Llegó a una estación de gasolina en la ruta antes de que Kurogane le alcanzara. De allí llamó a su casa. El empleado que lo atendió le dijo que se escondiera si el alguno de sus secuestradores permanecía con él y que pronto le llegaría un auto.
Sabía que aunque no les quisieran consigo nunca dejarían a un DeFluorite varado. Sería una mancha para la familia mayor de la que él había dejado. Estaba en su casa ahora. Esperando el frío recibimiento de su familia pero se encontraría con una sorpresa. Su preocupado tío apareció con el ceño fruncido y de inmediato le preguntó--¿Cómo te encuentras Fye? He sabido de que lucías bien por nuestros hombres pero quería preguntarte si no te han hecho daño alguno—mientras lo miraba de arriba abajo como diciendo que necesitaba una ducha—Después de pasar tantos días sin contacto de ellos. Esperabamos que intentaran cobrar una recompensa por ti y al intentar contactarnos los haríamos nuestra presa pero al pasar los días sin noticias tuyas, debo decirte que pensamos lo peor, que tal vez te defendiste y algo salió mal. Rey (padre de Fye) ha caído enfermo cuando se hizo notorio que no nos contactarían. No intentaré suavizar la situación Fye, tu padre está muy mal—le dijo su tío mientras el rubio intentaba asimilar todo eso.
Eso quería decir que el otro jamás los había contactado, hasta el tema de los videos fue pura mentira. Había sido un ardid para evitar que escapara. Caer en la cuenta de que el otro lo había engañado de esa manera no le caía tan mal como debió ser y se preguntó no por primera vez que era realmente lo que sentía por Kurogane.
He instruido a unos hombres para que con un auto los guíes a la casa de la que te escapaste y así podamos dar con esos hombres—dijo su tío.
No sé si…--dijo dubitativo el menor pero al ver como lo estudiaba el mayor aseveró—No me siento del todo bien pero daré mi mejor esfuerzo—
Estoy orgulloso de ti, Fye—le dijo el mayor.
Si no hubiera sido por esa llanta ponchada él no hubiera tardado tanto en volver y es que en ese lugar encontrar un taller era como encontrar una aguja en un pajar. El pueblo era más chico de lo que recordaba y todos parecían ser auxiliados por un vecino y los talleres eran de la ciudad. Por el triple de su valor consiguió una llanta usada dos horas más tarde de cuando se aprestaba a volver y con el corazón en un puño volvió con un mal presentimiento. Aún así encerró en el granero el auto y entonces entró a la casulla donde encontró las ataduras abiertas y el lugar vacío.
Kurogane sonrió de medio lado. Ese gato fastidioso lo había logrado. Terrible h… de p… De otro hombre no se hubiera esperado. Tantas veces le dijo que no sería bien recibido en su hogar… Pero el temple de ese tipo no conocía parangones y contra viento y marea lograba sus objetivos. Entendió que le gustaba. Que le gustaba mucho. Aunque fuera un tipo. Aún así era probable que viniera a por él con su gente.
Despacio se dirigían por el camino vecinal. A 100 metros Fye divisó la casa mientras se preguntaba a sí mismo que hacer.
Mientras se acercaban esperando una señal el rubio tomó la decisión que no le costó tanto como creyó y bajó la ventanilla oscura del auto negro para que el que él esperaba que estuviera tras las ventanas de esa casa los viera con nitidez y se guardara hasta que se fueran.
Fue ver ese par de autos negros enfilando por la calle lo que atrajo la atención del siempre alerta pelinegro. Si ellos vinieran sería así. Era lo lógico. Estarían armados hasta los dientes y vendrían a matarle sin compasión por lo que el se había atrevido a…
Los autos pasaban en frente cuando en uno de ellos la ventanilla trasera bajó y pudo verlo claramente. Fye miraba para adentro mientras los autos pasaban.
Señor, es contraproducente. Si ellos lo vieran…--dijo el conductor preocupado por su seguridad como los hombres que con él iban.
No te preocupes—le dijo calmado DeFluorite—Esta no es la casa en cuestión. Ni siquiera estamos cerca—mintió calmadamente mientras miraba hacia la casa.
Los autos pasaron de largo mientras Kurogane los veía. Pasada la casa la ventanilla subió.