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Una Oportunidad por Kaede S

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Notas del capitulo: Quiza es un poco tarde o muy temprano, pero aquí está el sexto capítulo, espero que sigan leyendo, ya no le falta mucho, en serio.

A la mañana siguiente, los problemas de Sendoh por despertar a Rukawa fueron los mismos, para su desgracia en esta ocasión no pudo caer encima del joven, pero sí pudo despertarlo más rápido. Cuando estuvieron listos bajaron a desayunar, los demás ya estaban allí junto a los entrenadores, después del desayuno, esperaron dos horas para poder entrenar. El entrenamiento era el mismo que la vez anterior, solo que en esta ocasión, las jugadas de resistencia fueron las que más se practicaron sobretodo Rukawa y Takuto, quienes presentaban una resistencia menor a los otros, pero a cambio estos chicos practicaban para el rebote, y fue en una de esas jugadas en las que Susaku y él se quedaron solos cuando le soltó el primer comentario que le tomo desprevenido. 

-A Rukawa se le marca muy bien su trasero con ese pantalón ¿no crees? 

Sin meditarlo, dirigió su mirada a ese punto recorriendo todo el cuerpo del chico dándose cuenta que Susaku tenía razón, pero su descuido le costo caro, el balón fue a dar en su cara. 

-¿Qué demonios estás haciendo Sendoh? Ponte serio ¡maldita sea! 

El grito hizo que los dos chicos que estaban en el otro lado de la cancha se giraran a verlos, sus ojos toparon con los azules intoxicantes que empezaba a evitar, le sonrió con una sonrisa de “soy un idiota” y se puso a practicar con Kotaro, el resto del entrenamiento paso sin otro comentario sagaz se Susaku. 

Ya en su habitación Sendoh recordando su estupidez momentánea, suspiro, era increíble como había perdido la concentración por ese comentario, era un detalle tan mínimo y aún así no logró ignorarlo, de seguro Susaku se reía de él con sus otros compañeros, además ¿qué le diría a Rukawa?, de seguro le preguntaría sobre el incidente, y era un inconveniente que le soltará un “me gustas” en estos momentos.

 Mientras en otro lugar Susaku le comentaba a Rukawa lo que había pasado con Sendoh en el entrenamiento. -

Te dije que también le gustabas.

 -Aún así, no me atrevo a decirle. 

-Eres muy extraño, tu confianza en la cancha me hacía pensar que eras seguro en todos los aspectos, pero veo que no. 

-Se jugar básquet, he entrenado por mucho tiempo este deporte, sé como reaccionar en los movimientos que necesito, pero hablar con alguien… 

-Se nota, ni siquiera puedes estar cerca de una persona por más de diez minutos, pero creo que a Sendoh eso le fascina. ¿Cómo decirlo?, siente que es un reto para él. 

Se acercaron a la habitación de Susaku, tomaron asiento en la cama, Rukawa estaba nervioso, nunca había pasado por una situación así, pero no quería dar marcha atrás, después de todo era un chico que conseguía lo que quería y si había logrado ser el rival de Sendoh, lograría que el chico se liara con él, de eso no cabía la menor duda. D

espués de estar un rato con Susaku se fue a su habitación, ahí estaba Sendoh recostado en su cama y con el control en la mano. 

-Creí que tardarías más. 

El chico no dijo nada, agarró su toalla y entro a la ducha. Sin siquiera quererlo, la imagen del cuerpo de Rukawa entro en su mente, no tenía ningún problema en decirle al chico que le gustaba pero no quería hacerlo en esos momentos, principalmente porque el campeonato estaba a la vuelta de la esquina, y  si era cierto que Rukawa jamás se había enamorado de alguien no sabía como iba a reaccionar, quizá se asustará o perdiera la concentración en los entrenamientos, lo que si debía era evitar que Susaku le metiera ideas absurdas en la cabeza, Rukawa entró al cuarto iba a tomar una ducha, ese era el momento perfecto, salió de la habitación después de que Rukawa entrara al baño, se dirigió a la de Susaku, toco la puerta.

 -Adelante. 

Entro a la habitación igual a ala suya solo que con una sola cama, el muchacho lo observo desde su cama. 

-¿Qué haces aquí? 

-Venía a pedirte un favor, si no es molestia. 

-Claro que no, dime ¿qué necesitas? 

-Quiero que… bueno… quiero que dejes de darle ilusiones a Rukawa. -

¿De qué hablas? -

Tú sabes de que hablo. 

-¿No te gusta? 

-Me encanta, estoy loco por él. 

-¿Entonces? 

-Primero debe acabar esta campeonato. 

-¿Qué demonios tienen ustedes con el básquet?

 -Es parte de nuestra vida y con suerte la que nos dará de comer, si desperdiciamos estás oportunidades, no podremos seguir adelante, mira solo quiero que te apartes de este asunto ¿de acuerdo? 

-Tu manera de pensar es muy cerrada, ¿no crees que estas exagerando? 

-No, Rukawa y yo somos personas caprichosas y cuando se nos mete algo en la cabeza no dejamos que pase el tiempo ¿me explico?, damos todo en ese momento, en ese lugar, sin importarnos nada más. 

-Bueno sí, eso se nota. 

-Entonces mantenlo alejado de esas ideas, por favor, después de esto tendremos tiempo para acostumbrarnos el uno al otro. 

-Bien, pero no perdonare si le haces algún daño, no habla mucho pero me agrada ese sujeto. 

-Sí tiene esa cualidad. 

Sendoh se fue de la habitación, esperaba haber tomado la decisión correcta, le gustaría poder estar con Rukawa en cualquier momento pero debían atender las prioridades primero, si querían estar juntos por largo tiempo y eso esperaba, debían salir adelante con sus propios esfuerzos, sin nada que hacer recorrió el lugar hasta llegar a la piscina, la verdad quería volver a esos días en los que sus cuerpos se rozaban libremente, quería sentir que podía protegerlo de cualquier cosa que le pasará y en ese lugar lo había hecho, de repente una persona salió del agua asustándolo, era Takuto. 

-Deberías decirle a Rukawa que si quiere tener una mejor resistencia viniera a nadar. 

El muchacho salió del cuarto dejándolo solo, claro, la natación, eso ayudaría a Kaede para su resistencia. Takuto fue a los vestidores, allí se encontró a Susaku. 

-Dime que no te topaste con Sendoh. 

-Sí, lo hice. 

-Estoy en problemas. 

-¿A qué te refieres? 

-A nada, no le digas que te mande a que le dijeras eso por favor. 

-De acuerdo, pero tú no le digas que yo acepte ayudarte. -Es un trato. 

-Deberías dejarlos en paz, Susaku. 

-Descuida Kotaro, esto les ayudará, estoy seguro. 

Sendoh se fue a su habitación. 

-Creí que tardarías más. 

-Pues no, oye Kaede. 

-¿Qué pasa?

 -¿Cómo vas con la resistencia? 

-Mejor, ¿por? 

-La natación mejora la resistencia. 

-¿En serio?

 -Claro, ¿seguimos con las clases? 

-¿De verás? -Sí, por supuesto.

 -Bien, mañana será.

 -Sí, y dime ¿de qué hablan tanto Susaku y tú? 

Los colores subieron al rostro de Rukawa.

 -De nada importante. 

-Vaya, ¿desde cuándo el básquet no es importante para ti? 

-¿Qué? 

-Susaku me dijo que se la pasaban hablando de básquet. 

-Ah, sí pero no todo el tiempo, la mayor parte habla sobre sus conquistas. 

-Que interesante, me voy a dormir, hasta mañana. 

¿Sabría algo Sendoh?, esas preguntas nunca se las había hecho, no, debía ser su imaginación, lo más seguro era que quisiera molestarlo, se fue a la cama después de todo, mañana sería un largo día. 

El entrenamiento siguió normal, pases, juego en equipo, jugadas inesperadas, al parecer sus entrenadores empezaban a estar conformes con sus avances ya que casi no gritaban, después de comer y descansar un poco se fueron a la piscina, era increíble que volvieran a estar en ese lugar. Sendoh entro al agua como siempre con un clavado, al salir a la superficie le llamo.

 -Vamos Kaede, ¿o le vuelves a temer al agua? Rukawa se sentó al borde de la piscina, Sendoh se acercó a él, se miraron por unos segundos. 

-Yo te recibo Kaede. 

Los brazos de Sendoh se abrieron, esperándolo. Y sin pensarlo se hecho a sus brazos, de nuevo esa sensación, la calidez del cuerpo de Sendoh era increíble, lo hacía perderse en un mundo lleno de fantasías ridículas, pero se sentía tan a gusto…

 -¿Quieres perderle el miedo de nuevo? 

Rukawa recordó la primer vez que se sumergió al agua, se había abrazado a Sendoh como si este fuera la único con lo que contaba en ese mundo de color azul, se sujeto con fuerza a la espalda del muchacho juntando sus cuerpos aún más. Pasaban los minutos y ninguno de los dos se movía de su posición, solo sentían la respiración del otro, las manos de Sendoh estaban en su cintura, eran tan grandes y calientes, como le gustaría poder quedarse así, sus propias manos estaban en los hombros del muchacho eran firmes y fuertes, se había enamorado de ese chico, estaba seguro, nadie había podido entrar a su mundo  excepto él, desde que lo conoció su rostro se quedo grabado en su memoria, su olor en su nariz y su voz en sus oídos, a pesar de que había rechazado estrechar su mano, la había sentido estaba caliente y era más grande que la suya, sin pensar claramente, recorrió con cu mano derecha el brazo izquierdo de Sendoh hasta encontrar su mano, hizo que separa esa mano de su cuerpo y poso la suya en esa mano, era un poco más grande que la suya, ambos podían agarrar el balón con una de ellas, pero al parecer el jugador de Ryonan tenía más oportunidad para jugar con el balón, Sendoh sonrió y sin consultarlo con su conciencia, acerco su rostro al oído del chico.

 -Mi mano es grande, ya puedes imaginar esa parte. 

El rostro de Rukawa se oculto en su hombro, pero sus dedos se tensaron entre los suyos, ese comentario lo había desencajado por completo, y  lo había sacado de sus pensamientos, para introducirlos en los que él no sabía que tenía, ¿cómo sería estar en la cama con Sendoh?, ¿sería igual de cariñoso que en esos momentos?, o por el contrario, ¿sería brusco y apasionado?, ¿sus manos estarían más calientes?, ¿podría sentir sus labios en los suyos?, ¿su lengua invadiría su boca?, ¿llegaría a todo con él? Tantas preguntas, tantos pensamientos románticos, estúpidos, apasionados, candentes, fuera de lugar, inundaban su cabeza, y todo por ese cometario. Sendoh quería alejarlo de su cuerpo pero al parecer su cuerpo y su mente no conectaban ese día y era desesperante, pues lo que le dijo a Susaku era cierto, temía como reaccionaría Kaede a su relación, no quería echar a perder su oportunidad para mejorar en algo que les gustaba tanto, o a lo mejor solo era su temor a estar enamorado, eso se lo había dicho Koshino cuando le veía salir con muchas chicas para nunca tomárselas en serio, y lo que más temía en esos momentos era herir a ese chico, le encontraba tan frágil emocionalmente hablando, que no quería ser él el causante de sus heridas, quería estar junto a él para protegerlo toda su vida aún si el mismo Kaede le pedía que se apartara de él, no, él jamás le dejaría solo de eso estaba seguro, con esos pensamientos tomó la barbilla de Kaede levanto su rostro y le beso.

 

Notas finales: Espero que les guste, ya casi acaba.

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