Just a Fucking Miracle
==> GM: Recordar lo que pasó hace un par de horas. (parte 2)
Sujetaste a Tavros de los brazos y le dijiste:
- ¿Me amas? ¿Podrías amar también al jodido de Karkat?
Tavros se tensó un poco y volteo un poco la cabeza para verte. Parecía no comprender a lo que te referías. De frente a él, Karkat sonreía traviesamente. Se acercó a Tavros y lentamente fue metiendo sus manos por debajo del suéter que le habías prestado a Tav. Éste soltó un suave suspiro y tú comenzaste a besar lentamente su cuello.
Un jodido milagro estaba sucediendo.
Tavros suspiraba y lo sentiste entre tus brazos, intentando en vano soltarse. Karkat y tú se lanzaban cómplices miradas; tú estabas tan entretenido en el cuello de Tav, y Karkat con una mano sostenía su suéter, mientras que con la otra le recorría el pecho suavemente, tocándolo apenas con las yemas de sus dedos. Te causaba gracia y a la vez ternura toda aquella sensibilidad de Tavros.
La habitación era tan grande que Karkat te había encajado su ropero, su habitación era la más pequeña, tu sabes que de eso no tienes culpa, pero no te preocupa demasiado. Además de los obvios 2 roperos, tienes también un sofá mediano de color negro, justamente a donde te dirigías en esos momentos con Tav entre los brazos. Karkat no se movió de su lugar; lo notaste un poco pensativo, pero no te detendrías a preguntar. No teniendo así a Tavros para ti.
Llegaste al sofá y te sentaste en él. Escuchaste un suave jadeo de Tav y tu sonrisa se ensanchó otro poco. Lenta y firmemente comenzaste a acariciar donde Karkat ya había pasado antes, y te detuviste un momento más largo en una de sus tetillas. Sus suspiros pasaban a ser leves jadeos y te decidiste a decir a Karkat que no se quedara ahí parado, solo.
Karkat se acerco a ustedes, se arrodilló frente a Tavros y te ayudo a, por fin, sacarle el suéter. Lo viste detrás del hombro ahora desnudo de Tavbro. La manera en que Karkat sacaba de a poco su lengua y le dedicaba cortas lamidas al cuerpo de Tav. Bajó con suma delicadeza hasta que llegó a la orilla de su pantalón. Le bajó el cierre lentamente, sin detener si quiera sus caricias. Desabrochó el botón y finalmente le sacó el pantalón.
-¿…Q-qué haces....? -La voz de Tav sonaba más inocente.
Cerraste los ojos. Besaste su hombro, su cuello, su espalda. Repartiste un par de mordidas en toda la piel que tenias a tu paso y en un instante, sentiste su espalda arquearse. Un jadeo se convirtió en gemido. Karkat finalmente se había decidido. Se encontraba ahora con sus finos labios, rodeando dulcemente el miembro de Tav. Lamía la punta y succionaba un poco.
Tavros te tomo de la nuca, enredando sus dedos en tu cabello, rogándote sin palabras que continuaras con lo tuyo. ¿Por qué no? Pensaste.
Lo sujetabas con ambas manos en su cintura, mientras veías la cabeza de Karkat subir y bajar lentamente. Otro gemido. Mordías cada vez con mayor intensidad y te detuviste para contemplar como Karkat se acariciaba contra su mano, sin detenerse ni un momento con Tavros. Su mano entraba bajo sus propios pantalones, intentando aliviar un poco el dolor que su erección le proporcionaba. Todo eso era demasiado para ti; desabrochaste tus pantalones para hacer lo mismo que tu amigo.
Karkat se separo un momento para terminar de sacarse los pantalones y comenzó a sentarse encima de Tavros. Lo observaste bajar lentamente, penetrándose con el miembro de Tav, y con los ojos cerrados. Sus labios entreabiertos, lanzando quedos jadeos y juramentos.
Karkat tenía por completo rojas las mejillas y se sostenía firmemente de tus hombros. Tú seguías con las manos en la cintura de Tav, y Tav desplazó sus manos de tu cuello a la cintura de Karkat. Tan solo lo veías subir y bajar, subir y bajar lentamente y con los ojos aún cerrados. Se inclinó sobre Tavros. Te lanzó una cómplice mirada, y comenzó a besarlo con necesidad.
Sentiste como todo el peso encima de ti se desvanecía y observaste a Karkat, tomar a Tavros de los hombros y guiarlo hasta tu cama. Cayó de espaldas a ella con Tavros encima. Abrió las piernas y Tav comenzó a embestirlo lentamente, como si esperara por que Karkat suplicara. Sabías que no lo haría; Karkat no es de los que suplican… a menos que tú seas la persona en cuestión.
Tav estaba tan inmerso en su propio placer. No se dio cuenta cuando te colocaste detrás de su espalda. Ya no tenías la playera puesta, tan solo tus pantalones a medio poner.
Los suaves jadeos de los dos chicos en tu cama inundaban tus sentidos, te hacían perder la cordura poco a poco (como si en algún momento la hubieses tenido). Sentiste el cuerpo de Tavbro tensarse bajo tus manos. Le acariciabas de a poco la espalda. Colocaste tu mano derecha en frente de su rostro y él comenzó a lamer tus dedos. ¿Dónde había quedado su inocencia? Bueno, tú sabes que tan solo la aparenta. Llevaste tus dedos a su entrada y masajeaste suavemente, mientras introducías tu primer dígito en su interior.
Su espalda se arqueó al sentirte entrar con un segundo dedo y moverte dentro de él. No aguantabas mucho más, y lo penetraste de una sola estocada. Tav soltó un grito semejante a un gruñido y fue callado por los labios de Karkat. Intentabas moverte despacio, sin embargo el calor pudo más contigo. Observaste a Karkat vaciarse entre él y Tavros.
Jadeante y agitado, Tav salió del interior de Karkat. Lo tomaste de la cintura y sin cortar aquella unión entre ustedes, le diste la vuelta y lo acostaste donde Karkat ya había estado. Observaste sus mejillas teñidas de carmín y le sonreíste mientras girabas tu rostro a tu otro amigo. Karkat aún se recuperaba de su reciente orgasmo. Se acercó a ustedes, te tomó de la barbilla y te jaló hacia él.
Sentías la mirada de Tavros sobre ti, siendo besado por Karkat. Cortaste el beso y aceleraste el ritmo de tus embestidas, hasta que segundos después de Tav, te corriste dentro de él.
- ….No –Tavros cortó el silencio que se había formado luego de que todos volvieron a ponerse sus ropas.
- ¿No qué? –Preguntó Karkat, sentándose nuevamente en la cama, justo a tu lado. Tú estabas recargado en la pared.
- …No creo… ehm… amar también a… Karkat –Y se sentó a tu otro lado, recargando la cabeza sobre tu hombro. – No creo… poder…
Tomó tu mano, y sentiste que se comportaba muy dulce. Lo dulce no es tu estilo, así que le soltaste la mano, pero dejaste que siguiera sobre tu hombro. Esperaste a ver si decía algo más, y así fue:
- Puedes estar así con él, si quieres… es decir… sólo si es con Karkat, pero… yo solo quiero estar contigo… somos…eh… somos novios, ¿no?
Observaste a Tavros unos momentos, mientras Karkat los escuchaba atentamente. Sentiste que te miraba de reojo, pero no decía nada.
- ¿Eso quieres? – Preguntaste, y viste a Tav asentir con la cabeza, con un ligero rojo en sus mejillas. Karkat cerró los ojos y se recostó sobre tu regazo, como diciendo “por mí, está bien” –De acuerdo.
Y así es como te encuentras ahora. Tienes a ese cabronazo dormido, con la cabeza recostada sobre tu puto regazo. En tu hombro también duerme este otro cabronazo, y tú sigues sin saber como sentirte con esa decisión; aunque en el fondo, sabes que Karkat lo entenderá.