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Las Aventuras de HikkoMoepi y NeoUltrahéroe. por Ecto

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Tras correr por las calles sin pararse ni a tomar aire, llegaron al Instituto a tiempo. El grupo se acercó al papel en el que se leían las clases que correspondían cada uno. Al parecer, Masao y Nene pertenecían al aula B, mientras que Kazama, Shinnosuke y Bocchan asistían al A. Se despidieron de Himawari, y por orden de los profesores entraron cada uno en sus respectivas clases.
Kazama quería sentarse en primera fila, como siempre hacía. Pero Shin-Chan insistió en que se sentara en el pupitre de su lado, al fondo. Tras una pequeña discusión que implicaba chantaje emocional por parte del más alto, Toru tuvo que acabar aceptando, y se puso al lado del moreno casi obligado.
Su tutora era una señora bajita, regordeta, de pelo oscuro recogido en un perfecto moño. Sus ojos eran ocultados por unas largas gafas rectangulares,que le daban un aspecto severo. Y hacía honor a su físico.
- Soy la señora Minamoto. -Comenzó con una voz chillona que retumbaba en el cerebro de Shin-Chan. -Y lo que espero de esta clase es respeto, formalidad, y trabajo duro.
Y así empezó un largo y aburrido discurso, el cual la mayoría de alumnos dejó de prestar atención en apenas unos minutos.

Ya había pasado un cuarto de hora, y Shinnosuke se aburría mortalmente. Posó una mano en su mejilla, mientras le dirigía una mirada neutral a su compañero de pupitre. Kazama se veía atento a la profesora, e incluso anotaba algunas cosas que la vieja decía. Se veía tan concentrado... Y... Vulnerable.
El chico sonrió maliciosamente. Aprovechando que la mujer se limpiaba sus feas gafas, Shinnosuke se acercó disimuladamente hasta la oreja de Toru, y antes de que se percatase de su incómoda presencia dio un pequeño mordisco a esta.
El chico bajito se levantó haciendo bastante ruido, agarrando su oreja derecha con ambas manos, y con la cara como un tomate.
- ¡SHINNOSUKE!
- Woo, woo. Asi que sigues siendo el de siempre. -Comentó, curioso, posando sus brazos detrás de la nuca.
- Nohara. Kazama. ¿Hay algún problema?
Si Shin-chan pensaba que el rostro del chico bajito no podía enrojecer más se equivocaba. Parecía que podías freír un huevo en su mejilla, literalmente.
Le hubiera gustado probarlo, pero no tenía un huevo. Tal vez Bocchan tenía. Podía preguntarle luego...
Ahhh... Ahora le apetecían huevos fritos. Mmm... Y hamburguesa. ¿Qué tendría esa noche para cenar?
Oh. Mamá compró verduras ayer. Iiiighhh... No le apetecía comer pimiento. Se compraría un bocadillo a la salida. Ejeee... Himawari tendría que tragarse los pimientos y las zanahorias.
- Shinnosuke. -Susurró Kazama, dándole un golpecito en el hombro.
- ¿Ih?
- Que te has quedado mirando a un punto fijo. ¿También te ha afectado la bronca de la profesora?
- Uhhh... Claro. La profesora.
- ¡Sssssh! Y tras dar un saltito, los dos chicos no volvieron a hablar en toda la hora.

Cuando acabó la clase de presentación, los alumnos comenzaron a recoger sus cosas con un suspiro. Si tenían que aguantar a esa señora todo el curso iban listos...
Shinnosuke se colgó la mochila que es lo único que había colocado en la mesa, y se sentó en esta mientras su amigo guardaba un cuaderno.
- No hagas eso más. Sabes que me molesta. -Soltó Toru, frunciendo el ceño. -Además le he dado una mala impresión a la tutora por tu culpa.
- Woo, woo. -Asintió Shin-chan. -Lo sieeeento. Pero, ¿sabes? Hueles muy bien ¿Usas colonia de chica?
- ¿Eh? ¡Claro que no, idiota! -Kazama se sonrojó, un poco molesto, lo que causó una amplia sonrisa en el más alto. -Y tu apestas a galletas.
- Oh pero eso es porque tenía hambre. -Y dicho esto, sacó un paquete de galletitas de su mochila. -¿Quieres?
- ¿Cómo se te ocurre comer en clase? ¿Es que quieres ser castigado?
- ¿Eso es un no? -El moreno movió el envoltorio sonriente. -Son de chocolate~
- ¡Qué no!
- Boo... -Una tranquila voz llamó la atención de ambos chicos.
- Oh. Ya está Bocchan. ¡Vamos a recoger a los demás!

Los tres salieron del aula, y comenzaron a caminar por los pasillos del Instituto, hacia la clase de Masao y Nene. Sin embargo, por el camino, Kazama se dio cuenta de algo extraño.
Muchas chicas se les quedaban mirando, algunas sonreían, otras soltaban suaves risitas, y la mayoría simplemente se ponían como un tomate. El chico levantó una ceja, y elevó su rostro para observar el de Bocchan.
- Vaya... Eres popular con las chicas... -Comentó con una sonrisa. El más alto del grupo se le quedó mirando unos segundos, antes de responder algo divertido.
- No me miran a mi. -Susurró, señalando con la cabeza a Shin-Chan que iba concentrado, comiendo galletas.
- ¿Eh...?
Y era cierto. Cuando volvió a posar sus ojos en el pasillo, todas esas miradas desesperadas iban dirigidas hacia Shinnosuke. ¿Cómo podía ser? ¡Incluso oyó a una decir que tenía un culo mono!
Kazama no pudo evitar golpearse la frente con la palma de la mano, por la ironía.

Llegaron a la clase de Masao y Nene, para el alivio del más bajito. No tardaron en salir sus amigos. Aunque... No iban solos.
- Principe Shin~ -La voz de una chica alertó tanto a Kazama como a Shinnosuke. El segundo fue más rápido en reflejos, y consiguió apartarse, cuando una chica bajita de largos cabellos azabaches se lanzó a por él. Al final la muchacha acabo en los brazos de Kazama, frotando su mejilla en el pecho del chico.
- Aaah~ Hueles mejor que de costumbre. Como a dulce. -Susurró la chica con una sonrisa. -Pero te recordaba más alto, príncipe Shin.
Cuando abrió sus ojos oscuros, se encontró con el rostro confuso y avergonzado de Toru.
- Uh... H-hola. -Saludó él, con una sonrisa nerviosa. El resto no pudo evitar soltar una risotada por la escena.
- ¿Eeh? -La chica se separó rápidamente, con la cara como un tomate. -¡Lo siento! ¡Lo siento muchísimo!
- Tranquila. -Sonrió cálidamente Kazama. -Eres Ai-Chan, ¿verdad? Has crecido mucho.
Ella parpadeó un par de veces batiendo sus largas pestañas, hasta que parece que consiguió reconocer al chico.
- ¡Tu eres Toru Kazama!
- ¡Sí! -Ambos hicieron una reverencia.
- Mi Príncipe Shin habla de ti constantemente. Me alegro de que hayas vuelto.
- Bueno, Bueno. -Shinnosuke infló las mejillas, y se puso en medio de los dos. -¿Nos vamos a casa o qué?

Salieron del instituto sin recoger a Himawari, ya que al parecer ella iría a casa con sus amigas.
Ai-chan se marchó en limusina, lo que dejó al grupo de los cinco caminando por las calles de Kasukabe, hablando de temas triviales y anécdotas graciosas. Kazama tenía que admitir que lo estaba pasando de maravilla.
Llegaron a casa de Shinnosuke, pero el moreno insistió en acompañar a Toru hasta su casa. Se puso tan pesado que el chico acabó dejando que fuese a su lado. Total, lo iba a hacer de todas formas.
Dejaron a Bocchan en su casa, y seguidamente llegaron al cruce de calles, por el que Masao y Nene debían seguir hacia delante, y Kazama tenía que volverse a la derecha. Los cuatro se despidieron y prometieron verse al día siguiente, antes de seguir cada uno por su camino.
De pronto, la divertida conversación se redujo a un silencio incómodo. A pesar de estar siendo acompañado, Toru podía jurar que era igual que estar andando solo. Lo único que se oía era el rítmico sonido de sus pasos contra el asfalto.
Era demasiado para Kazama. Necesitaba empezar una conversación ahora mismo.
Despegó sus labios lentamente, a punto de soltar cualquier cosa, pero de pronto un grito femenino invadió las solitarias calles del barrio.
Kazama palideció, y giró su rostro hacia Shinnosuke, que le devolvía la mirada sorprendida.
- Escóndete ahí. -Susurró señalando un jardín delantero. -Voy a por la policía.
- ¡Oye! ¡Espera!
Pero el moreno desapareció entre las calles antes de que Toru pudiese replicarle.


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