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Mi superhéroe poco ortodoxo por Yoshita

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Notas del capitulo:

Sigo con la presentación, espero sean pacientes, ya casi llega la emoción. 

Lamento si me tardo, como les he dicho, la universidad es un vórtice (estudio ingeniería mecánica, aun peor... Pero me encanta). 

Si el formato se ve mal o pegado, lo editaré cuando pueda. 

Nojiko apagó el fogón cuando sintió que la salsa estaba lista. Lo que faltaba era que Nami llegara y ya, serviría la cena para las dos. 

Tomó un vaso y se sirvió un poco de jugo de mandarina y tomó el sobre rojo que había sobre la encimera de la cocina. Estudió el trabajado sello plateado y acarició las letras que grababan el nombre de su hermana encima del elegante escudo de plata. 

-Ya llegué- oyó gritar. 

-Nami- sonrió- ¿qué tal el día?

-Divertido- le dijo colgando la chaqueta del perchero junto con su mochila- Vivi y yo pasamos el examen, fuimos las únicas. 

-¡Vaya! Te felicito- acabó de colocar la comida y se sentaron juntas a la mesa. 

Ambas contaron su día, entre risas y salsa dulce. 

-Hoy llegó algo para ti- dijo seria, Nami dejó el cubierto aparte y tomó el sobre rojo que le alcanzaba su hermana. 

-¿Qué es?- frunció el ceño. Sacó los papeles y leyó con atención- lo sabía. Bellemere-san lo dijo. 

-¿Qué?

-Que cuando Doflamingo descubriera en dónde estaba, vendría por mi. 

Nojiko tapó su rostro horrorizada. 

-¿Es...?

-No, no- Nami agitó su mano negando- me han asignado un protector. 

Nojiko se relajó.  

-¿De esos que contaba Bellemere-san?

-Si- le sonrió a su hermana- de esos que contaba Bellemere-san.

Se miraron por un momento, recordando...

-Acabemos la comida- sugirió Nami- luego terminaré de leer esto. 

Nojiko asintió y acabaron su comida, luego llevaron todo a la cocina. 

Sonó el timbre. 

-¡Nami! ¡La puerta!

-¡Voy!

Se encaminó a la entrada y tomó el pomo para girarlo y abrir. 

-¡Buenas tardes, Nami-san!

-Hola Sanji-kun. 

-Ah, hoy estás mas bella que de costumbre. 

-Gracias- se carcajeó. 

-Ten- le entregó un recipiente- mi padre y yo hicimos un postre y pensé en ustedes, mi bellas vecinas. 

-¡Vaya, te lo agradezco!

Sanji hizo una exagerada reverencia y se despidió de la chica con bonitos halagos.

Caminó hasta la cerca y luego miró el prado, curioseando con el color. 

Nami cerró la puerta. 

-¿Quién era?- preguntó secándose las manos con un trapo limpio. 

-Era Sanji-kun, nos trajo postre.  

-¡Qué bien! Guárdalo en la nevera.     

 

Aprovechó el momento en que su hijo salió para llevarle el postre a sus vecinas para analizar el sobre azul con el escudo de plata grabado. 

Sanji había sido rechazado. 

Suspiró de alivio y sonrió. Su hijo no tendría que sufrir lo que él sufrió.    

 

-Por favor, tome el crayón naranja que está en el sobre- leyó Nojiko en voz alta y Nami obedeció- ahora dibuje una puerta en un sitio asequible pero oculto- Nami caminó al armario del aseo mientras Nojiko seguía leyendo- abra. 

-¿Pero cómo quieren que lo haga?

-Aquí sólo dice eso- se defendió. 

-Ah- suspiró y empujó la puerta, que cedió- ¡oh!- exclamó al ver el resplandor de luz al otro lado. No sólo era extraño por que la puerta se hubiera abierto, sino que la luz al otro lado era fuerte y clara, y en ese momento era entrada la tarde fuera de su casa. 

-Dice que debes entrar acompañada de alguien- sonrió- iré contigo. 

-Si- siguió y su hermana la siguió de cerca. 

El enorme portón de plata se erigía frente a ellas y entraron, caminando por el sendero de piedra que llevaba a una majestuosa puerta con escaleras de brillante mármol. Alrededor de ellas pudieron apreciar inmensos jardines y fuentes chispeantes de agua, pero no veían a ninguna persona. 

Las puertas se abrieron y entraron a una estancia con un pasillo. 

-Dice que sigamos por donde dice "nuevos".  

-Entonces es por allí- señaló Nami y su hermana caminó detrás. 

-Ahora hay que cruzar por donde dice "protegidos". 

-Por allí. 

Cruzaron la pequeña puerta que tenía la leyenda que buscaban y entraron a un delicado salón de te con ventanales a un jardín de tulipanes amarillos y rojos, a juego con el mobiliario de la estancia. 

Tomaron asiento en uno de los enormes sillones. 

Una puerta se abrió y alguien les hizo señas para que se acercaran. 

Se pusieron de pie y caminaron hasta estar del otro lado.  

-Es ella, su nombre es Nami- mencionó una mujer y luego la miró a ella- él es tu protector- señaló al muchacho de extraños cabellos verdes- su nombre es Roronoa Zoro, es un espadachín. 

Ella y su hermana se adentraron mas en el saloncito y se sentaron en otro cómodo sillón. 

-No nos hemos presentado- continuó la mujer- soy Boa Hancock- estrechó manos con las chicas- ellos son Monkey D. Garp- señaló al mencionado- Smoker- el hombre hizo un gesto con la mano- y Akagami Shanks- el pelirrojo le dio una sonrisa que devolvió- somos los encargados de asignar protectores a aquellos que lo piden o de seleccionar personas que necesiten protección.  

-Entonces yo soy del tipo que la necesita. 

-Tu madre ya nos había alertado de esto- dijo Akagami risueño- nosotros sólo seguimos indicaciones. 

-¿Entonces Doflamingo me encontró?

-Algo por el estilo, sin embargo no sabemos exactamente qué quiere de ti. Ya tenemos gente investigando. 

Suspiró.  

-Estarás bien, chiquilla- rió Garp- este muchacho es un hueso duro de roer.

-Mas te vale- le dijo al chico- te cobraré por cada rasguño que reciba. 

-¡Nami!

-Como si fuera a pagarte, bruja.  

-¡Zoro!

-¿Cómo me llamaste?- se puso de pie frente a él. 

-¿Yo?- la imitó. Era mas alto que ella- bruja. 

Se fulminaron con la mirada. 

-Se van a llevar bien- asintieron todos. 

-No olvides las reglas muchacho- recordó el pelirrojo con un nudo en la garganta- esta señorita es muy bonita. 

-¿Qué reglas?- cuestionó. 

-Zoro no puede dejar de protegerte. Y, por sobre todas las cosas, no puede enamorarse de ti. 

-Como si me atrajera una bruja...

-¡Repítelo!

-¡Bruja!

-¡Ah!- gritó desesperada y se dejó caer en el sillón- si Sanji-kun te oyera...

-¿Qué dijiste?- cuestionó Zoro. 

-Que si Sanji-kun te oyera, te mataría.  

-Él- sonrió confiado- no podría tocarme un solo cabello. 

-Ya veremos. Él es mejor que tu. 

-Deja que lo conozca y luego decidiremos quién es mejor que quién.  

-Te digo la verdad, prefiero la paz.  

-Se entendieron bien, eso es lo que cuenta- exclamó Shanks satisfecho. 

-Hancock, llévalos a una de las salas de espera- pidió Smoker- los otros no deben tardar en llegar. 

Giraron a ver la salida en el momento en que el pomo se giraba desde fuera, alguien intentaba abrir la trancada puerta. 

-Error, ya llegaron- corrigió Smoker- que salgan por la otra sala, no deben verse aun. 

Boa asintió y llamó a los chicos y a sus acompañantes para que la siguieran. Pasaron a la habitación adyacente, la salita de te con vista a los tulipanes, y salieron por la puerta por donde habían llegado Nami y Nojiko. Los guió hasta una puerta que ponía "espera".

-Entren aquí y no salgan. Yo les avisaré cuando pueden ver al resto. 

-¿Resto?- Zoro ladeó la cabeza.  

-Son cuatro protegidos, por ende son cuatro protectores. 

-Entiendo- murmuró Nami- gracias. 

Boa asintió y se marchó. 

 

Notas finales:

Gracias por leer. 


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