento, otros cuentan que jirachi concederá los deseos que se escriban en las cintas que cuelgan de su cabeza una vez despierte, pero también hay quienes dicen que jirachi no es capaz de conceder deseos, que sólo son cuentos infantiles. En lo personal me inclino por los últimos, ya que los pokémones psíquicos son conocidos por realizar proezas que para muchos son magia, pero gracias a la comprensión de estos pokémones sobre las leyes que rigen el universo son capaces de hacer cosas que para los humanos nos es imposible, por ahora. Los nuevos descubrimientos sugieren que jirachi es un habitante de las estrellas, por lo que sólo se ha visto una vez cada mil años. Parece ser que hibernan dentro de rocas estelares que caen a la tierra como lluvia de estrellas y el calor del impacto y de la tierra lo saca de su sueño, y eventualmente vuelven a ascender al cielo. Los relatos sobre este pokémon son tan variables, pero todo apunta a que está vinculado con el universo de una manera muy profunda por lo que estudiarlo sería de gran ayuda al desarrollo de la ciencia y si en verdad cumple deseos pues, no creo que sea tan malo pedir que Red deje de lado un poco las batallas y le dé más importancia a nuestra relación.
Aunque inicié esta investigación como una manera de sacarme a Red de la cabeza, ese chico atolondrado, egoísta e impulsivo siempre encuentra la manera de invadir mi mente. Aunque no hay razón válida para lo que Red me hizo debo admitir que soy tan estúpido que si me pide que lo disculpe simplemente lo abrazare y le diría al oído “descuida amor, te perdono”. A veces me pregunto si realmente vale la pena todo lo que tengo que soportarle a Red sólo por verlo feliz. Algunas veces desearía no amar a Red, quizás así mi vida sería más simple… pero los cuentos de hadas, deseos y finales felices son para niños ingenuos que no comprenden el mundo tal cual es. El dolor y la tristeza es el precio a pagar por ser feliz, ya que toda acción tiene una reacción, es lógico pensar que es necesario todos los malos ratos con tal de valorar y disfrutar los buenos momentos. Sé que muchas veces he pensado dejar a Red, pero cada vez que vuelve su simple sonrisa hace que toda la espera haya valido la pena. Incluso a veces me pregunto qué pasaría si Red no estuviera lejos tanto tiempo… ¿sería igual? y por más que lo pienso la respuesta siempre es NO, no ver tan a menudo esa sonrisa es lo que la hace preciada para mí, saber que soy yo la razón de que esa sonrisa se dibuje es lo que me gratifica… por eso soy patético, mi felicidad depende de Red… NO, DEBO DEJAR DE PENSAR ASÍ. Yo amo a Red, por eso me hace feliz verlo sonreír, mi felicidad no está condicionada a él pero no puedo negar que está muy vinculada.
Pasé varios días buscando, investigando, analizando y procesando información. Parecía que jamás encontraría al dichoso pokémon, pero al menos mis pensamientos empezaban a aclararse. Sin importar la razón amo a Red y si desea tanto estar con Gold no me opondré a ello. De nada sirve atar a Red a una relación sin sentido, donde sólo nos haremos daño el uno al otro. Ya encontraré la manera de sobrellevar esos sentimientos, no hay razón para odiarles ni mucho menos para desearles mal… para Red sólo tengo mis mejores deseos y que haga su vida como desee. Por mi parte, yo seguiré adelante con mi vida, esto de investigar pokémones no esta tan mal. Amo las batallas, pero revelar los misterios del universo entero brinda una euforia que jamás he sentido en batalla, una euforia que sólo puede compararse con… la dicha que me proporcionaban los momentos con Red, aun así debo dejarlo ir. Mi decisión estaba tomada, terminaría con Red la próxima vez que nos viéramos, aunque me duela mucho separarme de él es lo mejor para ambos. Muchos dirían que somos el uno para el otro, pero nuestras diferencias son tantas que muchas veces no sé cómo nos las arreglamos para quedar satisfechos ambos. Ya no estoy dispuesto a soportar por más tiempo esa duda de si realmente me ama o no, ya no importa más, Red y yo no somos más pareja. Tomaré mi maleta y me iré a buscarle y acabar esto de una vez por toda, de seguro sigue en casa de su madre y de paso le diré a mi abuelo que no encontré absolutamente nada sobre jirachi en la cueva. De pronto empiezo a sentir que la caverna se estremece, una pila de rocas se abalanza sobre mí, lo único que pude hacer fue gritar…