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¿Por que Draco Malfoy siempre pierde? por Xafy

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Notas del capitulo:

No teman, el titulo solo tiene que  ver muy poco con el capitulo xd

¿Es que acaso a Snape ya se le acabaron las ideas originales para los castigos? ¿Cuantas veces se ha visto limpiando las porquerías del salón de pociones? Me pregunto para qué diablos son los elfos domésticos, aunque quizás Snape no los deja entrar precisamente para humillar a algún pobre niño de Gryffindor y rebajarlo al nivel de un elfo ¡Merlín! nunca permitas que Hermione me escuche hablar así. 
Creo que he pasado mas tiempo aquí que en cualquier otro lugar. ¿Es que Snape no sabe lo perjudicial que es estar arrodillado en el piso de piedra para mis rodillas? Y después duelen cada vez que tengo que volar… ¡Eso es! He descubierto sus planes malévolos, quiere que tenga tanto dolor que no sea capaz de volar bien y así su casa de rastreros pueda ganar. ¡Ja! Y Mione cree que es la única que puede sacar conclusiones, solo esperen a que se los cuente, estoy seguro de que Ron me apoyara…

Mientras Harry seguía pensando en planes perversos y limpiaba con un asqueroso trapo el aún más asqueroso piso, un rubio con las hormonas revolucionadas le miraba oculto en las sombras.

Bendito sean Snape, los castigos y la suciedad. Vamos Draco, esta es una oportunidad que no puedes desperdiciar y si todo sale mal… pues... siempre puedes decir que Blaize tiene alcohol de contrabando y le hechas la culpa al trago… bien... valor Gryffindor… Ugh, ¿Acaso esa frase acaba de salir de mi cabeza? Bien... solo asómate y háblale, aunque, si lo hago dejara de limpiar y por consiguiente, dejara de menear ese culito que se está ocultando bajo las túnicas…

-¡Potter! – el aludido sintió que el corazón se le salía del pecho por el susto y que el salto que dio lo podría haber dejado en la luna.

-Malfoy... ¿Que haces aquí? – El Gryffindor dejo la sorpresa de lado y se dedicó a mirar al rubio con su mejor cara de ‘vete al carajo’ 

-¿Yo? Pues nada, solo… – mierda y ahora ¿Que le digo? - Solo olvide mi pluma favorita – Harry busco con la mirada en los asientos, mesas y el suelo, pero en ningún lado había ni rastro de la pluma esa.

-A…si ¿Y dónde está? – ¿Este pensara que soy estúpido?

-Yo... la convoque.

-¿Cuando? No te oí decir ningún hechizo – Por favor…

-Es... porque el accio se me da no verbal - Merlin Draco, mejor excusas se les ocurren a los niños

-A… bueno, ahora que tienes tu pluma puedes irte y dejarme terminar con esto, planeo terminar antes del toque de queda.

-No…me gustaría quedarme aquí viendo como limpias.

-Ya sabía yo que no podías venir con una excusa tan estúpida como la de una pluma olvidada – comenzó elevando la voz- ¿Disfrutas viéndome sufrir Malfoy? Porque eso es lo que me haz dado a entender desde el mismísimo día en que nos conocimos y sabes que, estoy cansado, cansado de tus prejuicios a la sangre y al dinero, cansado de tus peleas de niño, cansado de que me molestes a mi y a mis amigos y a todo el maldito mundo ¿Sabes? Por un momento pensé que este año sería diferente, ya sabes, sin tener a un loco cazando tu cabeza y tener una vida tranquila como cualquier adolescente normal, pero ya vez que me equivoque, porque aquí estoy de nuevo castigado teniendo que correr por los pasillos para que no me vean y contigo molestando como un maldito grano en el culo, ¡¿Es que no eres capaz de madurar después de una guerra y siente años jodiendo?! ¡Así que porque no me haces un favor a mi y a toda la humanidad y te largas de una puta vez! – Harry había hablado tan rápido que tenía las mejillas rojas y respiraba con dificultad, se había levantado del piso y había arrojado el trapo sucio con rabia al suelo, tenía los puños cerrados con fuerza y en sus ojos un muy claro “atrévete a decirme algo ahora y te crucio”. 

Draco no cabía en su asombro, no era la primera vez que le gritaba un par de verdades, pero si la primera donde las acusaciones no eran ciertas, el no venía en plan de burlarse, bueno, quizás si un poco, pero si no fuera así, no sería el y aun así, sus intenciones esta vez era completamente distintas a las anteriores. 

Como Malfoy seguía sin decir nada, Harry volvió a tomar el trapo sucio dándole la espalda al rubio. Draco pestaño confundido y vio como Harry estaba agachándose nuevamente. 

– Potter 

– ¿Y ahora que quieres Malfoy? – Pregunto hastiado y sin voltearse 

– Vete al carajo – contesto el rubio agarrándole de un brazo, girándolo y robándole el beso mas inesperado de la historia de los besos esperados. El beso era rudo y demandante. 
El rubio lo tenía fuertemente agarrado del brazo y de la nuca, imposibilitando cualquier plan de escape. Harry sentía que su cerebro se derretía y a pesar de que quería formular algún pensamiento de rechazo a lo que estaba pasando, solo podía sentir como la piel de su nuca, su brazo y sus labios hervían al contacto con el otro. Draco pasaba con ímpetu su lengua sobre los labios de Harry hasta que este reacciono abriendo su boca y gimiendo al primer contacto entre sus lenguas, pasando ambas manos por la espalda del Slytherin, agarrándose fuertemente de sus hombros. 

Draco comenzó a avanzar hasta que Harry sintió la fría pared de piedra en su espalda; con unos pocos tirones se deshizo de la túnica y la roja corbata, paseando sus manos por el pecho y espalda del moreno hasta que llego a la cinturilla de los pantalones y sin dudarlo mucho, agarro fuertemente esa ‘pequeña’ obsesión, estrujando el trasero en sus manos, masajeando, memorizando la pronunciada curva y apretándolo más contra el, sintiendo una media erección presionar contra la suya. 

Harry sentía, veía esas blancas manos recorriendo su cuerpo, desabrochando apresuradamente sus camisa y dejándola olvidada en el piso; por fin, esas manos acariciándole la caliente piel, delineando cada una de sus costillas, los músculos de la espalda y los brazos, acariciando su cuello y su mejilla, bajando por el pecho hasta llegar a las tetillas, tirando suavemente de ellas, pequeños gemidos escapando de sus labios, siendo devorados por la lengua del rubio. 

Draco dejo de besarle y comenzó a lamer con ansias su cuello, bajando hasta la clavícula y mordiéndola; una de sus manos acariciando la estrecha cintura mientras entre los dientes tomaba el pezón abandonado, chupando y lamiendo, mordiendo y succionando. Siguió bajando con sus besos mientras sus manos volvían entretenerse en ese trasero de pecado, hasta que delante de sus grises irises se encontró con la hebilla del pantalón, su rostro estaba tan cerca que sentía a través de la ropa el calor del prisionero miembro. 
Draco elevo su mirada encontrándose con las orbes verdes nubladas de anticipación, para Harry la sola visión de un Draco Malfoy a centímetros de su palpitante polla y mirándole de esa manera le quitaba el aliento, haciéndole la respiración mas dificultosa. El moreno agarro con fuerza la corbata de Draco alzándolo del suelo y besándole con urgencia, mientras que a tirones trataba de deshacerse de túnica y camisa. Cuando por fin lo consiguió, sus manos no se quedaron quietas y comenzaron a recorrer la estilizada figura, pasando por la columna, sintiendo el estremecimiento del rubio, por los hombros apretando fuertemente y por la cintura sin atreverse a bajar mas, sin embargo Draco seguía estrujando ese delicioso culo. Las sensaciones multiplicadas al sentir el formado pecho contra el suyo y el calor del miembro del moreno rosar su muslo. 
Draco paro el beso apenas unos segundos, los suficientes para ver el deseo en los ojos de Harry, volviendo a besarlo, pero esta vez empezando en el cuello. Llevo sus manos hasta el frente y apretó duramente la polla del moreno quien gimió fuertemente al repentino contacto, rápidamente se deshizo del cinturón y soltó el botón y cierre del pantalón, dejando que este cayera libre hasta los tobillos, y mientras Draco metía una mano por detrás de los verdes y apretados bóxer teniendo por fin contacto directo con la ardiente piel trasera, su otra mano masajeaba la húmeda polla por encima, excitándose mas con los graves gemidos del moreno y sus uñas clavándose en sus hombros. Sus húmedos besos volvieron a bajar mientras sus manos seguían en lo suyo, mordiendo rudamente y dejando arañazos rojos en la piel de Harry, hasta que nuevamente tuvo la palpitante erección frente a si, las mano de Harry aun presionando sus hombros indicando justo lo que quería. Bajo con lentitud los verdes interiores dejando libre al fin al necesitado miembro. Lamió tentativamente la punta y sintió como su propia polla daba un brinco al oír los quejidos de Harry; sin mas preámbulo, posiciono sus manos en el trasero y empujo las caderas hacia adelante hasta tener casi todo el pene del moreno en la boca y así en vez de mover su cabeza hacia las caderas, movía, apretando el trasero, las caderas hacia su boca. 
Harry apenas podía mantenerse en pie y controlar sus manos para no arrancar el rubio cabello por tan arrolladoras sensaciones; si antes había pensado que los besos y las caricias habían sido excitantes, ahora nada tenía comparación.

Cuando el moreno empezó a sentir la tan ansiada tensión en sus testículos, Draco saco completamente la polla de su boca y con un movimiento rápido le dio la vuelta encarándolo contra el muro; apenas iba a abrir la boca para preguntar que demonios paso cuando sintió esa ansiedad y la impresión de estar siendo observado fijamente. Draco acariciaba venerante la piel frente a si, memorizando en su mente el tacto, la curvatura, la suavidad y el tono; de repente Harry pudo sentir la humeda, ahora familiar, lengua de Draco trazar el contorno de sus glúteos de abajo a arriba, sus manos masajeando,separando, sus labios mordiendo y succionando, dejando seguramente marcas idénticas a las de su cuello y pecho. Su lengua acercándose rápidamente a la separación entre una nalga y otra, humedeciendo todo a su paso, hasta llegar a la fruncida entrada. Draco lamia como si estuviese en el desierto y desde el culo de Harry brotase agua fresca. Harry sentía que cada vez que esa lengua se presionaba entrando apenas un poco, se llevaba trozos de su alma. Anhelando un mayor contacto, levanto y movio sus caderas hacia el rostro del rubio. 
Esas manos acariciándole la espalda, los muslos y rosando apenas sus bolas, ansiosas de liberar su carga. Después de unos tortuosos minutos de esa lengua entrando y saliendo demasiado rápido para el gusto del moreno, sintió a Draco pararse detrás de el, escucho el sonido del cinturón abriéndose y el cierre deslizándose, el ruido sordo de la ropa cayendo y el cálido y húmedo falo del rubio apretándose contra su hendidura, el blanco pecho presionando contra su espalda y el caliente aliento contra su cuello.

- Potter… voy a follarte – no era una pregunta, solo una afirmación de algo que ambos habían estado esperando demasiado tiempo. 

Draco separo las nalgas y con una mano dirigió la polla hacia la húmeda entrada, penetrando lentamente hasta que el glande paso por el primer anillo de músculos. Harry pensó que no sufriría mas hasta que sintió el ardor del movimiento rápido y fuerte de las caderas de Draco, penetrándole de una sola vez. Ambos soltando gritos de dolor y placer, Harry apretando la mandíbula y arañando la muralla, Draco apretando fuertemente las caderas del moreno. Pasarpn unos minutos para que Harry se sintiera cómodo con la intromisión y moviera sus caderas incitando el movimiento. 
Draco no fue amable y penetraba sin cesar ese trasero que tantas noches lo había mantenido despierto, observando embobado como su pene entraba y salía rápidamente de la cavidad cada vez mas dilatada y lubricada de Harry, haciéndolo por fin suyo. 
En una estocada particularmente profunda, Harry sintió el piso moverse bajo sus pies y soltó un ronco gemido arqueando su espalda a mas no poder.

- ¡¡Merlín bendito!! ¡Ahí!. 

Draco, complaciente, puso todo su empeño en seguir golpeando ese punto que hacía a Harry ver estrellitas. Soltó una de las caderas y movió su mano hacia adelante, acariciando el duro abdomen y bajando hasta encontrar la goteante polla, masturbándolo casi al mismo ritmo de las embestidas. Harry bajo su mirada observando a esa mano recorrerlo y apresando su polla, bastando solo dos bombeos para hacer la visión demasiado alucinante y llevándolo directamente y sin aviso hacia el orgasmo; todos sus músculos contraídos, los ojos firmemente cerrados, la garganta desgarrándosele por el grito de placer absoluto y su pene eyaculando una cantidad imposible de semen, manchando muralla, piso y piel. La contracción del ano de Harry fue tan repentina que Draco no pudo hacer nada para evitar su propio orgasmo, llegando tan súbito y brutal como el de su compañero, clavando sus uñas en la cadera hasta romper la piel y mordiendo de igual manera el húmedo hombro.

Aun jadeantes y con espasmos post-orgásmicos, las piernas de Harry cedieron al peso del rubio ahora apoyado en su espalda y abrasándole posesivamente; ambos deslizándose hasta el piso con Harry aun apoyando sus manos en la muralla y con Draco aun dentro.

- Joder… eso ha sido… Joder… - comentaba el moreno incoherente.

- No se tu, pero creo que esto es digno de repetición- respondió el rubio saliendo de Harry y apoyando su espalda en la muralla, cerrando los ojos y disfrutando las ultimas carisias del orgasmo. Harry rio flojamente al comentario, adoptando la misma posición que el rubio.

- Joder que si… repetible en toda su regla… - ambos se quedaron un rato mas en esa posición hasta que comenzaron a sentir frio y los músculos entumidos, parándose casi al mismo tiempo y comenzando a vestirse. Cuando ambos tuvieron hasta el mas mínimo detalle en su lugar, se miraron unos segundos hasta que estallaron en sonoras carcajadas.

- ¿Que me dices Potter de una m… llamémosle ‘tregua’..? ¿Misma hora, mismo lugar?- ofreció con una sonrisa aun danzando en sus labios.

- Ni loco Malfoy – el rostro de Draco se ensombreció rápidamente, adoptando el rictus de siempre – Primero cruciado a hacerlo de nuevo en esta porquería de sala. ¿Qué te parece la sala de los menesteres? – respondió rápidamente y aun sonriéndole a un menos tenso Malfoy.

- Me parece perfecto – contesto antes de sonreír tímidamente una última vez y salir velozmente de la sala de pociones.

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- ¡¡HARRY JAMES POTTER!! ¿Acaso etas son horas de llegar? – gritaba en medio de la sala común una furiosa Hermione, vistiendo la ligera bata de dormir, un poco mas atrás un adormilado Ron despertaba de un salto por el grito - ¿Qué demonios te quedaste haciendo? ¿Acaso no pensaste que nos preocuparíamos? ¡Pensamos que algo horrible te podría haber pasado! Aun hay un montón de mortifagos sueltos, esperando en las sombras para atacar – Mientras Hermione gritaba iracunda, agitando sus brazos y caminando de allá para acá, Ron le hacía señas que significaban que en realidad no había un nos preocupamos, y que el había tratado de calmarla, inútilmente por supuesto.

- ¡Mione! ¡Por favor cálmate! Yo solo… me quede dormido, estaba muy cansado de limpiar y antes de darme cuenta estaba durmiendo y apenas desperté vine corriendo dándome cuenta de lo tarde que seria y de lo preocupados que ustedes deberían estar. – Hermione se le quedó mirando con cara de “no te creo ni dos carajos” y Harry con su mejor cara de inocencia logro al fin convencerla. Finalmente con una mirada amenazante y apuntándole con un dedo, subió hasta las habitaciones de las mujeres.

- Cielos amigo… esto no sanara ni con tres trabajos de 50 cm cada uno hechos con dos semanas de antelación – sonrió cansado Ron

- Creo que tienes razón, quizás con cinco – rio agotado

Subieron lentamente hasta las habitaciones de séptimo año, Ron que ya estaba vestido con su pijama, se dejó caer pesadamente sobre su cama, dispuesto a descansar, mientras Harry se desvestía para hacer lo mismo.

- La puta madre Harry – el moreno se volteo para ver a que se refería su amigo y vio su mirada clavada en su espalda y cadera, donde a la luz de la luna que entraba por las ventanas, se veían claramente los moratones, arañazos, mordidas y las marcas casi perfectas de una mano en su cadera. Un intenso color rubí cubrió las mejillas de Harry, mientras Ron reía silenciosamente para no despertar a los demás.

- Bien, supongo que mañana me contaras la versión real – dijo cerrando las cortinas de su cama

- Um…. si…

Lo cierto es que tuvieron que pasar 6 meses para explicarles a sus amigos que lo suyo no eran las faldas, sino los pantalones, y otros 14 meses antes de siquiera mencionar el nombre de Draco, por supuesto, a Ron casi le da un segundo infarto – el primero fue cuando los Chuddley Canons, contra todo pronóstico, ganaron la copa mundial de Quidditch – y Mione, después de poner el grito en el cielo, vio la ventaja de tener una mente ágil entre ellos, lo que le proporciono muchas tardes de pláticas interesantes que antes ni siquiera había pensado tener con sus amigos. Entre todos se toleran, aunque Draco jamás lo admita, y cuando no están en presencia del otro, Ron y Draco siguen tratándose de comadreja y hurón.

A la mañana siguiente, Snape no solo se encontró con la sala igual de mugrienta, sino que además con un peculiar olor y unas manchas en la pared que definitivamente no fueron provocadas por pociones.

Notas finales:

Gracias por leer c:


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