RITSU POV
“Esperanza” esa era la palabra menos conjugada hacia la personalidad de Takano, realmente nunca me llegué a imaginar que de sus labios se entonara en un lugar irracional esa palabra tan extraña pero tan compresible. Esa es una de las palabras más inexistentes en la vida de Takano, una esperanza es una diminuta gota de luz en un mundo lleno de oscuridad.
¿Será que Takano se sentía de esta manera cuando no estaba junto a él? ¿No pudo encontrar a alguien mejor que yo? ¿Nunca quiso olvidarse de mi recuerdo? Bueno… entiendo que no nos hayamos podido olvidar mutuamente, puesto que técnicamente nos pasamos toda la infancia y pubertad juntos, aun incluyendo una parte de la adolescencia, lo admito; no me fue fácil cambiar de enamoramiento a querer.
Para mí es raro el nuevo sentir ya después de una despedida tan dolorosa pero dramática, no puedo volver a enamorarme de inmediato, puesto que en el momento menos indicado, miles de sentimientos atacan mi mente, impidiendo que el sentimiento llegue a mi corazón. Es como un candado el cual no permite tacto alguno con mis sentimientos.
Las primeras semanas al lado de Haitani recuerdo que no podía dejar de llorar todas las noches, lejos de él, no me acostumbraba a este nuevo aroma, a estas nuevas manos rozando mi cuerpo, a esta nueva fragancia en la cama, ni al no tener a mi azabache conmigo susurrando “Te amo” una y otra vez.
Pensaba todas esas cosas mientras, tomados de la mano, Takano y yo caminábamos a la estación de trenes. Llegamos y Takano compró los boletos, yo me senté en una de los bancos que había en la estación, luego me percaté de que Akihiko estaba parado en otra esquina de la estación mirándome y sonriéndome con una fluidez que recorría todo mi cuerpo.
-¿A quién miras?- dijo confundido el azabache mientras volteaba hacia Akihiko -¡Oh, Usami…!- Dijo mientras Akihiko se acercaba – Que alegría verte de nuevo- Dijo sonriendo.
-Hola Akihiko…- Dije.
-Ritsu ¿podemos hablar… a solas?- dijo mirando al azabache con ojos de “Dame un momento, no le haré nada a tu uke”.
-Bien…-
-Bueno, yo estaré comprando dos refrescos, ahora vuelvo-
-Bien ¿y qué es lo que querías decirme?- Dije confundido.
-Ritsu ¿tú sigues amando a Takano?- Me dijo seriamente.
-Yo realmente no lo sé…- Dije sonrojado y con una mirada triste.
-¿Cómo que no lo sabes?-
-Bueno, ya han pasado varios años desde la última vez que ambos nos declaramos como “novios”, pero justo ahora yo estoy casado, aunque realmente no lo sé, no sé que es lo que siento realmente por el azabache…-
-Si no supieras lo que sientes jamás hubieses entrado a Marukawa- Dijo firme.
-Yo… ya no sé lo que siento por nadie…-
-Ritsu, mírame…- dijo levantando mi mentón -… si realmente no supieras lo que quieres tu cuerpo no hubiese reaccionado ante el beso en la casa de Haitani-
-¿Nos viste?-
-Si-
-Bueno, lo único que quiero es enamorarme de él, pero me temo que será muy difícil porque yo estoy con Haitani, y él no es malo, al contrario, siempre estuvo conmigo en cuanto estuve enfermo-
-Pero eso no es amor, es querer-
-Pero…
-No es amor, es querer-
-Bueno, yo…-
-Bien, Ritsu será mejor que nos vayamos, nuestro tren se irá- dijo el azabache entregándome un refresco –Vamos-
-Sí, bueno nos vemos luego Akihiko-
-Adiós, y piensa en lo que te dije…-
Subimos al tren, y éramos los únicos pasajeros, pasamos un rato en silencio, hasta que Takano rompió ese silencio incómodo.
-Y bien… ¿de qué hablaron tú y Akihiko?-
-De nada en especial, no te metas en eso- dije con un puchero disimulando enojo, lo cual hizo que el azabache soltara una sonrisa ligera.
-Oye Ritsu… ¿Kiitsu es hijo mío?-
-Realmente creo que eso no importa ahora, en este momento el padre de Kiitsu es Haitani-
-No estás contestando a mi pregunta, Ritsu…- Dijo agachado, con sus manos temblando y unos ojos llorosos, sinceramente no recuerdo haberlo visto de esta manera, y aunque me duela aceptarlo; duele.
-Sí, Kiitsu biológicamente es hijo tuyo, pero legalmente es hijo de Haitani…-
-¿Cómo… cómo pudiste… hacerme esto?- Dijo soltando un par de lágrimas tratando de sostener una sonrisa, que más bien parecía una mueca de dolor y desesperación.
-Perdoname, pero no pude hacer de otra…- Dije para luego sentir como había una opresión en mi hombro, era la cabeza de Takano llorando.
-Por favor Ritsu… abrazame…- Sin poder controlarme lo abracé con fuerza, envolviéndonos en un encuentro reconfortante y doloroso, lo extrañaba, lo extrañaba tanto. Ni los brazos de Haitani se comparaban con los de MI azabache. Luego desenfrenadamente nos besamos mutuamente hasta llegar a nuestra parada. Después llegamos a mi hogar, fuera de el, Haitani estaba desesperado y alterado, temblando de miedo y llamando por teléfono.
-Haitani ¿Qué pasa?-
-Ritsu, mi amor…- Dijo para luego abrazarme fuertemente –estaba tan preocupado, tenía miedo de que algo te hubiese pasado…- Dijo mientras soltaba unas lágrimas – estaba realmente asustado-
-Descuida, ya estoy aquí, ¿recogiste a Kiitsu de la casa de los padres de Masamune?-
-Síp, ya está dormido, hay mi amor, me tenías tan asustado…-
-Ejem…- dijo bufando Masamune –perdona, pero ¿me harías el favor de no acercarte tanto a Ritsu? Sé que estás casado y todo, pero su amor soy yo, tu solo eras su remplazo, me molestas-
-Takano mejor vete- dije desesperado, no quería que se creara un conflicto.
-Mira quien lo dice, el idiota que dejó a su amor actuar y no metió las manos, el cual justo ahora sigue llorando tratando de volver el tiempo para que así viveran como en un cuento de hadas, pero amigo, creéme, eso no pasará-
-¡¿Qué dijiste?!- Dijo el azabache exaltado.
-TAkano, mañana hablaremos, ¿vale?-
-Bien, como digas MI Ritsu – Dijo tratando de darme un beso en los labios, pero fue prohibido por Haitani quien me estiró hacia él.
Entramos, Haitani me sirvió la cena y me acompañó a cenar, me preparó la ducha y nos metimos juntos, cada quien por su lado, nos metimos a la cama y nos dormimos al instante. Realmente estoy volviendo a recordar el dolor que sentía cuando estaba separado del azabache, y hubiese decidido no recordarlo.