Bilbo tenía la mirada perdida hacia la nada, se encontraba en un restauran junto con Thorin, habían pasado dos días desde aquel encuentro con Smaug. Se sentía más que pésimo, era fácil de ver, no había tocado nada de su comida, solo había aceptado la invitación para aparentar, lo cual era muy difícil porque cualquiera que lo viese en ese instante podía notar lo mal que estaba. Cuando el mayor le miraba a los ojos el castaño lo más rápido posible rompía el contacto, no podía y no quería que lo viera así.
Oakenshield suspiró ¿Qué pensaba el castaño? ¿Acaso creía que él no se daba cuenta de lo mal que estaba? No quería preguntarle sobre ello, de seguro lo negaría y diría que estaba bien, pero no podía quedarse sin hacer nada viéndolo en ese estado; tan apagado.
- … ¿Te sucedió algo? – Dijo restándole importancia para no presionar al menor.
Bilbo salió de su enredo atisbando directamente su mirada con la del pelinegro, no duro ni tres segundos y volteó la cabeza para observar cualquier otra cosa que no fueran los ojos de Thorin. No quería contestar, no quería ni hablar, no encontraba las palabras ni una buena mentira para que le creyera. Bajo los brazos de la mesa y recostó su cabeza de lado sobre esta, pensando.
El más pequeño comenzó a llorar aun con la cabeza en sobre la mesa - Es… No es nada - Susurró mientras se quejaba sollozando. El mentirle le hacía sentir mucho peor de lo que ya se sentía. El mayor se acercó preocupado sentándose aun lado y le consoló. El castaño se sentía tan mal por mentirle, no dejó que se acercara ni un centímetro más, sino él vería y Bilbo no quería que viera.
- Tranquilo, todo está bien – El mayor intentó abrazarlo pero Bilbo se alarmó y se alejó lo más rápido del más grande casi empujándolo.
Oakenshield estaba demasiado sorprendido y confundido por esa reacción - No… no me toques. Quiero estar solo – Posó su mano en la intersección del hombro con su cuello, la paso sintiendo la marca que le había dejado Smaug el día anterior, el menor no quería que Thorin viera eso - Me siento mal, luego te hablo – Tomó sus cosas, se levantó de la silla y salió del lugar.
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Tal vez si se iba rápido de la escuela él no tendría oportunidad de topárselo por alguno de los pasillos, quizás estaría ocupado con su última clase… quizás. No perdía nada con intentarlo.
Entre tanto lio había olvidado por completo a otra persona que también se encontraba en la escuela. No quería estar concentrado en ninguna otra cosa, que no fuera ir a su casa. Debía apresurarse, estando en su casa podía poner cualquier excusa.
- ¿Hoy tampoco quieres que te lleve a tu casa? –Esas palabras le atravesaron hasta lo más profundo de su ser ¿De verdad no había visto en qué momento había pasado junto a Thorin? Controló con todas sus fuerzas el impulso de su cuerpo por mostrar tristeza.
Quería decir que tenía demasiadas ganas de que lo llevase, pero en realidad su estado de ánimo no estaba para ver al mayor a la cara, no, no por ahora, esperaría un poco y reponerse.
- La verdad es que yo… no puedo… por… - El celular que se encontraba en su mano izquierda vibró, y vaya suerte que tenía de haberlo puesto en vibrador en la mañana. Hizo como si nada y revisó su celular, esperaba y anhelaba que no fuera quien él creía que era.
- Has ignorado mi mensaje anterior. Te estoy esperando.
- T-tengo que… ir a…
- ¿A dónde?
¡¿Por qué no dejaba de vibrar el maldito celular?! – E-es que el maestro Smaug me pidió que lo viera al final de las clases, m-me piba a explicar algunas cosas… nada importante.
- ¿Cómo? ¿Smaug? – No por favor, cualquiera menos Smaug.
- Si, so-solo me iba a decir algo y ya.
- … Puedo esperar a que termines y…
- ¡No! Es que… no quiero molestarte, pued…
- ¿Molestarme? – Le interrumpió - Tu no me molestas en lo absoluto.
Bilbo suspiró, fue un suspiró muy largo, llenó de resignación y tristeza - Me tengo que ir. No me esperes, me iré solo – Y con todo el dolor del mundo le dejó ahí. Solo. Esperaba que Thorin le perdonara luego lo que había hecho.
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Llegó al aula que Smaug le había indicado. Junto fuerzas para girar el picaporte y poder entrar. Como esperaba, su profesor estaba sentado en su escritorio que, cuando entró, centró toda su atención en su ser. Una pequeña pero notable sonrisa se encontraba dibujada en el rostro del mayor. Maldito sea ese idiota.
- Tardaste demasiado en venir. Pensé que te había quedado claro cómo funcionaba esto.
- Me ha quedado claro.
- Pues parece que no es así.
- …
- Bien, si te ha quedado claro entonces dime ¿Por qué tardaste tanto?
- No… se molestará si le digo.
- No lo haré, tan solo quiero saber – Sonaba y parecía sincero.
- E-estaba con Thorin, él me habló.
- Oh.
El menor se tranquilizó ante la simple contestación que había recibido. Que malo que tan solo duró un par exacto de segundos porque sin previo aviso el más grande lo había jalado y empujado hacia la pared en donde se encontraba ubicado el pizarrón.
Smaug rió molesto - No sabes cuánto odio que estés con él – El menor tragó saliva - No quieres que te vuelva a suceder lo del otro día ¿O sí?
Bilbo lo recordó, no había sido agradable de ninguna manera - Estúpido… - Susurró en el tono más bajo que pudo, acción verdaderamente inútil estando a solo escasos centímetros del rostro de su maestro.
Cuando el golpe llegó fue demasiado punzante pero tampoco fue muy fuerte pero si había sido suficientemente doloroso. Llegó directo a su estomago, no sabía si llorar o no, en verdad no quería recibir otro de nuevo, por lo tanto, solo aguanto el dolor con una expresión de sufrimiento en el rostro.
- No te pegaría tan fuerte, no si no fuera necesario. Ahora sabes que no debes mencionar a Oakenshield enfrente de mí.
- ¡Usted dijo que hiciera todo lo que me dijera! ¡Y me dijo que le contestara por qué había tardado!
- Psss, no importa. Además no fue solo eso, también dijiste algo que espero no vuelvas a repetir y también espero que no vuelvas a tardar por culpa de él cuando te llame.
- ¡¿Y cómo le voy a hacer?!
- Eso es muy fácil – Bilbo le ignoró volteando hacia otro lado, molesto y pensando otras cosas - … habrá que deshacernos de él.
Continuara…