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Una Oportunidad por Kaede S

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Notas del capitulo:

Los personajes no me pertencen, gracias por seguir leyendo.

  

En el transcurso de las dos semanas el entrenamiento de básquet fue el mismo, la diferencia era por las jugadas que realizaban ambos jugadores cuando competían entre sí, en un partido, Rukawa logró bloquear a Sendoh cuatro veces seguidas y anotar una increíble clavada con un rebote, el balón impacto contra el aro, Sendoh saltó para tomarlo pero Rukawa también salto y de un movimiento rápido y preciso metió el balón dentro. El Sr. Taoka se alegraba cada vez más de haber llevado a ese chico, pues al fin veía el nivel de Sendoh por completo. 

Las clases de natación era cosa aparte, después de la primera semana Rukawa aprendió a flotar en el agua, pero eso no quitaba que aún no se soltaba de la espalda de Sendoh. 

-Ya sabes flotar Kaede, ahora tienes que soltarme para poder enseñarte más cosas. 

-No quiero, ¿y si me hundo? 

-No te vas a hundir, vamos. 

Pero Rukawa no lo soltaba, cada vez su paciencia se iba acabando, no por que le molestará tener al chico pegado a su cuerpo, pero era eso precisamente lo que quería evitar, sobre todo por ciertos sueños que empezaban a abrumarle, esos sueños donde ese chico se entregaba a él, era cada vez más difícil alejarlos, y sentir su piel bajo sus manos era lo que menos necesitaba en estos momentos. 

-Intentaré otro método contigo. 

-¿Lo has hecho antes? 

-Sí, le enseñe a Fukuda y a Hikoichi, pero ellos en cuanto aprendieron a flotar se alejaron de mí. 

-¿Quieres que me aleje de ti? 

Genial, ¿por qué sentía que había metido la pata hasta el fondo? 

-No, bueno sí, pero sólo para poder enseñarte más cosas. 

¿Qué quería decir con eso?, se sonrojo y ¿por qué hizo esa pregunta tan… tan…“cursi”?, ¿por qué le dolió que le dijera eso?, no quería, no quería apartarse de él, se sentía tan seguro, Sendoh lo cuidaba y le hablaba como nadie más lo hacía, por estar perdido en sus pensamientos, no noto como su cuerpo se pegaba más al de Sendoh. 

-Kaede, creo que debemos dejarlo hasta aquí. 

Esas palabras lo sacaron de su mundo, asintió y se alejo de él, dispuesto a dejar que lo guiara hasta las escaleras como siempre. 

Al llegar a su habitación se dieron una ducha rápida cada uno, Rukawa se quedo en su cama, para pensar en lo que le pasaba mientras Sendoh encendía la tele, al cabo de un rato ambos dormían. 

Al día siguiente, después del entrenamiento de básquet, ninguno tenía ganas de ir a la piscina, aprovechando que habría un partido de sus equipos favoritos decidieron quedarse en su habitación, pero la tele se veía mejor desde la cama de Sendoh, por lo que Rukawa decidió acostarse a su lado, mientras más veían, más querían jugar, cuando termino discutían por cual de los dos equipos se había hecho un mejor juego. Al termino de la batalla que quedo en empate, Sendoh propuso ver la siguiente película, pues no tenían nada más que hacer, Rukawa acepto sin muchos ánimos, pues Corazón Valiente no era muy entretenida, y se lo hizo saber a Sendoh quedándose dormido recargado en su hombro. Al sentir ese calor en su hombro se sintió de una manera extraña, sentía que debía protegerlo de todo y de todos, quería tenerlo junto a él a toda hora, las clases de natación eran un martirio, lo podía tocar, acariciar, pero no podía recorrer ese cuerpo como él quisiera, le fascinaba estar a su lado y parecía que a ese chico no le era indiferente, le fue ganando el sueño y se durmió. 

Rukawa despertó, no quería abrir los ojos, pero sentía que alguien lo observaba, fue abriendo sus ojos lentamente, y lo primero que vio fue el rostro de Sendoh, estaban muy cerca, demasiado cerca, al instante se hizo consciente del resto de su cuerpo, estaba abrazando a Sendoh, estaba pegado a su cuerpo, su mano izquierda estaba aferrada al hombro derecho del muchacho y una de sus piernas estaba en medio de las suyas, Sendoh le sonrió y le acaricio el cabello, avergonzado y sonrojado hizo lo primero que le vino a la mente, abofeteo a Sendoh. 

-¿Por qué me pegas si eras tú el que me abrazaba? 

-Me voy a duchar. 

-¿A las tres de la madrugada?, ven a dormir Kaede, mañana será otro día, y ya que libramos ¿por qué no vamos a la piscina un rato? 

Bien, al parecer Sendoh no iba a decir nada más de lo ocurrido, su vergüenza sucumbió y acepto la propuesta del chico, se acostó en su cama, dio las buenas noches y se quedo pensando en Sendoh, era muy diferente al que veía en la cancha, si sonreía pero de diferente forma, dependía de que persona estaba cerca de él y en que lugar, de hecho a él le sonreía de dos formas distintas, en la cancha lo hacía diciéndole que no podría ganarle, que era divertido cuando se enfrentaban, que sólo él podía sacar su verdadera habilidad, pero fuera de la cancha, le sonreía de manera inocente y tonta, esa sonrisa le decía que quería que fueran amigos, que confiará en él y que le protegería de todo y de todos, no podía ser, siempre se había dicho que no sentiría nada por nadie mientras jugara básquet, pero ese chico lo sacaba de hacía salir de su coraza y encima lo abraza, era su más grande miedo, enamorarse de alguien y es lo primero que hizo, era un idiota. 

Al día siguiente el Sr. Taoka les dijo que aprovecharan ese día por que sería el último que tendrían para divertirse, ya que los demás chicos se presentarían mañana y entonces sí entrenarían como deberían, ya en la piscina le escena era la misma, Rukawa se aferraba al cuerpo de Sendoh.

 -Anda Kaede, tienes que soltarme, acaso ¿no quieres aprender? 

Rukawa lo soltó, Sendoh lo llevo a la orilla de la piscina.

 -Bueno, agarra el borde de la piscina y echa tus piernas para atrás. 

-¿Qué? 

-Descuida, yo te sostendré del pecho y los muslos. 

Así lo hizo, y vaya que era una sensación un tanto extraña, escuchó la voz de Sendoh diciéndole que moviera los pies, primero uno y luego otro, que contuviera la respiración y que introdujera la cara al agua, así lo hizo, pasados unos segundos salió para tomar aire. 

-¿Estas bien? 

Asintió, pero sus manos se resbalaron por el agua, lo que provoco que se hundiera de momento, pero unos brazos lo sacaron del agua, y de nueva cuenta se aferro a los hombros del muchacho, tomo unas cuantas bocanadas de aire, pues había tomado un poco de agua. Se quedaron así unos cuantos minutos, abrazados, la cabeza de Rukawa estaba apoyada en su hombro derecho, podía sentir esos brazos alrededor de su espalda, en ese instante se dio cuenta de que sus propias manos estaban aferradas a la espalda del otro, la verdad le había dado miedo, aunque con Fukuda y Hikoichi le había pasado lo mismo no se movió tan rápido como en esta ocasión, de hecho sus camaradas habían salido por sí mismos del agua, pero con ese muchacho se había asustado, cuando sintió como se le resbalaba de las manos, no pensó en nada, su cuerpo era el que había reaccionado, se acercó más a ese cuerpo, tenerlo así tan cerca lo hacía sentir seguro de que no permitiría que nada le pasara a ese chico, no lo iba a permitir, si bien su entrenador lo había puesto como responsable solo por que sí, ahora iría en serio. Rukawa levanto un poco la mirada, Sendoh esta perdido en sus pensamientos, con un movimiento un tanto brusco lo acerco a su cuerpo, nunca en lo que había estado en la piscina había sentido el agua tan cálida, era estupendo, en verdad se sentía tan seguro ahí, que no quería que ese abrazo terminará, pero como siempre Sendoh salió de su mundo y arruino el momento que estaba disfrutando. 

-¿Kaede? 

-¿Mmm?  

-¿Nos vamos ya? 

-Sí. 

Se fueron a su habitación, no que se la pasaran hablando todo el día, pero ahora el silencio era realmente insoportable, Rukawa había dejado de hablarle por completo, ni siquiera lo miraba, o al menos eso parecía, era tan difícil leerlo que realmente a veces le dolía la cabeza aunque no lo demostraba, quería pegarlo a su cuerpo de nuevo, tener su cabeza en su hombro, sentir su respiración, y debía detenerse algo le indicaba que estaba haciendo algo malo, alzo la cabeza y se percato de que era, sus ojos estaban recorriendo el cuerpo del chico a su lado sin tapujo alguno y el chico en cuestión le observaba con una ceja levantada, algo sonrojado. 

-¿Qué haces? 

La pregunta lo tomo desprevenido, ¿qué responder?, simplemente se quedó callado, tomo su toalla y entró a la ducha. ¿Pero qué le pasaba a ese?, su mirada era tan extraña para él, se sintió desnudo en el momento en que esos ojos empezaron a recorrerle, ese idiota estaba provocando reacciones extrañas en él, y era horrible, por un lado se sentía feliz pero por otro lado era tan odioso, hace un año solo tenía interés por el básquet y ahora ese chico ocupaba su mente cada vez que tenía tiempo libre, las clases de natación eran especiales, podía tener al chico de la manera más tierna y protectora que alguna vez imagino, era increíble poder estar entre sus brazos, tocar su espalda, suspiro, ese chico no le era indiferente y no sabía como actuar ante ello, y le dolía saber que mañana llegarían los demás.

Notas finales: Espero que les guste, bye. El próximo capítulo ya esta en camino.

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