El camino hacia el parque fue un recuerdo difuso en su mente, su cuerpo se movía, avanzaba hacia la oscuridad que los altos arboles le brindaban pero su mente y su corazón estaban lejos, se habían quedado agonizantes en el departamento, prendados de los ojos azules que esquivaban su mirar y aun así, en su estado medio adormilado Shura se sentía desesperado, dolido y cansado de esperar una recompensa que estaba seguro jamás tendría.
La oscuridad de esa noche reflejaba la desolación que se anidaba en su pecho, se había enamorado de Shaka poco tiempo después de conocerlo, decir que fue amor a primera vista sería una mentira pero recordaba que la atracción que sintió por su alumno de intercambio fue instantánea y cuando aquel joven de mirada confiada le busco para ser su asesor de tesis no pudo más que agradecer a los dioses por su suerte.
Pronto se hicieron amigos y Shura estaba seguro de que la atracción era mutua, los sutiles coqueteos del rubio en la cafetería o las miradas que le lanzaba cuando se encontraban por los pasillos de la universidad no podían se invenciones de su imaginación, hasta que, en su estúpida necesidad de sentirse importante para el rubio le conto de la biblioteca familiar, de los libros que podían ayudarle en su análisis, libros de cuentas de inversión familiares y fue inevitable que Shaka preguntará sobre su familia. Así fue como el pelinegro termino contándole de su procedencia, de lo importante que era su abuelo en la economía de Inglaterra y que si bien no eran nobles habían sido de las primeras familias aburguesadas del país.
Y ahí estuvo él, tratando de impresionar a un hombre cuya herencia era más grande que ninguna que conociera. Esforzándose por ganar la admiración del menor.
Enamorándose más cada día, cada hora, cada minuto, amándolo más y más inevitablemente … ¿y todo para qué? Para que en un segundo Saga apareciera y se llevara sus esperanzas al retorcido mundo de la realidad.
Volvió en si cuando el ruido escalofriante de un disparo silencio el lugar, Shura volteo alerta buscando a quien había accionado el arma y se encontró que para su desgracia había caminado más de la cuenta internándose en una zona poco transitada del parque por la espesura de los árboles y allí justo frente a él, encontró lo que tanto se temía.
- Vas a arrepentirte de tocar lo que es mío maldito español- dijo aquel hombre alto que sostenía la pistola aun hacia el cielo, no le conocía, no al menos físicamente pero supo de inmediato que quien se trataba y su instinto de supervivencia se puso alerta- tú y él hijo de puta de tu primo desearan jamás haberle tocado… toma esto como una advertencia- el dolor lacerante que atravesó su pecho fue lo que le hizo darse cuenta que el maldito le había disparado.
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- Cuando estés con él hazle saber que no te irás hasta que te lo diga todo, Shaka seguramente no se habrá desahogado con nadie aún después de tantos años- susurro su esposa al teléfono- él necesita saber que nadie cometerá una locura al enterarse de todo lo que paso a manos de Radamanthys y, si no le dijo nada al español entonces tampoco le ha dicho algo a Aioria por miedo a que su reacción sea violenten e intente alguna locura; por otro lado, tu primo no le contaría algo así a Seiya ya que él aun lo ve como un niño pequeño
- No sé si quiero saber todo - suspiro el castaño menor observando a su hermano por el retrovisor del auto, Aioria se había tensado nada más nombrar el nombre de Marín al responder el celular, para Aioros era obvio que el abogado aun no superaba la traición de la pelirroja- no quiero que la culpa se vuelva un obstáculo en este momento y estoy seguro que la información que él me proporcione no hará otra cosa más que influir en la bitácora a seguir.
- Pero necesitas saberlo por el bien de todos, a esta altura no te puedes permitir un error, eso sería catastrófico- respondió exasperada ante la respuesta de Aioros- piensa en lo que pasaría si fuéramos nosotros, en cómo me sentiría con todo aquello dentro sin poder contárselo a alguien, tienes que saberlo, tienes que saber a qué y a quién te enfrentas.
- No sé si estoy haciendo lo correcto- en su voz se escuchaba el pesar que cargaba desde hacía años.
- Estas protegiendo a tu familia Aioros, que más correcto que defender a aquellos a quien más amas.
- No quiero perderlos, si algo sale mal no soportaría perderte a ti y a mi hijo
- Nada va a salir mal, te lo prometo… te amo
- Yo también te amo Marín, cuídate y cuida de nuestro pequeño
Aioros desvió la vista cuando vio recriminación en los ojos de su hermano, no podía negar que le dolía terriblemente no poder gritarle a su familia que dentro de un par de meses sería padre y no lo hacía porque a pesar de todo, él mismo sabia que lo que le habían hecho a Aioria no era correcto. Como podría serlo cuando la prometida de tu hermano y tu se fugaron poco antes de formalizar su compromiso, eso no tenia escusas, era una falta grave a su vinculo filial y él lo sabía pero ya no había nada que hacer, Marín y él estaban casados, a punto de tener un hijo y eso Aioria tenía que superarlo.
- Así qué me vas a convertir en tío?- comento sarcástico el león- ¡Vaya hermano! Tu sí que sabes sorprender a la gente
El mayor no dijo nada, no tenía caso comenzar otra discusión, no ahora que su principal objetivo era solucionar el problema de Shaka, no cuando sabía que no conseguiría el perdón de su hermano.
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Al final de día no había podido salir de la mansión a pesar de lo mucho que le desagradaba la idea de tener que pasar una noche más en aquel sitio, Afrodita suspiro con cansancio y siguió desenredando su cabello tratando de tranquilizar un poco su pecho y de alejar la angustia que poco a poco se iba anidando en su pecho.
Desde que había terminado de hablar con los gemelos sobre los actos cometidos por su tía no había dejado de sentir esa presión en su pecho, tenía un mal presentimiento y eso era algo que no podía alejarse de la mente por más que tratara de tranquilizarse, algo había pasado y era realmente algo malo.
Estaba a punto de meterse a la cama cuando su móvil timbro, pensando inmediatamente que se trataba de Shaka respondió rápidamente, e igual de rápido su semblante cambio totalmente ¡por el amor de Dios! ¿Qué acababa de decirle aquella mujer?
- ¿En dónde se encuentra?- pregunto alterado el peli celeste- ok, gracias voy para allá- Dita colgó e inmediatamente volvió a ponerse la ropa que acaba de botar al suelo- Sagaaaa- grito intentando crear el suficiente alboroto para que sus dos primos le escucharan- Kanooon
- Por el amor de Dios! Afrodita, estas bien? No te ha pasado nada?- pregunto Kanon aun jadeante de haber corrido al primer grito del menor, Saga estaba detrás de él con la toalla a la cintura igual de agitado, era obvio que el gemelo mayor acababa de salir de la ducha
- Es Shura- respondió histérico- le han disparado y esta grave en el hospital del centro- informo sollozante
- Cómo demonios paso eso? No importa Saga vístete, preparare el coche los veo abajo
Esto no podía estar pasando ¿qué nunca iban a salir de esta maldita racha?
Lo que paso después ninguno de los tres lo tenía claro, solo sabían que ahora Shura se encontraba en la sala de cuidados intensivos después de que los médicos le operaran para extraer la bala que se había alojado justo por encima del pulmón derecho, por suerte la bala no había perforado ningún órgano alojándose en un pequeño hueco de la cavidad torácica.
Pero el peligro aun no pasaba pues según les había informado el médico que le operara Shura había perdido mucha sangre y las 48 hrs siguientes serian críticas en la recuperación del pelinegro. Por el rabillo del ojo Kanon observo ingresar al culpable de todos los males que aquejaban a su familia, no se sorprendería que el que Shura se encontrara a punto de morir también fuese por culpa de Shaka y sin poder contener agarro al rubio del brazo sin importarle que este estuviese acompañado
- ¿Qué diablo haces aquí?- pregunto furioso
- ¡Kanon! ¿Cómo se encuentra Shura?- pregunto angustiado el de ojos azules sin importarle la fuerza que el mayor ejercía en su brazo- por favor Kanon, dime como esta- rogo
- No tienes nada que hacer aquí, porque no te vas! Acaso no entiendes que tu eres el culpable de todo- le grito, Aioros sostuvo a Aioria cuando el castaño pretendía pasar por su lado para defender a Shaka, en ese momento no les convenía hacer un escándalo si querían enterarse de la salud del otro
- Suéltalo Kanon- la orden llego por detrás de ellos y el arquero vio pasar una cabellera celeste- suelta a Shaka ahora mismo, yo lo llame porque estoy seguro que Shura querrá verlo cuando despierte
- Qué no lo ven? Este idiota es el culpable de que Shura esté en el hospital, este malnacido solo ha venido a causar desgracias en nuestra familia, si Shura no lo amara estoy seguro de que jamás le hubiesen disparado- dijo mientras seguía zarandeando con fuerza al rubio del brazo observando fijamente los ojos de Saga detrás de los primos de Shaka, de repente sintió como el peso del menor le jalaba el brazo y bajo la cabeza desconcertado.
Se había desmayado, ahí con medio cuerpo tendido en el suelo y el otro colgando del agarre que gracias a la fuerza con la que Kanon lo sostenía no había golpeado el suelo, subió los ojos sorprendido mientras Aioria y las enfermeras levantaba al rubio del suelo, el desconcierto en los ojos del gemelo era notable y la recriminación con la que le veía Dita era pesada aunque no tanto como la mirada de furia que le dedicaba su hermano.
- Bien Kanon, lo que nos faltaba- comento lacónico el sueco.
Shaka había sido llevado a otra habitación en la sala de urgencias, el rubio había reaccionado rápidamente y la enfermera que le atendiera se acerco hasta la sala de espera una media hora después, la chica se veía muy joven, tal vez acababa de terminar los estudios pensó Saga recargado en una de las paredes colindantes al pasillo por donde se habían llevado a Shaka, el solo verlo había hecho que su corazón se detuviera y una oleada de ira de arremolino en él cuando lo vio caer a los pies de su gemelo.
La enfermera entro con una gran sonrisa a la sala y de inmediato pregunto por los familiares, cuando Aioros se acerco la enfermera casi grito de alegría informándole al castaño que Shaka se encontraba bien y que la revisión que de rutina que le hicieron se le informo al rubio que estaba de encargo. Saga casi se ahogo con su propia saliva.
- El doctor de urgencias le ha sugerido que descanse por lo menos dos horas antes de salir de la habitación así que si alguien desea hacerle compañía, por favor acompáñeme- dijo la chica esperando respuesta ante la cara de asombro de los dos hermanos griegos
- Yo voy- se adelanto Saga, Aioria estaba a punto de protestar cuando dijo en voz alta aquello que tenia atorado en el pecho- yo soy el padre del bebe, quiero estar con él- pidió, la enfermera sonrió y asintiendo se encamino a la habitación designada, Aioria, Shura y los demás se quedaron atrás, para Saga habían dejado de ser prioridad cualquier otra cosa que no fuera Shaka y el que estaba seguro era su hijo. Un hijo por el amor de Dios, otro hijo.
- Vaya se ha quedado dormido- informo la enfermera- adelante y asegúrese que el señor Shaka descanse, permiso- murmuro esquivando al gemelo postrado en la puerta.
Dormía, su ángel dormía y sintió ganas de llorar al tocar con su mano el vientre todavía plano de Shaka
- Oh Shaka, mi Shaka- murmuro besando sus labios.